Las braguitas crotchless

No le eches la culpa a las bragas. No son las armas las que matan si no el uso que sus dueños hacen de ellas. Pues aplícate el cuento cielo, no son las bragas las que follan si no el uso que se sus dueñas hacen de ellas. Eras tú que ibas predispuesta para algo sin saberlo.

LAS BRAGUITAS CROTCHLESS

Hola Carmen, soy Lola, llámame urgentemente, tengo que contarte algo importante .”

-         ¿Lola…? Soy yo… ¿ha pasado algo? Acabo de oír tu mensaje.

-         Hola Carmen, no… bien, no es nada grave pero tenía que contarte una cosa.

-         ¡Cuéntame…!

-         ¿Te acuerdas de las braguitas negras, de encaje, transparentes y abiertas por debajo que me compré?

-         Sí, claro que me acuerdo, yo me compré unas iguales pero en blanco

-         Sí, esas. Pues ayer las estrené para la fiesta de la empresa y resulta que las ha encontrado Enrique esta mañana, cuando las sacaba de la lavadora. Inmediatamente ha ido a preguntarme qué tipo de bragas eran esas, de hecho, creía que se habían roto al lavarse en la lavadora hasta que se ha percatado de que el diseño de la prenda era así, o sea, abierta por debajo, con un agujero muy útil para hacer tus necesidades o… para otras cosas…

-         O sea que eran las que llevabas ayer cuando lo de Marcos… ¿Y qué le has dicho?

-         Pues eso, que eran muy prácticas para hacer pipí pero se ha quedado muy mosqueado.

-         No me extraña, la dichosa abertura hace que se dispare la imaginación, sobre todo la de los maridos cuando se enteran de que sus mujeres las usan.

-         Estoy preocupada porque va a empezar a hacerme muchas preguntas, le conozco…

-         Pues menos mal que no las encontró antes de lavarlas, sucias y pegajosas, jejejeje…

-         No te cahondees, no se te puede contar nada… Sabes que sólo me metió mano y no pasó gran cosa, y cuando propuso continuar la fiesta en el asiento de atrás me negué en redondo y le ordené que me llevara a casa.

-         Sí claro, pero después de hacerle una paja a dos manos y tuvieras que ayudarte con la boca para acelerar el proceso mientras él te sobaba el potorro a su antojo… pero según tú no pasó gran cosa... Normal que llegaras a casa con el conejo hecho un charco y con las bragas para plantar arroz.

-         Sí. Tienes razón. Llegué empapada después de haber tenido esa tranca a mi entera disposición y haberla disfrutado sólo a medias. Creo que si Marcos hubiera sido un poco más insistente me podría haber despatarrado en el asiento de atrás, cuando se percató de la abertura de las braguitas se puso como loco y sus dedos me arrancaron un orgasmo en un momento. Te aseguro que sabe cómo usarlos, así que imagínate lo que me podría haber hecho con esa tranca. Menos mal que conseguí controlarme y decidí mamársela cuanto antes para que se corriera y se calmara. No podía dejar que me follara ese estúpido prepotente que se cree que todas las mujeres caen rendidas a sus pies. No soy como todas esas guarras de la oficina que se ha tirado.

-         Pues tú estás ahí, ahí, ¡eh!… una paja y una mamada la primera vez que estáis solos no te deja como la mujer más difícil de conquistar precisamente. En el ranking estás por debajo de putón y justo por encima de guarrilla.

-         Qué cabrona eres pero qué razón tienes so puta…, cuando me cogió la mano y me la llevó al paquete casi me muero del susto al notar ese pedazo de rabo. No me extraña que se haya cepillado a tantas de la empresa. Qué tía no alucina con una polla como esa y es tan boba de desperdiciar una oportunidad así para dejar metérsela…

-         Tampoco te quedaste tan corta bonita, salvo follar hicisteis casi de todo y además, por eso no te preocupes, algo me dice que a Marcos cuando se le mete un chochito en la cabeza no para hasta que lo consigue. Y creo que el tuyo se le habrá metido bien dentro del cerebro. Después de haberte metido mano a gusto y que no le dejaras meterte la tranca, eres su asignatura pendiente y todo un reto. Nada enerva más a un tío que lo que le hiciste tú anoche, cató tu pastel sólo a medias y se lo querrá terminar antes o después ya verás… Menos mal que se la mamaste que si no igual te viola.

-         Me siento fatal, tengo remordimientos, creo que soy la peor esposa del mundo.

-         ¿Por haberte dejado sobar y haber chupado una polla diferente de la de tu marido? ¡Venga ya…! Tampoco es para tanto. Eso sucede todos los días y hace un momento te estabas tachando de tonta por no habértelo follado. ¿En qué quedamos? ¿En qué te lo follarías con remordimientos o en que no te lo follarías y ser una estúpida?

-         No voy ni a dirigirle la palabra, espero que se conforme con la paja que le hice.

-         Paja y mamada, recuerda cariño, paja y mamada…

-         Vale… ¡coño! Paja y mamada

-         ¿Te tragaste la corrida?

-         Enterita. Me agarró la cabeza con sus manazas y me obligó a tragar hasta la última gota.

-         Te obligó entonces, ¿no?, porque tú no querías, ¿verdad?

-         Mira que eres… sólo al principio me cogió la cabeza, luego seguí yo sola. Lo confieso

-         Hasta dejársela bien limpita, ¿no?...

-         Sí, eso…

-         Como un minuto dándole bien después de que ya se hubiera corrido, ¿no?

-         Digamos tres o cuatro… y hasta me chupé los dedos después.

-         ¿No jodas? ¿tanto te gustó…?

-         Sí, estaba como hechizada y… ¡VALE YA COÑO!, ¿contenta…?

-         Yo sí, pero creo que tú no. La cuestión es si tú te conformarás sólo con eso.

-         Esto ha sido un desliz y se acabó. Ya te lo he dicho.

-         Ya veremos. A ver lo firme que te muestras cuando Marcos empiece con sus avances. Apuesto a que no tardará mucho en llevarte a la cama. Creo que ya eres una más de su harem particular pero que todavía no te has dado cuenta.

-         Qué poco me conoces Carmen, soy muy firme cuando me lo propongo.

-         Ya lo vimos ayer, ya… caerás, estoy segura, como han caído muchas otras. Además, mucha gente te vio salir de la fiesta acompañada por él y vieron como te agarraba por la cintura. Seguro que el lunes cuando vayamos al trabajo no habrá otro comentario en la oficina más que el polvo que te habrá echado Marcos el viernes. Estos rumores corren como la pólvora y hay muchas mujeres interesadas en extenderlo y quitarle importancia al hecho de que a ellas sí se las ha follado y sobre todo para que ya no puedas mirarlas por encima del hombro. Ahora eres una putona más de la oficina, igual que ellas.

- “…este Marcos se las folla a todas, casadas o solteras, le da igual, es un conquistador empedernido, esta vez se ha tirado a Lola …” es verdad, es como si lo estuviera oyendo ya. Y las risitas y miradas burlonas que me lanzarán.

-         Correcto. Así que por muchos esfuerzos que hagas en detener los avances de Marcos, sólo será para que todos digan: “ sí, sí, ahora se hace la estrecha pero seguro que  terminó follada por los cuatro costados… ” Y no te merecerá la pena el esfuerzo. Para eso te lo habías follado y se acabó, el resultado iba a ser el mismo que si simplemente os hubierais dado un casto beso en la mejilla como despedida de buenas noches. El que os vieran salir juntos y él llevándote por la cintura es suficiente para que los rumores se disparen. No te esfuerces bonita, ya no merece la pena.

-         El esfuerzo lo haré por mi marido Carmen, ¿te olvidas que estoy casada con un hombre maravilloso y que le quiero?

-         No, claro que no, pero llegará un momento en que pesará más en tu cabeza la polla de Marcos que los años de matrimonio y en ese momento tendrás que tener las ideas claras o te volverás loca. Sólo te digo que porque eches un polvo con otro hombre fuera de casa no significa que dejes de querer a Enrique ni que se acabe el mundo.

-         Qué fácil lo ves todo. ¡Malditas bragas! en qué lío me han metido.

-         Sí, sí, las bragas… ¡venga ya!, no le eches la culpa a las bragas. No son las armas las que matan si no el uso que sus dueños hacen de ellas. Pues aplícate el cuento cielo, no son las bragas las que follan si no el uso que se sus dueñas hacen de ellas.  Eras tú que ibas predispuesta para algo sin saberlo, si no ¿porque las estrenaste en la fiesta? Interiormente lo estabas deseando y ahora estás llena de contradicciones. Déjame que te cuente la relación que tiene mi cuñada con su marido.

-         Sí, ya me has contado esa historia… la de la hermana de tu marido que debe ser más puta que la más puta de las gallinas y que se folla todo lo que se le pone por delante…

-         Esa misma, aunque no deberías hablar así de ella, porque podrías convertirte en algo parecido antes de lo que crees.

-         ¡Sí hombre…! Ni en sueños…

-         Además, ¿se es una puta porque tienes sexo fuera del matrimonio y con el consentimiento total de tu esposo?

-         ¡Ahhh…! Eso no me lo habías contado ¿Me estás diciendo que su marido lo sabe todo?

-         Por supuesto. Yo siempre que los veo les encuentro muy cariñosos el uno con el otro.

-         Me parece una barbaridad. Yo no podría hacer eso.

-         Ella creía lo mismo al principio y cuando le confesó sus infidelidades, él le agradeció su sinceridad y lo aceptó siempre y cuando no afectase a su matrimonio.

-         No lo sabía. ¿Y no tiene celos?

-         Creo que cuanto más grandes son sus cuernos menos celos tiene. Comprende sus necesidades y sabe que siempre regresa a casa con él. Sólo es un rato de diversión, como si saliera a cenar o a bailar.

-         ¿Y tiene un solo amante o varios?

-         Varios y rara vez repite con el mismo para no crearse problemas sentimentales con ninguno. De hecho tuvo un problemón con uno de ellos que le costó un disgusto pues era un chico joven que se encaprichó tanto de ella que le propuso abandonar a su marido. Le costó mucho deshacerse de él porque estaba muy encoñado con ella.

-         Ya. Por eso desde entonces sólo quiere rollos pasajeros de una noche y ya está.

-         Claro. Pero no creas que está continuamente follando por ahí, sólo ocurre muy ocasionalmente, tres o cuatro veces al año y sólo cuando se le presenta una buena ocasión y el chico merece la pena. Es una mujer como cualquier otra, dedicada a su familia pero que cuando sale con sus amigas a divertirse no se cierra a conocer nueva gente. Y como tiene un cuerpazo envidiable a sus cuarenta años puede elegir entre todos los que se le acercan. Propuestas de llevársela a la cama no le faltan.

-         ¿Y cuando llega a casa después de haberse enrollado con alguien esa noche…?

-         Pues nada, ella le cuenta la velada si ha sido divertida o no y nada más. Por lo general su marido no le hace preguntas y si se las hace ella le dice si se ha acostado con otro o si sólo han sido escarceos en el coche. Lo levan de forma muy natural.

-         Sobre todo ella, ¿no?

-         Es libre de hacer lo que quiere y él comprendió hace tiempo que tener una mujer tan hermosa como la suya sin tenerla bien satisfecha en la cama, conlleva inevitablemente el tener que compartirla con otros hombres o correr el riesgo de perderla.

-         Lo tiene super asumido el hombre, pobrecillo. Cornudo de por vida.

-         Pero no lo veas así. Ellos consideraron que lo mejor era que cada uno fuera libre de acostarse con quien quisiera siempre y cuando ello no afectase a la familia. Aunque creo que él ha tenido un par de rolletes en sus viajes de negocios, ahora, sólo es ella la que hace uso de esta libertad. Su marido ha asumido con toda naturalidad compartir a su mujer con hombres que la satisfagan mejor en la cama. Me imagino que él ya lo veía venir desde hacía tiempo y veía imposible evitarlo. Demasiados hombres rondando continuamente a ese bellezón de mujer. Antes o después habría de aparecer el que consiguiese meterse en sus bragas. En mi opinión fue inteligente al no prohibirle nada y así retenerla a su lado.

-         Me sigue pareciendo increíble… pero fascinante.

-         Claro porque te estás imaginando tú misma en la misma situación, follando libremente y sin remordimientos con Marcos y que tu marido te recibiese en casa con un cálido abrazo, un beso y un “… ¿qué tal ha ido la noche cielo? ¿te divertiste con Marcos? ...”

-         No te burles por favor que ya tengo bastante con todo esto. No sé que voy a contarle a Enrique como siga preguntando. Sabes que yo miento muy mal.

-         Sí, ya lo sé. Por eso Enrique está tan mosqueado. Podrías empezar por contarle porqué compraste esas bragas y porqué te las pusiste para la fiesta. Que querías sentirte atractiva y sexy tanto por dentro como por fuera, y… que te las pusiste por si surgía algo tuvieran acceso más fácil a tu coño y el polvo fuera más rápido, ¡jajajaja!

-         Vete a la mierda, ¿sabes…?

-         Y continuarías contándole que tú misma te negabas la posibilidad de que eso sucediese, que era como querer pero no querer, que sólo el ponerte esa prenda ya te hacía sentir sexy, accesible y follable, aunque realmente no fueses a hacer uso de ella.

-         Eso suena mejor pero sería sincerarse mucho.

-         Enrique puede ser cualquier cosa pero no es gilipollas y antes o después se enterará de algo que le contará alguien y vete tú a saber lo que le contarán. Y eso será mucho peor que tu versión de los hechos. Podrías contarle que Marcos te trajo a casa y que como tiene esa fama se han disparado los rumores en la oficina, pero que no pasó nada de nada. Como cualquier marido que sea un poco celoso, seguirá insistiendo. Entonces le cuentas que se propasó un poco pero le paraste los pies… y otro día más tarde le confiesas lo de la paja y la mamada porque tiene una polla majestuosa que te hizo perder un poco el control.

-         Y se armará la gorda… o se me muere del infarto.

-         O no… A lo mejor te sorprende y reacciona positivamente sin enfados y con comprensión. Al fin y al cabo, eres una mujer joven y guapa y es normal que tengas tu corte de admiradores. Seguro que se congratula a diario de tener una mujer tan atractiva y diez años más joven que él y seguro que alguna vez se habrá preguntado si le has sido infiel. El sexo fuera del matrimonio cada vez está más extendido.

-         Me cuesta creer que eso sea tan habitual como dices.

-         Pues créeme, en el gimnasio al que voy he conocido a varias mujeres casadas que frecuentemente tienen citas con otros hombres. Y según cuentan, algunos maridos hacen la vista gorda, como si no supieran nada o no quisieran saber nada, otros ni lo sospechan y otros lo aceptan abiertamente en mejor o peor grado. Son todas mujeres de mediana edad, que se preocupan por su físico y se cuidan y por eso no les faltan pretendientes. El gimnasio les sirve para conocer tíos. Hay un chico con un cuerpazo y con un paquete que no te imaginas y que presume de haberse follado docenas de ellas, todas casadas, pues dice que son las más fogosas y necesitadas. Cuenta que le gusta pensar que regresan satisfechas a casa con su conejo bien follado a darle un besito en la frente de sus cornudos esposos.

-         Pero qué cabrón está hecho.

-         No lo sabes tú bien. Acude a casa de algunas de ellas cuando su marido no está y hasta  se las folla en los vestuarios. Y no es el único, hay varios como él en el gimnasio.

-         Bueno, tengo que colgar, Enrique ha llegado de jugar al golf. Ya hablaremos ¿vale?

-         Ok, pero vete pensando en contarle lo que te he dicho. Él solito empezará a hacerse a la idea de que antes o después otro hombre te va a echar un buen polvo.

-         Estás loca…

-         Y tú idiota si no sigues mi consejo.