Las Bodas de Oro
Le suelto: Yo te cogería y te echaría sobre la cama, te comería el coñito para luego follarte sin compasión hasta que te vinieras. Acabando por contestar ella: Y entonces a qué esperas.
Las Bodas de Oro
Antes de nada, agradecer a todos aquellos que me leéis, como aquellos que sean puesto en contacto conmigo o con un simple comentario. Soy de los que siempre comienzo en decir que me esfuerzo en mejorar, claro esta no es solo en mejorar sexualmente, sino en comprender las necesidades, temores, dudas o miedos de aquella persona con la cual estoy.
No soy un experto en la materia, simplemente me considero una persona curiosa en el ámbito sexual, no voy de acosador… no es lo mío, cuando veo que algo no va a funcionar, simplemente me marcho, aunque es verdad que no soy de los que se da por vencido, atrayéndome sobre todo aquellas que están comprometidas, quizás porque el juego es más apasionante… mmm. Os debo decir que no busco amistad, aunque siempre dejo la puerta para ello, quién sabe si alguna vez volvemos a repetirlo, aunque sea para tomar una copa y que puedas contarme tus penas. Ya que solemos buscar relaciones esporádicas, simplemente y puramente sexo.
Mirad, os voy a contar lo que me ocurrió hace unas tres semanas, pues este hecho me pasó el pasado sábado día diecinueve de mayo del presente año. Hecho que ha ocurrido en casa de mis padres, durante la celebración de por su Boda de Oro. Bueno os voy a poner primero en antecedentes, comenzamos a prepararlos durante las anteriores tres meses hasta la fecha, mis padres decidieron que la mejor forma de celebrar esta tan maravillosa fecha con amigos y familiares.
Celebramiento que decidieron realizarlo en tal fecha con el inicio de un almuerzo en plan barbacoa, hasta la finalización de altas horas de la noche. Donde para tal evento debíamos ir de blanco e ir diciendo quien iría y quien no, pues se debía de comprar la bebida y comida. Mis padres tienen setenta años él y mi madre sesenta y seis años, muy bien llevados. Pues hasta van a bailar dos veces por semana a grupo de baile, donde mantienen amistad con la mayoría de personas, personas que rondan toda esa edad.
Bueno llegado el sábado, llegue a casa de mis padres sobre la una del mediodía, hora que tras dejar a los críos jugar y mi mujer con otros familiares, yo me puse a ayudar en la organización. Todo iba perfectamente, llegando invitados sin cesar durante al menos dos horas, conociendo a aquellos amigos de mis padres que no conocía. Llegando la última pareja amigos de mis padres alrededor de las tres del mediodía, un matrimonio mayor como como los anteriores, cerca de los setenta y picos de años él y ella cerca de los sesenta y cinco.
Ambos altos, mientras él tenía abundante cabellos de color blanco, delgado y con gafas, cuyo vestuario era camisa, pantalón blanco y mocasines. Ella llamo mi atención desde que la vi, pues a pesar de su edad se mantenía muy bien y edad que no la aparentaba. Es una mujer rubia, buen cuerpo, senos firme (tendría una cien o ciento diez), y seguramente un coñito peludo… mmmm.
Pero bueno sigo, hay estaba ella, una mujer que podría ser perfectamente mí madre por la edad, pero que nada más verla me quede prendado de ella. Tanto que no aparte mi vista de ella, atentos en todo momento a que no le faltara de nada, sobre todo a ella, no dejándola de mirar directamente a los ojos, notándolo ella misma.
Todos derrochaban alegría en la fiesta, todos lo estábamos pasando muy bien durante la velada. Yo no dejaba de mirarla, no dejaba de fijarme en todos los detalles, no delatándome pues no deseaba estropear todo, claro está. Pero cuando la miraba, observaba como ella se le veía alegre y simpática, cuando se movía lo hacía de una manera sensual, seductora y al mismo tiempo elegante. Se mostraba con todo el mundo natural, teniendo un trato exquisito con aquellos que no conocía, incluso derrochaba dulzura, pensando para mis adentro que esta bella dama seguro que debía de ser muy complaciente. Perdón no os he comentado, como venía ella a la fiesta… verdad, Marisa como así se llama y Antonio su marido. Ella venía vestida con un top de tirantes con bordado, pantalón corto… muy corto, una cinta en el cuello y sandalias romanas… mmm. Yo comencé para no llamar la atención, yendo de flor en flor… o sea de mujer en mujer, sirviéndola y preguntando si le faltaba algo hasta llegara hasta ella. Siendo lo mío hacia ella un coqueteo que otra cosa, tan visible que esta llego a decirme…
- “No te preocupa que la gente se den cuenta de lo que pretendes”.
Contestándole muy cortésmente…
- “No creo que aquí nadie se haya percatado de lo que yo pretendo, pues de una manera u otra, a todos les presto la misma atención”.
Sonríe ante mi contestación y vuelve a decirme…
- “Pues tendrás que tener cuidado, pues mi marido es muy celoso y creo que por la manera que nos mira, sospecha algo”.
Miro hacia el marido, el cual nos mira muy serio, le sonrió y le saludo, acabando por ir hasta donde está el. Llego y comienzo a darle conversación de la misma manera que minutos antes le di a su mujer, acercándose en ese momento otro amigo de mi padre y entre los tres iniciamos una conversación sobre diversos temas, acabando por ser requerido yo por mi mujer.
No hay momento en la fiesta que sea las relaciones públicas, pues así me lo encargo mi padre, ya que mis hermanos se encargaban de la comida uno y otro la bebida. Tras atender a todo el mundo, uniendo grupos ya sea de amigos y familiares, no dejo de buscarla por la casa acabando por salir al jardín. Viéndola caminar hacia el fondo mientras hablaba por el móvil, llegándose a sentar un banco de piedra que tiene mis padres junto a unas jardineras y cubierto por una frondosa mata de jazmín. Acabando ella por colgar y decirme…
- “A todas las mujeres las sigues y las espías, pues yo creo que esto es acoso”.
Tras soltarme eso, cojo y tras disculparme le digo…
- “Perdona esa no era mi intención, ya te dejo tranquila, no te molestare más”.
Rápidamente ella se disculpa por su manera de hablarme, continuando por decirme…
- “Te comportas como si no hubiera más mujer que yo, como si yo fuera una jovencita y tuviera un cuerpo exuberante, como cualquiera de las que hay en la fiesta, incluyendo a tu esposa”.
Contestándole con galantería, palabras dulcemente y en plan romántico…
- “Viéndote a ti la verdad no hay más mujer, no me atrae las jovencitas sino una mujer madura, mujer que sabe que quiere y desea”.
Calla y continuo, no dejando de mirarla a los ojos…
- “Te he visto caminar en esta dirección y me he quedado prendado por tu manera de andar, viendo que eres una mujer muy sensual”.
Sonríe y me contesta…
- “Serás tú el único hombre que me ve así, pues ni mi marido me mira de esa manera, al menos en los últimos quince años”.
Dice y continúa…
- “Eres muy galán y atento, no quisiera que me hicieras daño y menos hacerte daño a ti. Veo que tienes una familia muy alegre, espero que la mantengas y no me refiero al amor, sino a tenerla contenta en el sexo”.
Contentándole…
- “Soy persona que en ese campo la tengo complacida, pues no hay día por la mañana que no disfrute de su mañanero, yéndose a trabajar después de haber logrado al menos dos orgasmo”.
Ella ríe y de forma sarcástica le suelto…
- “Si… seguro, tu seguro que eres de esos de mucho hablar y después poquito hacer”.
Pues tú sabes una cosa, mi Antonio al principio era como tú, un hombre como tú… un boquita, mucho hablar y luego poco hacer”.
- “Yo siempre he sido una mujer muy caliente, buscaba un hombre de verdad que consiga satisfacerme. Mi marido al principio lo hacía, pero con el tiempo se fue apagando y con él, poco a poco he ido yo apagándome”.
Cojo y de la misma forma sarcástica que ella me soltó a mí antes, le suelto…
- “Pues yo te aseguro que conmigo te quedarías con ganas de repetir”.
Sonriendo Marisa, viendo en sus ojos ese brillo que horas antes no tenía, notándose que desea soltarse y cosa que hace al decirme…
- “Pues yo te aseguro que a pesar de los años que tengo, aun me considero muy viciosa y con ganas de hacer cosas malas”.
Baja la mirada y continúa…
- “Si no estuviera la edad que tengo y casada, no me importaría hacer esas cosas malas contigo…”.
Calla unos segundos, continua ruborizada e incluso creo que avergonzada…
- “No me importaría ser tu puta, pudiendo disfrutar a tu lado de los placeres que me han sido quitados, deseando hacer locuras e cualquier sitio”.
Miro a nuestro alrededor, no veo que haya algún familiar o conocido cerca, estamos bastante lejos del bullicio. Aprovecho para soltarle…
“Mira Marisa, te invito a que disfrutes aquí y ahora conmigo. Te invito a que hagas locuras, suéltate el pelo como quien dice, no te reprimas… que me dices”.
“¿Qué es lo que más te gustaría hacer?”.
Coge y me suelta algo que ni me lo esperaba…
- “Pues sabes una cosa, me encanta chuparla y además que se vengan en mi boca, mientras miro a los ojos”.
Mientras me habla le rodeo con mi brazo derecho por los hombros al tiempo que con el izquierdo, poso mi mano sobre su muslo derecho. Ruborizada aparta la mirada, pero no hace nada por apartar mis manos, con mi mano derecha acaricio su hombro izquierdo, deslizando las yemas de mis dedos por su piel, sintiendo como se estremece por mis caricias… mmm. Mientras con la izquierda, deslizo mi mano por su muslo, notando que su piel no es precisamente la de una quinceañera, pero aun así no está nada mal… mmm.
Continua callada, viendo que me deja hacer, apartando mi mano izquierda de su muslo y dirigiéndola hacia su mejilla, posándola al tiempo que acerco mi rostro y unir mis labios a los suyos. Ella primero se récela, apartando su boca, pero con mi mano derecha al tomarla por la nuca, acaba uniendo sus labios a los míos y de un simple pico, acabamos por darnos un morreo de los buenos con lengua y todo… mmm.
Momento en que ella posa su mano izquierda sobre mi pantalón, sintiéndola sobre mi miembro… mmm, notando primero como ella magrea por encima y en minutos intenta abrirme la cremallera. Cosa que hace con mi ayuda, acabando por sacármela fuera del pantalón… ooohhh, comenzando a masturbarme… mmm. Soltando…
- “Mmm… no está nada mal, pero que nada mal”.
Tiene mi miembro sujetado por su mano, moviéndola con rapidez de arriba hacia abajo… ooohhh. Deslizando su mano desde mi tronco hasta mis genitales, mientras dejo su boca y me dirijo a su cuello… mmm, ella suspira y me dice…
- “No me seas malo que me pierdes… uuufff!!!”.
Mi mano izquierda desciende hasta su seno… mmm, comenzando a magreárselo por encima de su top, notándolo que esta duro y firme… uuummm. Dejando caer hasta su entrepierna, separando ella sus muslos y dejarme hacer, notándose lo entregada que esta… ooohhh. Deslizando primero mis dedos sobre su entrepierna sobre la tela de sus pantalones… ooohhh, para que minutos después tras introducirlos entre su pantalón y su muslo… mmm, sintiendo sus braguitas húmedas… uuufff!!!. Braguitas que no son tales, sino un tanga y bastante mojado… ooohhh. Momento en que suena su móvil, cogiéndolo ella con rapidez para descubrir que es Antonio su marido, acabando esta por disculparse y haciéndole saber que está en el jardín.
Yo me quedo sonriente mirándole, acabando por desaparecer y metiéndome en la casilla del jardín, esperando la llegada de su marido y ver lo que esta le decía. Cosa que tras aparecer su marido, simplemente hablaron del regalo a mi padre, acabando por decirle ella…
- “Antonio… que te parece si nos vamos a casa, tú y yo solitos y recordamos viejos tiempos. No veas como estoy… mmm”.
Cosa que su marido, tras mirarla coge y le suelta…
- “Ahora nos vamos a ir, hombre mujer tomate algo y disfruta de la fiesta, además no tengo ganas y con las copas que llevo, esta que está ahí abajo como que ni se levanta”.
Dicho eso, coge su marido y se marcha tras soltarle semejante cosa, quedándose Marisa ahí sentada con cara de pocos amigos. Saliendo del cuartillo de los trastos y caminar hasta ella, quedándome a su lado mirándola, no deseo decirle nada y dejo que ella sea quien dé el paso. Cosa que lo da, pues coge y me estampa un beso en los labios, rodeándome con sus brazos y sacando su lengua en busca de la mía.
Escuchando algo bullicio, cojo y sin decirle nada le tomo de la mano, tirando de ella y hacer que me siga, hasta entrar en el cuartillo de los trastos. Quedándome a su espalda, comienzo a besar su cuello al tiempo que mis manos acaricia una su vientre al tiempo que la otra uno de sus senos… mmm. Ella intenta girarse, cosa que le impido, gira su cabeza y unimos nuestras bocas, mientras aprovecho por restregar mi miembro por sus nalgas… aaahhh.
Deslizo sus tirantes por sus hombros al tiempo que tiro de su top hacia abajo, observando el sujetador de encajes sin tirantes de color blanco que lleva… uuufff!!!. Soltándome…
- “Noto que al menos a ti te gusta mi prenda… mmm”.
Dejo de besar su boca y me dedico a besar cuello y hombros… mmm. Volviéndome está a soltar…
- “No me seas malo que esa parte es mi zona más delicada, no veas tu como me pones… ooohhh”.
Aprovecho este momento para sacar mi miembro del interior de mi pantalón, notando ella la presión de mi miembro en sus nalgas pero no dice nada. Dirijo mis manos a su pantalón, buscando donde se encuentra la cremallera de este, descubriéndola en un lado y tiro de ella hacia abajo. Dejando caer su pantalón a sus pies, mientras ella misma es quien saca uno de sus pies de él, siguiendo yo por tomar mi miembro y acercarlo a su entrepierna… mmm. Echando a un lado la tira de su tanga y restregar mi glande contra sus labios vaginales… mmm, ella se sobresalta primero, me mira sorprendida y de una sola embestida por mi parte… aaahhh, introduzco la mitad de mi miembro… uuummm. Comenzando a moverme de delante hacia atrás mientras ella cierra sus ojos y comienza a gemir…
“Uuufff!!!... uuummm… uuufff!!!”.
“Ooohhh… uuufff!!!... ooohhh”.
Viendo como poco a poco se inclina aún más hacia delante, llegando a subir una de sus piernas, apoyando la rodilla sobre una balda… ooohhh. No dejando de gemir…
“Ooohhh… uuufff!!!... ooohhh”.
“Aaahhh… ooohhh… aaahhh”.
Dirigiendo mis manos hacia sus senos… mmm, tirando de su sujetador hacia abajo y tomar sus pechos… ooohhh, amasándolos y magreándolos a mi antojo, mientras ella no deja de gemir y suspirar… uuummm. Siendo ahora mi móvil el que suena, cogiéndolo y contesatr sin dejar de embestirla, escuchando al otro lado a mí mujer la cual pregunta…
- “¿Dónde estás?, tu padre pregunta por ti. Dice algo de unos borriquetes”.
Respondiendo a mí mujer…
- “Dile a mi padre que estoy en el cuartillo, cogiendo precisamente los borriquetes para llevarlos”.
Respondiendo mi mujer…
- “Vale cielo, un beso y no te canses mucho que luego quiero juerga… mmm”.
Momento en que Marisa entre gemidos y suspiros comienza entre convulsiones a venirse, acabando yo por sacársela y fundiéndonos en un beso. Separándome de ella al tiempo que le digo…
- “Tenemos que dejarlo un momento”.
Marisa me mira y me suelta…
- “Pero no te puedo dejar así, tu aun no te ha venido”.
Sonrió y le contesto…
- “No te preocupes por eso. Mira, tengo que llevar esto dentro y ahora seguimos”.
Cojo los borriquetes y salgo del cuartillo, dirigiéndome al interior de la casa, mientras dejo a Marisa dentro arreglándose un poco. Mientras preparo el lugar donde vamos a celebrar la merienda, lugar que le daremos a mis padres una tarta con las velas en honor a las Bodas de Oro. Mientras mis hermanos van haciendo salir de la casa al resto de invitados, veo entrar a Marisa en el servicio y cerrando la puerta tras de sí. Acercándome y golpear con los nudillos la puerta, avisando Marisa que el aseo está ocupado y tras hacerle saber que soy yo, esta abre la puerta y cierra con pestillo una vez entrado. Volvemos a fundir nuestros labios, mientras ella que hace saber…
- “Me ha encantado, pero me ha sabido a poco, me gusta esta locura y quiero continuar”.
Sonrió y le sugiero…
- “Quítate el sujetador y no lo lleves puesto, quiero ver como se te nota los pezones duros”.
Ella me mira y sonríe, soltando…
- “Malo… mmm, eres muy malo… pero me gusta… mmm”.
Coge y se quita el sujetador, guardándolo en el interior del bolso, dejando caer su pantalón corto y quedándose con el tanga. Dirigiéndome hacia ella y le hago sentar sobre el lavabo, tomando sus piernas y colocándolas sobre mis hombros, mientras dirijo mi miembro hacia sus orificio vaginal… mmm, introduciéndoselo una vez más… aaahhh. Mientras ella desabotona los botones de mi camisa… ooohhh, acariciándome el pecho y jugando con mis abundantes vellos… uuummm, notando en esta ocasión que no tengo el pantalón puesto… ooohhh. Disfrutando de la penetración, acerca su boca a mi oído y mientras me lo come, me hace saber…
“Aaahhh… uuummm”.
“Vamos a tener que cambiar de posición, me estoy clavando el grifo en la espalda… uuummm”.
Sacándola y ayudándola a bajar, le hago dar la vuelta e inclinarla, hecho hacia un lado la tira del tanga y se la vuelvo a introducir… uuummm. Entrándole ahora aún mejor que antes, mientras ella no deja de gemir y suspirar, recordando que precisamente es ella la que acaba por decirme…
- “Aaahhh… uuummm. No quiero parar… aaahhh, ahora no… uuummm, pero tenemos que parar sino van a sospechar… uuummm”.
“Aaahhh… aaahhh. Están todos fuera menos nosotros… uuummm”.
Acabándola por sacar, pues ella tiene razón. Antes de guardármela en el interior del pantalón, coge y se hinca de rodillas, tomándola se la introduce dentro de su boca y comienza a chupármela… uuufff!!!. Viéndola maravillado de cómo me la chupa… mmm, siendo ella quien tras soltarla se sube su corto pantalón, se sube el top y se ajusta las tirantas, notándose un poco que no lleva sujetador… mmm. Dándome un beso antes de salir del aseo, mientras me dice…
- “Ahora nos vemos, no tardes”.
Una vez fuera, me mezclo con los invitados que ninguno se ha percatado de mi ausencia, solo mi mujer que no deja de meterme mano ante la presencia de familiares, amigos e incluso una celosa Marisa… mmm. Recuerdo que mirando a Marisa la veo decirle algo al marido de malos modos, levantándose y entrar dentro de la casa, mientras ya hemos cortado la tarta, hemos pasado por los café y los regalitos. Buscando algunos una tumbona donde poder descansar y poder echar el resto de la tarde, otros a pesar del tiempo se han tirado dentro de la piscina (lo que hace el alcohol… ja). Cojo y pido permiso a mi mujer para ir a buscar cómo andamos de hielo, cosa que ella me deja al tiempo que me dice…
- “Yo te dejo, mientras más tarde nos consigas un Mojito, y más tarde yo te permito lo que tú quieras”.
Entro dentro de la casa, mirando si ella está en el aseo… cosa que veo que no está, miro por el interior de la casa, subiendo las escaleras al piso superior. Acabando por encontrarme a Marisa, saliendo de uno de los dormitorios al tiempo que decía…
- “No está mal… la casa de tus padres, sabias que nunca la conocíamos Antonio ni yo”.
La miro sin escuchar apenas lo que dice, me mira y se acerca aún más hacia mí. Acabando por soltarme…
“Tú no eres más cabrón por que no te entrenas. No ere malo… sino que eres un cerdo… mmm”.
“Dime, si yo cojo y me marcho, dejándote de tal manera, tú que me harías”.
Cojo y le suelto…
“Hombre hacer… hacer no te haría nada, pero si fuera en otro lugar, yo te cogería y te echaría sobre la cama, tiro de tus pantalones hacia abajo y comienzo a comerte el coñito, para luego comenzara a follarte sin compasión algunas hasta que te vinieras”.
“Luego ya vería si te doy la vuelta y follo por el culo, o te volvería a follarte hasta correrme dentro de ti o dentro de tú boca”.
Se quedó blanca no sabiendo que contestar en un principio, pero acabando por reaccionar y decirme…
- “Entonces a qué esperas”.
Cojo y cogiéndola por lo hombros la tiro sobre la cama, echándome sobre ella y maniatarla con mis piernas, ella me abofetea pero acabamos besándonos. Me separo y tiro de su top hacia abajo, besando sus senos, mordiendo sus pezones, lamiendo al tiempo que tiro de su corto pantalón hacia abajo. Descendiendo desde sus pechos hasta su pubis, comenzando por saborear su vulva e ir haciéndole un dedo… mmm. Ella muerde un cojín a modo de evita ser oída, agarrando la colcha y pellizcándola, introduciendo mis dedos a modo de darle placer, notando como ella se contrae y se convulsiona, acabando por venirse y de forma abundante… mmm. Chupando y absorbiendo su néctar, mientras intenta apartarme, cosa que hago pero con la intención de penetrarla y sin miramientos…mmm, se la introduzco de una sola embestida… ooohhh.
Cojo y la saco, haciéndola dar la vuelta, colocándola a modo perrito y desde atrás la inserto, comenzando nuevamente a penetrarla… aahhh, no pudiendo aguantar mucho más y comienzo a descargar dentro de ella… uuummm, entre espasmos. La saco y me tumbo junto a ella, siendo ella ahora la que tras coger mi miembro y se lo lleva a la boca… mmm, comenzando a chupármela hasta dejármela limpia y con ganas de más… ooohhh. Se sale de la cama, se viste mientras me mira y me suelta…
- “Bueno como te dije: que me harías si cojo y me marcho, dejándote de tal manera”.
Coge y prosigue, mientras se acerca a la cama y tras darme un par de piquitos, me suelta…
“Como veo que as cumplido en parte, creo que ahora me marcho con mi marido, pero tú ya sabes dónde encontrarme… verdad”.
“Recuerda que me debes darme por mi culo, te confieso que es virgen a pesar de la edad, cosa que tienes que tener cuidado”.
Os podría adelantar que la he vuelto a ver, cosa que es cierta, pero no precisamente para darle por detrás, nuestro encuentro fue algo más fugaz. Pero bueno eso ya os lo contare en otra ocasión si queréis… vale. Bueno había dejado una imagen de Marisa, cuyo beneplácito me ha dejado, pero ignoró como subir fotos. Bueno espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email (lógicamente todo junto) es… Jhosua 1974 @ Gmail . com