Las Batallitas del abuelo Eladio y familia. (8.)
Angelita contara en primera persona como su padre cato sus carnes.
Paco paso la pagina fijándose en el ultimo párrafo referido por su padre, allí parecía acabarse la primera libretilla y haciéndose una idea de lo que estaría por llegar, la cerro de golpe para a toda prisa buscar bajo la cama el resto de libretas alineadas en su escondite secreto.
Pese a ser el ultimo día del año, ya a media tarde la actividad en la cocina empezaba a escucharse.
Se tuvo que conformar, al fin y al cabo... su pequeña Violeta había sido quien los había invitado, bueno..., lo había soltado sin mas el día anterior. No solía importarle aquellas cosas, últimamente su hija mayor parecía estar en otro mundo, y pese a disimular frente a todos..., se daba cuenta como se redondeaba su figura, las caderas e inclusos esas sensacionales tetas aumentaban delante de sus narices, no era idiota... era padre de seis hijos..., reconocía los síntomas de una preñada. Y su hija lo estaba..., aunque ella puede que ni llegara a sospecharlo...
Se rebullo alentado con la idea de que su futuro nieto fuese también su próximo hijo o hija, o puede que su nieto..., dadas las inagotables sesiones de jodienda con su hermano Alberto.
Bueno... la niña ya no era tan niña..., joder... toda una mujer de hecho.
Incluso había desvirgado al tontorrón del vecino, ese si que había sabido darle su ración diaria de sexo.
Realmente se sorprendió cuando acepto los tejemanejes de la madre sin mucha resistencia., al contrario, mentira o no …, su hija parecía feliz con ese idiota de pocas luces.
No iba a ser él quien la entristeciera, no... simplemente acataría que si se daba... una futura boda, esa vez pudiera quedarse con el crío.
Demasiadas veces se recriminaba no haberlo echo la otra vez.
Pero el pasado era el pasado.
Sacudiendo la cabeza alejando los recuerdos de otra época se arrellano en su butaca, a lo sumo gozaría de un par de horas antes que le rogaran su atención y empezara la pantomima de la cena.
La letra de la segunda libreta era algo mas redonda, parecida mas a la de una mujer que a la firme y regular letra de su padre, arrancadas quizás de otra vieja libreta y enganchadas de cualquier manera, quebradizo papel de carta con matasellos del frente, con marcas de doblez y sujetas con grapas oxidadas.
Joder , con los viejales...-- pensó contando hasta una decena de ellas, por lo visto se extendía hasta ocupar la mitad de la libreta.
Recordando la anterior anotación de su padre, supo que aquella letra pertenecería a Esteban o Evelio..., o puede que alguna de las hermanas, aquellas bestias pardas no podían tener letra de señorita. Los pliegos se sucedían con algún cambio en la forma de la letra y debían ser cerca de 20 o mas . Aquellas primeras paginas eran distintas, incluso , parecían escritas con un lenguaje mas rígido , mas antiguo, nada que ver a las bravuconadas de los mellizos.
El que pensaba que aquellas gentes ni sabrían leer y escribir, se llevo la sorpresa de ver los sucios secretillos revelados de primera mano.
Aun siendo una perdida de tiempo, aquí tan arriba en el monte, sin nadie a quien hablar en meses, sin mas compañía que mis cabras, empece a escribir un pequeño diario, quizá para no volverme loca como otros tantos lo hicieron, quizás para no olvidar las pocas letras y números que aprendí en la escuela del pueblo.
Robando horas al sueño, escribo estas lineas para mi, en un cuaderno encontrado bajo el catre donde duermo y que debió pertenecer a madre, viendo las tapas azules y rosas compruebo que apenas un par de paginas son las escritas en este legado secreto que guardo junto un trozo de cinta naranja y carrete de hilo amarillo bajo el tablón suelto justo bajo la cama de padre.
Todos insisten en que me quede en cama, recobrando fuerzas mimándome con tazones de caldo espeso y gachas de azúcar y miel. Han pasado ya dos días y ardo por levantarme de esta cama, pero escuchando los ruegos de gallina clueca de padre decido darle el gusto por esta vez.
Habiendo parido y estando en la cama recuperándome sin nada mas que hacer que quedarme en cama mirando a mi hijo mamar con fuerza de mi teta, he decidido escribir todos los acontecimientos que llevaron a que mi pequeño Lázaro viniese a este mundo.
Padre ha dejado que tomase la decisión, tal como hace unos meses atrás de tenerlo o perderlo. Y tal como entonces, escribo estas lineas por puro desahogo, porque tal como lo veo... si llegara a sucederme algo supiera quien lo había querido desde pateo mi vientre por primera vez.
No creo que mi precioso hijito sea el abominable pecado que sin duda se convertiría si bajase al valle.
Mal rayo les funda si creen que voy a arrepentirme de algo, a mi... que siempre he sido mirada por encima del hombro por cada una de aquellas santurronas y beatas, como si no supiera de cada uno de los motes que me habían ido cayendo a través de los años, aguantando las malas lenguas sobre padre y escuchando siempre los cuchicheos de la zorroneria de mi madre.
Siempre igual, aguantando y aguantando ser mierda en su boca. Un rayo las parta a toda aquella reata de señoronas decentes y mozos de carta cabal....Jaaaaaa, Jaaaa..., falsos y fariseos.
Aun no siendo una hermosura, con semejante historial ningun mozo se acercaba a un palmo cuando obligada por padre bajaba con el rebaño una vez al año. Eramos algo así como los apestados, marcados por todos aquellos que nos volvían la espalda y se apresuraban a chancearse.
Pese a decir a todos lo muy poco que me importaba, sentía que cada vez que uno de aquellos zagales se reía en mis narices la rabia me quemaba los puños y atizaba un buen par de bofetones que acabaron por granjearme la fama de marimacho que aun cargo hoy en día.
Como no iba a odiar bajar al pueblo ? , era pensar en encontrarme con las caras de aquellas y aquellos que nos ponían a bajar de un burro para ponerme mala, como no dar gracias cuando los mellizos se cambiaron conmigo de buena gana.
Yo prefería pastorear por las montañas, cayado en mano arrastrando el ganado montaña arriba. Cuanto mas altas y verdes las cimas, mas disfrutaba de la soledad de allí arriba, a lo sumo me agenciaba en el morral con la comida, merienda y si apuraba el tiempo, anochecer en compañía de los animales.
Estando padre como estaba trajinando con la garrafa de aguardiente era necesario que todos nosotros arrearamos con el trabajo que él dejaba descuidado, vigilando que no escaparan los animales , pendientes de no ser atacados por lobos o ayudando cuando las crías nacían, por lo que jamas me vi forzada a quedarme encerrada en casa salvo para cuando los niños eran demasiado pequeños, luego fue cuestión de acostumbrarse.
Yo era la que tenia mas libertad estando padre impedido, pese a todo portar ovejas y cabras no era lo que se dice el sueño para ninguno de nosotros, eso si, te daba toda la libertad que tus piernas pudieran desear.
Así era ,como aburrida me tumbaba en la hierba observando como el ganado pacía tranquilamente , fijándome como el macho cubría a una u a otra oveja.
En ese momento , paraba de comer y contemplaba al animalejo arremeter sobre la hembra hasta que por fin paraba y caía de nuevo a cuatro patas , volviendo a cubrir a otra hembra dispuesta.
Siempre igual que entonces unos suaves escalofríos me entibiaban la entrepierna y a ciegas bajaba mi mano hacia mi pantalón abriendo la bragueta y metiendo la mano para suavemente acariciarme con la estampa de los animales fornicando.
No era idiota, porque sabia perfectamente por Don Basilio el cura del valle que aquello que mi mano me provocaba debía ser pecado, allí casi todo lo era... mirar , tocar, besar, rozar zonas prohibidas.
Las pocas veces que había acudido a la misa , esas eran las voces que lanzaba el cura con griterío .
Aun cuando medio pueblo sabia que la gobernanta que llevaba su casa no solo cargaba con las tareas de limpiar la sacristía, solo había que fijarse en el amplio vestido negro pretendiendo tapar al bastardo con el que le había cargado el cura.
Tanto hablar y miralo... – decía padre con la voz pastosa.
Así que ni teníamos en cuenta las eternas maldiciones que caerían sobre aquel que se diera al fornicio y pecado.
En la tranquilidad de mi montaña, me daba gustillo acariciarme suavemente la raja, lo justo hasta que empezaban a humedecerse mis calzones , solo llegaba a tranquilizarme cuando me acariciaba así..., hasta tal punto que si no lo hacia no lograba descansar por la noche.
Era una cría , a los 13 ya sentía curiosidad... a los 14 el quemazón que despertaba al llegar la primavera observando las yeguas cubiertas por los caballos salvajes me hacia hormiguear ansiosa de no se que..., el fuego prendía en mis carnes hambrientas de no sabia muy bien que.
Y pese a odiar bajar al pueblo , envidiaba secretamente aquella ansiedad con la que los mellizos bajaban a visitar a las putas, sentados a la puerta de casa esperando a padre con traje de domingo .
Llegando al burdel de las afueras y desfogando esa calentura que yo no podía echar fuera. Dormía mal, sudando en mi catre con la ropa de madre rozándome aun sobre la cabeza, olvidada allí como nosotros también fuimos olvidados.
Padre nunca les acompañaba, prefiriendo ahogar sus penas en la tasca, los esperaba hasta que de nuevo los tres enfilaban el camino hacia el monte , cayendo como muertos sobre los jergones.
Durante un tiempo mis hermanos se comportaban, padre apilaba otra tanda de garrafas repletas junto al establo y la vida volvía a su curso.
Las niñas aun eran demasiado crías, o por lo menos me lo parecía a mi. Así que jamas proteste al quedarme cuidándolas mientras ellos parrandeaban allá abajo.
Era uno de esos días, sola y con las crías en la cama, me vi sentada delante del fuego..., viendo las llamas crepitar, sentí como si la injusticia de ser hembra me golpeaba , imaginando las interminables jornadas de soledad con las que me tocaría lidiar a través de los años.
No era hermosa, lo sabia, pero al fin y al cabo era mujer, me decía.-- solo entonces las lagrimas me enturbiaban el entendimiento y me enfurecían. Mierda de vida, aullaba . No! – y como tantas veces salia a trompicones a fuera, caminaba hasta dar con el establo , dando patadas a las maderas podridas cabreada con el mundo.
Aquella vez, la vaca mugió al oírme patear el cubo del suelo, los perros ladraron en sus corrales y aun así mi rabia no estaba aplacada. Sansón empezaba a rebuznar con fuerza al escuchar el ruido, encerrado como estaba desde hacia 1 día, esperaba a Luciana la yegua mansa del vecino y debía estar atado para no salir al trote y montar a cualquier animal que se le apareciese a la redonda.
Pobre animalejo, en celo desde el día anterior, coceaba en el casillero donde encerrado rebuznaba oliendo la calentura de las yeguas de barranca abajo, impaciente y nervioso con el vergajo asomando a un palmo del suelo.
Aun sabiendo que podía ser peligroso, me metí dentro de su corral convenciéndome que debía tranquilizarlo o de una de aquellas coces echaría el casillero abajo escapando en busca de su hembra.
Acariciando su pelaje gris, ronronee rascandole las orejas, resollando conforme a mi caricia corcoveaba al costado, levantando las patas para propinar las coces que podían dejarle a uno tieso en el suelo, aun así , rasque su tripa blanquita hasta que al echar un vistazo vi como la tranca rosada del burro ya tocaba el suelo , me di cuenta por los bufidos de Sansón del sufrimiento que debía ser para él el encierro, del grueso tronco goteaba hasta la paja la lechada que preñaría a la yegua de Marcelino.
Ni se porque demonios lo hice, debía estar muy loca, pero agachándome vigilando que el tonto animal no pateara agarre con mi mano derecha la barra tiesa del mulo , palpando la pringosa carne tímidamente arriba y abajo.
El pobre, quieto ante mi caricia, callaba inmóvil al manoseo de su enorme vergajo, resollando y bufando al compás de mi manoseo eficaz. El mantecoso jugo lubricaba la caricia cada vez mas rápida hasta que de la punta de aquella trompa un caño caliente empapo la paja del suelo, le siguio otro entre bufidos , salpicando el dorso de mi mano.
Aun me hacia a la idea que el pobre burrito consiguiera escupir tanta lechada, dejándome asombrada ante la siguiente rociada viscosa.
Por un segundo imagine a la pobre yegua recibiendo los interminables chorretones en su vulva, y aquel calor tan placentero volvió a apoderarse de mi cuerpo, tenia las mejillas coloradas, el olor a lefa de burro flotando en el establo , Sansón por fin sereno volvía a pacer tranquilo en su corral. Agachada aun dentro del casillero, desee aunque fuera por solo una vez ocupar el puesto de aquella yegua castaña, pero al mirarme las manos aun manchadas con parte de la corrida del burro supe que jamas podría gozar de algo así. Sacudí el vergon escurriendo hasta la ultima gotilla de leche, pensativa.
–
Quien iba a acercase a una mujer como yo?, no por dinero; no lo tenia.
Ni por hermosura-- de eso tampoco gozaba.-- Con tristeza , aun agachada me dirigí hacia el portalón.
Los bordes de unas botas negras asomaban justo bajo el borde de la portilla, me tembló todo el cuerpo al reconocer las botas nuevas de padre, levantando el cuello con pavor observe como la recia figura plantada agarraba con nudillos blancos la portilla.
Ni una palabra salio de sus labios que me miraban temblando, solo vi llegar la palma cuando era demasiado tarde.
Agarrándome de la trenza derecha me sujeto hasta hacerme llorar, levantándome en peso por encima de la portilla, los lagrimones se me escaparon cuando di con mis huesos en el suelo arrastrándome por el suelo del establo hasta el tocón donde se cortaba la leña, poco le importaron mis lloros o mis protestas.
Para cuando me soltó aun con la cabeza al pie del tocón , me había ovillado esperando la somanta de palos que me llegaría en cualquier momento, y peor aun las hirientes palabrotas que me perseguirían en mis pesadillas.
- Mira lo que me encuentro al volver a por mis garrafas vacías , una guarra Toca pollas!– pronuncio en una voz lo suficiente serena explicando su vuelta temprana-- Yo que..., que... creía que eras distinta... una moza como dios manda.... y al final eres como la zorra de tu puta madre-- confeso bajando su cara al suelo.
Si, puta... sera mejor que te encojas porque la paliza no te la quita nadie...-- Perra malnacida, voy a quitarte las ganas de polla como me llamo Lucas!, – termino sentenciando enfurecido. * Padre... no, no...., yoo... – tartamudee sin sangre en las venas-- me encogí aun mas aterrorizada , los lloros nunca habían derretido a padre, al contrario. – alcanzando a entrever la figura paseándose arriba y abajo furiosa.
Los ojos se me abrieron como platos cuando padre desclavo de la leñera el hachón de un firme movimiento , no era posible... acaso estaba tan furioso que iba a matarme, solía ser una mala bestia cuando perdía los estribos, lo sabia de sobra, y por eso jamas lo provocamos hasta ese punto.
Pero de ahí a cortarme a cachillos …
- De una buena vez voy a enseñarte a respetar a tu padre..., porque cuando acabe contigo no va a reconocerte ni la santísima Virgen – me susurro al oído enviándome una bocanada de vino rancio y el hachón en mano.
Se me achinaron los ojos al tironearme de la trenza para colocarme sobre el tocón, en se momento pensé... ya esta, se acaba ,me mata y me echa al monte para los carroñeros. Oí volar el hachón sobre mi cabeza y cerré los ojos, cuando cayo en el seco tocón me lleve la mano al cuello horrorizada, aun seguía con la cabeza sobre los hombros, y de inmediato el hacha volvió a bajar sobre mi cabeza.
Para cuando pude abrir los ojos, descubrí mis hermosas trenzas negras a mis pies, como dos serpientes muertas, me lleve la mano al sitio donde antes había quizá lo único de lo me sentía orgullosa , muda de la impresión con el pelo rozando mis orejas pude verle rondar hasta la pared en busca de algo que no pude distinguir y que se acabo por convertir en las tijeras de esquileo.
Retrocedí muda, sabiendo que iba a continuación a sucederme, a trancas y barrancas me arrastre hasta los fardos de heno que se amontonaban justo tras los corrales, intentando huir del tintineo de las tijeras acercándose.
- No he acabado contigo..., para cuando lo haga..., desearas no haber nacido... puta del demoniooooo..., –me atrapo sacándome del cuello de la camisa.
Hubiera podido haberlo amansado quedándome quieta, padre me raparía como una oveja y me azotaria con la vara de abedul.
Pero aquella vez..., sin saber porque..., me rebullí intentando soltarme de su garra , patee al aire golpeando a ciegas, esperando que algún golpe lo aturdiera para escabullirme monte arriba, quizás a la gruta de invierno .
Igual que una fiera ataque a mordiscos la mano que me tenia sujeta del pescuezo, hasta que mis dientes probaron la sangre manando de la mano que sujetaba la tijera.
- Mala Bestia...., mascullo padre mirándose la marca de los dientes – cerrando el puño y lanzando un puñetazo hacia mi cara.
Todo se volvió negro como la noche y ni supe como demonios la humedad en mi cara me despertó de golpe. Parpadee atontada, con un dolor del copón en el lado izquierdo de mi cara... los puñetazos de padre podían tumbarte como una coz de mula, como pude me di cuenta que la humedad era agua chorreando a mis pies.
Y que para mayor bochorno estaba echada sobre dos fardos de heno con las manos atadas a la espalda, de padre no pude ver nada estirada sobre mi tripa como estaba , presa para el matarife.
- Bestiaa parda....-- gruño padre tras de mi llamando mi atención-- ahora acabare con lo que empece antes..., – se cernió sobre mi espalda agarrándome la cabellera.-- Ya que lo quieres por lo malo... pues a las malas sera-- gruño dando el primer tijeretazo.
Los mechones empezaron a caer sobe el fardo de heno sin tregua, sin importarle lo mas mínimo los lloriqueos que a moco tendido salían de mi cara hinchada.
Para cuando termino, no podía dejar de hipar sin control. los bramidos de padre habían mermado hasta convertirse en gruñidos roncos aun mas horripilantes que los anteriores.
- Así aprenderás la lección... se inclino hasta susurrarlo a mi oído-- No te preocupes, ni un solo mozo se te arrimara en mucho tiempo... tenlo por seguro-- me soplo el aliento caliente.-- Y en cuanto a lo de antes... – se me echo encima aplastándome contra el fardo de heno.-- Se te quitaran las ganas..., de eso me encargo yo.-- gruño levantándose y aplastando mi cara sobre la paja.
Las babas y los mocos resbalaban por mi cara, el punzante dolor de mi ojo latiendo y un ligero sabor a sangre fluían por mi labio partido y aun así... note algo duro rozando los riñones.
Algo que empezaba a hacerse mas y mas grande a cada palabra que me iba soltando a la oreja, Es que no tenia suficiente?-- pensé aturdida mientras padre se rozaba lentamente sobre mi espalda.
- Mmmmmffff..., dejemeee padreee..., suplique procurando no molestarlo mas-- Le juro que no... – deje a medio acabar cuando se quito de encima mio.
- Ahora mismo voy a quitarte las ganas de polla .-- hablo padre peleando con algo – o no me llamo Lucas y soy tu padre! – escuche desabotonándose el pantalón .-- Rabo va a tener hasta que me canse...-- gruño rebuscando entre sus ropas.
- Nooo, noooooooooo padre..., por diooooooosss-- le suplique sabiendo que era inútil.
Recuerdo la manaza de padre agarrando mi trasero hasta dar con el cinturón de cuerda y tajarlo con la tijera, lo siguiente fueron los pantalones de lana arrancados como papel de biblia de un tirón que a poco se quedaron enredados a mi s pies.
Pero fue su mano agarrando mi cintura la que no dejo que me escurriera hacia el suelo.
- Tengo la intención de que no olvides jamas..., jamaaaas..., la lección de tu padre... aunque... me muera y vaya derechito al infierno.-- gruño deteniéndose y enmudeciendo.
Apenas podía levantar el cuello del fardo, ni menos saber que demonios sucedía detrás de mi, la cuerda en mis muñecas me lo impedía , llorosa y con los pantalones a los tobillos no sabia lo que podía pasar por la mente de mi enloqueció padre.
Procure reunir las pocas fuerzas que me quedaban subiendo los hombros girando la cabeza.
La visión de mi ojo derecho me llego casi dejándome de piedra, padre permanecía quieto los ojos abiertos como platos fijos en mi cuerpo inclinado, de entre la maraña de camisa y pantalón asomaba una gigantesca tranca morena .
El aliento se me atasco en la garganta en un quejido histérico, que cojones...aullé pateando al verlo acercarse despacio.
- Si alguien ha de amaestrarte... – se avino hasta que su voz me llego dolorosamente cerca-- Quien mejor que tu padre...-- susurro poniendo su mano sobre mi calzón de lino.-- y sera mejor que no me hagas enfandar...oooooooo-- el azote me caldeo donde la mano había golpeado-- podría enfurecerme .-- hablo acariciándome el culo sobre el calzón.
Procure distraerme de lo que me rodeaba, los ruidos de los animales moviéndose a un palmo, el olor a paja seca, todo para intentar olvidarme de los azotes que me golpeaban una y otra vez.
A lo sumo al décimo, el picor y escozor me adormecieron casi al punto de no sentir como la mano de padre sujetaba la cintura de mi calzón y rasgaba sin piedad alguna el tejido , dejándome con el culo al aire delante de sus narices.
Me llego el resuello de toro que me hizo temblar de los pies a la cabeza.
- Putilla del demonio... tentando a tu padre con semejante culito.-- murmuro para él – agarrándome de la cintura hasta que el toque de algo caliente y mojado me hizo dar un saltito.
- Nooooo, nooooo-- intentaba echarlo para atrás.
- Quieeetaaaa potra... o te aseguro que te la meteré por el culo hasta que llores-- amenazo atizando otro cachete.
Pensar en aquel enorme tronco de carne abriéndome el culo, me hizo temblar como una hoja..., no seria capaz..., no podía ser...-- pensé..-- así que , se me paralizaron todos los músculos de mi cuerpo, y de nuevo me hubiera escurrido hasta el suelo si la mano que antes solo me sujetaba no me hubiera agarrado .
- No me importa que chilles... adelante... grita cuanto quieras – boqueo ansioso – pero de aquí no salimos hasta que no haya catado este coño... Eso si no lo ha echo ninguna de estas malditas bestias, hummm ? ., aprovecho a meter su mano entre mis muslos abriéndolos – A saber si el buen Zasca te monta haya arriba...-- restregó algo duro y caliente sobre mis doloridos cachetes.
El pobre zasca, nuestro mejor perro de guarda, miraba desde el cercado con cara extrañada llorando sin saber muy bien lo que sucedía , el tacto de algo caliente y duro empezaba a deslizarse sobre mi culo con engrasada maña, los jadeos de padre cada vez mas roncos , la punta de algo húmedo rozándome los riñones.
Cada vez podía respirar peor, el peso del corpachón de padre me aplastaba sobre la hierba con aquel tremendo pollon resbalando mas y mas rápido.
Pensé que si así se quedaban las cosas, podía darme con un canto en los dientes, que acabara allí, que todo quedara en una humillación y aquí paz y luego gloria.
Rece como nunca para que padre descargara cuanto antes, me daba igual ensuciarme....para eso podía lavarme...-- pensé en ese momento.-- pero al darme cuenta como se apalancaba entre mis piernas haciéndome abrirlas , apretando con una fuerza que hizo morderme la lengua. Probé el sabor de mi sangre cuando palmo a palmo restregó el venoso cipote sobre mi coño.
Sentía los labios abiertos pringados de lo que su polla manaba sin cesar, acelerando aun mas la locura que se apodero de su cuerpo, los gruñidos que salían de su boca eran lo mas parecido a los de un macho cabrio en celo.
Furioso como estaba ni si quiera se me paso por la mente abrir la boca, no fuera a encabronarlo aun mas.
Cada sobeteo de aquella dura carne iba siendo cada vez mas lenta, hasta que en medio de dicha batalla de gruñidos animales un caliente y espeso liquido mojo mi coño, igual que la baba de caracol , meneándose a un compas muy lento.
Respire aliviada, imaginando el fin de toda aquella locura..., pero lo que jamas pude soñar fue la carne dura y caliente descansando entre mi culo endureciendose hasta pringarsme y empujar contra mi pobre raja hincándose palmo a palmo hasta quedarse medio enterrado en mis carnes.
Fue como un tajazo de machete en mis entrañas, igual que si un trozo de afilado acero me rajara por dentro y luego quedarse quieto esperando no se que.
- Aaaagggghhhhhhh meeee dueeeleeeee , meeeee dueeeleeeeeeeeeeee, pare usted padreee me vaaa a mataaaaat....-- llore a pleno pulmón.
- Oh hijaaaaa..., soy el primeroooooo, ooohhhh diooos que tiernooo …, diooooos-- parecía animarse-- Yaaa casi la tienes todaaa.... solo un poquito maaaas...--deja que descargue el semen y alivieee el dolor hija..., sera lo mejor...-- se paralizo con la ultima palabra.
Es que no iba a terminar nunca?, aun había mas dolor..., me sentí sujeta de la cadera al metermela hasta el fondo. El siseo que escapo de mi boca debió asustar a padre que enseguida se paralizo en su intento de empujar con toda su alma.
- Angelitaaa ya eres mujer..., hazte a la idea... de que este coño había de ser de un macho como dios manda..; tu padre...-- acostumbrateee a mi lecheee porqueeee... Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, meeeee corrooooooooooooooooo-- aulló empujando sin contemplaciones la palpitante polla y empujándome sin control alguno .escupiendo un primer chorro caliente dentro de mi dolorido coño hasta que la espesa leche me inundo las entrañas.
Un extraño calor empezó a llenarme por dentro, calmando algo el dolor punzante de antes , esperando y esperando que acabara de soltarme de la dolorosa postura. Aun encajada podía notarlo soltar el caliente jugo que aliviaba algo el dolor, tome aire algo mas aplacada . Notando como poco a poco la dureza de su vergon fuera perdiendo fuerza, sisee escocida cuando salio de mi interior.
Me ardía el coño como fuego de san juan, notaba mis entrañas repletas de su leche que para mayor apuro empezaron a escurrirme pierna abajo, parecía que meaba a lo bestia.
Me asuste ante eso, aquello no era normal. Había dejado de prestar atención hasta que volví a escucharlo con voz firme .
- Hacia muchooo... , pero no he perdido la practicaaa....,-- deja de berrear... te lo tienes merecido..., --ahora has aprendido la lección, verdad?-- se rió con arrogancia.
El sabor del heno se mezclaba con el del sabor de mi propia sangre al morderme el labio partido. Casi termino de jactarse cuando la hoja del cuchillo corto la ataduras de mis muñecas, las frote adormecidas hasta que pude secarme las lagrimas y volverme.
Me toque la cabeza pelona , igual que un despiojado me había rapado como una oveja terca.
- No quiero oírte quejarte ni una mijica... entendido?-- Bien sabes que merecías una buena lección-- se apresuro a meterse la polla dentro de los pantalones. – Arreandoooo vamooos... o quieres que tus hermanos te pillen con el culo al aire?-- soltó así sin mas.
Sorbí las ultimas lagrimas como un cordero recién esquilado , renqueando igual de torpe me levante despacito. de las piernas aun se deslizaba la espesa prueba de que padre había acabado con mi virginidad, me subí el calzón sujetándolo con las dos manos . Me escocia y picaba el coño, y a mayor apuro escuche los vozarrones de los mellizos subiendo la cuesta hacia casa.
Agarre los pantalones fijándome en la cuerda rota en pedazos , pudiéndome hacer con un pedazo de soga un apaño momentáneo, me limpie todo rastro lloroso de mi cara,
Componiendome como mejor supe salí a recibirlos aun con la cara roja y apaleada.
Callaron como muertos, al verme aparecerme en el umbral de la puerta, y ni quise contestarles las preguntas maliciosas queriendo conocer la razón de mi espantosa facha.
No solté prenda, pues aun sin poder abrir uno de mis ojos, el labio partido y mi cabeza pelona como un tiñoso supieron que padre tenia algo que ver en el asunto.
Ni se como me llegue a la cocina y prepare algo de cena, los pinchazos de todo el cuerpo apenas me dejaron probar bocado esa noche.
Les vi zamparse las dos bandejas de huevos y tocino con hambre de lobo , tiesa de dolor y molestia.
- Ponte algo de carne cruda en ese ojo, o mañana no podrás abrirlo....-- soltó padre mondándose los dientes.-- Agaahhhh! Bostezo con fuerza..., esta noche me acostare pronto...-- Vosotros podéis quedaros si queréis... , yo estoy rendido.
Vimos desaparecer a padre con paso lento con la pipa humeando a su espalda. El nudo enredado en mi estomago se soltó algo viéndolo alejarse, aun debía retirar los cacharros y apilarlos junto a la pila, pero la voz de Esteban me llego perfectamente afilada.
- Algo gordo debes haberle echo para que te rape como un tiñoso, no se , no se, que puede haber sido?-- pregunto a su mellizo sentado al otro lado de la mesa.
- Ni idea... continuo rebañando el plato-- Que lo cuente ella..., no?-- así te dejara de picar la curiosidad.
- Ehhh,, Sansón se ha escapado del casillero , ha pateado a varias ovejas , destrozándolo todo..., yoooo..., yo.... no lo puede parar.-- mentí dándoles la espalda.
- Baaahhhh, solo son un par de ovejas..., nacerán mas..., no se, no se..., huele a chamusquina... pero sabes... se levanto de la mesa-- Estoy molido..., ya le daré vueltas mañana...--- empezó a caminar hacia la escalera que conducía a la planta de arriba.
Respire algo mas tranquila, enjuagando los platos y los vasos, procurando que aquellos se alargara todo el tiempo posible. Cuando la hilera de platos estuvo colocada en la alacena, supe que debía ser muy tarde.
Siendo la noche de san juan, las hogueras relucían a lo lejos dando luz a la oscura noche, no podía dejar de pensar en lo poco que iba a dormir aquella noche.
Con paso lento me dirigí hacia el cuarto de padre, temblaban mis manos al agarrar el pomo y entrar como miles de veces, solo que aquella vez no era igual.
En la oscuridad del cuartucho se colaba el reflejo de las luces de las hogueras , los pies me pesaban como piedras de río , me acerque hacia mi cama bajo el ropero que había sido de mi madre , me senté mirando hacia la figura de padre en su gran cama, sabiendo que aquella noche seria imposible dormir, ni aun con toda la ropa encima me sentía segura,
Me saque las botas sin apartar la vista de padre , aturdida y dolorida me tumbe en el catre con los ojos abiertos..., aun con la ropa a cuestas ,espere y espere..., los segundos se volvieron minutos estos en horas , debí quedarme rendida....
y soñé... soñé con sansón , su polla rosada, y la polla rosada convirtiéndose en el enorme rabo moreno de padre.
Luego el dolor desgarrandola al hundirse en mi coño, los aullidos de dolor volvieron a ahogarme , las lagrimas volvieron a escocerme los ojos , ese escozor empezó a calmarse poco a poco.
Un escalofrió me recorrió el cuerpo, luego otro acabo por entibiarme hasta que se volvió agradable, no sabia como pero me encontraba muy bien,, un gustito de lo mas bueno me relajo hasta recordar lo placentero de mis manoseos de todas las noches.
Fue ahí donde abrí los ojos de golpe, no eran mis manos quien sobaban mi coño..., en la oscuridad distinguí la figura de algo agazapado entre mis piernas desnudas..., había conseguido sacarme los pantalones hasta meter su mano entre los pliegues de mis calzones.
Las primeras luces del amanecer descubrieron a padre arrodillado junto a mi catre con la mano frotando amorosamente mi coño, paralizada del susto me mordí el labio partido muda al mañoso meneo de la manaza que traidoramente habia conseguido bañarle con mis jugos.
- Que piel tan suave y mojadaaa...mmmmm, puraaa mieeelll...--empapo su dedo metiendolo en mi raja.-- Calentitoooo siiii, siiiiii, asiiiiiii,, bieeen tiernoooo...-- susurro a la suya.
Para entonces aun seguía pasmada, sin poder evitar acompañar sus palabras con el balanceo de mis caderas..., aquello me estaba poniendo mala, ayudándolo a que otro de sus dedos se enterraran en mi raja y acelerara inconsciente de mi cuerpo.
El gustillo era delicioso, mas si cerraba los ojos y me dejaba llevar con los gruñidos de padre.
- Que coñito tan cerrado..., ostiaaa del cielo...., estrecho y cerradito..., como aprietaaaaaaaa jodeeeer...-- Asiiiii, meneaaa asiii, meneaaaaa, esooo, esoooo...-- repetía excitado.
Ni se porque demonios le hice caso, solo quería acabar con aquella deliciosa tortura, correrme cuanto antes, ciega como estaba a todo lo que no fuera gozar del manoseo, ni me di cuenta del susurro de ropa a mi alrededor, lo siguiente fue el peso de su osamenta tumbándose encima mio , aplastándonos sobre el pobre catre.
Sin aire en los pulmones, note sus manos acariciando a ciegas hasta llegar a la cinturilla de mi camisa, los botones volaron por el aire al ser arrancados impacientes, su aliento caliente resoplando sobre mis tetas como un corderillo en busca de su alimento.
No me moví ni un palmo, dispuesto a que acabara cuanto antes y me dejara en paz. Al fin y al cabo, eso era lo que hacia el macho cabrio, cubría a la hembra y luego buscaba a otra.
Solo era cuestión de no quejarse, de aguantar, así lo veía …
- Dejame... que...!-- peleo con la lazada de mi camiseta hasta soltarla y liberar mis tetas.-- Ostia putaaa... menudos melones...-- susurro prendado-- ooohhh hijaaa..., si que los tenias guardados...!-- resonó su risa bronca.
Esto lo tiene que probar tu padre...-- con lo que me gustan los pezones morenos...-- suspiro.
Eche la cabeza a un lado y lo mire directamente, una mirada de loco parecía haberse prendido en él, la cabeza bajo hasta que de un ligero movimiento se metió mi teta derecha en la boca y chupo con ansias.
El fuego de mis entrañas se encendió al notar su lengua envolviendo el pezón , mamando con hambre calo de babas haciéndome cosquillas con la espesa barba a cada succión.
Casi enseguida se desteto de una y empezó a mamar y chupar de la otra, parecía un corderillo hambriento que no dejaba de marcar el ritmo rozando algo duro contra mi estomago.
No pude aguantar mas y un gemido escapo de mi boca, al sentirme padre redoblo su lenguetazos envolviéndolos y empitonándolos, cada sorbo me hacia achinar los ojos.
Ni supe cuanto tiempo estuvo lamiendo y chupando de mis tetas, los espasmos deliciosos de mi coño me habían dejado fuera de juego, ni sabia ni entendía lo que vendría, solo podía dejarme llevar, y así lo hice cuando Padre aparto su boca , no quise mirarlo, incluso aparte la cara de sus babosa boca.
- No seas malaa..., papa va a darte mucho placer..., vamoosss... dame tu boca....-- murmuro.
Terca , sabiendo que quizás era en lo único que podía resistirme sin que me doblegara, continué con los ojos cerrados y la cabeza mirando a la pared.
Inmediatamente, las manos de padre me sujetaron de la cintura hasta que los contoneos de su caderas encontraron la entrada de mi coño hundiendo el tieso rabo de golpetazo.
La impresión me hizo soltar un berrido que padre se apresuro a silenciar, poniendo su callosa mano sobre mi boca, el cipote palpitaba dentro de mi, igual que Sansón …, padre se mantuvo quieto esperando a que dejara de aullar como loca, hasta que de un primer empujón me lanzo hacia arriba, empalandome una y otra vez, jodiendo a un ritmo lento sin vuelta atrás.
Espere dolor, pero la sensación del pollon resbalando en cada una de las profundas riñonadas no fue igual, estaba incomoda, pero … notaba un agradable cosquilleo por todos lados, aun así nada me haría olvidar que los gruñidos y bufidos de padre se parecían a los de Sansón y que padre volvía a forzarme otra vez.
- Mierdaiiiii, siiiii, asiii hijaaaaa esoooo esss, abre bien las piernas y dejate follar por tu padree.... , disfruta de una buena polla...., – Ohhhh queee estrechitooo cielooo, ohhhhh, siiii, asiiii..., No te faltara polla... nooo,- Ohgggggg...
Yo muda me dejaba mecer por los movimientos del catre temblequeando a cada arremetida. No podía dejar de notar como algo iba apoderándose de mi cuerpo, quemándome a cada pistonada, y seguía mirando la pared como si la vida me fuera en ello, de pronto note el aliento y su lengua de padre en mi oreja, lamiendo con suavidad mientras susurraba:
- Si tienes falta de polla... Tu padre te la dará con gusto ..., no sufras mi cielo..., no pienso escatimar en esfuerzos..-- lamió la oreja succionando un reguero de besos cuello abajo.
Cerré los ojos, intentando aislarme , pero no pude dejar de oír los ruiditos de los dos cuerpos apareándose como bestias salvajes traqueteando hasta que las patas dejaron de aguantar nuestro peso y se vencieron cuando el gruñido de padre escapo de su boca en quejido lastimero.
Comenzando a correrse bestialmente a chorros sin importarle encontrarse sobre el suelo, los largos caños de algo caliente empezaron a llenarme en las riñonadas profundas y lentas, hasta que en un ultimo quejido ronco acabo por quedarse quieto escurriendo las ultimas gotas de lechada.
Para cuando la polla mojada se deslizo de mi coño, solo pude torcer el gesto , escocia un poco menos..., pero volvía a estar cubierta de la babosa crema de padre, hasta que despacito se levanto y me contemplo calladamente.
- Anda …. sera mejor que te levantes... y te limpies un poco... – El coñoooo vamos...!-- si tengo tiempo, enderezare las patas del catre..., mientras dormirás en la cama grande... A mi vera...-- le oí cubrirse con la camisa y anudándose el pantalón.
–
Entendido? * Si , padre...-- me limite a contestar procurando que secar la babosa corrida con la colcha-- * Bueno.., hoy esquilaremos nuestras ovejas..., se acabo de atar las botas de caña-- Si no hace mucho sol, bajaremos a la charca para abrevarlas...-- continuo acercándose a la puerta para salir.-- No hace falta que cocines, puedes llevarnos algo de tocino y queso...!-- Duerme algo !, tus hermanas harán hoy tus faenas.
Levantándome del suelo, me arrime a la gran cama brincando sobre ella para caer rendida y agotada, pensando en un millar de cosas para burlar a las pesadillas que me acompañarían cuando cerrase los ojos.
Justo cuando los ojos se me cerraban volví a escuchar los pasos decididos de padre entrando de nuevo-
- Estas hierbas te las tomas cuando despiertes, así no arraigara ninguna criatura... – El cardo rojo no dejara que tu tripa se infle con mi semilla.--Tomártelo a partir de ahora evita remedios chapuceros...
Con la cabeza embotada me dormí soñando con criaturas con cabeza de burro y cuerpo de macho, con pollones rosados y gruñidos animales de pastor.
Una criatura... no, por dios... de padre... eso nunca.