Las Batallitas del abuelo Eladio y familia. (2.)

La vida de Eladio empieza de una manera algo miserable, en él esta la posibilidad de cambiarla. Si sabe aprovechar las ocasiones, nadie le negara un buen coño.

Noviembre 2005

Los niños nacieron ayer, que alegría!. Me llamaron justo cuando salia de la fisioterapia para decírmelo. Imaginate Padre a mi edad!. Joaquin solo me contó que Remedios estaba bien y se quedaría unos días en el hospital, el parto de gemelos le resulto algo complicado.

Son dos niños! , y por lo que me contó ; enormes.... Jaaaaa, Jaaaa! Igual que su padre!.

Bueno ahora que lo mas complicado ha pasado, se que Remedios vendrá a visitarme pronto... llevo demasiado tiempo sin ella, que ganas tengo de verla , de tocarla …., de quererla.

Solo ahora, después de tantos años, comprendo que lo te contare ahora hijo trastoque la imagen que tenias de mi, no solo como padre sino también como hombre. A lo largo de todo este tiempo, estuve tentado en contártelo todo, pero la promesa hecha a vuestra madre me lo impidió. Luego , quizás solo se trato de miedo.

He de empezar por el comienzo de todo, como el génesis.

Digamos que... nací en un pueblecito interior de Murcia, aunque he pasado media vida dando vueltas por el mundo , nací en 1919 y fui el segundo hijo de Mª Teresa y Eliseo ; tus abuelos.

Según supe después tuve un hermano llamado Rufino que nació dos años antes y que murió al los seis meses que yo naciera. Luego llegaron Beatriz que nació en 1921, Gonzalo muerto en la batalla de Belchite, las pequeñas Carmina y Pilarin en 19 25 las dos casadas con comerciantes en Barcelona y la chiquitina Consuelo que nació en 1937.

He de explicarte algo mejor, como era todo en aquellos tiempos.

Tu abuelo Eliseo era el apoderado del cacique del pueblo; Don Matias.

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Eliseo se encargaba de la peonada que trabajaba en la gigantesca finca de don Matias una de las mas antiguas ganaderías de España.

Llevaba trabajando casi 20 años para el señorito, justo como antes lo hiciera su padre. A cambio tenia derecho a una pequeña parcela de tierra , una casita heredada de su padre y algo de ganado menor.

Para él, nada existía fuera de los limites de aquellas tierras, y tal como lo recuerdo... callado, sereno y devoto de la virgen de la Fuensanta.

Era un alma simple, con pocas o nulas ambiciones. Trabajar en la tierra para vivir de ella, esas eran las palabras que siempre le escuchaba repetirme. Para él no existían mas que el campos, sus perros y su escopeta.

Por ese orden, así que cuando el señorito se lo llevaba de cacería disfrutaba alejándose de todas nosotros.

No puedo imaginar lo que supuso para mi madre casarse con un hombre así, visto ahora con perspectiva como ahora se vería, era ridículo que un hombre soltero de casi 39 años se casara con una niña de 14, pero así eran las cosas entonces.

Mi madre; Teresa, era hija de uno de los peones de la cuadrilla que comandaba papa, la hija menor de 12 hermanos.

Siii..., tal como lo leees., 12.

yo creo que imaginarse dueña de su propia casa, sin necesidad de compartir ropa o pelear por comida con sus hermanos obro el milagro .

Me da mucho coraje no tener la foto de bodas para mostrártelo, pero supongo que se quemaría durante la guerra.

En fin, tu abuela Teresa se caso con el abuelo en 1916, justo en el mismo año que don Matias lo hacia con doña Angustias, una señorita de capital de alto copete.

Mi madre paso a ser la criada de la señora Angustias cuando se quedaba en la finca, cosa que poquísimas veces sucedía,. Mama, solía contarme que odiaba todo lo relacionado con el campo y los animales de la finca, se pasaba encerrada en la finca casi durante los primeros años con don Matias.

Durante esos años, mi madre y doña angustias se quedaron embarazadas casi a la vez, y pese a que la enorme barriga incomodaba a doña Angustias, a mi madre no le impidió estar a su servicio hasta dos días antes de salir de cuentas. Rufino nació en medio del huerto de patatas que mama tenia para ella, berreando como un condenado entre surcos de tierra cuarteada.

Apenas tenia 15 años cuando pario sola, muerta de miedo por el dolor y la sangre.

Arrastrándose como pudo, consiguió llamar la atención del abuelo que la llevo en volandas a la casa con Rufino aun atado del cordón.

No hubo médicos alguno, llamaron a su madre y a la vieja partera del pueblo. Cuando las dos salieron de la habitación , mi hermano llego a los brazos de su padre por primera vez. Rufino; como tu abuelo-- escucho mama desde la cama.

Después de aquello, doña angustias tuvo que pasar sin mi madre durante un tiempo, justo ahí nació el señorito Alejandro y tanto el como su madre desparecieron en la ciudad junto con don Matias. Por lo tanto mi padre quedo al cuidado de la finca, durante un tiempo las cosas se acomodaron como solo en el campo lo hacen.

Lluvia, hierba y animales pariendo.

Estación tras estación, dejando atrás el calor y llegando los fríos.

Fue durante esa estación seca de invierno cuando mi hermano Rufino moría de pulmonía, apenas era un niño gateando pero la dureza del campo no es para todos. Creo que su lapida es una de las que respetaron los rojos cuando llegaron al pueblo.

Así eran las cosas, enterraron a un hijo con otro en camino, yo nací a los seis meses de la muerte de Rufino, esta vez en la cama de la casa donde me críe. Me contaron que apenas en media hora asomaba la cabeza y berreaba pidiendo teta.

Mama solía contarme, como solía dejarme en la cuna junto al señorito alejandro ambos amamantados por su leche.

Si, así fue..., doña angustias no tenia leche para su hijo, así que volvieron a la finca para que tu abuela se convirtiera en la nodriza del hijo del patrón. Mama era aun una cría y tenia leche para los dos, así que..., mamamos de la misma teta.

No se si fue, aquello o puede que la proximidad de nuestras edades, alejandro acabaría por convertirse en un refugio para días difíciles, en un verdadero hermano de leche.

Los años pasaban, y mis hermanas fueron naciendo, primero hubo un aborto de por medio antes de la llegada de Beatriz el grano en el culo mas gracioso que pudieras tener como hermana, Gonzalo un bulto llorón que acabaría convirtiéndose en un formidable miliciano, y luego llegaron las pequeñas Carmina y Pilarin las gemelas, tan iguales que nunca conseguías distinguir una de otra.

Años que fueron buenos para los negocios de don Matias que fue enriqueciéndose a costa de la compra de terrenos y ganaderías.

Alejandro se crió entre las paredes de la finca y de la casita donde vivíamos, sin ningún hermano a la vista nos convertimos en sus compañeros de juegos ante todos.

A su padre parecía no importarle, y pese que doña angustias había cedido volviendo a vivir encerrada en medio del campo, no pareció quedarse preñada.

De aquel tiempo recuerdo cosas vagas, el tiempo se me iba en juegos y en arrear nuestro rebaño. Luego , volvía con Alejandro a estudiar. Estación tras estación, así hasta llegar a los 12.

Porque nuestra vida va siempre ligada a coincidencias, nunca lo sabre. Nada puede asegurarte que tu destino esta marcado desde que naces, el mio lo estaba, tendría que haber sido capataz tal como lo fue mi padre, y mi abuelo antes que él. Pero en vez de eso pude ir a la escuela con Alejandro , mis hermanas fueron descartadas por tratarse de mujeres y ser pobres.

Pero yo aproveche cada una de las oportunidades, con 12 años era el mejor estudiante de clase, no quería pasar mis años arreando el rebaño de otros, pasando frío en invierno y abrasándome en verano, no . Sabia a ciencia cierta que no lograría salir de allí si no destacaba, y lo hice.

Tanto alejandro como yo pudimos disfrutar de un internado en la capital , un sitio para señoritos en el que yo iba en calidad de guardián del pequeño señorito.

Con una maleta de cartón atada con cuerdas nos despidieron en el anden de la estación, mis padres rodeados de sus hijas y con cara seria, me despidieron con 3 pesetas en el bolsillo, una fortuna en la época.

Alejandro vestido con traje de domingo no dejaba de botar junto a mi asiento, feliz por salir de aquel mundo tan cerrado , dispuesto a vivir mil aventuras.

Paco se imagino la niñez de su padre y ladeo la cabeza, nunca hubiera imaginado lo de sus tíos y tías, nunca conoció a ninguno de ellos, ni en nombre ni en persona.

Solo recordaba el ultimo nombre de sus tíos y tías ;Consuelo , la niña que había nacido en plena guerra .

Algo se le escapaba de todo aquello, como un hilo suelto en la madeja del que si tiras con fuerza deshará todo el ovillo.

Aparto el cuaderno pensativo.

Donde llevaría aquello?.

Una vez entramos en el internado de señoritos, la cosa se relajo un poco. Podíamos ir y venir a nuestras anchas, dormíamos en la casa en la ciudad de doña Angustias, y eso para mi fue un lujo.

Acostumbrado como estaba a dormir con todos mis hermanos en una misma habitación, la novedad de tener un pequeño catre junto al lavadero se convirtió en un lujo del que me beneficiaba a mis 13 años.

En aquel entonces, servia en la casa dos doncellas , la cocinera y un mozo para todo. No puedes imaginar, lo que era comer hasta hartarse, dormir entre sabanas nuevas y tener todo el tiempo del mundo para hacer o deshacer cuanto te diese en gana.

En aquellas calurosas noches de Junio comencé a despertarme algo avergonzado, no sabia si era por dormir solo por primera vez, o precisamente se tratase de eso. Cada mañana despertaba con las sabanas mojadas de los sueños calientes en los que aparecían Juanita la doncella de la señora .

Siempre era lo mismo, la veía arrodillada sobre el suelo fregándolo con fuerza, restregando el trapo jabonoso sobre el suelo. Agitando y moviendo las caderas en una cadencia que me hacia poner tiesa la polla.

Desde entonces, me escondía cuando las veía fregar sobándome al compás de sus movimientos.

Por la noche, ya sin reparo alguno..., me imaginaba el culo de Juanita redondo y duro mientras me machacaba la polla sin tapujos.

Todos los hombres de nuestra familia han tenido suerte en ese aspecto, sabrás que en el pueblo el mote de nuestro padre era el Burrico, todos nosotros por lo tanto eramos Burricos , la cancioncilla ya era vieja, pero si uno la tenia como un burro, pues que se le iba a hacer? .

Y aun siendo un crío como era, desgarbado y flaco como un palo de escoba tenia un rabo totalmente exagerado para mi enclenque constitución.

No podré negarte que cuando empece a soñar con Juanita y a Dolores; la otra sirvienta , las pobres rieran como locas cuando me veían aparecer al almorzar.

  • Has dormido bien, Eladio? – se mofaba juanita mientras metía la sabana en un barreño con agua caliente.

Por lo que veo..., no consigues pegar ojo como dios manda-- consiguió acallar la carcajada dando un codazo a Dolores. * No se..., pues …, si he dormido... eh... bien... claro.-- bajaba yo la cabeza avergonzado queriendo que le tragara la tierra. * Mmmm, pues me parece amigo mio... que vamos a tener que hacer algo con todo eso..., – le susurro Juanita al colocarle las gachas frente a él. Habrá que llenar de carne este cuerpecillo! – No faltaba mas... ,o no podrás con tanto trajín ..!-- Me parece a mi que... mucho gallito para naaaa...!-- * Buenooo..., sera mejor que vaya con Alejandro – contestaba. aturullado al levantarse de un salto y dirigirse al comedor principal.

Ya entonces, Alejandro y doña Angustias almorzaban en el comedor principal entre el lujo al que siempre habían estado acostumbrados, dejando a la servidumbre la cocina como verdadero centro vital de la casa.

Yo solía esperarlo junto a la jamba de la entrada, los libros atados en cada mano para salir disparados para clase.

Ese día lo recordare mientras viva, fue mi primera vez. Si.

Aquel día, no se que día de verano era, pero hacia tanto calor como en el infierno, ya a las 3 de la tarde ni un alma rondaba las calles desiertas. Todos se encerraban en el fresco de sus casas, esperando que el calor cediese a la tarde.

Todo se volvía lento, aburrido, cansado.

El ritmo se paralizaba hasta pararse por completo, encerrados entre los muros de la casona Alejandro y yo solíamos colarnos hasta los lavaderos , bajo el alero de la despensa justo pegado a estos nos dedicábamos a espiar a Juanita y Dolores bañándose en la gran pila de cemento. Chapoteando entre risas, el agua les pegaba al cuerpo las combinaciones hasta dejarnos bien a la vista los pezones morenos sobre una tetitas redondas, cuerpos trabajados a causa del esfuerzo diario, y aquello que a mi me enloquecía ; los culos duros y redondos .

Así era cuando comenzamos a pajearnos, los dos con la mano entre los pantalocillos , machacando furiosamente al ritmo de sus salpicaduras. Alejandro el pobre, con mas ruido de lo acostumbrado apenas escondía su predilección por dolores la fogosa malagueña.

He de decir, que casi siempre acabábamos corriéndonos en nuestra mano,no fuera que las dos chismosas le fueran con el cuento a la señora.

Aquella tarde como era habitual, se bañaban después de haber escurrido las sabanas y haberlas colgado del tendedero, solo entonces con la protección de las sabanas se metían dentro y comenzaban sus jugueteos. Puede que aquella vez, la calentura de los dos estuviese justificada o puede que simplemente lo llevase en las hormonas, pero esa vez alejandro eyaculo gritando con fuerza,dejándonos al descubierto ante las dos criadas.

Se produjo un silencio incomodo, Alejandro sonrojado con la mano aun llena de la corrida, yo con la polla lo suficientemente tiesa para clavar un cuadro, las chicas paralizadas saliendo de la pila.

  • Quien esta ahí?-- eres tu , Marcial ?-- Vamos... no seas malo!-- se escurrió la cara Juanita dirigiéndose hasta donde estábamos escondidos.

Alejandro asustado, me rogaba con ojos asustados que hacer, yo al igual que él; muerto de miedo y de algo que no podía explicar.

Cuando Juanita paso bajo el arco que separaba los patios de la despensa solo llego a verme a mi , con la polla apuntando al cielo dura como el acero, en la sombra justo en frente Alejandro temblaba ante lo que se avecinaba.

Eramos críos, podíamos haber esperado cualquier cosa de aquella travesura, desde un castigo que nos dejara sin salidas al parque hasta, que se yo!, una tanda de azotes que no dejara sin poder sentarnos en una semana.

  • Vaya..., vaya... con el mocico..., con que eras tu quien ...-- se paro asombrada al dirigir sus ojos a mi polla.-- La madreee de diooosss...-- se santiguo con rapidez.-- Menudooo Cipooteeee!-- susurro. – Giro la cabeza y soltó un grito que me puso los pelos de punta.
  • Doloreeessss.... veeeennn, anda y miraaa estoooo... vaaaa !-- llamo a su compañera de baño.--

por un momento reconozco que los colores me subieron a la cara, porque la dureza de mi polla en vez de bajar empezaba a encabritarse rabiosamente.

Alejandro callado hasta el momento, salio de las sombras al empezar a escuchar los gritos, ni escabullirse casi como un muerto pudo eludir los ojos de Dolores, que llegaba a la carrera y lo descubrió casi fuera de la despensa.

  • Señoritoooo! Usted aquiii!... – intento taparse como buenamente pudo.-- Pero como demoniooosss...-- fue cuando al girarse alejandro se descubrió.

Sin tiempo a nada mas que no fuera salir pitando de allí, tenia todavía la polla fuera de los pantalones, cerrando los ojos esperando las risas de la criada, solo tuvo que abrirlos poco a poco para contemplarla mortificada y mirando al suelo.

Se miro un momento abajo, descubriendo que su rabo algo mas chico que el mio, empezaba a empinarse de nuevo. Esta vez, fue él quien se avergonzó como el colegial que era.

  • Señoritoooo Alejandro...., yo..., yo...-- apenas podía pronunciar Dolores-- No sabia..., noo, no …. no sabíamos que estuviera aquí...-- hablo atropelladamente.

Alejandro me miro aterrado,sin saber que hacer..., tan culpable y tan complacido como yo.

Me encogí de hombros ante la ridícula estampa, los cuatro parados en medio de la despensa , nuestras pollas tiesas con dos muchachas casi en pelota delante nuestro. Ante aquello, la frialdad de mi amigo me sorprendió al oírlo.

  • Vamos Dolores..., no me dirás que nunca has visto una polla, verdad?-- se buena chica y acercate..., vamos...!--

Dolores con los mofletes aun algo encendidos avanzo un par de pasos hasta quedar parada justo en frente de mi amigo, y sin levantar los ojos casi del suelo quedo paralizada con el brazo suspendido del aire, quieta, inmóvil.

Un minuto atrás , habríamos salido pitando como viento del diablo, pero en ese momento parecíamos enganchados al suelo.

De algo debería servir ser amigo del señorito de la casa, pues en ese mismo momento le oí decirle a la chica.

  • Si le cuento a mama lo que he visto aquí fuera os echara a la calle, lo sabes... a que si?-- adelanto su mano para apartar uno de los mechones mojados de la chica.-- No me gustaría hacerlo, pero....ya sabes cuanto odia mama la ordinariez..., – chuuuu, chuuuu--- nego con la cabeza.--- Que sera de tus 5 hermanos sin el sueldo... eh'
  • Nooo señorito... se lo juro... no se lo diga...-- suplico levantando los ojos por primera vez.-- Hare lo que sea … – beso la medalla que llevaba al cuello-- lo que sea...! – bajo los ojos a la mas que tiesa erección de su amo.
  • Entonceessss... que te parece si...-- termino sin acabar la frase alejandro.

Casi sin darle tiempo a decir nada mas, Dolores se arrodillo frente a él dejando su mano sobre la polla de mi amigo, el pobre casi salta del susto, pero en seguida me miro guiñándome un ojo , haciéndole el gesto a Juanita para que imitara los gestos de su compañera.

Juanita no necesito ni un momento para arrodillarse frente a mi y sujetarme el rabo. La sensación de su mano sobre mi polla fue alucinante, aun hoy me acuerdo y no puedo evitar trempar recordándolo.

Aun siendo dos muchachas de servicio en la capital, ambas cedieron a los caprichos de un jovencito si pelo en la barba, y primero Dolores y luego Juanita comenzaron a pajearnos con la mano, con el oficio de dos expertas apretaban y soltaban las pollas esperando cuanto antes la lluvia de leche que enseguida acababa con todo.

Dolores colorada como nunca antes, magreaba el rabo de Alejandro arriba y abajo , intentando rodear el grueso tronco de Alejandro, apurada lanzo un par de miradas a su amiga que parecía igual de ocupada conmigo.

Era como estar el cielo, que gozada..., durante un buen rato solo se escuchaba el ruido de carne chocando contra carne, murmullos gozosos y el gruñido de los dos al corrernos sobre las caras asustadas de las criadas.

No pude controlarme aquella vez, y la espesa crema le salpico hasta las orejas. La pobre abrió los ojos asustada, y es que Alejandro que si había conseguido correrse anteriormente lo hacia esta vez con menos escandalera sobre la boca aun asombrada de dolores.

Ambos nos miramos satisfechos, sin poder dejar de observar las caras pringadas de las muchachas. Aun no llevábamos pantalones largos, pero nos habíamos corrido como todo unos hombres adultos. Aquello nos hizo hincharnos como pavos reales , al fin y al cabo …, quien podía decir lo mismo.

Salimos de la despensa pitando, no fuera que se liaran a gritar como locas acusándonos.

Los dos nos escondimos en el cuarto de alejandro riéndonos por nuestra machada, imaginando como seria el siguiente paso. Quien sino que el señorito para disfrutar de aquellas mozas.

En aquella tarde-noche merendamos con doña Angustias en la galería trasera, las perrunillas con la leche nos supieron a gloria, Dolores silenciosa retiraba los platos de la merienda sin despegar los ojos del suelo.

  • Queee ricas están las galletas, Juanitaaa...!-- se dirigió Doña angustias a la muchacha justo a su derecha.-- Tu madre es una cocinera buenísima!--
  • Gracias señora...! – contesto tímidamente-- Se lo diré cuando la vea este Domingo!
  • Ahhh Dolores...! el niño me ha dicho que necesita que revises el mosquitero y le remiendes un par de pantalones para mas tarde!-- No lo olvides,... mi chiquitín es lo primero.!
  • No señora..., no lo olvidare!-- contesto enrojeciendo y bajando de nuevo la vista.
  • Sera mejor que me retire... – Este calor me esta matando, --- consiguió abanicarse lánguidamente. – Buenas noches mi cielo, hasta mañana.

Después de que su madre desapareciese, Alejandro me hizo una seña para aproximarme, les llevaba escuchando desde hacia un buen rato, sabiendo que las necesidades de Alejandro no se concentrarían en el remiendo de un par de pantalones.

Cuando nos levantamos de la mesa, sabíamos bien lo que llevábamos entre manos, no podíamos esperar a la visita a la casa de putas a la que nos llevaría don Matias cuando cumpliésemos 15, nosotros necesitábamos follar ya..., era algo que iba mas allá de nuestras edades, mandaban nuestras hormonas.

Así que cuando esa tarde entramos en la cocina, las chicas se levantaron de golpe de sus sillas.

  • Dolores ya has oído a mama..., te necesito yaaa..., vamosss acompañame a mi cuarto...-- no quiero perder mas tiempo.-- ordeno quedándose con los brazos cruzados.

Cuando la chica se hubo colocado delante de él, se giro para dirigirse a Juanita ,ordenandole:

  • Sera mejor que atiendas a Eladio..., creo que tenia problemas con las sabanas... que podrías solucionar... verdad?--
  • Si señooorr...-- respondió Juanita levantándose y quedándose quieta junto a mi.

Ahí fue cuando los perdí de vista, ambos despareciendo hacia las habitaciones del señorito.

Yo muerto de los nervios ante lo que iba a suceder, la mire fijamente y vi el pelo rizado algo lacio sujeto con una cinta blanca, el horrible vestido del servicio tapaba cada una de aquellas curvas que había visto tan bien.

La sujete de la mano hasta dirigirnos al catre que tenia junto al lavadero, mirándola con los ojos casi desorbitados vi como empezaba a desprenderse de la parte de arriba del vestido, sacarlo de las mangas deslizándolo por las caderas hasta caer al suelo. Allí en la convinacion blanca que tan bien recordara , subió una mano soltando el tirante derecho y luego el izquierdo. Ante mi la lechosa carne de Juanita se me mostraba en su esplendor, el sujetador de algodón blanco cubría uno pechos pequeños .

Luego la combinación se cayo al suelo y pude verla en bragas, algo cohibida levanto la cabeza para mirarme.

  • Sera... mejor que bueno... ya sabes...!-- me miro enrojeciendo.
  • Ah clarooo... ! – ni me había dado cuenta.-- sin dejar de mirarla me saque la camisa por la cabeza casi sin desabotonar, sin poder dejar de pelearme con el cinturón de mis pantalones cortos, me los baje con la rapidez de un chaval excitado, llevándome el calzoncillo con él.

Ya estaba dura, como no!, aun sin rozarme …, la tranca empezaba a empinarse con la furia de poder catar carne fresca.

Escuche perfectamente el Ohhhhhhhh! De juanita al observarme. Me puso como el toro en busca de la hembra, resollando.

Sentada como estaba a los pies de mi camastro, me coloque justo al lado, nervioso , sin saber muy bien que hacer.

Ella se sonrojo al sacarse el sujetador y dejarme ver sus tetitas apuntándome , recuerdo que aquellas preciosas peritas me levantaron un par de palmos la polla, ni siquiera se quejo cuando arremetí contra ella como un toro ante el capote.

La pobre se dejo tumbar en la cama, con mis manos sobando y magreando las tetas sin descanso, pronto la calentura me hizo bajar la cabeza hasta acercar mi boca sobre los pequeños pezoncillos para chupar y lamer las tetillas de Juanita.

La chiquilla parecía gozar de mi boca, porque los suspiros empezaron a ser cada vez mas seguidos, y tímidamente me agarro colocando sus brazos en mi cabeza.

  • Mmmmmffff..., mmmmffff...., mmmmffff.... ayyyy que gustitoooo, siiii, mmmm.... siiii!-- continuaba mordiendo y chupando

Sin poder pararme, metí una mano por entre medias de sus apretadas piernas, allí el calor era insoportablemente húmedo, con cuidado la mano repto por la tela hasta encontrar la peluda entrada de su coño.

La palma de mi mano sobaba con suavidad el coño, sin saber muy bien que hacer, la mano comenzó a empaparse de un jugo que facilitaba la fricción.

Yo estaba muy cachondo, tanto que cuando caímos sobre la cama , los cuerpos entrelazados baje las bragas de un tirón y me coloque encima de ella.

No sabia muy bien lo que hacia, pero jooodeer, era como intentar frenar un ferrari cuesta abajo.

Había visto a caballos montando a sus yeguas casi igual de excitados que yo, Juanita colorada como la grana procuraba no moverse mas de lo indispensable, yo como el novato follador que era rozaba mi polla entre sus piernas como loco, respirando como el ternero camino al matadero.

Resollaba intentando no sabia muy bien que hacer, sabia que solo el hecho de refregar mi cipote contra la espesa mata de su coño ya me ponía a mil.

Así que para vergüenza mía, si... acabe por correrme antes de empezar.

La excitación de soltar la primera carga de leche, me dejo tieso sobre Juanita. Sus brazos aun apretándome como una hermana mayor al consolarme.

Yo me daba cuenta que aquello había sido muy rápido, pero la flojera se había apoderado de mi cuerpo.

Medio muerto sobre la muchacha, sus brazos me abrazaron mas firmemente y me ayudaron a bajarme de encima suyo. Estaba algo cortado, era una chica a punto de cumplir los 17 y la diferencia entre nuestros tamaños era considerable.

A su lado parecía, un pequeño perrillo faldero.

Eso era lo que sin duda vería ella, se reflejaba en sus ojos.

  • Coñooo con el niñoooo... mucho ruido y pocas nueces..., – se aguanto risueña.-- No pasa nada chaval, es normal … a tu edad...-- fue al acabar de decir esto , con las mejillas rojas por el bochorno cuando me fije en los pezoncillos carnosos apuntándome, la braga a medio muslo , la piel salpicada por lo que sin duda era una gran mancha de mi espesa lechada.

La polla reaccionó ante semejante espectáculo, empalmándose poco a poco. Los ojos de juanita se abrieron asombrados al verlo, aun seguía paralizada a mi lado cuando su mano volvió a colocarse sobre mi rabo y comenzó a pajearlo con fuerza, machacando el tronco de mi polla comencé a sentir ese gustillo tan agradable que me dejo totalmente a su merced.

He de decir, que aquella vez, ella fue la que me empujo sobre la cama sin miramientos.

  • Madre miaaaa... que gordaaaaa es..., y como me lateee...!-- Quedate quietooo, esperaaa..-- me rogó poniéndose encima mio agarrándome la polla con decisión.-- No te mueevass , por tu madre no te muevaaas... quiero ver si puedes joderme como un hombre...!-- gruño apuntando el grueso cabezón a su propia raja.

Yo solo disfrutaba como nunca, habiéndome corrido antes, podía soportar mejor lo que juanita quisiera hacerme.

Ni que decir, la sensación gloriosa de carne tierna abriéndose a mi polla. Que gozada!.

El calor del coño al tragar mi rabo me dejo al borde de nuevo, pero la hostia que me atizo Juanita hizo que me despejara casi inmediatamente.

  • Ehhhh..., ni se te ocurra correte aun... entendido...! Esperaaa...nnnnnnnn.-- gruño al empezar a empalarse el tronco de carne hasta la mitad. --- Poooor mi madreee.... uffff, uffff, aun no ha entrado toda?.-- me pregunto tensando la mandíbula.
  • Noooo..., conteste sudando como un cerdo-- faltaaa un poco...-- las paredes vaginales me apretaban la polla como unas tenazas.-- y sabia que no podría aguantar mas... solo gire la cabeza y me corrí aun medio clavado.
  • Ahhhhhh...cabroncete..., noto los chorross calientes...! Ufff... niñoooo, pero que....? – siguió quejándose Juanita mirándome fijamente, mordiéndose los labios ante la larga inyección de caliente semen. – Pero comoo... ahhhhhhhhh dioooosss....! otroooo, otroooo.-- jadeo levantando la cabeza.

Yo ni sabia lo que me decía, solo podía vaciarme en profundas oleadas dentro de su acogedora raja, tras un ultimo suspiro , Juanita me puso las manos sobre la tripa y empujándose sobre mi tripa se clavo por entero en mi tranca.

Los bellos de ella se rozaban con los míos, provocandome escalofríos. Sentía suspendida el cuerpo de esa chica sobre el mio, su cara hasta unos centímetros de la mía.

  • Que demonios os dan en el campo, mocito?-- aun esta duraaa como un palo...! uffff...., se restregó un poco. Te jurooo que... uffff, – levanto la cintura de nuevo...-- otra veeeez?-- murmuro asombrada al notar la tranca tiesa de nuevo. – Ay niñoooo, voy a hacerte un hombre …! se levanto sujetándose a mis hombros y comenzar a cabalgarme.
  • Ohhhhhhhhhhhhh, ohhhhhhhhhhhhhhh, ohhhhhhhhhhhh...-- abrí los ojos alucinado ante la gozada del coño aplastándome la polla una y otra vez.-- pronto juanita se olvido de lo joven que era y se dedico a cabalgar sobre mi polla con la furia de una amazona experta.

La corrida anterior había lubricado el coño de Juanita facilitando el culebreo rápido y profundo, yo solo podía levantar la mano , rozando los pequeños pechos.

  • Dioooosss que polla tieneeesss Eladiooo, ooohhhh., ohhhhhh, ohhhhh, que ricooooo, uffff, ufff, uffff , asiiiii mi niñoooo, follameeee durooo, aahhhhhhh, ahhhhhh.
  • El dolor de aquellas paredes apretando como un torno mi rabo, me hizo gritar como un niño de teta.-- menuda manera de follar, solo supe que debí desmayarme...!, – cuando abrí los ojos juanita sudorosa seguía sobre mi aplacada, su cabello tapándome la boca.
  • Miiii niñoooo... menudo maneraaa de joooder..., uffff... acabo por deslizarse en el camastro,-- mañana no voy a poder moverme sin acordarme de tu polla.-- susurro lánguida justo a mi lado.

Después de aquello, ni me importo ni supe lo que sucedía alrededor, solo que me quede frito del sueño. Cuando desperté a la mañana siguiente había desaparecido, yo estaba arropado y por primera vez en muchas semanas las sabanas no tenían restos de sueños calientes.

Agotado, salí de mi camastro y metí la cabeza bajo la pila de lavar , en seguida el agua fría me espabilo . Me vestí como siempre , comprobando que faltaban 10 minutos para acabar de desayunar.

Entre en tromba en la cocina, comprobando que las muchachas habían desayunado hacia rato. Las dos estaban aun de espaldas murmurando y riendo bajito.

Charlando como solo las mujeres consiguen hacer.

  • Ayy Dolores... menudo cipote... como un mulo... te lo puedes imaginar? Tres polvos!... – se atraganto la risa.-- te imaginas que no se había corrido la segunda vez cuando ya estaba duro de nuevo?-- tuve que pararlo o que se yo.......-- se aguanto la mano en la boca.-- hoy no podría ni levantarme. – siguió troceando los tomates en silencio-- Y el señorito..., que tal es en eso?
  • Shhhh, que no te oiga la señora,-- levanto la mirada sobre el hombro –

tuve suerte de poder esconderme tras la sombra de una viga, escuchar aquello que Dolores tenia que explicar a su amiga.

  • No te lo creerás, pero …. la tiene como un rodillo... así de gorda....! – le mostró el grueso rodillo de amasar. – puede que no sea tan grande como Eladio, pero madreeee miaaaa!....-- casi me mata al metermela...-- ni aun corriéndose conseguí que parara de joder, noooo te lo imaginaaaas... – 4 polvos y sin sacarmelaaaa!-- aulló divertida.
  • Andaaaaa yaaaa! – Siiii... nooo puede ser!-- madree mía se santiguo uniéndose a las risas de Dolores. Menuda suerte la tuyaaa!-- y como amaneció el señoritoooo'

Las risas fueron cortadas cuando entre en la cocina y tosí haciéndome notar. Aun tenia las mejillas coloradas al escucharlas hablar de aquella manera, me senté a la mesa siguiendo los movimientos de Juanita acercándome el tazón con sopas de leche, solo cuando lo dejo frente a mi , pude notar su mano sobre mi hombro y el cálido aliento rozándome el oído.

  • Come mucho Eladio, esta noche tenemos que seguir tratando nuestro asuntillo...,-- le susurro a la oreja con picardía. – No queremos que vuelvas a manchar las sabanas, a que no? – termino por lamerle y morderle la oreja.

Trague con dificultad mi desayuno, con la polla empezando a levantar los pantaloncillos. Puede que después de todo , hubiese sido mala idea, me escape como alma que lleva al diablo sin mirar atrás, con el eco de sus risas en mis oídos.

Cuando llegue junto al comedor, contemple el habitual ritual del desayuno de mi amigo.

Aquella vez, las ojeras algo pronunciadas de Alejandro me dejaban bien claro lo poco que había llegado a descansar. Sin duda, su madre también se había fijado.

  • Pero cielo, has pasado mala nocheee.?..! – pregunto doña angustias preocupada.--
  • Aggghhh, bostezo sonoramente. Los mosquitos no me dejaron pegar ojo-- te lo puedes creer?-- Tendré que pedirle a Dolores que haga algo, no era ella quien sabia un remedio o algo así?
  • Creo que si..., – murmuro doña Angustias-- A mi hace tiempo que no me molestan hijo-- el mosquitero hace milagros...! –
  • Bufffff, prefiero tener espacio para moverme... mama.!-- no me importa si Dolores tiene que hacerlo cada noche..., acaso no le pagas un buen sueldo?
  • El justo..., hijo... el justo. Acabo dejando la taza junto al platillo.-- Hoy en día cada vez piden mas y mas....-- suspiro abanicándose-- Que caloooor! – que tengas un buen día hijo.

Salimos volando para el internado , los dos teníamos ganas de que las horas volasen , las vacaciones de verano estaban a la vuelta de la esquina , puede que entonces con mas tiempo para vaguear gozáramos de miles fornicaciones con las chicas; tal como la llamaba el Padre Antonio -

Dejar atrás la niñez para adentrarse en la edad adulta.

Paco dejo que el cuaderno quedara sobre su barbilla, por fin empezaba a dormirse. Si tenia suerte los sueños incluirían alguna de sus dispuestas hijas.

Suspirando complacido se hundió en el sueño