Las Batallitas del abuelo Eladio y familia. (12)
Siempre suele suceder, aquello de... Donde estabas el día aquel..., en este caso si alguien preguntase a nuestro protagonista. Eladio, donde estabas el día en que empezó el levantamiento? Eladio tendría que contestar: Follando a mama!, pero solo a personas de confianza como nosotros.
Durante aquellos días, la calurosa primavera dio paso a las bochornosas noches de verano y yo me dedicaba a fantasear en un delirio constante por las carnes prietas de mi madre, no dormía , casi ni comía.... no podía olvidarme de sus magníficos melones aplastándose contra mi pecho, y aun así rodeado de guardia civil, pastores y vecinos hostiles me la pasaba preso de una calentura constante.
Si señor, el mundo estaba volteándose del revés y yo escondido en mi refugio de cañas en el monte me dedicaba a pelarmela con la imagen prendida de mi madre en mi cabeza.
La falta de sueño se prolongo durante todo el mes, haciéndome imposible pensar con claridad . Mayo dio paso a junio sin mayor novedad que las de mi noches de insomnio calenturiento.
Me pasaba los días sumido en una estado desconocido para mi, malhumorado por cualquier gilipollez había trasladado mi refugio a la caverna bajo la charca.
Allí al menos podía cerrar los ojos sin pensar o sentir los sesos abrasados. Nadie conocía aquel escondite y eludía a las molestas patrullas cada vez mas frecuentes .
Alguna que otra noche incluso llegaba a escucharse disparos distantes, ruido de cascos y voces lejanas de algún picoleto encabronado.
El pan nuestro de cada día.
Las patrullas de dos fueron sustituidas por una columna de 8 , cada vez resultaba mas difícil sisarles sin ser descubierto . Eran días de continuo desvelo y conforme el mes pasaba lentamente, contaba cada uno de los días que faltaban para que el ganado de los pastos bajos subiese donde me encontraba.
En el paso la hierba escasearía a lo sumo en una semana o dos, con lo que debía estar atento a la llegada del grueso del rebaño.
Así fue, pasados la primera decena de julio escuche los primeros tañidos de cencerros a cierta distancia, a lo sumo tardarían en arribar al bosquecillo una o dos horas, el sol pegaba de lo lindo allí abajo y apenas se podía distinguir una figura humana entre el bastisimo rebaño de ovejas.
Murmurando maldiciones, baje a la carrera subiéndome los pantalones sin darme tiempo..., llevado de urgencia me ate el patalon a toda prisa sin darme cuenta como mi útil melón coño rodaba partiéndose contra riscos puntiagudos, los pedazos esparcidos me arrancaron un hondo Joooooooodeeeerr! , de un plumazo me había quedado sin el único sustituto de lo mas añorado ….. Un tierno coñito.
Renegué con los pedazos entre mis manos, no me entretuve lamentándome mas así era la vida..., un picoleto te lo da..., la mala suerte te lo quita.
Me compuse como buenamente pude tomando mi cayado , salí por patas hacia el bosque..., aun siendo las primeras horas de la tarde... me conocía perfectamente las idas y venidas de la primera patrulla de la tarde. Como no..., dormían el sueño de los benditos tumbados justo a la vera de la cañada seca. Ni si quiera el vigía había resistido la calorina de la tarde.
Rodeándolos perdería algo mas de hora y media, si atajaba entre los caballos me ahorraría media jornada, desaparecí entre los gordos culos de los caballos gracias a un par de manzanas, quien se lo imaginaria?-- Tapido y sencillo.
Dando zancadas a toda leche me aproxime hasta el borde de la ladera donde el bosquecillo se iba aclarando, debería permanecer allí un buen rato antes de ver la avanzadilla de perros azuzando ganado arriba.
Conociendo mi olor no tardarían en salir disparados al tenerme al alcance de sus hocicos, la señal convenida con madre para arrear con las ultimas fuerzas el ganado hacia el bosque.
Una vez dentro solo era cuestión de maña, un silbido o dos a los perros y estos guiarían el grueso del rebaño por el embudo del lecho seco, coser y cantar. Siempre se podía confundir el silbido con el de un ave traviesa...,
A lo sumo a las primeras horas de la tarde estarían justo a los pies de la charca, los animales tranquilos y libre de cualquier molesta patrulla.
Sentado bajo un seto espeso aguarde con paciencia el avance de los cencerros cada vez mas cercanos , me podía la impaciencia, no entendía el porque pero me temblaban las manos como nunca antes lo hicieran, las picaduras de mosquitos ya ni las sentía.
Un sudor frío me recorría el espinazo, inquieto me rascaba la arisca barba cerrada sin apartar los ojos del lecho seco, no tarde en escuchar los ladridos de mula y rayo avanzando con la lengua fuera hacia donde me agazapaba.
Mis olvidados perros me tumbaron en el suelo a lametazos , gañoteando felices los abrace como a viejos parientes olvidados, mandándolos de nuevo hacia el grueso del rebaño.
Saliendo de entre los matorrales espere detrás de la sombra del primer roble. Unas tras otra mas fueron apareciendo las primeras cabezas lanudas, las pobres bestias mansas enfilaron el bosque empujados por los perros.
Conté hasta 130 cabezas, una suma lo bastante considerable para ver la fatigada cara de madre a la zaga del mismo secándose el sudor con cara preocupada.
Una chispa de alivio me recorrió de arriba a abajo, a la vista estaba del tremendo esfuerzo de acarrear tantas cabezas monte arriba. La pañoleta sujetando su rizada melena negra empapada de sudor era solo el primer signo, de los costados de un sencillo vestido de algodón surgían surcos bajo los brazos, decenas de arañazos marcaban sus piernas allí donde los calcetines no cubrían.
Nos abrazamos llorando, sin poder decir una sola palabra..., había llegado después de todo.
Haciendo señas le explique la proximidad de la columna de guardia civiles, entramos al bosquecillo aun tomados de la mano. Conduciendo en el mas absoluto silencio el ganado cuesta arriba.
El viento entre los arboles agitaba los cencerros de las ovejas delatando nuestra posición a la columna, aun así apuramos el paso o mas bien el trote de los pobres animales agotados, dejando atrás a los 8 guardia civiles cuando empezaban a despertar de la siesta.
Me encontraba en la retaguardia del rebaño cuando escuche las primeras voces despertando.
- Ehhhh, no oyes los cencerros... escucha..., debe haber un rebaño por aquí cerca..., si hombre … No te acuerdas...-- la moza a la que te insinuaste calzonazos!-- soltó una estrepitosa carcajada.
- A yaaa...., la mujer del viejales si, yaaa recuerdo..., ese coñito si que debe ir apurado de un buen cipote-- Jodeeer si no fuera por el viejales..., me la hubiera tirado allí mismo...--
- Anda ya fantasma, – le lanzo una gorra otro de los picoletos-- Sera mejor que dejes la polla quieta en los pantalones,!-- Ese viejales es el capataz del Señorito! – apartate de ella o tus cojones peligran!-- se subió al caballo -- Se mira pero no se toca..., entendido?
- Si mi teniente!, – contesto raudo ahogando el murmullo – Aguafiestas....-- murmuro uniéndose al resto de la columna.
No quise escuchar nada mas, apretando el cayado con todas mis fuerzas me lance camino adelante hundiendo las uñas en la madera tierna, hubiese querido matarlos allí mismo, pero a que precio?.
En menos de una hora podrían fusilarme o arrearme con grilletes monte abajo.
Echando humo lleve hasta la ultima cabeza a los pies de la charca, allí donde madre mojaba sus pies cansados.
- Están todas?-- pregunto madre mojándose la cara con el pañuelo verde.--
Asentí en silencio , sumergiendo mi cabeza dentro de las aguas , decenas y decenas de ovejas pacían plácidamente alrededor, justo cuando la ultima cabeza hubo terminado de beber de las aguas pudimos comer algo sobre las peñas.
Entre bocado y bocado pude hablarle de la lista que iba haciéndose mas y mas grande con los nombres de los revolucionarios . Note a madre reticente a colaborar con la causa, así era ella...-- No quería ni oír hablar de revolución, ni de tiros, ni de nada que pudiera parecersele.
Le hice prometerme que buscaría en la tasca a Remulo el tabernero y le soplaría los nombres, al menos estos tendrían una oportunidad de librarse de prisión o de un paseillo a medianoche.
Aun entonces, se resistía a ponerme en peligro, pude arrancarle esa promesa, a cambio hube de jurarle que permanecería oculto en la montaña, pues a la legua me veía las ganas de unirme al pequeño batallón de mozos y gentes del pueblo que iba formándose para acabar con la tiranía de los Señoritos.
- Quitate eso de la cabeza Eladio, ahora ya no se van con chiquitas disparan a matar..., fijate el pobre de Leandro-- por guardar escopetas en su granero , vinieron a buscarlo en plena noche..., lo sacaron sin mas.... – y desapareció...-- se callo repentinamente .--Y esa pobre gente de Yeste... no tuvieron compasion.
- Hijos de puta...!-- con que esas queremos?-- me rebullí furioso por bajar y atizar una tanda de perdigonadas sobre los picoletos.
- No fue la guardia civil...-- suspiro derrotada madre.-- Eran..., eran.... la cuadrilla de tu...
- Padre... , como no!-- Cabronazo traidor!-- Mal rayo te parta!-- maldecí sin importar la palidez de madre.
Aun con esas horribles noticias flotando permanecimos con el ganado paciendo hasta que las primeras luces fueron escondiéndose tras la loma. Conociendo los hábitos de la patrulla sabia del poco tiempo a disponer para cercar el rebaño para la noche.
No resulto tan rápido como pensaba, o yo era mas lento de lo pensado o simplemente había ido perdiendo las facultades de buen pastor.
Justo cuando la ultima cabeza se apretaba contra el resto del ganado, escuche el inconfundible vozarrón del teniente de la patrulla arribando a caballo.
Me gire acojonado los frenéticos gestos que madre me lanzaba para esconderme a toda prisa, se recompuso el vestido arrugado suspirando al verme entrar bajo la cortina de agua.
- Vaya , vaya... pero a quien tenemos aquí..., Doña Teresa..., mucho gusto señora-- se inclino torciendo el tricornio – Ajaaa... veo que ha guardado todo este ganado usted sola? .-- bajo del caballo dejando las riendas sueltas.
El resto de la columna imito los gestos de su teniente desmontando y dejando a los caballos abrevar sin dejar de echar vistazos donde los animales se apelotonaban para pasar la noche.
- Jodeeer... va a resultar mejor que los zoquetes del prado de abajo, verdad ?-- se dieron codazos unos a otros.-- Cualquiera diría que lo ha echo toda la vida, eh?-- se refresco la nuca con el pañuelo húmedo.
- No es tan complicado...-- trato de quitarle hierro madre-- y los perros ayudan mucho...!-- señalo a los dos perrazos gruñendo justo a la vera de mi madre.
Bien por vosotros-- pensé en ese instante, al menos si los cabrones intentaban cualquier tontería se llevarían una buena dentellada, que lo intentasen!-- cerré el puño procurando escuchar las voces cada vez mas deviles al otro lado del agua.
- Ya claro..., facilisimo... verdad Ramirez?-- si se tiene la ayuda de alguien claro...-- resto importancia – Para nada su caso, verdad?-- Porque me dolería que aquí mi columna descubriera lo contrario..., no queremos a indeseables por estos lares, no!-- Pero eso no va a suceder..., seguro!--
- No se que quiere decir..., hablo servilmente madre-- No hay un alma por aquí..., todos marcharon ya sabe eso...!
- Claro..., por supuesto.!-- si se llegase a descubrir cualquier malnacido arrimándose a una de sus ovejas o cualquiera del resto de ganado , no me quedaría mas remedio que fusilarlo! No queremos otro Yeste por aquí!-- No tiene que preocuparse..., usted mi querida señora esta bajo nuestra protección, no se apure... cuidamos de los nuestros..., ahora.., del resto..??--paso su mano por el cuello imitando el corte de una navaja – No nos hacemos responsables!
- Nooo... le tembló la voz a madre – Entiendo perfectamente! En este pueblo la gente es decente, no se atreverían a.....,-- enmudeció bajando los ojos recordando la matanza de los 17 campesinos acribillados por la guardia civil-- Eso no!
- Pues claro esta , señora!-- se ajusto el tricornio y subió a la grupa-- Buenas de dios tenga usted!-- azuzo el caballo esperando la incorporación del resto de la columna!-- Nos iremos viendo señora mía!-- desapareció sendero abajo sin mirar un solo instante atrás.
Cuando volví a salir de mi escondite encontré a madre tiritando, le castañeaban los dientes hasta el punto de resonar en el silencio de la calurosa noche de julio.
No me explico lo que había sucedido en Yeste, pero sabiendo como eran las cosas desde hacia un tiempo sospechaba perfectamente como habría acabado aquella nueva fechoría.
Estirando la manta justo a su lado nos quedamos mirando durante toda la noche cara a cara, sin decir palabra alguna.
Hasta escuchar el susurro escapando por su boca .
- Todos muertos, hijo.., todos..., lloraba cada vez mas seguido...-- hijos, padres, hermanos... no les importo!--
- Madre... ! – me tendí intentando consolarla con el alma negra de odio-- Ya esta..., nada puede hacerse ya! La apreté entre mis brazos sus lagrimas empapando mi hombro.
En medio de aquel desconsuelo nos quedamos dormidos, su espalda encajada entre mis brazos, su cabeza en el hueco de mi hombro , con su olor flotando a un palmo de mi nariz, alguno de sus rizados mechones bajo mi nariz sin darme cuenta como los cuerpos se habían pegado hasta parecer uno, y como el vergonzoso empalme de mi polla descansaba entre la encantadora raja de su redondo culo .
Fue al despuntar las primera luces de la mañana cuando madre se restregó somnolienta sobre mi entrepierna, despertándome de golpe no solo del sueño mas enloquecedor y calenturiento con sus redondas nalgas frotándose sobre mi rabo , un pequeño quejido escapando de su garganta.
Llevas demasiado tiempo solo, Eladio-- me dije soltando el tentador cuerpo de mama.
Trague saliva apurado y solté con cuidado el abrazo con la que la sostenía. Desenbarazándome de su caliente cuerpo me senté junto a la piedra mas alejada , empape mi cara despertándome, bañe mi nuca y finalmente me sumergí de un sonoro chapuzon dentro de la charca, debía aliviar el calenturiento despertar como fuera, aunque fuera con ropa y todo.
Nade hasta mi refugio con la verga dura apuntando al techo, aun podía pajearme un par de veces antes de que despertara... o eso creía yo.
Ni si quiera me dio tiempo a sacármela del pantalón, los cascos de un par de caballos se aproximaban despacio, tenia que avisarla, lance un guijarro hacia donde ambos descansábamos despreocupados. Si veían las dos mantas atarían cabos, por muy idiotas que fueran sacarían a madre a culatazos limpios una confesión, o incluso algo peor.
Se despertó asustada, buscando a uno y otro lado … al tercer chinazo escucho los cascos acercándose y entendió...., a toda prisa enrollo las mantas escondiéndolas entre dos peñazos grandes..., de varias zancadas se apresuro a despojarse del vestido entrando en el agua en viso y un pedazo de jabón en la mano imitando el placido baño de todas las mañanas.
De esa guisa la encontraron los dos torpes picoletos mandados a echar un vistazo , los caballos corcovearon a punto de descabalgarles, no todos los días se encuentra uno a una hembra tomando un baño casi en pelota.
Tosieron colorados como la grana, estirando el cuello para ver algo dentro de las aguas claras...,.--
- Señora..., sentimos tener que molestarla...., pero el teniente nos a puesto a sus ordenes...-- Para lo que usted desee...-- soltó el otro picoleto con tono insolente.
- No veo para que..., grito con el agua hasta el cuello-- Pero si en verdad quieren ayudar...-- Girense...!-- ordeno
Los dos atontados idiotas obedecieron imaginándose cualquier barrabasada, así que cuando se voltearon y vieron aparecer a Madre con el vestido de verano sobre la ropa y una chaqueta cubriéndola se desinflaron como fuelles desinflados.
Sosteniéndoles la mirada les llevo hacia el cercado donde desde hacia varias horas el ganado se impacientaba por salir.
- Por lo pronto pueden dejar salir al ganado, y largarse con viento fresco... habrá se visto!-- No puede tomar una ni un baño sin el susto en el cuerpo!-- les recrimino como a críos--
- Si señora, peroooo... nos quedaremos por aquí cerca..., justo a la entrada del bosquecillo, por si se le ofrece algo..... – dejaron a medio acabar...! – ya sabe … por el teniente....!--- se apresuraron a soltar el cercado provisional.
Permanecí impasible viendo desperdigarse el ganado , los pobres imbéciles mirándose sin saber como seguir las ordenes del superior al que consideraban dios.
Solo cuando los vio a unos cientos de metros, respiro tranquila..., prendió un fuego dejando la cafetera sobre él y se despojo de nuevo la chaqueta y el vestidillo, entrando en la charca con paso rápido .
Cuando llego hasta el limite de la cortina de agua ,se paralizo indecisa...,momento en el cual de una brazada la metí debajo de la cascada arrastrándola hasta el interior de mi escondite.
- Que pasa? – se van a quedar por aquí?-- refunfuñe cabreado.-- Que cojones quieren que hagas ...-- grite
- Shhhh...!-- calla si llegan a oírte...!-- tu solo quedate aquí...! – si tal como espero se cansan a la media hora... se largaran con viento fresco antes de media mañana.
- Madre ...-- me retorcí cabreado-- allá vienen otra vez...-- nos encogimos dentro de la gruta.
Efectivamente los dos guardia civiles cortos de entendederas volvían a pie hasta el solitario campamento. Sus voces llegaban con ecos hasta la gruta.
- Señora..., señora..., nosotros nos preguntábamos..., si, bueno... si..., podía darnos algo de ese café calentito!-- huele tan rico que... no le importara darnos un par de tazas...?-- dejo en suspenso al llegar junto al desierto campamento.-
- Yo no la veo por ningún lado..., donde estará...-- no la veo en la charca..., – murmuro el otro picoleto buscando con la mirada.
Desde nuestro refugio, agazapados sobre el risco liso tendido sobre mi asustada madre, tiritaba de pavor..., si se les ocurría buscar allí abajo..., estábamos muertos.
El cuerpo de mi madre tiritaba bajo el mio, empapada como estaba no dejaba de temblar en mis brazos, sin que por ello un escalofrió me recorriera de arriba a abajo, su viso transparente se pegaba como una segunda piel empapada sobre mi tripa, aun con el calor incendiandome la abrace procurando ampararla oyendo las voces discutiendo.
- Se habrá ido a cagar joder..., no seas cenizo..., vamos coge una taza de café y larguémonos..., se me están asando los sesos aquí arriba..
- Esta bien..., pero solo digo... que...-- refunfuño el otro-- apurando el café de la taza.
- Callate cojones... ahora no esta el teniente..., deja de joderme...!-- Entendido?--
Ni cuenta me daba de lo que estaban diciendo, tendidos encima de la peña estirado sobre ella podía notar la fina tela atascada en la mitad del culo, debía haberse subido en medio de la tiritera en la que nos habíamos agazapado , la toscas bragas ceñían el culazo rotundo cuando mi mano se poso sobre ellas amasando los prietos cachetes, amasando y soltando sin descanso, le daría un vistazo rápido, solo eso... ,-- me justifique.
Apretaba acariciandola suavemente sin que mi mano dejase de moverse sin protesta alguna . Allí en medio de la claridad de la mañana con un par de guardia civiles a un par de pasos no podía negarmelo, le baje la braga hasta media pierna, se removió echando la cabeza atrás abriendo la boca acusándome con ojos desorbitados . No pudo soltar palabra alguna, ya no podía disimular.
Aquello fue demasiado para mi excitadisima tranca , cuadrándose tiesa dentro de mis pantalones solté cada presilla de la bragueta apurado, la mano me temblaba.
Mama notando el culo al aire y el forcejeo de la tela detrás de ella se inclino de costado alzando la mano para poner espacio entre nuestros cuerpos empapados, o quizás para soltar un bofetón.... nunca lo sabre..., me sujete a su cintura con toda la fuerza de los 16 años sin que el forcejeo consiguiera que de una profunda riñonada se la metiera hasta el fondo del coño de un potente empujón.
Grito tensándose bajo mi cuerpo, si no la hubiese tapado la boca hubiera aullado y hubieramos sido presa do los guardia civiles.
Estaba en sus manos!
Encajado al coño de mi madre , mi barriga descansando sobre su duro culazo . Era el cielo... y a la vez el infierno...., pero que cojones! Note las lagrimas bañándome la mano con la que tapaba su boca.
Me esta condenando pero en un potente empujón empece a mecerme dentro y fuera, a la cuarta salida mis huevos empezaron a temblar empujando la corrida como un volcán para que en un par de meneos arrojara el primer torrente de semen.
Conforme la lechada salia de mi rabo bañando su coño lubricandolo, quede paralizado sobre ella...., seguía duro como el acero... , no se oía ni un alma fuera de la charca, solo algún que otro cencerro.
Destape su boca apurado..., sin moverme del estrecho agujero de mama sin soltar prenda use mi otra mano para sujetar sus caderas y volver a hundirme en la apretada vagina , envistiendo y retrocediendo mas y mas rápido.
El ruido de carnes entrechocando en el eco de la cueva hubiera empalmado al mas pintado, pues aunque al principio notara la mano de mama empujando sobre mi barriga, había acabado por dejarme hacer sujetándose a la peña rebotando sobre el rabo de su hijo en una candencia melodiosamente lasciva de... ; Ohhh, ohhh, ohhh, ohhhh---
Mi madre a la sazón 34 años termino acompañando gustosamente las envestidas con un delicioso meneo de caderas que ya no controlaba ni entendía, ajena al dolor del principio gracias al abundante chorro de espeso semen facilitando los empellones de la tierna rajilla, ya no controlaba la lujuria y empezó a jadear excitandome y seguir clavándome en su útero con mas y mas fuerza.
Era brutal..., después de tanto tiempo por fin me follaba un buen coño... que cojones el mejor de todos..., me convencí corriéndome sin abandonar las entrañas maternas.
Me corrí otras 4 veces mas sin desalojar la polla de la espumosa y pegajosa vaina.
Hasta que de un aullido lobuno me quede traspuesto sobre su espalda, había visto las estrellas..., cojones si podía ver las lucecitas bailando entre mis parpados cerrados.
Debilitado por la jodienda la escuche gimoteando, ahogando el llanto que rompía el alma..., que hacia temblar de nuevo su cuerpo.
Puse las manos sobre la roca intentado despegarme del coño acogedor de mama, tuve que hacer un esfuerzo enorme pues aunque la hubiera follado 5 veces me apretaba la polla succionandome hacia dentro sin dejar de apretarme deliciosamente. Nunca hasta entonces me veía en situación mas incomoda, no quería salir del coño de mama..., pero debía hacerlo... aunque ella me tenia bien agarrado
Sudoroso, avergonzado y muy cachondo empuje hacia atrás soltándome del estrecho coño con un Plooop que me dejo traspuesto viendo el enorme boquete abierto, aparte la mirada avergonzado , mi rabo aun escurría un hilillo de esperma pastoso del que pude desprenderme sin volverme, no quería mirar a mi madre, no podía..., me saque a patadas los pantalones, los faldones de la camisa me cubrían las peludas piernas agazapado como un animal, meciéndome a sus espaldas con sus palabras martilleando mi cerebro.
- Que has hecho, hijo, que has hechoo..., – repita una y otra vez llorando-- como pudiste..., como...!-- continuo recriminándome.
- Madre... yo.., yo....!-- me gire para intentar justificar lo imperdonable-- yooo...-- enmudecí viéndola tantear la convinacion y bajarla, las bragas olvidadas en el suelo de la caverna.
Me tapo la inconfundible hilera de cremosa corrida fluyendo pierna abajo. * Me has violado ….!-- arranco a llorar a voz en grito ...--- Mi propio hijo me ha violado-- empezó aullando histérica....
Ni me di cuenta de las lagrimas que hacia rato habían empezado a asomar en mis ojos, lloraba por la inocencia perdida, por los días de cárcel, por los muertos en fosas profundas, por ella, por mi.
Mi llanto sorprendentemente había aplacado el suyo, cuando mis ojos dejaron de estar nublados por el llanto no vi rastro alguno de ella.
Y si nunca llegaba a perdonarme?. Me escocían los ojos cuando salí de la caverna, en lo alto del cielo el sol achicharraba en un mediodía implacable de julio.
Parpadee procurando distinguirla, allí estaba apenas a un par de pasos donde escondiera las mantas del campamento.
Atizaba el fuego con la mirada perdida de un naufrago sin esperanza, me arrime hasta quedar sentado frente a ella mirándola sin atreverme a enfrentar sus ojos. Tenia la boca abierta para empezar la larga disculpa de la que me había armado toscamente en la cueva cuando ella me interrumpió.
- Creo que faltan cinco o seis cabezas..., podrán haberse escabullido monte arriba?-- hablo en tono ausente-- colocando la olla sobre los rescoldos del fuego.
Aturdido, me mire las manos soltando el aire de mis pulmones..., escuchándome responderle como si un extraño metiese una mano por mi boca y hablara por mis labios.
- Iré a ver …, a lo mejor han tomado la vereda del despeñadero...-- me sacudí las ropas dispuesto a salir de allí cuanto antes.-- me llevo a mula ...-- dije tomando el cayado.
- Toma algo de comida..., por si se te hace oscuro allá arriba!-- me tendió un paño envuelto.
Sin soltar prenda desaparecí cobardemente en busca de las ovejas, dejando a mi madre a solas en el campamento. Importándome poco o nada que por una vez una bala de uno o de otro me reventara los sesos, esa tarde no hice nada por esconderme ni escabullirme.
Anduve a cara descubierta sin importarme nada hasta que por fin di con cuatro de las seis ovejas, la tarde empezaba a retirarse y apenas me hube asomado al borde contemple a las otras dos con las tripas abiertas y el espinazo partido en el fondo.
Estúpidos animales!-- no había probado bocado, ni tocado el agua desde que saliera, con los labios resecos sin detenerme arree las cuatro ovejas monte abajo.
Si por fortuna los picoletos estaban por allí, mejor que mejor..., todo se acabaría en un abrir y cerrar de ojos..., tal como en ese momento deseaba. Pero cuando arribe al cercado, no vi rastro alguno de su presencia. El fuego prendía con fuerza espantando la oscuridad con la olla barboteando , me senté como un fardo sin fuerzas sin conseguir dar con la figura de mi madre.
Me pesaban los ojos cansados, la cara quemada y los labios resecos... cuando el contorno de un cuerpo se dibujo detrás de la encina, era ella por supuesto.
Trague saliva, viéndola acercarse con la imagen del vestidillo de seda cubriéndola. Esa mujer preciosa que era mi madre apenas cambio el tono de voz.
- Encontraste las ovejas , verdad?-- me tendió un plato con el contenido de la olla-- Pero esas quemaduras..., dios del cielo...!-- rebusco algo en su zurrón.
- No es nada..., ya pasaran...! – quise quitarle importancia sin dejar de comer de mi plato sin apartar la vista del fuego.
Madre tomo mi cara estudiándome empapando un pañuelo en algo de manteca para freír, extendió por mi cara sin mirarme un solo momento a los ojos.
Respire profundamente, mientras terminaba de comer y me metía bajo mis mantas.
Aun en silencio fingiendo dormir, la escuche tender su manta justo como la noche anterior, moviéndose por el campamento sigilosamente.
Imite un ronquido profundo imaginándola parada de pie , dudando si tenderse a mi lado o alejarse del circulo de fuego.
El hondo suspiro acabo con la duda cuando escuche el crujido de la graba y el peso de su cuerpo acomodándose junto al mio.
Solo cuando la solitaria presencia de la lechuza podía oírse, me atreví a girarme. El fuego había terminado de consumirse, los rescoldos aun calientes parpadeaban cuando escuche los tenues sollozos .
Me aturulle al ver sus ojos empañados con lagrimas, acercándome con el alma desgarrada susurrándole.
- Madre..., no llore..., no lloreee...-- limpie tímidamente su mejilla-- Yooo, no puedo verla así..., – no pude evitar unirme al llanto apretujandome entre sus brazos igual que el niño al que curara todas los raspones.
Ni se como, nos consolábamos con las lagrimas del otro mezclándose, sujetándome a su cuello en un desconsolado desahogo.
- No se lo que me paso..., no pude contenerme..., no pude....-- aullé mirándola a los ojos por primera vez en ese día-- Yo la quiero tanto..., que no podría vivir si..., si...-- tartamudee besando su mejilla ligeramente.
- Lo se hijo , lo se... – suspiro al rozar los labios sobre mi sien .
Sin darme tregua, roce toda su cara en pequeños besos, adorándola hasta que mi boca punteo la suya, un rápido picotazo , otro mas cuando los labios se abrieron sorprendidos. , hasta que los sollozos empezaron a espaciarse al notar mi lengua abriendo sus labios buscando ansioso. Lamí su lengua hambriento enredando mi lengua por primera vez.
De un fogonazo la polla se me puso tiesa pidiendo guerra, los amorosos besos se habían transformado en una pelea de lenguas, tanteando, enredándose, excitándose., las manos amorosas garras empujándome y clavándome las uñas.
Los sollozos arrancados por excitantes gemidos,volvieron a enloquecerme destapandola para montarme encima de ella inmovilizándola con el peso de mi cuerpo enredados en un amasijo de mantas .
Las manos de mi madre me arañaron los hombros, empujando tratando de sacarme de encima, resistendose a culminar aquella locura que volvía a encenderme la sangre.
- Sueltaaaaa..., sueeltaaa animaaaalll, no te vastaaa...-- se retorció como una culebra bajo mi sintiendo la mano subiendo por la tela de su falda abriéndole las piernas.
- No puedo madre..., no puedo paraarrrrrrr...! – tanteando la burda tela de la braga la aparte ansioso, roce la pelambrera del chocho hasta mi objetivo.--
Inmóvil y callada me dejo acariciarla, dos de mis dedos sobando deliciosamente la peluda entrada hasta que sus caderas empezaron a acompañar la fricción con la que mis dedos se hundían en la melosa raja entre quejidos y ronroneos.
Por fin disfrutaba, su coño traicionaba a su boca humedeciéndose con tres de mis dedos hundidos hasta los nudillos.
Soltándome de su boca, lamí su cuello hasta acariciar los gordos pezones desfigurando la tela, los metí en mi boca chupándolos succcionandolos , sin dejar de escuchar los Nooooooo, noooooooo.
Coloque mis manos a cada lado de la cabeza de mi excitadisima madre, afianzando mi polla sobre su coño destapado, no habría vuelta atrás. Si me empujaba como esperaba, me retiraría...-- aunque tuviese que tirarme desde el mismo desfiladero, me retorcí restregando mi rabo suavemente.
Paralizado, me detuve esperando cualquier insulto, desprecio o quizás rechazo..., no lo hubo. Inmóvil con la cara ladeada hacia un costado, mi madre permanecía impasible.
No dejaba de restregarme meciendo mi rabo sobre la húmeda entrada engrasando tanto tronco como podía, ninguno de los dos decía palabra.
Apuntando la gruesa seta y enfile los carnosos labios empujando el glande despacio, me helé al darme cuenta que separaba las piernas levantando el culo aceptándolo . Arremetí con rabia enterrándome hasta los huevos atravesando la estrechas paredes con el largo y sonoro Uuuuuuuuuufffff!-- resonando en mis oídos.
Cerré los ojos alucinado , el coño de mama se contraía y cerraba apretándome la polla , solo pude echar el cuello hacia atrás envistiendo hasta tener la mitad del rabo fuera volviéndome a empujar y comprender que mi madre comenzaba a seguirme el ritmo, ajustándose a mi rabo columpiándome bombeando mas y mas la estrecha raja.
En ese momento se me abrieron los ojos, no por los jadeos escapando de su boca, no..., sus brazos me agarraban la nuca procurando aclimatarse a los cada vez mas furiosos empujones.
La brutal sensación del culazo de mama levantándose al meneo de mi rabo era impresionante, teniendo que sujetarme a sus caderas al taladrar mas y mas duro. Follábamos como animales sin importar nada ni nadie, hasta que pude notar la apretada raja palpitando sobre mi rabo y la humedad bañándome a cada sacudida de mis huevos.
Se corría mientras seguía meneandome como un perro rabioso con una mueca de imbécil pintada en mi cara , fue como si los plomos de mi cabeza se fundieran en la ultima riñonada. Vaciándome sin descanso, descargando chorros y chorros de viscoso esperma, petrificado con el grueso cabezón encajado hasta la matriz jadeando sobre el cuerpo de mama.
Seguía encajado dentro del coño de mama, aun empalmado...agarrado por su coño igual que un cepo. Los pegajosos vellos enganchados allí donde nuestros cuerpos seguían unidos, sin pronunciar palabra, solo resollando procurando recuperar el aliento. Instintivamente alce la cabeza y nos miramos, la intensidad con la que procuraba eludir las lagrimas me golpeo descolocandome.
Roce suavemente su mejilla llevándome las lagrimas con la mano, acariciando el labio hasta ser consciente como nuestras bocas se unían y sellaban para siempre el secreto.
Impacientes nos besamos con hambre, sin dejarnos de excitar con mordiscos , chupando y adorando cada centímetro de nuestra piel. Y todo volvió a empezar de nuevo...
Lamí su piel hasta el primer botón del vestidillo , soltando los estorbos para lanzarme a morder y chupar los gordos pezones creciendo entre mis dientes, mame de ellos hasta provocar otra lluvia de fluidos alrededor de mi verga..., por dios... , no necesitaba mas … definitivamente mis caderas se hincaban una y otra vez taladrando sin prisas.
Era de locos aun cuando volví a poner las manos en ambos lados de la cabeza y pare de envestir , contemplando su sonrojado rostro rendido, no olvidaría jamas aquellos ojos brillantes, el gesto excitado de sus dientes mordiendo la comisura del labio mientras sus manos me ceñían la cintura.
Una vez mas punte su boca, lamiéndola , provocandola con la lengua, dudo un instante y casi de inmediato comenzamos a comernos las bocas hambrientos.
Me puso a cien tener la lengua de mi madre enroscada en mi boca, solo entonces pude notar como sus piernas empezaban a doblarse encerrándome la cintura con jadeo, hinque el pollazo con el soniquete de Aaahhh resonando en mis tímpanos, le siguió otro y otro mas por cada vez que salia y volvía a sumergirse en su coño hasta los huevos. Se arqueo igual que una gata cachonda jadeando sin dejar de aullar y llorar hasta contraerse y bañarme la polla con una monumental corrida sin dejar de aferrarse a mi cintura a cada bestial riñonada.
Me chorreaba el sudor, las babas y aun así podría decir que estaba teniendo la noche mas feliz de mi vida, aun tenso con las venas del cuello a punto de explotar bombeaba mi cipote en el estrecho coño de madre como si la vida me fuera en ello, empujando y retrocediendo sintiendo otra oleada pegajosa bañando mi rabo.
Mama se corría de nuevo atenazándome al compás , con unos golpes de cintura alucinantes.
Me sentía morir , eso era..., hubiese querido morir así... con el rabo enterrado en las entrañas de mama, follando sin tregua, jodeeer era impresionante...
Una mujer de su edad con semejante coño estrecho pudiera follar de esa manera..., la jodí con la fuerza de mi adolescencia viéndola desatada.
La boca totalmente abierta aullando, los muslos tensos alrededor de mi cintura, era demasiado para un pobre chaval como yo, agarrándome a sus caderas golpee el coño sin piedad, envarandome aullando al descargar la corrida mas dolorosamente placentera de mis 16 años de vida, descargando mi esperma en una espiral de placer puro y duro.
Caí rendido sobre ella, con un dolor agradable fluyendo de mis huevos al interior de las entrañas que me habían visto nacer , ni se cuanto permanecí alelado corriéndome, supongo que bastante.
Cuando por fin abrí los ojos estaba sobre mi manta extendida, tapado por otra y con las primeras luces del alba asomando.
No había rastro de madre al lado mio, todo había sido un maldito sueño?-- Me dolía cada fibra del cuerpo, casi igual que si hubiera estado follando.... entonces....
Incomodo me senté sobre la manta aun atontado, aun agotado me sentía perfectamente lucido igual que si hubiese dormido... así pues, levante mi larguirucho cuerpo buscando con los ojos hasta dar con mi objetivo.
En dos pasos estuve al alcance de mi agazapada madre junto a la charca, no veía muy bien lo que hacia, pues aun estaba de espaldas, estire la cabeza para contemplar desde arriba .
Sin apenas detenerse en rápidos movimientos frotaba la emplastada masa de rizos negros de su coño con agua de la orilla, procuraba sacarse los restos de semen reseco que salpicaban su carnes, sus piernas, su vientre.
- Que susto..., por dios … no vuelvas a asustarme así!-- soltó madre mojándose limpiando el rastro emplastado.-- Deja anda... o no podre preparar el desayuno...!-- hablo restando importancia.-- Sera mejor que te laves y desaparezcas antes de que asome la patrulla....--- Vaaaa... no tienes todo el día!
- Claro...,-- me dije sacando toda ropa y zambullirme en las aguas algo alelado.-- No todos los días se podía ver el coño materno chorreando tu lefa.-- No señor!
Si después de todo, quería continuar como si nada sucediese, quien podía culparla..., – me dije metiéndome bajo la cortina de agua , estirándome sobre la peña donde habíamos jodido por primera vez.
Puede que después de todo estar encerrado en aquel sitio no estuviera tan mal..., si desde luego...!-- me adormecí con el ruido de cascos resonando.
Habíamos follado como conejos durante toda la noche..., y maldita sea... si no quería volver a hacerlo...!--
Después de todo..., cuanto tiempo tardarían en acabarse el pasto las ovejas, una , dos semanas..., perfecto...!-- bostece imaginando la incontables maneras de joderla.
El insomnio por fin se había terminado.