Las aventuras del Capitan Vergulio

Estas son las aventuras del Capitan Vergulio del navio Ensarto, que deambulo por el mar caribe por espacio de pocos años por lo que muy pocos libros relatan sus hazañas sexuales...

LAS AVENTURAS DEL CAPITAN VERGULIO

El capitán Vergulio del navío Ensarto que deambulo por el mar caribe por espacio de 2 años, por lo que muy pocos libros, registran sus hazañas sexuales entre las que destacan haber violado a toda la tripulación del red Leay Bagger Ingles, con todo y animales.

Grandes pillajes cometió este pirata contra barcos cargados de oro y mujeres, además de su muy particular afición por someter a sus victimas a toda clase de vejaciones y humillaciones.

Entre ellos el buque Willikinton que cayo en manos del capitán Vergulio cuando se dirigía a las Bretañas, Vergulio después de capturar el barco, mando a tirar por la borda a todos los altos oficiales. Los demás, entre ellos mujeres y niños, serian vendidos como esclavos sexuales, en las cortes Otomanas, Árabes y Españolas.

Entre estos esclavos había un niño de diez años, que llamo la atención del capitán Vergulio y justo en al anochecer lo hizo llevar a sus aposentos. Este niño de nombre Jull, era realmente hermoso, su cabello negro, largo y recogido parecía confundirlo con una niñita, su boca era roja como una manzana y su piel blanca como la leche, su delgado cuerpo, hacia resaltar su trasero que despertó los bajos instintos en el capitán Vergulio quien no dudo ni un instante en disfrutar aquellos raros encantos que no hacían mas que aumentar su voluptuosidad.

Ya en la habitación del capitán. El niño entro y se paro, con miedo. La luz de los fanales hacían resaltar su deliciosa boca roja, Vergulio se acerco al chico, se inclino tras el y le olío la cola.

— ¿Qué hacéis?─ replico el niño.

Se apeo Vergulio

─Mira chiquillo ─dijo el capitán─ como bien sabes, la nave en que viajabas a sido capturada por mis piratas y eso te convierte en mi propiedad, de ahora en adelante serás mi mujercita.

─ ¿Pero? ─replico el chiquillo, pero fue callado abruptamente por el hábil Vergulio.

─Calla, no hables más, no te faltara nada mientras yo este al mando en este barco, pero a cambio cada noche disfrutaremos de sesiones de amor, las cuales te agradaran.

Dicho esto el capitán Vergulio se bajo los pantalones, mostrando su gran verga carnosa y venuda, coronada por un potente corazón rojo en la punta.

─Chúpalo cabroncete ─grito el capitán.

Jull dudo un rato, después abrió esa deliciosa boca roja y carnosa y se metió el animal en su interior que parecía tener vida propia. Las mejillas del niño se sonrojaron, lo que provoco que aumentara la voluptuosidad del monstruo.

Ahh ahh, delicioso ─gimio Vergulio.

El capitán tomo la cabeza de Jull con sus dos manos y empezó a menearla hacia delante y hacia atrás en un pasmoso movimiento vibratorio. A punto de venirse el capitán se detiene y saca el falo amoroso de la boca del chico, que jala bocanadas de aire desesperadamente porque el tamaño de aquel vergon lo asfixiaba.

─Ahora Jull desvístete ─dijo Vergulio.

─No, quiero ver a mi madre.

─Si no te desvistes voy a aventarla por la borda.

─No, no hagas eso.

─Cabron, quitate la ropa

Jull, empezó a desvestirse, dejando al descubierto su tersa y perfumada piel, los rosados cachetes de su culo virgen lucían imponentes, pero su pequeño dardo sin pelos aun estaba flácido sin señales de vida.

El capitán Vergulio lo tomo de las caderas y lo llevo hasta la cama donde lo recostó frente a el, sin mas, le abrió las piernas de par en par y comenzó a lamerle el pequeño orificio de su ano. Jull gimoteo, mientras su pequeño pene comenzó a erectarse.

Vergulio chupo las pequeñas bolas de Jull, las cuales parecían dos cerezas almidonadas, se concentro en el fideo erecto del niño, esta actividad desperto en el chico nuevas sensaciones que le provocaban un placer hasta entonces desconocido.

Jull pego un infantil grito de placer, al tiempo que chorros de leche virgen inundaban la cara de Vergulio que devoraba este raro y delicioso manjar.

El pequeño Jull sonreia y sudaba al mismo tiempo, no podía creerlo, ni explicarse el esplendoroso momento que acababa de pasar. Vergulio orgulloso, continuaba limpiando a lenguetazos largos todos los restos de leche.

─Ahhh que rico, capitaaan ─gimio Jull.

─Te gusto Jull ─pregunto Vergulio.

─Si, si ,si…si.

─ ¿Quieres ser mi mujercita?

─Si si quiero –contesto Jull.

─Pues aquí voy, a la carga piratas, de agua dulce, mojones de mierda. A la mar, a la mar.–grito el capitán Vergulio con gran algarabía.

El capitán levanto las piernas del chico, escupió su propio pene con su saliva y presento la roja cabezota de su verga el ano del pequeño, que se sorprendió al ver las pretensiones amatorias de su fino cojedor.

─Espera, grito Jull ─grito Jull.

Pero Vergulio le metió la mitad del Leviatán de un solo golpe, provocando un gran alarido, el cual puso en alerta la atención de algunos piratas.

─Que estará pasando- dijo Pilones el vigía.

─No te preocupes, es el capitán Vergulio que esta follando con un niño, el muy desvergonzado ─contesto Charas el tuerto

─Ja ja ja, ese cabron de Vergulio, no deja sentido a ningún culo ─rió Pilones.

─Teneis razón Pilones, ja ja ja ja, tenéis razon, ja ja ja.

Pilones y Charas se alejaron, mientras en los aposentos, Vergulio bombeaba sin parar al pequeño muchacho, cada arremetida, era demoledora, Vergulio retacaba la mierda del pequeño con una lujuria épica y el chico se debatía entre el placer y el dolor.

─Jull, mi puta mujercita, ahhhhh, ahhhh – Gemia Vergulio.

Las nalgas de Jull estaban al rojo vivo, ante los embates del capitán que parecía totalmente absorto. El chico sudaba a chorros, y jadeaba como una novia en noche de bodas. No pudo mas, y con el chico ensartado en su vergon, se derramo en el interior de su dulce culito.

─Ahhh putaaaa… ahhh , mi rica mujercita…ahhhh.

Saco su palo exhausto por la faraónica contienda, sin ninguna gota de semen, la miel había sido devorada por el fantástico culito de Jull..

─Cabron, te has tragado todo. – grito Vergulio.

─Tengo el culo pegajoso. – dijo Jull.

─No te preocupes mi amor, a ver inclínate ─ Vergulio agachándose─ Oh dios, si te has tragado todo, cabroncete.

Vergulio puso en posición de cagar a Gull y le metió el dedo por el recién estrenado agujero.

─Has como que cagas─dijo Vergulio.

─Pero no tengo ganas de cagar ─reviro Jull.

─Hazlo cabron- grito Vergulio.

Y Jull lo hizo, la corrida de leche salio a borbotones del ano del pequeño y cayo en el suelo al tiempo que el capitán sonreía con su pipa. Jull también rió. Ambos sabían que ese era el inicio de una larga, pero muy larga y placentera aventura por el mar caribe.