Las aventuras de un camarero de un local swinger 5
Llega la quinta parte de esta serie que tanto morbo me está dando contaros. Es todo 100% real, y solo de recordarlo me pongo a tope. Disfrutadlo.
¡Hola chicxs! Perdonad que tarde en subir relato, estoy liado con unas cosillas, ni en cuarentena paro jajaj, pero ya os traigo aquí la nueva entrega de esta serie. Como el resto de historias es 100%real. Os agradezco como siempre comentarios y mails. Me escribís mucho por mail felicitándome y o lo agradezco muchísimo, me da mucho ánimo para seguir escribiendo. Igualmente acepto vuestras propuestas de lo que sea (para conocernos, hacer algo, alguna idea para algún relato que os gustaría leer...) lo que sea. Espero que disfrutéis esta parte. Un abrazo.
Las aventuras de un camarero de un local swinger 5.
Los días pasaban, todo seguía como siempre, Pablo y yo teníamos nuestro pequeño secreto, lo cual me daba mucho morbo, saber que eso era entre él y yo y nadie más lo sabía, pero por lo demás todo igual. Días buenos, días aburridos, días morbosos...
Volvía a ser lunes, para muchos sería un coñazo, a mi me gustaba, pues los lunes había poco trabajo, me iba antes a casa y además, al haber poca gente y trabajar solo, podría vivir alguna escena de morbo sin preocuparme de nada, como la de la última vez en la sauna con la parejita y el chico vasco.
Este lunes estaba solito en el local. Entré a las 22:00h para relevar a mi compañera y no había nadie, lo cual era raro, siempre hay alguien, aunque sea poca gente, pero alguien suele haber. Ese lunes no, de hecho estuve solo casi toda la noche.
Limpié el local, cené tranquilamente e incluso me vi un capítulo de una serie en Netflix por el móvil, no tenía nada mejor que hacer, de hecho el local estaba listo para cerrarse, solo faltaba hacer caja y echar el cierre, pero tenía que quedarme hasta la hora del cierre por si llegaba alguien.
Era ya la una de la madrugada, quedaba una hora para el cierre, y cuando ya no había esperanza de que llegase nadie sonó el timbre. Me asomé por la recepción y vi a un hombre de unos 45 años, con traje de chaqueta, muy bien peinado, una barba perfectamente recortada y bastante atractivo. No sé su nombre, así que le llamaremos "Señor X".
-Yo: Buenas noches, ¿qué tal?
-Señor X: Buenas noches chaval, ¿seguís abiertos?
-Yo: Sí claro, cierro sobre las 2:00h.
-Señor X: Perfecto, es que llevo un día muy duro de trabajo y necesito relax jajaj.
-Yo: Jajaja me parece bien, pero estoy solo eh, hoy no hay nadie, está la cosa tranquila.
-Señor X: Buah, pues perfecto tío, el local entero para nosotros, más morbo jajaj.
-Yo: Jajajaj vale, te abro.
Por un momento pensé que estaba ligando conmigo, pero al abrir la puerta de repente le escuché decir:
-Señor X: Vamos chicas, pasad, tenemos el local para nosotros solos.
De repente entró el Señor X, seguido de otro señor, no tan guapo como él, todo hay que decirlo, pero se ve que eran socios o algo así, y detrás de ellos entraron siete chicas de entre 20 y 25 años, todas latinas, guapísimas, muy bien peinadas, maquilladas y arregladas, luciendo sus cuerpazos y sus buenos escotes. Eran prostitutas todas.
Al ver esa escena se me caía la baba y el Señor X me miraba sonriendo con cara de cabrón.Me pago las entradas de todos y me dejó 20€ de propina. Era un tío de pasta y le gustaba alardear de ello. Yo encantado, me hizo la noche con todas las entradas y encima me dejó más propina en un noche que muchos clientes en un mes jajaja.
Les iba a dar las chanclas y las toallas, pero el Señor X me interrumpió:
-Señor X: No te molestes tío, estamos solos en el local y aquí hemos venido a follar, así que no nos des nada, todos en pelotas jajajaj.
-Yo: Bueno, como queráis, si alguien quiere que me la pida entonces jajaj.
-Señor X: Muchas gracias.
Entraron todos al vestuario a dejar la ropa en las taquillas y el Señor X se quedó hablando conmigo mientras su amigo y las chicas se desnudaban.
-Señor X: Estarás flipando, ¿no? jajaj.
-Yo: Un poco, están buenísimas todas jajaj.
-Señor X: Me encantan las jovencitas, y cuantas más sean mejor.
-Yo: ¿No van a ser muchas para los dos? jajaj.
-Señor X: ¿Muchas? Qué va tío, si eres un buen empotrador puedes con estas y con más jajaj.
-Yo: Jajaj vale vale, no lo dudo hombre.
-Señor X: Si tienes alguna duda asómate luego, a ver si las ves satisfechas con mi rabo jajaj.
-Yo: No digas a un voyeur que mire, que se lo toma al pie de la letra jajaj.
-Señor X: ¿Eres voyeur?
-Yo: Sí, me pone mucho espiar a gente follando y pajearme.
-Señor X: Pues es tu día de suerte chaval, a mi me pone que me vean follando.
-Yo: Pues me esconderé para que no se corten las chicas y veré cómo te las follas una a una.
-Señor X: Disfruta del espectáculo tío.
Me guiñó un ojo y se fue al vestuario a desnudarse. La verdad es que el tío era un poco pedante, pero esos aires de macho cabrón me daban mucho morbo, además que era guapete de cara y debajo del traje se veía un cuerpo cuidado.
Si ya tenía la polla dura y babeando con la situación cuando los vi salir a todos desnudos del vestuario mi rabo ya no cabía en los calzoncillos. Siete culos perfectos, catorce tetas redondas y bien puestas, con sus diferentes tamaños y pezones, cada cual más apetitosa, y un cuerpo de macho fuerte, con la cantidad justa de vello y un buen rabo que ya estaba duro apuntando al cielo, grueso y con dos buenas pelotas. Mi rabo lubricaba como nunca.
Me pidieron una copa cada uno y el Señor X me dijo que me tomara yo otra, que él pagaba, y quién era yo para llevarle la contraria a ese macho dominante, así que puse diez copas, las de las siete chicas, la del Señor X, la de su amigo y la mía. Y empezamos a beber mientras hablaban entre ellos para calentar el ambiente.
A los pocos minutos el amigo cogió a una de las chicas (fue la menos afortunada, la pobre) y se la llevó a una habitación. Yo me quedé extrañado y el Señor X al ver mi cara me aclaró la situación:
-Señor X: Es de mi empresa, un poco babas pero buena gente. Tengo que tenerle contento porque está por encima de mi, así que le dije que le pagaría una chica para él solo. Estas seis son para mi, yo sí puedo con ellas, el pobre con unale sobra.
-Yo: Me parece bien, pero vas a acabar seco con tanta chica jajaj.
-Señor X: De eso se trata chaval jajaja.
El Señor X bromeaba mientras con una mano agarraba el culo de una chica y con otra sobaba la teta de otra y le comía el pezón. Yo estaba muy cerdo, estaba deseando que se fueran a follar para poder mirar.
Por fin llegó el momento, todos cachondos como perros se fueron a la sala de parejas, que era la más grande, y al irse el Señor X me guiñó un ojo dándome pista libre para espiar todo lo que quisiera. Le gustaba saber que un tío le miraba, le subía la autoestima sentise un macho empotrados con seis chicas que eran seis bombones y que un camarero le mirase mientras lo hacía y se pajease disfrutando del espectáculo.
Me asomé por la cortina escondido detrás de la pared para que no me vieran y me encontre con la escena deseada: El Señor X tumbado bocarriba, dos chicas comiéndole el rabazo y los huevos a la vez, otra chica sentada en su cara mientras él le comía el coño, otra chica le lamía los pezones con ganas y las otras dos le masajeaban y chupaban los pies, cada una con un pie. Era una de las escenas más surrealistas y a la vez morbosas que había visto en mi vida.
Decidí desnudarme, estábamos solos y estaban a su bola, así que nadie me diría nada y estaría más cómodo. Al bajarme los calzoncillos, que ya estaban empapados, mi rabo saltó de golpe y me llenó el vientre de precum. Me subía el olor a rabo, ese tan característico que tienen las pollas y que me gusta tanto. Cogí el precum con mis dedos, empecé a repartirlo por todo mi capullo para lubricarlo bien y empecé con una buena paja mientras veía la escena.
La chicas iban rotando, le comían los pies, los huevos, el rabo, los pezones, las axilas, la boca... y también se ponían en posición para que él les comiera el coño, el culo, las tetas...
Eso era un festival del guarreo, una escena digna de una película porno.
Cuando se cansó de comer puso a una a cuatro patas y empezó a follársela como un salvaje, le gustaba sentirse un buen macho empotrador, y lo era. La demás chicas le tocaban el pecho, el culo, le besaban... Estaban esperando ansiosas su turno, pero no perdían el tiempo, pues entre ellas también jugaban, se comían el coño, se besaban, se sobaban las tetas.
El tío se las fue follando una a una, probó todos esos coñitos húmedos, los reventó sin compasión, las azotó, les dió de comer su rabo de nuevo. Las usó como lo que eran, como putas. Y a ellas les encantaba sentirse usadas.
Yo estaba en mi escondite viéndolo todo sin dejar de pajearme, aunque reduciendo la intensidad de vez en cuando para no correrme. Cuando de pronto el Señor X me llamó:
-Señor X: Chaval, asómate un momento.
Yo me fui corriendo a la barra para que las chicas no supieran que estaba espiando y grité a lo lejos:
-Yo: Voy.
Asomé mi cabeza por las cortinas y le pregunté qué quería, él, sin dejar de follarse a una de las chicas, me dijo:
-Señor X: Traeme un Jack Daniels con hielo tío, que me tienen seco, y trae un par de condones anda.
-Yo: Ahora mismo.
Preparé la copa y los condones, me iba a poner la ropa para llevárselo, pero pensé que sería mejor entrar en bolas, estaba muy cerdo y quería ver la reacción.
-Yo: Aquí tienes tío, para que repongas fuerzas jajaj.
-Señor X: Gracias tío. Te daría propina pero no tengo dinero encima jaja.
-Yo: Tranquilo hombre, es mi trabajo.
-Señor X: Bueno sí, ya que veo que estás animado (dijo señalando mi rabo duro) hay una forma de pagártelo. - se dirigió a una chica - tú, cómele la polla a mi colega.
La chica sin dudarlo sonrió y me agarró la polla llevándosela a la boca. Empezó a hacerme una mamada increíble mientras una de sus amigas le comía el coño y el Señor X seguía empotrando fuerte a otra chica y comiendo y tocando tetas por todos lados.
Al rato de estar comiéndomela el Señor X me miró con cara de cabrón y mientras sacaba su polla de la chica a la que se estaba follando me dijo:
-Señor X: Ya me he cansado de esta, ponte un condón y fóllatela, que te lo he dejado bien abierto jajaj.
Yo no me lo pensé, me puse un condón y me la empecé a follar con ganas mientras el Señor X se follaba a otro en frente de mi. Las demás chicas jugaban entre ellas y con él, a mi no se dirigían a menos que su dueño de esa noche se lo ordenase. Mientras follábamos me sonreía y me puso la mano para chocarle los cinco en plan vacilón. Me ponía muy cerdo esa situación.
Al rato me dijo que eligiera a una de las chicas y nos correríamos los dos a la vez, cada uno sobre una de sus tetas. Elegí a la que las tenía más grandes, la pusimos de rodillas y nos pusimos de pie, uno a cada lado, apuntando con nuestras pollas a sus tetas, mientras las demás chicas miraba y se tocaban el coño.
De pronto empezó a gritar y yo le seguí:
-Señor X: Ahhh, me corro tío, me corrooooo....
-Yo: Joder y yo, me corro, ahhh...
Soltamos unos buenos chorros de leche sobre las tetas de la chica, no sé ni cuántos, pero las dejamos cubiertas. Antes de recomponerme el Señor X me cogió del hombro y me empujó para ponerme de rodillas y con autoridad me dijo:
-Señor X: Límpiale nuestra leche de las tetas con tu lengua, que no quede ni una gota.
Obedecí, empecé a sobarle y chuparle las tetazas a esa chica tan guapa, apretándolas bien y recreándome en sus pezones, hasta que las dejé completamente limpias. Le miré pidiendo su aprobación y con cara de cabrón me dijo:
-Señor X: Muy bien, ya que te gusta tanto ahora límpiame el rabo.
Miré su rabo, ya no estaba duro, pero sí morcillón, tenía un rabazo el cabrón, aun sin estar duro del todo era increíble, gordo y venoso. Me agarró de la cabeza y me llevó su pollón a la boca. Abrí la boca y me lo tragué entero, el gimió, y empecé a pasar mi lengua por su capullo para dejarlo reluciente. Ahí estaba yo, un camarero limpiándole el rabo a un cliente delante de seis putas a las que se acababa de follar. Era demasiado morboso para mi. Al acabar no pude evitar meter mi nariz entre sus huevazos y aspirar, eso me pierde y después le pasé la lengua, no podía perder la oportunidad de comerme esos huevazos. Estaban sudados de tanto ejercicio, olían a macho y también a coño, después de rebotar en seis coños diferentes era normal. Al notar mi lengua en sus huevos gimió y se rió a la vez diciendo:
-Señor X: Jajaj cabrón qué vicio tienes.
Después de esto se fueron al vestuario, el Señor X avisó a su colega y se cambiaron para irse. Me despedí educadamente de todos y el Señor X se quedó el último.
-Señor X: Un placer chaval, espero que me vuelvas a ver otra vez follando, me gusta que me vean.
-Yo: Lo mismo digo, me ha encantado, me pone muy cerdo.
-Señor X: Te dejo mi número, si no es aquí podemos quedar en mi casa con alguna, se puede montar algo morboso.
-Yo: Claro tío cuando quieras.
-Señor X: Gracias por todo tío, estamos en contacto, por cierto, la comes muy bien cabrón.
-Yo: Jajaja gracias. Buenas noches.
Se fueron todos y le mandé un whatsapp para que guardase mi número. Hice el cierre rápido y me fui a casa. Al llegar a casa tenía un whatsapp suyo:
Señor X: "Un placer tío, me encanta conocer a gente tan salida como yo. Espero que me veas follando muchas veces más, no sabes el morbo que me da. Estamos en contacto. Un abrazo colega".
Se me puso el rabo duro al leer el mensaje. Me volví a pajear recordando la escena y caí rendido en la cama.
Continuará...
(Hay más relatos con el Señor X, pero son fuera de esta historia, en esta serie seguiré contando mis aventuras trabajando en el local, las demás son ajenas a esto. Si os ha gustado el Señor X decídmelo por mail o por comentarios y haré otra serie de nuestras aventuras, también reales, pero en esta serie seguiré contando lo que pasó sólo en el local).