Las aventuras de Sleyel (Parte 1) Sleyel
El inicio de las aventuras de la bruhilla Sleyel, vivira todo tipo de experiencias mientras en cada uno de los relatos futuros, algunas tristes, otras felices, otras sexuales, etc, etc.
Naci en una familia normal que se dedica a la fabricación de ceramica, era la octava hija, pero solo había un varón. Por suerte como el negocio de la familia era de cerámica no había mucho problema con esto al menos al principio.
En el reino humano, que se encontraba en lucha con otros dos pero que iba ganando por lo que al menos en los interiores de este había paz. Aún así la provincia el lugar en el que vivía apenas lo habían conquistado 35 años por lo que en los grandes bosques que seguían siendo vigentes servían como refugio para muchos monstruos.
El pueblo se había establecido hace poco más de 30 años para colonizar y realmente no eran más de 1000 habitantes que mayormente se dedicaba a la artesanía y algunos laboraban los pocos terrenos planos para el cultivo, actualmente por lo que el ataque por la noche de 15 o 20 goblins causaba muchas pérdidas humanas.
Los líderes del pueblo decidieron enviar una petición a una gran ciudad donde se mencionaba la necesidad de un mago y guerro con experiencia y que puedan enseñar, tambien se mencionaba una buena recompensa. El pueblo tardo un mes en recibir respuesta y otro mas en recibir a el mago Siegfried y el espadachín Ruh.
Todos los varones que estaban entre 18 y 30 años debían acatar sus enseñanzas y aprender lo más posible en un mes para alimentos poder matar un goblin sin tener que perder los intestinos en el intento. Yo tenía 18 años en ese momento, no era obligatorio que yo participé en las prácticas ya que era mujer pero al no ser muy buena en la artesanía o cerámica ví una oportunidad de encontrar un buen oficio ya que realmente no me llamaba mucho la atención el casarme a los 19 con el que pueda dar más, que en ese pueblo tampoco era mucho.
Fue un mes agotador para mí, el anciano que enseñaba magia parecía haberme tomado mucha atención a mi lo cual era bueno ya me ayudaba y daba consejos todo el día pero también me exigía demasiado. Me dijo que tenía gran cantidad de maná por lo que ser maga me quedaría perfecto pero hacer los hechizos era muy complicado y agotador.
No sabía si lo estaba decepcionando en el transcurso del mes. Para mí sorpresa pasado el mes de entrenamiento me ofreció llevarme con él para que pueda seguir aprendiendo. No lo pensé mucho, acepte muy emocionada ya que sabía que era mi oportunidad para llegar más lejos de lo que podría hacer como una artesana en un pueblo colonizador.
Pasaron los años, ya tenía 19 y el anciano que se llamaba Siegfried, parecía cada vez más débil. Habíamos recorrido ya gran parte de las fronteras del reino, el era muy poderoso a pesar de su avanzada edad por lo que pudimos realizar ese viaje sin morir.
Durante tres años habia aprendido que mi afinidad era la magia de fuego y la de muerte. Sobre la magia de fuego habían muchos libros y personas expertas por lo que era facil aprender hasta por cuenta propia pero para la magia de muerte era diferente, habia sido considerada un tabú hasta que el ultimo héroe hace 30 años fue un usuario de esta magia. Por suerte el anciano Siegfried en su juventud habia tomado la decisión de aprenderla y probablemente en esos momentos era el mas experto en el tema.
Pasaron varios meses mas, la salud de el empeoraba y segun el ya podia ver hasta el minuto de su muerte... Y asi fue. Antes de morir me dejo 10 frascos y su báculo ya que sus otros discípulos habían muerto antes que el. Lo que no me pudo dejar era el espíritu que lo acompañaba hasta su muerte ya que a este espiritu no estaba convencido de mi poder aun. Pero menciono que me daría un poco de tiempo y que vuelva al lugar de fallecimiento de mi maestro luego de 10 años para ver su cambia su veredicto.