Las aventuras de María, adolescente cochinona 5

La tía de Maria folla a los animales y estos se la follan a ella. Maria se inicia en el bestialismo.

Al día siguiente María había quedado a las nueve de la mañana con su tía en el establo. Cuando llegó se la encontró ordeñando a una vaca. Le sacaba largos chorros de leche y de vez en cuando se agachaba para darse un trago.

María observó que su tía vestía el fino vestido que tenía totalmente desabotonado. No hacía calor pero Francisca debía estar caliente pues tenía su gran cipote totalmente tieso.

MARÍA:  Buenos días tía Francisca.

FRANCÍSCA:  Hola sobrina, acércate y desayuna leche directamente de la vaca, verás que buena está.

MARÍA:  pero tía, por qué estás ya empalmada?

FRANCÍSCA:  Hija, en cuanto entro al establo mi olfato animal detecta el celo de las cochinas y mi instinto de semental se despierta.

María se agachó y tragó varios chorros de la leche de vaca.

FRANCÍSCA:  Además, esta vaca me ha puesto cachonda, tiene un coñazo espectacular que también lo huelo desde aquí. Mira cómo me lo como.

Francisca se levantó y poniéndose tras la vaca le lamió su gran vulva metiéndole la lengua dentro todo lo que podía. De pronto la vaca se puso a mear en la cara de la mujer y esta se tragó un largo chorro de su orina. La puso chorreando.

MARÍA:  que guarra eres tía. Después dicen que si yo.

FRANCÍSCA:  Mira María, mira cómo le entra todo mi brazo a la puta vaca.

Efectivamente, Francisca le fue metiendo su gordo brazo desnudo ahondando hasta llegar al hombro.

MARÍA:  joder! Que coñazo tiene la vaca!

FRANCÍSCA:  ven que estoy muy caliente, vas a ver cómo me tiro a una cochina.

MARIA: tía, como tienes tanto pelo en los sobacos? No te da vergüenza?

Francisca: Qué va, me gusta. No me depilo nada. Como puedes ver tengo mucha pelambrera en el coño y el culo. También en las piernas. ¡Dónde hay pelo hay alegría!.

Francisca se quitó el vestido, fue por la cerda más grande y le metió todo el nabo hasta el fondo. El animal gritó. Pero pronto se puso a gozar. Francisca se quitó el vestido chorreante del meado de la vaca y se  quedó en pelotas con tan solo unas botas de porquero que le llegaban hasta las rodillas.

Follaba con ganas a la guarra. Cuando se iba a correr agarró al animal por debajo de la barriga e increíblemente lo levantó del suelo teniéndola hincada por el chocho.  Definitivamente la fuerza que tenía era sobre humana. Se corrió como berreando como un cerdo con la cochina en sus brazos. Debió llenarle todo el coño pues de la vulva chorreaba semen. Francisca era todo un semental.

FRANCÍSCA:  esta ya la he preñado, seguro.

MARÍA:  joder tía, me has puesto a cien.

María se quitó los shorts bajo los cuales no llevaba bragas y se puso a masturbarse.

FRANCÍSCA:  ven hija, que te voy a enseñar cómo me lo monto con el burro. Se llama Pepón y es un guarro. Mira como me come el culo.

Francisca se agachó delante del burro y se puso a lamerle el peludo coño y culo con una larga lengua.

FRANCÍSCA:  tengo ganas de cagar, mira lo que hace Pepón.

Francisca apretó soltando un largo y grueso mojón y el burro se lo fue comiendo hasta tragárselo todo.

MARÍA:  qué fuerte, mira, vaya tranca que le ha salido al burro, le llega casi hasta el suelo.

FRANCÍSCA:  Si, está muy bien dotado. Vamos a disfrutar de él. Cómele el cipote tú mientras yo voy a probar ese culo tan hondo que dice tu padre que tienes.

La chiquilla se puso de rodillas agarró la tranca del asno y como una condenada se lio a mareársela, comérsela y restregársela por las tetas que ya se había sacado por debajo de la camiseta. Mientras su tía le chupo el ojete y volvió a empalmarse.

FRANCÍSCA:  es verdad sobrina, se te abre como una puerta. Se nota que te han dado mucho por culo. A ver si te entra mi rabo entero.

Poco a poco fue metiéndole el largo cipote mientras la guarrilla se corría comiéndose el  pollón tieso del burro. Luego su tía la bombeó hasta vaciarse dentro de María.

FRANCÍSCA:  ahora necesito que me folle el burro a mí, tengo el coño ardiendo. Ese es el problema que tener que satisfacer una polla y un coño,  necesito hembras y machos. Verás como tengo adiestrado a Pepón.

Francisca se puso apoyada de pié en unos sacos ofreciendo su gran pandero musculoso y llamó al burro. Este se acercó le olió el coño peludo ofrecido por detrás. De pronto se puso a dos patas apoyando las patas delanteras en los hombros de la mujerona. En dos o tres embestidas le logró meter el trabuco en el coño.

MARÍA:  madre mía, como te entra en el coño todo el cipote del burro. Tía, tienes el coño como el de la vaca. Qué barbaridad.

FRANCÍSCA:  Ah, Ahg, Ahg, Dame fuerte Pepón, fóllate a tu dueña, échame toda tu leche en mis entrañas. Ay qué gusto María, me corroooooo, Aaaaaaaag.

Del  coño de Francisca corrían ríos de leche del burro por las patas abajo.

FRANCÍSCA:  bueno, yo de momento tengo bastante sobrina, pero tú vas a disfrutar de la polla más larga del establo, la del caballo.

MARÍA:  si tía, que estoy caliente perdida de verte. Pero antes voy a probar la leche que te sale del coño. Tiéndete en los sacos.

La cochinona se lió a comerle el coñazo a su tía levantándole para ello los grandes huevos y apartando el cipote morcillón. Se pegó un banquete de leche de burro que le salía de la ancha vagina.

MARÍA:  Ummh, está muy bueno. Venga haz lo que sea que necesito correrme con el caballo.

Francisca puso bajo el caballo un banco y le dijo a su sobrina que se tendiera en él, mientras ella sobó el nabo del equino hasta ponérselo largo y tieso. Mediría medio metro con un capullo ancho y grande. La tía meneó aquella tranca hasta ponérsela dura y se la restregó a su sobrina por su vulva sin pelos.

FRANCÍSCA:  A ver si te cabe en el culo sobrina.

Francisca le metió en su ancho culo el puño y después poco a poco el brazo hasta el codo.

MARÍA:  Ayyyy, tía que tienes el brazo muy ancho. Es más ancho que el cipote del caballo. Me duele.

FRANCÍSCA:  mejor, así te entrará con más facilidad.

Francisca sacó su brazo y le metió el largo cipote del caballo hasta el fondo en el hondo culo de su sobrina. Esta se corrió estrepitosamente.

FRANCÍSCA:  que pronto te has corrido nena. Mira, ya está soltando el caballo la leche.

Efectivamente el caballo empezó a eyacular grandes chorros de esperma que le llenó las tripas a la adolescente y luego sacándoselo la tía del culo la baño completamente su bello cuerpo. Francisca también aprovechó para zamparse unos cuajarones del engrudo del animal.

M; Agg, como me ha puesto.

FRANCÍSCA:  no te preocupes, te voy a bañar en casa luego, pero antes tengo que demostrarte algo. ¿Te acuerdas que ayer te dije que tenía más formas de correrme, además de por la polla y el coño?

MARÍA:  joder tía, eres insaciable.

FRANCÍSCA:  Ya sabes que no soy una persona normal. No sé porqué pero mis grandes huevos además de producir semen de cerdo, producen leche.

MARÍA:  ¿Qué?

FRANCÍSCA:  Si, leche para alimentarse. Se me hinchan por las mañanas y me tengo que ordeñar. Y lo bueno es que me da mucho placer llegando a tener orgasmos especiales. Hoy me vas a ordeñar tú. No te preocupes, debes sobarme los cojones sin miedo porque en vez de dolor me produce placer.

María acarició los grandes huevos sin pelos de su tía. Se los lamió y chupó.

FRANCÍSCA:  Muy bien me das mucho gusto, pero así no basta. Debes apretar fuerte como si me estuvieses ordeñando las tetas.

María estrujó los enormes cojones.

FRANCÍSCA:  estíralos. Ponte detrás y tira fuerte de ellos por entre mis piernas.

Los huevos se alargaron y maría los mordió y apretó.

FRANCÍSCA:  Así, que gustazo. Ya me sube la leche, verás como sale.

Francisca cogió la cantara donde había ordeñado a la vaca y la puso debajo de su vergajo morcillón. De pronto empezaron a salir chorros lentos de leche por el cipote cayendo dentro de la cantara. Eran chorros de una leche muy blanca que se mezclaba con la leche de la vaca.

FRANCÍSCA:  Pruébala hija.

MARÍA:  Umh, que buena está. Está dulce!

Echó por lo menos medio litro de leche mientras se corría de una forma más suave que cuando lo hacía follando.

FRANCÍSCA:  Bueno, ya está. Con esto ya tenemos leche para todo el día.

MARÍA:  mucha leche veo yo para tan poca gente.

FRANCÍSCA:  no te preocupes que yo la vendo a un precio especial.

MARÍA:  Tía eres una caja de sorpresas.

FRANCÍSCA:  María, mañana viene mi hijo a pasar cuatro días.

MARÍA:  follará conmigo?. Me ha dicho mi padre que es maricón.

FRANCÍSCA:  bueno, la verdad es que mi hijo es muy afeminado, si es marica, pero un poco bisexual. Conmigo folla principalmente por mi cipote. Pero cuando hay algunas hembras y tiene su pollón tieso las satisface plenamente. Verás que tranca tiene el hijoputa.

MARÍA:  no creo que sea más grande que la puta de su madre

FRANCÍSCA:  mañana lo verás querida, todo a su tiempo.

CONTINUARÁ….