Las aventuras de María, adolescente cochinona.
Salvi el hijo caballo de Francisca.
Al día siguiente llegó Salvi, un chaval muy guapo y con un cuerpo buenísimo, pero con una pluma exagerada, se le notaba a leguas lo marica que era.
Salvi tiene 20 años y estudia en la universidad. Hizo muy buenas migas con María. Al día siguiente de estar allí su madre le puso al corriente de todo y le dijo a María que a la hora de la siesta se escondiese en el armario de su habitación para que viera lo que hacía con su hijo.
Entraron y Salvi en cero coma dejó a su madre en pelotas agarrándole su cipote y liándose a chuparlo. Le ordeño los huevos recibiendo una buena ración de leche.
SALVI: que guarra eres madre, lo que has hecho con la prima no tiene nombre. Estoy deseando ver cómo te la tiras por el culo ese que dices que tiene.
FRANCISCA: pues más ganas tendrá ella de que tú te la folles cuando vea tu cipote.
SALVI: No me pone nada la niñata. Joder madre, ¿tambien voy a tener que tirármela?
FRANCISCA: si quieres disfrutar de este rabo, si.
SALVI: quítame el pantalón madre que ya no me cabe dentro.
Francisca desnudó a su hijo por completo y María se sorprendió cuando vio lo que le colgaba. Aquello no era una polla normal, aquello no era una polla humana. ¡Era un cipote de caballo! Si, la tenía morcillona y le llegaba a medio muslo. Era como el nabo de un poni. Su madre se la agarró y se puso a lamerle el gordo glande equino.
Aquello empezó a crecer saliendo un largo trozo de su funda como si se tratase de un caballo. Poniéndosele erecta, muy erecta, tanto que se le pegaba al abdomen hacia arriba.
Su madre se la agarró empezando a menear aquella monstruosidad, le empezó a lamer el culo a su hijo y después le metió dedos abriéndole un enorme ojete que recibió el gran puño de su madre.
SALVI: Ay, así madre. ¡Cómo sabes darme gusto!
FRANCISCA: cómo te gusta que te den por culo maricón.
Con el antebrazo metido en el recto de su hijo, Francisca le chupaba y magreaba con ganas su polla de caballo. Salvi a su vez magreaba el culo de su madre y le sobaba su cipote.
En pocos minutos empezó a manar leche a raudales, como la corrida de un caballo que bañó enteramente a Francisca por todo el cuerpo. Ambos quedaron tendidos en la cama bocarriba y María totalmente en bolas se abalanzó sobre ellos.
MARÍA: no aguanto más, toda esta leche no se puede desperdiciar.
Primero cogió el vergajo de su primo relamiendo los últimos chorros de engrudo y luego se echó sobre su jamona tía comiéndose la enorme cantidad de semen de su hijo que tenía sobre el cuerpo.
SALVI: pero bueno!, ¿que hace esta tía metiéndose en la cama con nosotros?
MARÍA: caya primo, ¡que pena que seas gay, con lo bueno que estás y con esa….¿polla?. Tía, esto qué es?
FRANCISCA: tranquila, hija, te explico. Como sabes yo no soy normal. Soy una mutante sexual. Ya sabes que soy hija de un cerdo, pero mi madre folló con tantos animales que me tuvo que transmitir genes de caballo, así que tuve a mi hijo con un hombre, pero me salió con un pene de caballo. Pero no veas como disfruto con él.
MARÍA: ya veo. ¿Tu crees que me cabrá en el culete?.
FRANCISCA: pues claro, si te ha entrado la del burro ¿no te va a entrar esta?.
SALVI: no pienso follarte niñata!
FRANCISCA: no le hagas caso, verás como cuando le dé por culo con mi cipote se empalma de nuevo y te encula.
Así fue, Francisca le comió el coño a su sobrina empalmándose automáticamente su gran vergajo, cogió a su hijo de la cama en brazos como si no pesara nada y le comió el capullo metiéndole de nuevo la mano en el culo. Luego lo puso en el suelo a cuatro patas y le endiñó su gran nabo en su abierto culo.
El maricón gozaba como loco con el pollón de su madre mientras ésta le meneaba la polla de caballo hasta ponérsela de nuevo erecta.
SALVI: Ay que gustazo me das madre!.
FRANCISCA: pues si no quieres que te la saque, fóllate a tu prima. María, ponte con el culo en pompa delante del caballito que te va a meter su tranca!
María, cachonda perdida se puso a menear su culo y a abrir y cerrar su ojete con su característica habilidad, de forma que su primo se echó sobre ella y la montó como un caballo metiéndole su enorme polla en el culo hasta el fondo. Mientras su madre no dejaba de darle por culo a él.
El numerito era espectacular, dos grandes trabucos entrando en dos grandes y profundos culos. Una adolescente cochinona, un marica con polla de caballo y su madre con polla enorme y huevos de cerdo. Increíble, ¿verdad?. Pues más increíble fue el orgasmo al que llegaron los tres a la vez.
El culo hondo de María rebosaba engrudo de su primo el caballito y el culo de éste se llenó de semen porcino de su enorme madre.
Después de descansar, Francisca hizo una demostración de su fuerza cogiendo a los dos adolescentes a la vez, uno con cada brazo agarrándolos por la entrepierna los subió a sus anchas caderas y se lió a darles la lengua.
MARÍA: Que fuerza tiene tu madre primo!
SALVI: tu no has visto nada. Vamos madre al establo y demuéstrale lo que haces con los animales.
FRANCISCA: vamos, tu prima ya ha visto cómo levanto al cerdo, pero no lo otro.
Efectivamente, María quedó con la boca abierta cuando su tía metiéndose bajo el burro lo cargaba a su espaldas y lo levantaba del suelo paseándolo por el establo.
MARÍA: qué bestia, es la mujer forzuda y con polla. Harías un buen número en un circo.
FRANCISCA: menos cachondeo niñata. Bueno ya que estamos aquí vas a ver cómo mi depravado hijo disfruta también de los animales. ¿Por dónde empiezas Salvi?
SALVI: por mi burrito favorito.
Salvi se montó en una caja de madera de forma que llegaba al culo del burro. Le metió su pollón enterito en el culo al burro dándole un rato caña. El asno rebuznaba.
FRANCISCA: no te corras hijo, que me has puesto cachonda. Vamos a enseñar a tu prima el numerito que montamos los dos con la vaca.
Francisca cogió a su hijo por las caderas, lo alzó y este le metió su tranca en el recto de la vaca. Salvi se agarró al cuerpo de la vaca apoyándose sobre su culo se lió a follarla por el culo. A continuación Francisca le endiñó su pollón tieso en el coño a la vaca. Así estuvieron un rato hasta que el primo se vació en el recto del animal.
Salvi sacó su cipote lleno de caca de la vaca. Su madre se meó sobre él limpiándoselo con su orina.
FRANCISCA: ¿Tienes ganas de mear María?. Échale el chorro al vergajo de tu primo y me ayudas a limpiarlo.
María también descargó un fuerte chorro de pis, y entre las dos le quitaron la mierda al cipote de Salvi.
FRANCISCA: ahora vas a ver lo que le gusta a tu primo que le por culo el burro.
Salvi ya en pelotas se puso sobre los sacos donde el día anterior le había dado por culo el burro a su madre, y de igual forma el adiestrado burrito le ensartó su gorda picha en el abierto culo del chico.
SALVI: ahgg! Que pollón madre! Me llega al estómago. Pero que gusto me da el burro.
El asno daba fuertes empujones que alzaban al chaval más alto todavía que a su madre, pero se agarraba fuerte a los sacos para no caer. Así a los pocos minutos Salvi se corrió sin tocarse su enorme pene y el burro le rebosó el recto de engrudo.
Luego se liaron los dos primos con Francisca, le chuparon todo el cuerpo. Salvi se centraba en sus órganos masculinos y María en su coño y culo peludos. También la morrearon, le comieron los tiesos y duros pezonazos y acabaron chupándole los negros sobacos llenos de pelos.
MARÍA: Ummh. Huelen a sudor!. Estoy cachonda perdida, follarme por favor.
FRANCISCA: Salvi vamos a hacerle un sándwich, métesela tu por el culo mientras yo se la hinco en el coño.
Francisca cogió a María por los sobacos y la levantó al aire incrustándole su gran pene en el chocho. María se abrazó con sus piernas a las cadera de su tía dejando el agujero del culo abierto para que con facilidad su primo le introdujera su larga estaca en las tripas.
MARÍA: aaaggg, ah, ah. Me duele, me vais a reventar. Siento vuestros cipotes en el estómago. No puedo soportarlo, sacármelas.
FRANCISCA: aguanta un poco cochinona, si estás chorreando, tienes los agujeros muy elásticos. Verás cómo se te pasa el dolor.
Así fue, la cochinona empezó a suspirar de placer hasta que reventó en un orgasmo tan grande que quedó hecha polvo en el suelo del establo.
De pronto se escucharon unos aplausos desde la puerta del establo. Eran dos monjas.
SONIA: Bravo, vaya polvo que le habéis echado a la chavala!.
ADRIANA: ja, ja, ja, Se ha quedado casi desmayada. ¿Quién es esta chica Francisca?
FRANCISCA: Hola hermanas, es mi sobrina, está pasando una temporada con nosotros. No os esperaba hoy . No tenía pensado contarle lo vuestro, pero ya que habéis aparecido sin avisar tendrá que participar en vuestras “practicas religiosas”.
MARÍA: Pero bueno! ¿Esto qué es tía? Quienes son estas monjas?
FRANCISCA: estas monjas son unas golfas cachondas que adoran al dios del sexo. Tienen un convento aquí cerca y de vez en cuando se pasan a adorar según ellas las pollas del diablo que tenemos mi hijo y yo. Unas chaladas que están locas por el folleteo y no le hacen ascos a nada.
María miró a las monjas. Una era gordita y bajita, muy tetona y muy atractiva de cara. Muy seria y con la cara muy pintada. Tendría unos cuarenta y pocos años. Vestía un habito negro pero con un escote grande enseñando sus grandes melones. Con la cabeza cubierta con un velo negro y blanco.
FRANCISCA: María, te presento a Sor Sonia, es la madre superiora del convento del gran placer.
La otra era totalmente opuesta, mucho más alegre y sonriente. También maquillada. Muy alta y delgada. Tenía un cuerpo de modelo y unos treinta y pocos años. Vestía un hábito blanco y corto como una minifalda, con las piernas enfundadas en unas botas blancas de tacón por encima de las rodillas . El velo era blanco de esos cuadrados con picos.
FRANCISCA: Y esta chica tan simpática es Sor Adriana, la abadesa. Son las encargadas de venir una vez a la semana a follar con nosotros y los animales y de paso se llevan una cántara de nuestra leche especial.
SONIA: bueno, traigo las ubres llenitas de leche empecemos con el ordeño Francisca.
La madre superiora se sacó fuera del escote dos enormes tetas gordas con unos pezones largos como una vaca. Se puso a cuatro patas y Francisca le puso un cubo debajo de los pechos para ordeñarla. Le tiraba de los pezones como hacía con la vaca y pronto Sor Sonia empezó a echar chorros de leche al cubo.
SONIA: así, así, que gusto me da que me ordeñe esta campesina, hermana Adriana.
ADRIANA: sigue así Francisca, hasta que llenes medio cubo. Esta zorra tiene leche para todo el convento.
MARÍA: Pero como puede tener tanta leche!!, ¿es que ha parido hace poco?
ADRIANA: ja, ja, ja. Qué va, la madre superiora tiene un hijo con 20 años. Desde que lo tuvo no ha parado de dar de mamar a todo el mundo y no se le ha cortado la leche, al revés, cada año tiene más. Es una puta vaca lechera. Bueno, y mientras la ordeña Francisca, su hijo Salvi me va ha hacer lo que más me gusta a mí.
Adriana se quitó el hábito, quedando con su cuerpo desnudo. No llevaba ropa interior. Se echó en unos sacos y Salvi le metió el brazo en un coño muy elástico y sin pelos.
SALVI: la puta de Sor Adriana quiere que te enseñe lo hondo que tiene el culo.
MARÍA: ¿mas hondo que yo?
Salvi le fue introduciendo su brazo en el intestino, Aquello no tenía fondo. Lo metió hasta el hombro el muy bestia.
SALVI: es una maravilla de la naturaleza. Creo que le voy a sacar la mano por la boca.
ADRIANA: uaaaaggg! Me corro, me corro guarro niñato.
Cuando Francisca terminó de ordeñar a la madre superiora. Separó el cubo y levantándole el hábito le metió su tranca ya erecta en el coño.
SONIA: María, ¿Quieres mamar un poco de mis ubres?
María se puso tendida bajo la monja chupándole las tetas y tragando leche. Adriana aprovechó para meterse entre las piernas de la niñata y comerle su jugoso chocho.
ADRIANA: ostias Madre, que chumino más chorreante tiene la niña!
Al cabo de un rato Francisca inseminó a la madre superiora mientras María se corría en la boca de Sor Adriana.
SONIA: joder, yo todavía no me he corrido. Estoy ardiendo. Salvi dame con tu polla de caballo por el culo.
Salvi totalmente empalmado le metió su larga polla en el también culo hondo de la madre superiora follandola como un animal.
Mientras tanto Adriana se fue por el caballo, le chupó la verga hasta ponérsela tiesa e hizo que el animal se la metiera por el infinito culo.
A los pocos minutos tanto Salvi, como el caballo llenaban los culos de las monjas de leche que rebosaba de sus ojetes, mientras ambas se corrían gritando. Sobre todo la loca de Adriana que tenía unos orgasmos escandalosos.
Al final se despidieron las monjas invitando a la familia a una ceremonia de iniciación que habría al día siguiente en el convento. Francisca trajo la cántara diaria de la leche de vaca mezclada con la leche de sus huevos y la terminaron de llenar con la leche de las tetas de la madre superiora.
SONIA: muchas gracias, con esto tendremos leche para tres días en el convento. Antes de irme me he quedado con las ganas de que tu sobrina me coma el coño.
MARÍA: con mucho gusto hermana.
María le chupó el conejo a la monja hasta que se corrió. Pero no tuvo bastante con ello sino que le agarró la cabeza a la chiquilla y se meó en su boca.
La cochinona de María se tragó todos sus meados.
SONIA: muy bien, veo que eres una niñata muy guarra.
MARÍA: gracias hermana, me encanta beber tu orina.
CONTINUARÁ-