Las aventuras de Juan VI. Su nueva vida
El inicio de una nueva vida para Juan, y la continuación de la vida en pareja de Carolina y Daniel que sigue avanzando en su feminización.
Acaba el día en el trabajo, y Juan vuelve a casa al llegar solo una nota: recoge y vete, no queremos saber nada de ti, mi abogado se pondría en contacto contigo para las manutenciones.
Juan se derrumbó y empezó a llorar, el móvil de Gemma daba apagado, no tenía donde ir, así que recogió y esa noche durmió en el coche, su mala cabeza de vividor al final le había jugado una mala pasada.
Por otro lado Carolina regreso a su casa, ese día estaba eufórica dentro de la suerte de lo ocurrido con Juan, en casa Daniel había cambiado hasta el punto de ser un marido ejemplar. Cuando fue al dormitorio, este se estaba poniendo en pijama, Carolina lo miro con deseo, le sentaban tan bien las braguitas, no se puede negar que Juan para eso tenía bueno gusto, le abrazo por detrás besando su cuello, mordía el lóbulo de su oreja mientras le susurraba si esta noche le iba a complacer, Daniel siempre estaba dispuesto a complacer a su musa, se giró y le devolvió un beso apasionado, la curiosidad pudo con él y le pregunto que porque tenía dos llaves ahora en vez de una.
Carolina sin parar el juego, le dijo que se lo contaría a cambio de un orgasmo. Tenía que saberlo así que desnudo a Carolina y empezó desde su cuello con pequeños mordiscos, bajando por sus pechos, allí se deleitaba mordisqueando suavemente sus pezones, escuchando los primeros gemidos de su esposa, besaba su tripita y empezaba a acariciar sus ingles suavemente, sus labios estaban pegados, de ellos caía un pequeño hilillo de flujo que Daniel no tardo en meter en su boca e iniciar su rutinaria comida de coño, separaba sus labios con la lengua, ya percibía ese sabor salino, húmedo y caliente de su esposa, ella cerraba los ojos solo le preocupaba disfrutar. Daniel seguía haciendo su trabajo quería saber que sucedía con la llave, empezó a penetrarla primero un dedo, luego otro, su lengua jugaba con el clítoris hinchado, los gemidos se intensificaban mientras las manos de Carolina iban a la cabeza de Daniel presionándola contra su coño, este sabía que su musa iba a correrse e intensifico su trabajo con la lengua hasta que Carolina cerraba las piernas apartando la cabeza de su marido y dejando salir los dedos de su interior.
Carolina dejo que su marido se acurrucara en sus pechos, su pene flácido se veía brillante, desde que empezó su castidad vivía excitado aunque había empezado a notar cambios en él.
Su esposa le contó todo lo sucedido al mismo tiempo que le contaba lo que tenía pensado para Juan, a Daniel todo le pareció bien aunque le hizo una petición a su esposa, no quería terceros en su relación, esta acepto.
Ya el día siguiente cuando llego Juan con un aspecto deplorable fue directo al despacho de Carolina, cuando se disponía a hablar Carolina fue tajante cállate y siéntate, Juan dudo, pero obedeció. Vamos por partes así no puedes venir a trabajar, y si vienes a pedir clemencia porque Gemma te ha echado de casa ahórratelo, según escuchaba a su jefa Juan se hacía más pequeño por momentos, tenemos dos opciones Juan y espero que entiendas mi benevolencia.
La primera es que te libere, pedirás la cuenta de este trabajo y desaparecerás de la vista de todo el mundo, nunca hablaras de lo sucedido, ni me intentaras chantajear de nuevo, aunque a tu edad y sin techo encontrar un trabajo sin recursos ni ayuda será difícil.
La segunda ganas 1500 €, que dividiremos en 3 partes iguales, una a tu familia para manutención, otra para ti, y otra para mí, a cambio mantendrás tu trabajo y yo te daré un techo en una casa de campo que herede de mi familia y una vida de castidad, conmigo no obtendrás nunca sexo, la casa te vigilara, siempre vestirás de mujer allí, se acabó la ropa interior de hombre, tu polla solo saldrá de la jaula para su limpieza de la cual me encargaré yo misma, respecto al sexo puedes ordeñarte tu misma o tener amigos o amigas no es algo que me preocupe. Si decides esta opción mañana tendrás la casa lista con instrucciones y todo lo que necesitas. Piénsalo mientras termina tu día de trabajo, y ahora fuera de mi vista.
Juan salió cabizbajo del despacho, estaba hecho un mar de dudas, humillado como nunca hubiese imaginado y sometido, quien le iba a decir lo que le deparaba la idea de follarse a carolina cuando empezó.
Carolina seguía pletórica, encargo sushi para recoger después del trabajo, tenía ganas de llegar a casa y disfrutar de su marido hoy pensaba desvirgarlo, así que llamo a sus padres para que recogieran a los peques, aviso a Daniel por wasap:
-Cariño, no hagas cena tengo una sorpresa, los niños duermen con mis padres, ponte guapa y tus joyas. Daniel ya sabia a que joyas se refería.
Juan por su parte optó por la segunda opción no podía dejar a su familia sin sustento y perder su trabajo, así que de tripas corazón se armó de valor y volvió a contar su decisión a Carolina, esta le dijo que al día siguiente al salir del trabajo le acompañaría a la casa, le dio 50 € y le dijo que durmiese y se aseara en algún motel barato.
Carolina salió directa del trabajo, tenía cosas que hacer antes de volver a casa, paro en un chino, después paso a ver a su amiga en
el sexshop
, y para finalizar recogió el sushi y un vino espumoso rosado, ya con todo se dirigió a casa.
Allí le esperaba Daniel, estaba con una camiseta negra ceñida de pijama y unas braguitas transparentes rosas, debajo de ellas se veía la jaula, por detrás brillaba el plug, beso a su esposa que le dijo que se descargaba y ponia comoda, dejo el vino en el frigo y marcho a su dormitorio, escogió la ropa y se fue directa a la ducha. Fue algo rápido saco uno de sus tantos picardías, y volvió al comedor entre risas cenaban y bebían aquel estupendo espumoso, mientras Carolina le contaba el plan para Juan, una vez habían terminado se fueron al dormitorio, allí en la cama empezaron las caricias y besos apasionados entre ambas, a Daniel su pollita venida a menos ya estaba mojando sus braguitas, las de carolina por su parte estaban empapadas, esta le desnudo lentamente y coloco a 4 patas en la cama, jugaba con su jaula y estiraba del plug casi sacándolo, pero lo soltaba y este por inercia volvía a llenar el culo a Daniel, abrió el armario de los juguetes de allí saco el arnés y se lo coloco, se acercó al oído de su marido y le susurro que hoy se correría como una mujer.
Cada vez que le hablaba en femenino Daniel se sonrojaba no se acostumbraba, aunque le gustará, Carolina embadurno el arnés en vaselina y saco el plug del culo del marido, se veía abierto como se contraía después de tanto tiempo con el tapón, de su jaula caía líquido preseminal, cuando menos se lo esperaba zas, Carolina había hundido su polla de plástico en el culo virgen de su marido haciendo gritar a este de dolor, Carolina le relajaba, se quedó quieta mientras aquel ojete se acostumbraba a estar lleno, y poco a poco empezó con un vaivén de placer agarrada a las caderas de Daniel embestía despacio aquel mete saca llegando hasta la base de aquella polla de goma, su culo ardía, pero empezaba a disfrutar aquella follada y los días sin descargar hicieron que aquella polla empezara a escupir leche con cada embestida de su esposa, Daniel gritaba había tenido un orgasmo, solo estimulando su próstata sin siquiera tocarse, ni empalmarse.
Carolina salió del culo de su marido, dejando su ano palpitando, se acercó y le beso ves putita como te ha gustado, mira cono lo dejaste todo, mañana cambiaras las sabanas. Ahora te toca cariño, le dio el arnés y Daniel sonrojado se lo coloco, su mujer era un mar de flujo así que no tuvo que realizar mucho esfuerzo para penetrarla, esta se colocó en 4 también, separo sus piernas, dejando ver su coño depilado y brillante, ahora era Daniel quien la follaba agarrando sus caderas Carolina gritaba, no estaban los niños y podía desinhibirse, la jaula de su marido golpeaba su hinchado clítoris, en breve se estaba corriendo dejándose caer sobre la cama.
Cariño las sorpresas no han terminado fue al armario guardo el arnés y saco una jaula como la de Juan, rosa y más pequeña, esa jaula ya te queda grande amor, y ahora que gastas braguitas esta creo que té pega más, quito la jaula y coloco la nueva no sin esfuerzo dejando a Daniel con una imagen aún más femenina si cabe y con una jaula rosa de plástico donde su polla sufría de nuevo, así mismo entrego un folio, cariño léelo son unos ejercicios rutinarios para fortalecer los glúteos y verte un culete y unas piernas más sexis, así estaremos las dos bien guapas por dentro y por fuera.
Daniel estaba alucinado, pero le gusto la idea, ambos se besaron y se quedaron dormidos abrazados, al día siguiente había curro y además Carolina volvería tarde de darle las llaves de la casa a Juan.
Carolina salía de casa feliz, se sentía poderosa, su matrimonio funcionaba y al tío que intentó chantajearla iba a joderlo por cabrón, tenía el contrato redactado, y todo lo necesario hoy al salir del trabajo acompañaría a Juan a su nuevo hogar.
Daniel por su parte se había amoldado a su nueva vida, la castidad no era tan mala y ver feliz a su mujer y sus hijos le hacía ver todo cosas positivas incluso sentirse femenino tenía su punto de morbo.
Juan se había duchado y cambiado, estaba triste sabia que la había cagado y no había marcha atrás, solo deseaba ver como iba pasando todo, esta noche en las sabanas del hotel se corrió inconscientemente mientras dormía, sus erecciones cada vez eran más cortas y de menor intensidad, empezaba a notar su carácter más dócil.
El día para los tres
paso
sin novedades en los trabajos, al acabar carolina se dirigió a Juan, sígueme con el coche, la casa de campo estaba a unos 30 minutos del trabajo, Carolina había encargado a una conocida que la limpiara y dejara preparada que la había alquilado. Era una bonita casa de madera, apartada de todo el ruido de la ciudad, rodeada de árboles, por dentro sencilla un comedor, dos dormitorios la cocina y dos baños uno de ellos con jacuzzi.
Nada más entrar Carolina saco unos papeles, se los ofreció a Juan para que los leyese mientras le decía que era el contrato de alquiler con una sonrisa dibujada en la cara. El contrato contenía donde ira
destinado
su sueldo, las normas de la casa y un anexo en él cuál detallaba las normas para Juan:
-Vestiría de sirvienta siempre por casa.
-Ropa interior femenina a diario.
-Una tabla de ejercicios para fortalecer glúteos, abdomen y muslos.
-Siempre depilada y aseada.
Por último explicaba que un día a la semana ella misma iría a quitar la jaula, asearlo y comprobar el tamaño de su miembro por si había que cambiar de jaula a una de mejor tamaño.
Si todo esto se cumplía poco a poco le dejaría ver a su esposa e hijos. A juan le caían lágrimas por las mejillas, solo tuvo el consuelo de que cumpliendo quizá consiguiera volver a ver a su familia, sin pensarlo más firmo las dos copias y entrego una a Carolina. Cuando esta salía de la casa le recordó que
habían
cámaras conectadas a su teléfono por si decidía no cumplir alguna de las normas estipuladas en el contrato.
Carolina una hora después estaba en casa cenando entre risas con su familia.
Continuará…. Espero que la espera haya valido la pena, aprovechar para comentar que la saga consta de dos capítulos más.