Las aventuras de Juan V, Juan cae en su trampa
La otra posible continuación, a la historia, en esta Carolina logra esquivar a Juan que se ve envuelto en un buen lío la que mas guste dará pie a la sexta entrega de la saga.
Juan entró, se desnudó su cuerpo no estaba nada mal, se había rasurado con la máquina de afeitar todo el cuerpo dejando el pelo de su pecho y pubis muy corto, bajo sus boxers, su polla era bastante normal, aunque si cabía destacar algo era su grosor. Bebió un trago de la copa de vino y observó la escena, lo había conseguido tenía a su jefa a cuatro patas expuesta, con un contrato firmado para hacer con ella cuanto quisiera.
Saco su móvil silencio la cámara y tomo varias fotos desde distintos ángulos, en la habitación solo se escuchaba la respiración agitada de Carolina, coloco estratégicamente su teléfono y empezó a grabar, no podía permitirse disfrutar solo una vez de semejante mujer.
Acercó su mano a la raja de Carolina, esta dio un pequeño respingo no veía ni escuchaba prácticamente nada por lo que la pillo por sorpresa, estaba empapada, Juan se acercó a su oído y le grito para que pudiese oírle, estás empapada guarra, a Carolina la voz le era familiar, pero no era capaz de descubrir quien era con los tapones las voces sonaban diferentes. Juan acercó su polla a la boca de Carolina y no tuvo que decir nada, esta empezó a chupar con maestría, pero Juan aún no quería correrse, se acercó a la entrada y saco una pequeña cadena con un collar de una bolsa que traía, coloco el collar en el cuello de Carolina, de él colgaban varias cadenitas pequeñas con una pinza al final una para cada pezón, Carolina se quejó nada más Juan pellizco cada uno de sus grandes pezones, la cadena larga era para las manos de Juan, se colocó detrás de ella, y cuando intento meter su polla cayó desplomado encima de Carolina, el sedante del vino había hecho efecto.
Esta se apartó y quitó todo lo que Juan le había colocado. La cara de Carolina era un poema al ver a su compañero de trabajo allí, nunca hubiese pensado que Juan era un depravado de este calibre, pero tenía poco tiempo así que empezó con él.
Coloco a Juan boca arriba en la cama semisentado, y fue al baño en el bolso traía todo lo que iba a necesitar, afeito todo el cuerpo de Juan, saco una jaula más pequeña que la de su marido en color rosa, paso el aro por la polla de este y sus testículos y luego su pene lo encajó en la otra parte del cb, costo horrores esa polla era más grande que la de Daniel y la jaula más pequeña, aunque al final lo consiguió.
Juan aún dormía, Carolina saco varias fotos salía Juan con ella aunque no dejaba ver su rostro cogiendo su jaulita rosa, hacia como que le besaba, en
otras Juan
cogía sus tetas, etc. Busco el móvil de Juan y borro todas las fotos y el vídeo que había empezado a grabar, se vistió y salió dando un portazo dejando a Juan allí dormido.
Carolina salió del hotel hacia casa eran las once de la noche, no había mucha gente por la calle, acelero el paso tenía ganas de llegar a casa, nada más llegar se descalzó y fue al baño se colocó su pijama tipo picardías de seda y se metió en la cama, Daniel dormía como un tronco y no se enteró de nada. Carolina estaba excitada, seguía con la mente en el hotel a sí que metió la mano dentro de su tanga, nada más acariciarse noto que su coño seguía mojado, su clítoris estaba hinchado, solo necesitaba pensar en los planes que
tenía
para Juan después de su jugada maestra, su vagina empezaba con los espasmos musculares corriéndose como ella creía que merecía.
Se quedó dormida con su mano dentro del tanga.
Juan despertó y cuándo se vio en el espejo la sorpresa fue mayúscula su polla morcillona salía por cada rendija de la jaula rosa, además de depilarlo íntegramente la cabrona de su jefa le había dormido y puesto un cb rosa para mayor humillación, este se asustó, ¿cómo iba a taparlo en casa? Necesitaba solucionarlo y antes del lunes sabía que no iba a poder.
Otro tema era Gemma, su mujer el día que solían follar era los sábados, por no hablar de que Juan solía dormir desnudo, necesitaba pensar algo pronto. Busco sus calzoncillos, y los vio tirados en el suelo rotos, al lado el tanga de Carolina, parecía una burla esta le dejo su tanga y rompió los boxers antes de irse.
Juan estaba muy enfadado se fue sin ropa interior no estaba dispuesto a ponerse el tanga, su polla le dolía horrores esa jaula era muy pequeña. Al llegar a casa todos dormían, cogió otros boxers y se acostó a dormir, necesitaba descansar y ver como solucionaba todo esto.
Era sábado, despierta dormilona sus niños la despertaban junto a su marido, nadie imaginaba que hacia menos de 12 horas intentarán chantajearla sin ningún éxito. Beso a los niños y su marido, y fue a desayunar el día paso sin nada que reseñable aparte del día en familia.
La noche de Juan sí que fue para olvidar con cada erección nocturna se despertaba del dolor, se levantó temprano, ducho y vistió, cuando fue al salón su esposa tenía el desayuno servido. Juan parece que estés ausente, tenemos que salir a comprar recuerdas, y esta tarde tenemos la misa en honor a san Antonio, este estaba absorto en solucionar su problema, pero volvió enseguida en sí, si cariño desayuno y nos vamos.
Mientras compraban Juan tuvo una idea iba a encargarse de coger un buen pedo cenando y quedarse dormido en el sofá, así ya tenía excusa para no desnudarse, ni follar con su esposa y junto con la resaca del domingo tenía el fin de semana solucionado, y el lunes ya vería por donde salía Carolina.
El domingo en casa de carolina si fue diferente ambos madrugaron aunque ella no quería sexo, quito la jaula de su marido y le dijo que se aseara mientras ella hacia lo mismo, su marido se depiló completamente como acostumbraba desde hacia unas semanas, mientras tanto vio el tanga de su mujer aunque no se atrevió a decir nada, pensó que había muchos restos de flujo, señal de la excitación de su mujer, esta se duchó y limpio a conciencia se vistió para pasar el domingo en el campo y paso inspección a su marido, volvió a poner su pollita en castidad, antes de encerrarla cogió el metro, hacia ya dos semanas y había encogido 2 cm, vamos muy bien cariño
¿te gusta como cada vez es
más
pequeñita?
Al final será como un clítoris grande, Daniel se sonrojó y afirmó con la cabeza, tengo dos regalos cariño apóyate en el lavabo y deja tu culo en pompa, este obedeció mientras Carolina lubricaba la joya que le había comprado días atrás en
el sexshop
, Daniel al notar el frío acero dio un pequeño respingo, sshhh quieto relájate le decía su esposa, hasta que su ojete cedió quedando un brillante rojo con forma de corazón en él, mira que mona estas,
¿recuerdas cuando querías petarme el culo?
espero que lo disfrutes cariño es un pequeño preámbulo el otro regalo ábrelo tu mismo. Daniel se quedó perplejo, preguntando a su esposa
¿Qué pretendes?
Carolina sin dudarlo le dijo que los calzoncillos eran signo de virilidad y que recordara que iban a ser iguales así que debía empezar a gastar braguitas, tenía una para cada día de la semana, se rio y le dijo que eligiese unas y se pusiese guapa que los niños les esperaban. Daniel obedeció incrédulo todavía unas moradas con encaje y forma brasileña, se miró al espejo, y se sorprendió a sí mismo estaba sexy se gustaba y el tamaño de su reducido pene junto a su depilación le hacían muy femenina, pronto necesitaría otra jaula si quería seguir reduciendo su pene, aunque eso no era decisión suya.
Se vistió y fueron a pasar el día al campo, de vez en cuando su mujer le daba besos apasionados mientras paseaban y jugaban con los niños, o alguna palmada en el trasero, este caminaba erguido no era muy cómodo llevar una bola dentro del culo todo el día, sin embargo su polla no paraba de lubricar esperma sin ponerse dura, estaba mojando las braguitas.
Al llegar a casa, cenaron los niños estaban agotados los metieron a la cama y Carolina, le dijo a Daniel cariño necesito un buen masaje, este accedió y fueron al cuarto preparo el aceite de masajes se quitaron ambos la ropa, las braguitas de las dos estaban mojadas me encanta amor que pases el día igual de excitada que yo, le susurro a su marido mientras le besaba. Carolina cuando estaban a solas se dirigía siempre a Daniel en femenino.
Ya desnuda se tumbó boca abajo, con el pelo recogido y este embadurno de aceite sentándose encima del trasero de su esposa, empezó a masajear fuerte sus hombros hacia cada clavícula para ir bajando hasta el sacro lentamente apretaba cada rincón de su espalda, después pasaba suavemente las yemas de sus dedos volviendo a subir con las uñas, creando en Carolina un sin fin de excitantes escalofríos, cuando llevaba un rato se quitó de encima separo las piernas de esta y empezó a masajear desde sus tobillos hasta donde termina sus muslos acariciando su labio mayor, primero la derecha y luego la izquierda, así sucesivamente a Carolina se le escapaban pequeños gemidos, inconscientemente levanto el pompis para dejar un hueco a su marido que empezó a acariciar la vagina empapada de su esposa desde el perineo hasta su clítoris, con sus hábiles manos, poco después metió su cabeza para comerse el coño que había hecho que perdiera la cabeza de esta manera. Daniel alternaba su lengua cerca de la zona anal de su esposa y jugaba con su lengua en el clítoris, Carolina al poco estaba bajando su pubis contra el colchón mientras se corría como una perra en celo.
Daniel se quedó esperando instrucciones, su esposa le beso y tumbo en la cama, se levantó y fue al armario que estaba cerrado con llave y saco una bala vibradora pequeña de acero, la coloco en la base del pene de su marido y acciono a máxima potencia, su marido gemía de placer y sin nadie más que la bala vibradora su polla empezó a sacar lefa en gran cantidad pero sin mucha fuerza, ya que no estaba empalmado, Carolina le abrazo poniendo sus piernas entre una suya y la cabeza en su pecho quedándose dormidos.
Juan por su parte, el domingo tuvo una bronca monumental, ya que no fue al dormitorio a dormir, ni a follarse a su mujer como todos los sábados, Gemma estaba hecha unos zorros, le dijo de todo desde borracho hasta que si la engaña con otras, aunque en esto no iba muy desencaminada, el objetivo de Juan se había cumplido y tenía unos días de margen para solucionar su problema, antes de que se le pase el cabreo a su mujer. El domingo ya volvió al cuarto a dormir, pero sabía que Gemma estaría enfadada y no iban a follar así que tuvo la tranquilidad que su secreto no se iba a descubrir.
La noche con sus erecciones tampoco fue muy agradable.
El lunes se dirigió al trabajo, con un dolor de polla monumental y los huevos hinchados debido a no descargar, su jefa aún no había llegado así que actuó con normalidad esperando tener alguna conversación con ella a lo largo del día.
Amaneció lunes y Carolina no tenía prisa, sabía que Juan estaría desesperado por hablar con ella, aunque este no sabía que la venganza es un plato que se sirve en frío. Cuando llego carolina llamo a Juan al despacho, y este nada más llegar exigió la liberación de su miembro viril, Carolina empezó a emitir una sonora carcajada, giro su ordenador y le enseño unas fotos, antes de venir fui a correos, y estas fotos juntó con una copia de la llave
esta camino
de tu casa, veremos tu esposa que opina de tu castidad y afición a ser infiel, y la otra copia me la quedo yo, tendrás que arreglarlo con ella o si te echa de casa por depravado negociar esa castidad conmigo, mucha suerte Juan, espero que aprendas que no se chantajea a nadie.
Juan suplicó que no enviara nada, pero ya era tarde ósea que resignado acepto su futuro, y cayendo lágrimas por su mejilla salió del despacho de Carolina, al instante sonó su móvil era un wasap de Gemma, tenemos que hablar. No contesto a ninguna llamada, ni mensaje más, Juan no veía la hora de salir hacia casa y conocer que iba a ser de él a partir de ahora. Continuará…