Las aventuras de Juan III ,Carolina y su marido.

Carolina, rechaza a Juan, mientras continua su feminización, Daniel empieza a aceptar su nuevo rol, incluso a disfrutar de el. Por su parte Juan no se da por vencido

Carolina después de meditar la respuesta decidió no aceptar chantajes, había conseguido que su marido aceptara un cambio y no iba a permitir que un desconocido la chantajeara, su correo fue también muy breve:

  • Buenos días no sé quién eres, ni que crees que sabes, pero no voy a aceptar ningún chantaje, espero que no me vuelvas a molestar o habrá consecuencias legales.

Un saludo Carolina.

Envío el mensaje y paso el día en el trabajo revisando el correo por si recibía respuesta, cosa que no sucedió. Siguió leyendo sobre dominación femenina y castidad, dedico tiempo a un artículo sobre orgasmo arruinado y sin darse cuenta estaba excitada, tenía las braguitas empapadas hasta tal punto que tuvo que secarse un poco o iba a mojar el pantalón.

Juan por su parte leyó el correo, era lo que se esperaba justo antes de salir reenviaría su última baza, así Carolina no podría leerlo hasta el lunes, debía ser paciente si no quería estropearlo. Sus días de trabajo y vida cotidiana iban pasando entre pajas, polvos rápidos con su esposa haciendo el misionero y la rutina del trabajo con el pequeño aliciente de Carolina.

Daniel por su parte se levantó tarde, su polla enjaulada le molestaba menos, ya había empezado a tener menos erecciones involuntarias y mear sentado ya no le suponía un problema, se sentía bien sin beber ni fumar, además empezaba a disfrutar de su nuevo modo de vida, la familia, los niños incluso el morbo de la jaula aunque esperaba pronto salir de su encierro y descargar, sus huevos empezaban a hincharse y dolerle. Estaba atento al wasap cumplía con sus tareas, y se deshacía en halagos a su esposa, su día fue uno más en el trabajo.

Llegaron las 18 de la tarde y todos se fueron menos Juan que se quedó 5 minutos, era su momento tenía que mandar el correo, carolina no lo leería hasta el lunes a primera hora, se le ponía dura solo pensar en la cara que iba a poner cuando encendiera el PC el lunes, la respuesta fue la siguiente:

-Esperaba esa respuesta, a ver si así lo entiendes mejor así, que opinarán tus compañeras y los compañeros de Daniel si reenvío un correo con estas dos imágenes para que cada uno saque sus conclusiones, adjuntas al correo una foto de un hombre cualquiera con su polla dentro de un cb6000 la otra el escote de Carolina con una llave, a pie de foto una frase cada uno que saque sus conclusiones.

P.d. ahora si quieres envías mis correos a la policía a ver si te hacen caso, espero tu cambio de opinión, besos donde más te gusten.

Juan envió el correo y se marchó a casa.

Carolina por su parte no tenía problemas económicos, al salir de trabajo fue a un sexshop que tenía de camino a su casa, era un sitio muy chic enfocado a la mujer, la dependienta se acercó enseguida a preguntarle que necesita, Carolina sin ningún pudor le explico que estaba tratando de igual a su marido y había empezado por reducir su pene, su depilación y su castidad, pero ahora necesitaba juguetes para ambos, la dependienta le dijo que se estaba poniendo muy de moda los juegos así, le aconsejo lubricante, un arnés de un tamaño normal, Carolina lo eligió en color carne y una pequeña bala vibradora controlada por móvil, ya en el mostrador vio un brillante morado con una bola para introducir en el

ano

, la vendedora le sugirió que seguro que adornaba bien el trasero de su marido y está con una risa cómplice asintió con la cabeza y se lo llevo también, 100 € en total. Carolina salió con la bolsa recogió a los niños y fue a casa e hizo lo de todos los días aseo cena y a dormir mientras esperaba que llegara su marido del trabajo.

Ella se duchó, fue al cuarto y abrió su armario siempre le gusto la lencería aunque solo la disfrutaba ella, su marido nunca le dio la menor importancia tenía ganas de jugar e iba a continuar adiestrando a su marido, para esta noche se decidió por un body negro, que realzaba sus pechos, dejaba los cachetes al aire era un tanga brasileño, y se puso un pantaloncito muy cortito para la cena, Daniel no tardo en llegar.

Daniel nada más terminar el trabajo llego a casa, se había vuelto muy puntual al llegar y ver a Carolina, pensó enseguida que iba a follar así que se duchó, cenaron entre risas, hablando de los niños, del trabajo y de las vacaciones que se iban acercando. Daniel no quitaba ojo a las tetas de su mujer, Carolina le pregunto si quería verlas de cerca con una voz sugerente, fueron hacia el dormitorio, Carolina sentó a Daniel en la cama y empezó a desnudarlo, ella se quedó solo con el body, se sentó encima de su marido, mientras lo besaba movía su coño encima de la jaula hacia delante y detrás frotándose contra él, su marido se notaba la tensión en la jaula no dejaba crecer la polla y esta ya sobresalía por los rincones de la misma.

Carolina se puso de pie y sensualmente se deshizo del body, sus grandes pechos estaban en su sitio a pesar de la edad y la crianza, su brillante coño depilado con láser integralmente se veían unos grandes labios, pegados de flujo que ella empezó a separar mientras acaricia su clítoris hinchado delante de Daniel. Cariño hoy vas a aprender como se come bien un coño, le decía mientras cogía el paquete enjaulado de Daniel, de su puntita salía líquido pre seminal, y Carolina no dudo en burlarse, ves cariño ya estás mojada como yo, esas palabras solo conseguían excitarlo aún más.

Espero que pongas interés por tu bien, se tumbó boca arriba en la cama, separo las piernas y señalo con su mano lo que tenía que hacer Daniel, este empezó torpemente hacia años que no lo hacía, pero pronto noto lo que le gustaba a su mujer y lo que no, pasaba su lengua desde la base del

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hasta su clítoris y cuando llegaba a este lo succionaba suavemente, sacando pequeños gemidos a su esposa, cuando volvía a bajar metía la lengua como si la follara con esta introduciendo todo lo que podía de esta y bajaba a su

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chupando circularmente intentando introducir la punta de su lengua entre las pequeñas estrías de su esfínter, esta llevo sus manos a la cabeza de Daniel que apretaba fuerte contra su coño, mientras su polla sin poder empalmarse seguía goteando, Carolina cogió una de las manos de su marido y la llevó a su raja fóllame cariño le susurro mientras seguía succionando su clítoris, empezó a penetrarla suavemente con un dedo, cada vez aceleraba más el movimiento de su dedo, aprovecho para introducir otro, Carolina empezó a apretar fuerte la cabeza de Daniel, sus músculos vaginales empezaron a contraerse, sus gemidos eran intensos se estaba corriendo como una perra en celo y ese orgasmo se lo había regalado su marido, que hacia años no la hacía estremecerse de ese modo. Se quedó exhausta, dormida y a Daniel una cara de estúpido increíble, estaba enjaulado, goteando semen y sin poder pajearse, no tuvo otra que dormirse al lado de su mujer.

Por la mañana Daniel se levantó temprano sus hijos dormían y decidió darle una sorpresa a su mujer preparo el desayuno lo llevo al dormitorio y despertó a Carolina besando su cuello, sus hombros, acariciando sus brazos y muslos, la cara de placer de Carolina era un poema, cuando vio el desayuno se abalanzó sobre su marido dándole las gracias y comiéndose a este a besos, esta le susurro, pero no podemos hacer nada cariño que despertaremos a los niños ayer te portaste muy bien conmigo gracias, la cara de su marido mostraba su resignación, hoy toca aseo antes de que se despierten los bichos, por cierto cambia las sabanas creo que tuviste un orgasmo involuntario y tu lado de la cama está igual de mojado que el mío, ya te mojas como nosotras, Carolina se reía a carcajadas de la situación, Daniel sin embargo estaba avergonzado eso no le sucedía desde la adolescencia, pero los calentones y la privación, habían hecho que mojara la cama como un adolescente, o como decía Carolina como una mujer bien follada.

Desayunaron entre caricias y besos y pronto fueron al baño, se metieron juntos en la ducha Carolina quito la jaula a su marido y su polla no tardo en ponerse dura, esta empezó a enjabonarla y pajearla, cuando esta acelero el ritmo de la paja en 5 subidas y bajadas de piel su marido empezaba a correrse, no había tardado ni dos minutos, cariño está muy sensible mira que pronto te has corrido, se puso flácida rápidamente y carolina empezó a rasurarlo para una vez aseado enjaularlo de nuevo.

Ahora dúchame tú a mi cariño antes de que se despierten los peques, este cogió los aceites de baño de Carolina y empezó a enjabonarla primero sus pies y piernas, mientras subía, Carolina separaba las piernas y su marido enjabonaba su húmedo coño, subiendo por su vientre y su espalda, pero volvía a bajar a deleitarse con la bolita hinchada de Carolina, esta echaba su cabeza hacia atrás no iba a tardar en correrse, Daniel continuo subiendo parando en sus pechos acariciando suave y lentamente mientras pellizcaba sus pezones suavemente, los gemidos empezaban a ser más sonoros, subió a su cuello y masajeo la zona con fuerza, se acercó a Carolina por detrás para que esta notara su paquete enjaulado que esta cogió apretándolo mientras gemía y susurraba regálame un orgasmo cariño y Daniel volvió a acariciar su clítoris hinchado más rápidamente hasta que las piernas de Carolina se cerraron dejando a esta temblando abrazo a Daniel el orgasmo había sido tan intenso que estaba a punto de caerse le temblaban las piernas.

Daniel cogió la manguera de la ducha primero se limpió él y después quito el jabón de su esposa, seco a su musa y la ayudo a vestirse, salió a despertar a los niños.

El fin de semana se desarrolló con total normalidad, la semana siguiente Daniel trabajaba por la mañana y Carolina le explico sus nuevas tareas si quería que todo siguiese fluyendo, recoger a los nenes después del cole, ducharlos, haría la compra, la cena y tendría la casa limpia las tareas iban en aumento sin embargo Daniel cada vez se sentía más cómodo con su nuevo modo de vida.

El lunes la mañana, Carolina había salido especialmente guapa, se la veía segura de sí misma tanto en casa como fuera, para ese día había elegido unos pantalones chinos grises, blusa verde pastel con botones, zapato alto de tacón color marrón, debajo llevaba un conjunto color rosa con encajes de sujetador y tanga, se le había quedado algo pequeño, lo que por un lado hacia que sus pechos estuviesen casi fuera tapaba poco más arriba de los pezones, abajo tapaba justo la raja dejando sus labios mayores fuera al caminar rozaba su clítoris cada paso, entre eso y recordar su nuevo modo de vida tenía que secar su humedad varias veces al día.

Cuando llego a la oficina se cruzó con Juan dando los buenos días, sabía que la desnudaba con la mirada y eso a ella le gustaba, entro en su despacho, encendió el ordenador y vio el mensaje, su mundo se derrumbó, sabía que no podía denunciar nada, tampoco podía permitir que sus contactos y de su marido supiesen su secreto, no tendría más remedio que aceptar, y no podía imaginar ni quien ni que iba a pedirle.

Espero que guste tanto como el anterior, no dejéis de dejar vuestros comentarios aquí o en el privado.

Continuará……