Las aventuras de Belen en otra ciudad

Un viaje que me enseño y mostro las delicias del sexo.

Mi nombre es Belén soy de un pequeño pueblo, donde no hay universidades; así que mis padres decidieron enviarme a estudiar fuera del pueblo, cuando llegue a la ciudad era un tanto inocente ya que el ambiente es totalmente distinto.

Vivía cerca de la universidad, comencé a hacer amistad con mis compañeras de clase. Dos de ellas tenían novio, las demás no teníamos, así que los placeres sexuales aun no los conocíamos, recuerdo mi curiosidad por saber lo que era un orgasmo, las sensaciones que producía el tener un pene dentro; pero todo eso quedaba solo en fantasías.

Hasta que un día una de mis amigas Karen me pidió la acompañara a un viaje, la había invitado Cesar el chavo que le gustaba, era la fiesta popular de la ciudad. Y no quería ir sola porque la mayoría eran hombres.

El día de la fiesta llegamos alrededor de las 4:00 de la tarde así que comimos y empezamos a dar una vuelta por todo el lugar para ir conociendo un poco, estábamos de lo más felices cuando comenzó a llover y tuvimos que salir corriendo por las calles para llegar a la casa de Cesar, empapadas y con mucho frío. Cuando entramos estaban todos los amigos de Cesar en la estancia principal acababan de llegar ya que también se mojaron un poco a causa de la lluvia; como la ropa que usábamos era muy ligera ya que hacía mucho calor y con lo mojadas que estábamos se nos pego al cuerpo, dejando muy marcada la erección de nuestros pezones y haciendo evidente el tipo de lencería que usábamos; todos voltearon su vista hacia nosotras, fueron muy notorias las miradas de lujuria que nos dirigieron.

Así que nos cambiamos de ropa para evitar un resfriado; entro Cesar a la habitación encontrándonos semidesnudas. Cesar se abalanzo sobre Karen que no tardo mucho en responder a sus besos; me quede pasmada deseando ser Karen para ser follada al ver aquella escena tan sensual y erótica comencé a masturbarme, estaban en la posición del 69, chupando uno al otro sus sexos, yo estaba muy caliente primero tocándome por encima de la ropa, para luego ir introduciendo mi mano por todo mi monte de Venus, llegando hasta mi clítoris, masajeando primero suavemente, pero a medida que Cesar envestía a Karen mis caricias eran mas fuertes e intensas, metía mi dedo lo mas que podía, para darme placer. Mis amigos estaban llegando al clímax, y notaba como un escalofrío recorrió la espalda de Karen que montaba con mucha maestría a Cesar. Yo seguía masturbándome era delicioso sentir mis jugos correr por mi entrepierna y mi mano, hasta que pude sentir como se acercaba el orgasmo y acelere mi movimiento, hasta que me vine; fue un escalofrío el que recorrió todo mi cuerpo. Quede un poco exhausta, pero feliz.

Ya vestidas salimos de nuevo a pasear por la ciudad, ya con algunos de los amigos de Cesar, no nos podíamos quejar nos estábamos divirtiendo de lo lindo. Anocheció y decidimos salir a bailar, así que regresamos a casa de Cesar a cambiarnos de ropa para ir al antro a divertirnos. Cuando llegamos al bar aun no había mucha gente solo estaban unas cuantas mesas ocupadas, Karen se fue a la pista de baile con Cesar, yo me fui con Sergio, la música era muy pegajosa, no me percate de cuanto tiempo trascurrió, hasta que pusieron la música romántica, yo estaba muy pegada a Sergio y sentía como su paquete rozaba con mis piernas y vientre, ya estaba erecto. Me di cuenta que lo excitaba; haciendo cómplice a la oscuridad baje mi mano hasta su abultada entrepierna, comenzando a masajear suavemente, el tomo mi cara y comenzó a besarme

Me deje llevar por el momento, besaba riquísimo, tiene unos labios carnosos y súper sexies, olvide que estábamos en un lugar publico e introduje mi mano dentro de su pantalón para masturbarlo; pero él me detuvo me dijo que ahí no, mejor nos fuéramos a otro lugar.

Fuimos al baño, pero estaba lleno, salimos al estacionamiento y encontramos un lugar un poco apartado y oscuro, me tomo del brazo y me condujo hasta ahí. Comenzamos a besarnos apasionadamente, mi desesperación era mucha estaba súper excitada, casi arranque su camisa y desabroché su pantalón, dejando libre su pene, para complacerlo en todo momento, lo metí a mi boca, dando lengüetazos por todo su tallo, subiendo y bajando sin dejar de chupar la cabeza de su hermoso miembro. Pero no me era suficiente, así que con mi mano derecha empecé a acariciarme el clítoris, introduciendo mi dedo para gozar más, con la izquierda sostenía el pene de Sergio y lo masturbaba, mientras sus gemidos se oían por todo el estacionamiento. Sentí como se sacudía cada vez mas rápido, sus envestidas cada vez eran más fuertes, se vino en mi cara. Y me trague toda su leche, no permití que una sola gota se desperdiciara.

|Sergio quedo satisfecho con mi trabajo oral, pero yo no quería llegar al orgasmo masturbándome, así que se lo hice saber. Siendo un experto me quito la blusa y desabrocho mi brassier para dejar mis senos libres para poder chuparlos, morderlos y estrujarlos a su gusto, mi entrepierna estaba empapada con tanta excitación, me metió la mano y pellizco mi clítoris, introdujo primero un dedo, estaba tan lubricada que no le costo trabajo, después metió dos; se senita muy bien, pero lo que yo quería sentir era como su pene me penetrara recorriendo mi vagina.

Le suplique que me penetrara, pero parecía que no escuchaba, bajo su cara hasta mi vagina y empezó a hacerme sexo oral, me hizo llegar al orgasmo en solo unos minutos viéndome en su cara, pero eso parecía excitarle mas y mas, ya que no se detuvo estuvo succionando mi clítoris y labios vaginales con esa boca tan experta, pensé que me iba a volver loca con tanto placer, pero no fue así cuando menos me di cuenta me penetro con una embestida brutal, haciéndome gritar de placer, el no sabia que aun yo era virgen, al principio me dolió un poco, pero el placer era mayor que el dolor fue desapareciendo, dejándome una oleada de orgasmos, pero Sergio no se detenía seguía penetrándome dándome tanto placer; hasta que sentí como su cuerpo se estremeció para dar paso a un orgasmo monumental, nos vinimos juntos. Terminamos empapados de nuestros jugos.

Se escucharon gritos; nos estaban buscando, nos arreglamos un poco y nos reunimos con los demás chicos, nos preguntaron donde estábamos, nuestras miradas cómplices se cruzaron; solo dijimos que tomando un poco de aire.