Las aventuras de Bart Simpson. Parte tres.

He aquí la tercera parte de las aventuras eróticas de este famoso niño. Recomiendo seguir la serie desde el principio para poder entenderla mejor, comenten y gracias. relatistaweed@hotmail.com lo siento pero no pude meter fotos.

-¿Y cuál era Selma? ¿La gorda o la fea?

-Jajaja, que hijo de puta Milhouse, las dos son gordas y feas. Selma es la más gorda y tuve la oportunidad de correrme en su enorme culo. Te cuelgo tío, que viene mi madre.

-Hasta luego, cabrón.

Bart cuelga el teléfono y sigue tumbado en la cama, tratando de tapar su erección mañanera. Marge se acerca lentamente y entra en la habitación, confusa:

-Oye hijo, ¿Tú no sabrás por casualidad por qué sabe tan raro el cepillo de dientes, no?

-Ni idea mamá, son cosas tuyas, ¿Para qué iba a usar tu cepillo? Bart recuerda aquella deliciosa paja.

-Bueno Bart, baja abajo que es navidad y tus hermanas te están esperando con los regalos.

-Ahora bajo, mamá. ¡Bien! pensó Bart. -Ojalá me regalen una polla de plástico o un anillo vibrador, dijo para sí mismo maliciosamente.

Bart bajó y allí estaban todos.Homer marcando paquete con su pijama (tenía una gran curiosidad por la polla de su padre), Marge, su querida madre, la cual le ponía a mil, la zorra de su hermana, su ''putita'', con su vestido rojo, estaba poniendo a Bart enfermo.

-Hoy caerá una mamada tuya, le dijo al oído. Lisa ni pestañeó.

Por último, la pequeña Maggie ajena a todo lo que ocurría, pendiente de sus juguetes.

Tras abrir los juguetes y manosearlos un rato, Bart se cansó. Estaba aburrido, ya habían comido y pensó que era hora de aprovechar ese acuerdo tan delicioso que tenía con su hermana. No se molestó ni en lavarse la polla, la iba a llevar sucia, para más asco de su hermana.

-¡Lisa, donde estas!

-En mi habitación, preparándome para la cena en familia.

Bart entra sin llamar, se sienta en la cama mientras su hermana se viste, se baja los pantalones y dice:

-Hala, putita, ya puedes empezar cenándote esto.

Lisa se queda atónita ante el flácido pene de Bart, es lo que la toca, y por una parte le encanta comer pollas, está desatada para ser tan niña.

La hermana de nuestro protagonista deja el vesido que se estaba poniendo y se queda con las mismas bragas de encaje que llevaba Bart el otro día,limpias, y eso le hace empalmarse bastante. Lisa se arrodilla delante de Bart y comienza a pajear su polla con un arte que ni Bart se imaginaba.

-Oh Dios, ¿Dónde has aprendido a hacer esas mierdas, putita?

-Son mis truquitos, mi señor.

Lisa seguía el juego de Bart, entonces Bart comprendió que lo haría igualmente aunque no hubiera la presión de contárselo a su madre, Bart si que estaba disfrutando de la navidad con esa pedazo de paja. Lisa poco a poco iba apretando los huevos del chico, cosa que le hacía gemir, y empezo a dar lametones

en el tronco de su pene, la encantaba que estuviera sucia, pegajosa... eso le daba aún más morbo.

-Ooh, sigue, no lo dejes ahora... Lisa gemía con la polla de Bart dentro de su boca, y Bart, desesperado por el placer, se levantó, agarró del pelo a su

hermanita pequeña, y empujó su cabeza contra su polla. Empezó a follarse su boca, provocando las arcadas de Lisa y el babeo que manchaba todo el suelo.

Lisa luchaba por respirar y por no vomitar y Bart estaba encantado con aquellas babas, tanto que las cogía de su boca con los dedos y se las metía de nuevo en la suya.

Lisa empujó fuerte a su hermano para separarse de él y poder respirar, y en cuanto lo hizo jadeó como si se estuviera ahorgando en el mar.

-¿Te gusta, putita?, tras esta pregunta sin respuesta, Bart acarició el mentón de Lisa y la morreó con todas sus babas y sabor a polla en la boca, estaba a punto. Bart se siguió masturbando mientras Lisa recobraba el aliento y volvió al ataque, no se quejó ni salió corriendo, le gustaba aquello.

Bart volvió a hacer lo mismo, ahogando a su hermana con el rabo y babeando hasta que no aguantó más, se presionó la polla fuera de la boca de Lisa mientras  se corría y eso hizo que el semen saliera disparado al fondo de la boca de Lisa, casi a la campanilla, lo que la dió más arcadas, y se siguió corriendo por toda su cara. A Lisa le encantaba ese sabor y quería más, y lo empujaba con los dedos hacia la boca. Una vez tuvo todo reunido jugaba con él como si fuera una actriz porno, y Bart se deleitaba mirando a su hermanita hacer esas guarradas. Lisa se levantó, y besó a Bart con toda la corrida en la boca, pasándosela con babas incluidas, y Bart tragó su propio semen que antes estaba en su hermanita. Lisa le escupió en la boca a Bart y este seguía tragando, teniendo un final a lo grande.

-Genial hermanita, Dios... Te veo en la cena.

Bart se subió los pantalones y se fue a duchar. Lisa se quedo allí un rato sentada en el suelo con la espalda apoyada en la cama gozando lo que había hecho.

-Anda que me hace un dedo aunque sea, piensa Lisa. En vista del feo detalle de su hermano, decide acabar ella, y se pajea hasta correrse en la moqueta,  dejándolo todo perdido de semen, babas y su corrida.

Eran las siete y los invitados estaban a punto de llegar, ya estaba todo listo. Primero llegó Homer con el abuelo Simpson y la abuela Bouvier, y cuando Paty y Selma llamaron al timbre, Bart, profundamente emocionado, bajó a abrirlas.

-Hola tías, que tal, pasad, dadme vuestros abrigos.

-Gracias Bartito, que encantador estás hoy, dijo Selma.

Los tres rieron, cosa extraña a los ojos de Lisa, que vió toda la escena.

-¿Bart siendo amable con las tias Paty y Selma? Esto huele raro.

La cena trancurrió con normalidad. El abuelo no paraba de decirle gilipolleces a la abuela, Homer no paraba de beber, Paty y Selma lo llenaron todo de humo, Lisa estaba ausente y Marge era feliz en su mundo. Bart estaba observando aquella escena, pero no podía parar de mirar a sus queridas tías, con las que  perdió la virginidad. Ahora era Selma la que parecía que atacaba más a Bart, y esta le guiñó un ojo discretamente y sentenció:

-Tengo que ir al lavabo.

Nadie le dió importancia, salvo Bart y Lisa. Bart porque creía que era una indirecta y se la podía follar en el baño, y Lisa porque vió la jugada de su tía

Selma y le extrañaba toda aquella situación.

-Te...tengo que ir arriba un momento, me he dejado... mi... tirachinas.

Bart subió rapidamente y para su sorpresa, la puerta del baño no tenía el pestillo echado, y en cuanto abrio la puerta y entró Selma ya estaba con las

bragas bajadas, haciéndose un dedo.

-Hola sobrinito, pensaba que no ibas a aparecer, no ibas a dejar asi de solita a tu tía, ¿Verdad?

Bart echa el pestillo y se desviste de cintura para abajo.

-Ah, ah, Bartito, hoy no es ese día. Ven aquí, ponte de rodillas, y cómeme hasta el último pelo del coño.

-Claro tía Selma, como tu quieras.

Bart se arrodilló con la polla más dura que nunca y empezó a separar carne con las manos y a meter la lengua en el frondoso chocho de su tía. Ella estaba  fumándose un cigarrillo mientras tanto, con la cabeza inclinada hacia atrás y los ojos casi en blanco, disfrutando intensamente el momento que la tocaba.

Lisa se levantó y subió arriba, en busca de Bart, que tardaba mucho como para coger un tirachinas. Se acercó a su habitación, pero no había nadie, y entonces llamó al baño donde se encontraba la tía Selma.

-Tía Selma, ¿Has visto a Bart? No le veo por ninguna parte.

-Eeeeuhh... No Lisa... noh... aquí no esta.

-¿Te encuentras bien? ¿Puedo pasar?

-Eeh no cielo, estoy bien, el marisco me ha sentado un poco mal, ahora bajo.

Lisa bajó mosqueada las escaleras, mientras Bart seguía disfrutando de aquel gran y experimentado coño. Mucho mejor que el de cualquier chica, pensaba, este está curtido en mil batallas, y está delicioso. Bart se pajeaba mientras le comía el coño a su tía, pero esta, más lista y mala que Bart, le cogió las manos y se las puso en las tetas, obligando a Bart a no masturbarse, y eso le mataba, le tenía dominado. Selma se levanto inesperadamente para Bart y esta puso un pie con su tacón incluido en la bañera, y con las piernas abiertas lo máximo posible, comenzó a mear dentro de la bañera. Bart observaba la escena mientras se pajeaba, y veía el apretado escote de su tía, su cara de satisfacción, sus muslos celulíticos embutidos en unas medias negras, y esos tacones y pies que deseaba lamer. Bart se aproximó al chorro de pis que su tía expulsaba gozosamente y puso su boca en la trayectoria del chorro. Se estaba bebiendo el meado de su tía Selma, y Selma se excitaba profundamente con eso, y Bart también, tanto que se dejo un poco en la boca, y jugando con él se corriño dentro de la bañera. Tras hacerlo se tragó ese ultimo chorrito de su tía, se limpió y los dos bajaron de nuevo a la cena, sudorosos y con olor a sexo.

Continuará, comenten y gracias.Para cualquiera cosa,

relatistaweed@hotmail.com