Las aventuras de Ana 2, Viva la marina

Otra aventura de Ana, esta vez disfruta de una experiencia interracial

Hola de nuevo.

Después de contaros mi primera experiencia en el mundo liberal, me gustaría contaros, otra de las muchas experiencias que he tenido, y tantas alegrías me han dado.

Como ya os conté, somos una pareja muy activa y nos encanta probar cosas nuevas y desde que empezamos poco a poco fuimos aumentando la frecuencia de nuestras experiencias. El único problema es que por temas laborales, mi marido tiene que viajar mucho. El tema liberal es un añadido a nuestra relación, es algo que nos da morbo a ambos y hacerlo juntos es lo mas importante para nosotros. En muy pocas ocasiones lo hemos hecho separados, y esta fue una de ellas. Normalmente los viajes de mi marido duran entre cinco y diez días, dependiendo de donde vaya y para que. Al principio viajaba con el, pero acabe cansada de tener que estar en el hotel o deambulando todo el día hasta que volviera de donde estuviera, así que deje de hacerlo. Alguna vez había ocurrido que se le habían juntado dos viajes, e iba al otro destino sin pasar por casa, o se había complicado y tenia que retrasarlo, y esta fue una de aquellas ocasiones. Al ser tan sexuales, prácticamente habíamos el amor a diario, y encima haber añadido otra gente, se nos hacia muy cuesta arriba que mi marido no estuviera.

Un día hablando con el, salio el tema, llevaba ya casi tres semanas fuera y hasta final de la semana siguiente no volvía, ambos estábamos que nos subíamos por las paredes.

  • Ana, cariño, siento mucho lo de la complicación de este viaje, sé que lo estas pasando fatal.

  • Claro que lo estoy pasando fatal cari, pues igual que tu, que llevamos ya casi tres semanas, pero es lo que hay y toca aguantarse. Ademas pronto volverás y podremos resarcirnos.

  • Lo he estado pensando, y sé que habíamos acordado que siempre lo haríamos todo juntos, pero no puedo verte sufrir, y sé que lo estas pasando mal, y me gustaría que fueras, al local donde solemos ir y buscases alguien con quien pasártelo bien, y te desfogases.

  • Pero yo sola no quiero hacerlo con otro, me sentiría como si te engañase

  • No cariño, pero no me engañarías porque yo quiero que lo hagas

  • No cariño, para acostarme con un hombre te tengo a ti, te quiero a ti.

Hubo un silencio en la conversación, hasta que Jaime dijo.

  • ¿Por qué no vas y buscas una pareja para ti? No te acostarías con un hombre solo, ademas, ambos sabemos lo que disfrutas con una mujer. Te lo pasarías pipa, y luego me lo cuentas con todo lujo de detalles. Será supermorboso. Su solución me había dejado fuera de juego, y me quede pensando una excusa para no hacerlo sin el y también pensando en la situación que me estaba dando morbo por momentos. Oí como Jaime reía a través del auricular. Y dijo

  • Veo que no te ha disgustado esta propuesta, jejeje

  • No es que me haya gustado, que no digo que no, jeje, pero yo te necesito a ti.

  • Ya, pero no puede ser, y seria algo excepcional. No tiene porque volver a ocurrir. Y disfrutarías, y me daría mucho morbo sinceramente.

  • Déjame que me lo piense, pero si lo hago sera por ti. - Acabamos de hablar poco después y me fui a la cama a dormir.

Me costo conciliar el sueño, no hacían mas que venirme imágenes a la cabeza, recuerdos de intercambios. Me imaginaba en medio de una pareja mientras mi marido nos miraba y se masturbaba. Imaginaba como un hombre y una mujer devoraban mi cuerpo. Comencé a calentarme sobremanera y tuve que apagar mi fuego. Baje mi mano hasta mi entrepierna y comencé a acariciarme mientras seguía fantaseando, las caricias se convirtieron en bruscos movimientos entrando cada vez mas y mas dentro de mi hasta que convulsione y me quede relajada y pude conciliar el sueño.

Al día siguiente, Jaime volvió a llamarme para preguntarme si lo había pensado ya y si había tomado una decisión, le conté como me había masturbado y todas las imágenes que pasaron por mi mente, y que había decido ir esa noche. El se alegró mucho por mi decisión, y esperaba ansioso, daba igual la hora que fuera mi llamada para relatarle lo que había hecho.

Era un jueves, no recuerdo si abril o mayo, tan solo recuerdo que era primavera y hacia ya buen tiempo. Me duche y me acicale para la ocasión. Me enfunde un vestido veraniego blanco y estampado con flores muy estilo años 50 con la falda con mucho vuelo y palabra de honor. Llame a Jaime para avisarle que me iba y que ya le contaría. Pero que aun tenia mis dudas. Serian sobre las 10 cuando llame a un taxi para que me llevara al local.

Llamaron al telefonillo y baje, en aquella época vivíamos en la ciudad, ahora en una casita en una urbanización muy tranquila. Le di la dirección al taxista y nos encaminamos allí. Durante el trayecto, decidí repasarme el pintalabios. Saque un espejito y la barra de labios y comencé a repasarlo. Pude ver como el taxista me miraba por el retrovisor. Como no perdía detalle, decidí ser un poco traviesa y tras acabar con los labios, comencé a recolocarme los pechos dentro del sugerente escote que llevaba haciéndome la despistada como si no me hubiera dado cuenta de que no separaba la vista del retrovisor. Ya estábamos casi llegando a nuestro destino cuando nos detuvimos en un semáforo, y como no corría peligro de sufrir un accidente, decidí alegrarle la vista al taxista y metí mi mano derecha por dentro del escote, para coger mi pecho izquierdo y sacarlo fuera, acariciarme el pezón con el dedo pulgar y lo volví a colocar en su sitio como si nada hubiera ocurrido. El miraba con los ojos abiertos como platos y absorto, tanto que no reacciono, cuando el coche de detrás nos pito, y le dije. - Disculpe, esta en verde. Salio de su nube y arranco rápidamente para un par de giros después llegar a la puerta del local. Le pague la carrera y baje del taxi como si tal cosa.

La entrada al local era muy discreta, practicante ni se notaba que allí hubiera un establecimiento. Llame al interfono y unos instantes después se oyó un zumbido que indicaba que la puerta estaba abierta, tire de ella y entre. El ambiente se notaba cargado. La poca luz y la música de la pista de baile dificultaba la aclimatación al entorno. El local, al cual ya habíamos ido unas cuantas veces se componía de una pista de baile con una barra a un lado y una zona de mesas y cómodos sillones en la otra, pasando por un pasillo podías acceder a una zona de vestuarios, para luego seguir a un jacuzzi, varias habitaciones privadas, un glory hole, y una zona para bondage y sadomaso.

Me sorprendió que para ser un jueves había bastante gente, ya que un día entre semana, no es de los mas populares. Pero lo que mas me sorprendió era la indumentaria de muchos de los clientes. Pantalón blanco, camisa blanca y una especie de lazo negro al cuello. Vaya, lo que vienen siendo marineros.

Me acerque a la barra y le pregunte que si había alguna fiesta temática, y me explico que hacia unos días había atracado un portaaviones americano en el puerto y era un lugar que les gustaba frecuentar, ya que llevaban mucho tiempo en alta mar y buscaban desahogarse.

Me senté y pedí una copa, pese a estar concurrido, prácticamente eran todo hombres solos, muy monos todos ellos, pero no es lo que venia buscando. Para acostarme con un hombre, ya tengo a mi marido. Espante a unos cuantos moscones mientras esperaba a ver si se me acercaba alguna pareja.

A punto de acabarme la copa me replantee la situación y decidí que al acabarme la copa me iría a casa, no había sido una buena idea. Unos pequeños golpes en mi hombro me sacaron de mis pensamientos, me gire para espantar al moscón y un joven chico de piel color negro azabache, algo mas bajo que yo y bastante musculado, me dijo. -Buenas noches disculpe que le moleste. Me sorprendió oír que hablaba en español, ya que el resto de marineros no tenían ni papa de español y tan solo hablaban ingles. Ya que hablaba mi idioma decidí darle largas de un forma mas amable que al resto. - Lo siento, pero estaba a … Sin dejarme acabar acerco su dedo indice a mis labios haciéndome parar y me dijo. - Antes de decirme que no, permítame que nos presentemos, mi compañero Bull y yo mismo, Jeff. - Tras decir eso apareció de la nada a su lado, otro marinero de casi dos metros de alto, con la espalda como un armario ropero, unos bíceps que prácticamente no le entraban en la camisa y de un negro aun mas profundo que el anterior, con una sonrisa de oreja a oreja. Tras aparecer, su amigo prosiguió. - Llevamos fijándonos en usted desde que apareció y estábamos comentando que nos encantaría cogérnosla entre los dos, que tiene que ser una delicia montárselo con una diosa como usted. Me quede sorprendida por la propuesta del chico, tenia en mente irme ya para casa y ahora esta oferta, ni siquiera era lo que tenia pensado que era hacerlo con una pareja, ciertamente también ellos eran una pareja, pero no del tipo que yo creía. La verdad es que aquellos dos chulazos me habían puesto sensible la entrepierna. Mi cerebro estaba apunto de explotar intentando decidirme. Cogí la mano de Jeff que aun apoyaba su dedo sobre mis labios. Le bese suavemente la punta del dedo antes de bajarle la mano. -Hola me llamo Ana, encantada. Me levante y le di dos besos a cada uno. Todos sonreímos, y les pedí que me disculparan un momento, pero debía ir al lavabo un segundo.

Me dirigí allí y llame a mi marido para explicarle lo que había pasado. Pero por desgracia no tenia cobertura. Así que le envié un SMS. “Cari, ya he encontrado a una “pareja”, luego te cuento. Te quiero”.

Regrese a la barra y tenia mi copa de nuevo llena. Me senté y comenzamos a hablar Jeff y yo, porque resulta que Bull no tenia ni idea de español así que tan solo se dedicaba a sonreír y a repasarme de arriba a abajo centrándose en el escote. Mientras la conversación avanzaba y la copa menguaba la confianza de Jeff aumentaba, al igual que mi libido y la vergüenza desaparecía. Para que le escuchara se acercaba a mi oído, y se escapa primero algún beso en la mejilla para luego pasar a darlos cerca de la oreja y en el cuello. Su mano se posó en mi rodilla y al ver que no la rehusaba sino al contrario, que sonreía, comenzó a acariciarme la rodilla. Bull al ver mi reacción, se acercó y me beso la mejilla para después deslizar sus labios hasta el lóbulo de mi oreja, acariciar el aro que colgaba de ella para seguidamente meterlo en sus carnosos labios y chuparlo con suavidad. Parecía como si supiera que es algo que me encanta. Cuando se acercó, pude descubrir algo, al acercarse pego su paquete a mi rodilla y note que allí se escondía algo que no era normal. Acabe mi copa en un par de tragos mas deseando poder comprobar como era el tesoro que albergaba. Me levante de un salto del taburete y les dije que si querían nos podíamos ir a mi casa a tomarnos la siguiente. Sonrieron, aunque Bull no entendía lo que había dicho, comprendió el significado de mis palabras al ver la sonrisa de Jeff. Pagaron y nos dirigimos a la salida, la camarera al despedirnos me sonrió con complicidad y me guiño un ojo.

Pedimos un taxi y nos fuimos a casa. En el trayecto me entere brevemente de sus vidas. Bull era neoyorkino tenia 24 años y Jeff 26 y de un pueblo cerca de Nueva Orleans. Llegamos finalmente a casa, rondaba la medianoche, descendimos del taxi y entramos en el portal.

Accedimos al ascensor, en el mismo instante que apreté el botón Jeff me giró hacia el y plantó sus enormes y carnosos labios sobre los mios besandome con pasión, recibí encantada aquel beso correspondiéndole y abriendo mi boca recibiendo su lengua que jugueteaba con la mía su mano se enredó entre mi pelo y su otra mano cogió con presteza uno de mis pechos. Y no sé si ya lo tenían coreografiado de antemano pero exactamente en el mismo momento en que Jeff me besaba, las manos de Bull se posaron en mis nalgas y comenzó a besarme el cuello y el hombro. Sus manos lo asían con fuerza, rápidamente una de sus manos subió la falda de mi vestido, dejando al descubierto mi blanco culo tan solo cubierto por el diminuto hilo del tanga que llevaba. Su otra mano se posó sobre el, esta vez sin el estorbo de la tela del vestido, tenia una mano enorme, con su mano abierta abarcaba mis posaderas por completo. Las cuales cogió con fuerza mientras seguía besándome el cuello. Menos mal que me tenían bien cogida porque yo estaba que me deshacía. Giraba mi cabeza para encontrar los labios de Bull que recibía los míos con ansia.

Llegamos finalmente a la planta, la puerta se abrió lentamente y salimos a trompicones del ascensor. Saque la llave del bolso y la introduje en la cerradura, sutil alegoría de lo que iba a suceder. Gire la llave y empuje la puerta, ellos jugueteaban con mi vestido levantándolo mirándome el culo y comentando cosas en ingles.

Al cruzar el quicio de la puerta se abalazaron sobre mi rodeándome y lanzando sus manos sobre mi cuerpo, me zafe de ellos aunque a desgana para poder cerrar la puerta y quedarme apoyada en ella cuando volvieron a abalanzarse sobre mi. Sus labios besaban mis labios mi cuello, sus manos cogían mi cintura, mis muslos, mis pechos, mi culo. Con sus manoseos un pecho surgió del abundante escote que lucia y al ver el erecto pezón apuntándole Jeff se abalanzó sobre el para pasar su lengua sobre el mientras lo aferraba con la mano. El interior de mis muslos recibía sus fuertes manos y acariciaban mis labios por encima del tanga.

Volví a zafarme de sus garras e hice que me siguieran al salón, una vez allí, ellos iban detrás de mi como unos perritos, me detuve y me gire, y les pedí que me ayudaran con el vestido. Jefe se colocó tras de mi, bajo la cremallera del vestido y lo dejamos caer, quedándome en tanga y sujetador con un pecho fuera, aunque el otro rápidamente le haría compañía porque Jeff con un hábil movimiento desabrocho el corchete del sujetador para que hiciera compañía al vestido.

Hice un gesto con el dedo para que Bull se acercase, y comencé a desabrocharle la camisa, un vez abierta el se la quito dejando un enorme cuerpo musculado a la vista, mis manos se posaron sobre su torso y bajaron acariciando sus abdominales hasta llegar al botón del pantalón. Estaba deseando descubrir aquello que tenia para mi, aunque ya había comprobado en mis carnes la fama de los negros, también hay que decir que hay de todo, pero la media es superior a la caucásica ;). Despase el botón y baje con presteza la cremallera y deslice sus pantalones hasta los tobillos quedándome de rodillas frente a él. Que maravilla encontré frente a mi rostro. No llevaba ninguna ropa interior así que todo aquel trozo de carne lucia con todo su esplendor, no la tenia aun dura del todo, pero prácticamente le llegaría a la rodilla, de gruesa, imaginaros una berenjena muy larga llena de venas y con todo el capullo cubierto de piel, me quede embobada mirándola, nunca había visto una tan grande. Entonces Jeff me dijo al oído – Ahora ya sabes por qué le llamamos Bull – y me beso en el hombro. Sonreí mirando a Bull a la cara y cogí su enorme miembro levantándolo y apuntando con el a mi boca. Me acerque y se la bese, le fui retirando poco a poco la piel hacia atrás haciendo que asomara su capullo brillante ante mis labios y comencé a acariciármelos con el y le di besitos alrededor, antes de comenzar recorrerlo con mi lengua. La saboreaba con pasión, luego empece a recorrer su tronco con mi boca dejando caer su miembro sombre mi cabeza hasta llegar a sus huevos, un buen par que colgaban notablemente. Me separe un poco y coloque mi brazo baje ella para comprobar el tamaño, prácticamente llegaba desde el codo a los nudillos. Me estremecí de pensarlo. Y les mire sonriendo a los dos y relamiéndome. Volví al principio y esta vez la introduje en mi boca, bueno lo poco que pude, apenas me entraba el capullo, así que jugueteaba con mi lengua y movía suavemente la cabeza, y con la mano, subía y bajaba por su tronco, el también se la cogió, había sitio de sobra para los dos y acompañaba mis movimientos de mano.

Mientras tanto, Jeff fue quitándose por si mismo la ropa, una vez desnudo, también tenia un buen rabo, pero a comparación de la de Bull parecía de juguete. Cuando estuvo completamente desnudo, se acercó a mi, que estaba entretenida con aquella delicia, y cuando estuvo a mi alcance acerque mi mano al miembro de Jeff y sacándome la de Bull de la boca, me metí la otra en su lugar, esta si, entraba bastante mas. Empece a chupársela con pasión mientras masturbaba ayudada de Bull el otro miembro. Solté sus miembros y ellos ya se encargaban de acercarla a mi boca para que se las chupara, yo puse una de mis manos sobre mis pezones y la otra la encamine a mi vulva, que estaba ya necesitada de caricias, metí la mano bajo el tanga acaricie ligeramente el clítoris e introduje rápidamente dos dedos en mi interior, sin ninguna oposición, ya que estaba totalmente mojada.

Mis gemidos se ahogaban al no poder salir de mi boca. Jeff se separó de la formación y se puso tras de mi, hizo que me levantara y me giro poniéndome frente a él y me golpeo con su pene en el estomago. Me cogió por la cintura y como si fuera una pluma me levanto, rodee su cintura con mis piernas, y me llevo hacia la mesa, apoyándome sobre ella. Seguidamente me abrió de piernas e inclinándose un poco, hundió su cabeza en ellas y con su lengua recorrió de abajo a arriba toda mi vagina y acabo lamiéndome y sorbiéndome el clítoris. Le asía la cabeza para notar mejor sus lametones, gemía y me acariciaba los pechos. Bull apareció al lado derecho de la mesa, apoyo aquel enorme trozo de carne en ella y la dirigió a mi boca para que le diera placer. Lo cogí con la mano y empece a ensalivar y degustar aquel delicioso glande de chocolate. Jeff metía sus dedos con agilidad dentro de mi, jugueteando y separando mis labios, sin dejar de lamerme. No tarde en sentir como me deshacía en su boca hasta acabar exhausta.

Cuando acabe de retorcerme, se incorporó, se puso de puntillas y acerco su miembro a mi coño y como bien pudo lo introdujo en el, comenzó a bombear pero la postura no le favorecía, perdía el ritmo, se salia, así que me volvió a coger por las caderas y me bajo de la mesa, con un giro de brazo me puso de espaldas a él, me reclino sobre la mesa y me la metió de un solo golpe. Ahora si, entraba y salia de mi con fluidez, notaba como sus huevos bailoteaban al compás. Tumbada en la mesa no podía hacer mas que jadear y gemir mientras miraba como Bull se pajeaba delicadamente mirándonos, esperando que llegara su turno. Jeff subía el ritmo y embestía con fuerza. A veces bajaba el ritmo y la sacaba lentamente, separando mis nalgas para recrearse viendo como luego la volvía a meter. Follaba muy bien, hay que reconocérselo, se lamió el pulgar y lo apoyo sobre mi ano y comenzó a apretar suavemente haciéndose camino cada vez mas adentro, hasta hundirlo por completo. Jugueteaba con el mientras seguía follándome con habilidad. Yo me sentía en la gloria, pero veía a Bull y necesitaba sentir aquella monstruosidad dentro de mi. Me gire y le dije. - Cariño, lo haces de maravilla, pero me gustaría probar lo que tiene tu amigo para mi.

En absoluto. - Respondió. Saco su herramienta de dentro de mi, parecía una barra de obsidiana negra y brillante, empapada por mis jugos. Bull se acerco empuñando su polla, la dirigió hacia mi, separe mis piernas ansiosa por recibirla, y al fin comenzó a entrar. Que delicia, sentía como iba abriéndome y llenándome, sentía cada milímetro de el haciéndome gemir de placer. Fue adentandose hasta que toco fondo. La comenzó a sacar y volvió a entrar, le quedaba mas de un palmo sin poder entrar, golpeaba con suavidad mi útero, yo me estremecía a cada embestida. El resoplaba haciendo honor a su mote. Mis pechos se balanceaban siguiendo sus movimientos. Jeff observaba junto a Bull con sus brazos en jarra y su polla en alto, como su amigo hacia que volviera a correrme, las piernas me flaquearon y menos mal que estaba apoyada en la mesa y ensartada, sino me hubiese caído.

Le pedí a Bull que me dejara recuperarme unos segundos. Fui aun recibiendo calambres del orgasmo a la cocina para recuperar un poco de liquido, abrí la nevera y cogí lo primero que había, un brick de leche. Di un largo trago y me sobrevino otro escalofrío haciendo que se me derramara un poco de leche por la cara el cuello y los pechos. Mmmm que imagen mas bucólica

Me limpie y regrese al salón, allí me esperaban aquel par de cuerpos de ébano, acariciándose para que no se les bajara y hablando de mi. Sonrieron al verme, me encamine hacia ellos y lleve a Bull al sofá, hice que se sentara y con su pene mirando al techo, me puse de rodillas sobre el y me la metí, subía y bajaba lubricandolo, el con sus enormes manos cogía mis nalgas, y lamí mis pechos que le caían en la cara. Jeff se subió al sofá y me ofreció la polla para que se la chupara. Que delicia, yo entre aquellos dos hombretones. Y con tanto contraste, ellos tan negros y yo tan blanca, parecíamos una Oreo de carne. Jeff se la cogía y jugueteaba con ella por mi cara, se masturbaba y acercaba sus pelotas para que se las chupara. Acelero el ritmo,comenzó a jadear entrecortadamente. - Me vengo. - dijo. Rápidamente se la cogí y la apoye sobre mi lengua, abriendo bien la boca esperando que se derramara. Comenzó a bramar y la leche broto, el primer chorro cruzo mi cara llegándome prácticamente a la oreja. Lo siguientes comenzaron a entrar en mi boca y mis labios. Recorría mis labios con su capullo como si de un pintalabios se tratase. Embadurnado con las ultimas gotas que salían de el. Trague aquel manjar que había en mi boca y me relamí, antes de recoger con la punta de la lengua las ultimas gotitas que manaban de su pequeño orificio. Bull viendo aquello se había excitado y me cogía del culo haciéndome subir y bajar con mas velocidad. Jeff empezó a desinflarse y bajo del sofá, sentándose en un sillón a recuperar el aliento.

Bull me hizo una llave de Judo y sin sacármela, me había colocado tumbada en el sofá bocarriba y el sobre mi. Yo gemía de placer, lamia mis labios en busca de algo de leche que aun quedaba en ellos. Acariciaba mis pechos. Paro de súbito y me dijo – I wanna cum in your mouth, Can I?- entre algo que chapurreo de ingles y mucho porno que he visto entendí que quería y asentí con mi cabeza. La saco y puso sus rodillas a ambos lados de mis costillas, y comenzó a masturbarse, sus huevos acariciaban mi estomago y su polla rozaba mis labios. Apreté mis pechos contra su tronco, y el comenzó a mover atrás y adelante el culo haciendo que su pollon entrara y saliera de mis tetas. Hecho una de sus enormes manos hacia atrás y comenzó a acariciarme el clítoris mientras yo le hacia la cubana. Si cuando en sus vaivenes su pene alcanzaba para que mi boca diera buena cuenta de el, así lo hacia, lo lamia o metía parte de su capullo en ella. Poco después me corrí por tercera vez. Ver como me corría hizo que aun se excitara mas, saco la polla de la presa de mis pechos y la cogió para ponerla en mi boca, antes de llegar note como un cálido liquido caía por mi cuello. La calidez paso entonces amis labios. Yo aun no había acabado de correrme y recibía su leche mientras mi cuerpo aun daba ligeras sacudidas. El se subía y bajaba la piel, y cada vez que asomaba su capullo manaba un chorro de leche. Salia sin apenas fuerza, así que caía directamente en mi boca abierta o mis mejillas. Yo le cogí el tronco y lo apretaba para vaciarlo como si fuera un tubo de pasta de dientes Y con la otra mano cogía sus huevazos que apenas entraban en ella.

Que manera de echar leche. No paraba, prácticamente había llenado mi boca mas la que caía por mis mejillas. Trague par dar cabida a mas, había tanta que tuve que hacerlo en dos veces. Una vez vacía mi boca, le lamia el capullo y lo pasaba por mis mejillas recibiendo los últimos chorros de leche. La sacudió un par de veces para soltar las ultimas gotas y se levanto. Recogí con mis dedos la leche que había por mi cuello y mejilla para luego chuparlos. En mi casa siempre me han enseñado que no hay que desperdiciar comida.

Nos recompusimos un poco, ellos se vistieron, yo me puse una bata. Les acompañe a la puerta y nos despedimos. Volví al sofá donde habíamos acabado cogí el teléfono y llame a mi marido para contarle lo que había pasado. Mientras daba los tonos, yo iba recorriendo mi cuello y cara recogiendo algo de semen aun y llevándolo a mis labios. Un clic sonó - Dime cariño, como te ha dio? Me dijo mi marido al otro lado de la linea. Las primeras palabras que brotaron de mis labios fueron. - Viva la marina.

FIN