Las Aventuras de Alisa la Virgen Parte 1:El Trío

Primera parte introductora de las aventuras que va a tener nuestra hermana pequeña Alisa durante las vacaciones de verano antes de entrar a la Universidad, lo nunca vivido contando con que empieza siendo mas virgen que el aceite de oliva. Aqui veremos su primera mini-aventura/trio/lesbico/hetero

Soy Alisa, tengo 20 años y nunca creí que alguien llegaría a verme de una forma atrayente, pues lo único que atrae de mi físico son mis ojos, como dos esferas oscuras enormes.

Nunca creí que alguien llegaría a sentirse atraído sexualmente por mí, y muchísimo menos me llegué a imaginar que mi primera vez fuese con mis hermanos mayores.

El mayor de todos se llama Leo, tiene 24 años y lo dejó con su pareja hace poco, desde entonces no se separa del gimnasio y cada vez se notan más los resultados, ha pasado de estar delgado cual espagueti a tonificar hasta el más escondido de los músculos en la espalda de cada hombre, y ese tatuaje atravesándola de punta a punta no hace más que embobar a las chicas que intentan acercarse.

Por su lado, mi hermana, Anne, la segunda en la lista de gente mayor a mí, (22 años) se había quedado para ella todos los genes buenos de la familia, cabello liso, ojos enormes pero azules, bastante parecidos a los míos, una figura de espanto, el 90/60/90 que tantas anhelan se queda corto con ella. Y muy estúpidamente segura de sí, ojalá tener su físico para subir la moral.

-No quiero salir hoy, y menos con vosotros dos, ya lo que me faltaba-suspiro negando cuando me intentan sacar de casa.

-Venga mujer, no puedes hacernos ese feo, encima que te invitamos a lo que quieras-insiste Anne tirando de mí para sacarme de la cama-así ayudamos a Leo a ligar, que lo necesita, mírale-me susurra acercándose a mi oído.

Resoplo con su insistencia y termino levantándome, me visto lentamente cuando salen de mi habitación, súper sencilla, una sudadera para no pasar frío y unos vaqueros algo rasgados.

Cuando termino de vestirme salgo de la habitación y me encuentro a los dos mejor arreglados que antes y mis ánimos ya atraviesan el suelo.

-Ow, estás adorable enana, pero, ¿crees que la dejarán entrar allí así vestida?-me abraza Leo y se dirige a Anne.

-Seguramente no le dejen ni acercarse al recinto así, demasiado esnob para ir adorable a tu estilo enana, voy a dejarte algo de ropa.-explica ella tirando de mi hacia su habitación.

A regañadientes termino aceptando el conjunto que me ofrece, un corto top acompañado de una falda que podía servirme perfectamente de cinturón.

-Estás muy guapa enana, quien lo diría-se burla Leo abrazándome.

El resto de la noche continúa sin novedad hasta que los grados en la sangre de alcohol en mi hermana comienzan a tomar un camino ligeramente peligroso, y no encuentro a Leo para que me ayude a separarla de algunos hombres que se le empezaban a acercar demasiado.

-Anne, vámonos ya, que están haciendo cosas raras-le insisto tirando ligeramente de su manga.

-Tranquila Alisa, lo tengo todo controlado tranquila-me sonríe-encima, soy lesbiana, no se lo digas a nadie-sonríe muy cerca de mi cara y tira de mi hacia el baño.

-¿Tú? ¿Lesbiana? Ya lo que me faltaba por oír hoy, menuda llevas encima-niego con la cabeza mientras ella se arregla el pintalabios.

-¿Qué con eso?-me mira de reojo y en un rápido movimiento me aplasta de espaldas al espejo.

-Estás muy bebida-la intento apartar algo avergonzada por la cercanía pero ella se pega más aun, haciendo chocar un par de veces nuestras narices.

-Yo estoy bien-sonríe y se aparta de golpe-vamos, que siga la fiesta-abre la puerta y se pierde entre la gente dejándome anonadada con lo que acaba de pasar.

Por fin me encuentro a Leo entre la multitud y me lo encuentro sin camisa marcando abdominales, parece que está incluso peor que Anne asique renuncio y decido irme a casa, pero mi hermana me intercepta y comienza a bailar muy pegada a mi pidiéndome que beba para que aprenda a divertirme.

Suspiro y acepto su bebida, me empiezo a marear y la siguiente escena que recuerdo es estar en la cama de mis padres siendo sobada por todas partes por unas manos que no eran mías exactamente.

Mis manos se deslizan por una espalda esbelta y acaban prisioneras de otras rudas por encima de mi cabeza.

-No  seas tan duro…-suspiro encogiéndome ligeramente frente a la situación pero me dejo hacer.

-Que floja eres Alisa-una risa juguetona se escapa de la garganta de mi hermana mientras me desabrocha la falda y empieza a bajarla, regalándole a mis piernas tiernos besos.

-Anne, para, somos hermanas-suspiro cuando siento sus húmedos labios sobre mi estómago y mi voz se corta.

-Eso ya no importa-siento la barba rebajada de Leo rozando uno de mis pezones para al segundo atraparlo entre sus dientes con una divina suavidad.

Un gemido se escapa de mi garganta perdiéndose al ritmo de alguna canción que llenaba el vacío de silencio

Anne reacciona a esto mordiendo el interior de mis muslos de forma divertida para ella, pero haciendo que mi cuerpo se retuerza como si no hubiese mañana.

Y mi espalda se acaba de arquear cuando siento los gruesos dedos de mi querido hermano acariciando ligeramente mi clítoris.

La risa de Anne  vuelve a aparecer pero se mutea cuando su lengua juega a subir y bajar, siguiendo el recorrido de los dedos de Leo, mis gemidos aumentan cada vez más hasta el punto en que creo que las paredes van a estallar liberando el exceso de placer sexual.

Leo se mueve y libera mis manos para separarse de mí y deshacerse de las pocas prendas que le quedaban.

Bendito dios griego, casi tanto como la afrodita que seguía jugueteando con mis partes bajas arrancándome más de un suspiro.

Se descubrió ante nosotras una enorme de 21cm, nunca había visto una tan grande… Y mucho menos me había llegado a imaginar que la iba a intentar meter en mi boca, sin conseguir ninguna arcada por mi parte.

Mi hermana se tumbó hacia el otro lado, dejando nuestras partes bajas a gusto de Leo y este se puso sobre mí, para comenzar un 69 lleno de lamidas y mordiscos e intentos de garganta profunda por mi parte, gozando de cada centímetro que compone su enorme elemento.

Su lengua y sus dedos por su parte se dedican a pasar de mi zona a la de mi hermana con un placer inhumano, como si supiese exactamente qué hacer y donde hacerlo en todo momento, subiendo la velocidad, bajándola, mordiéndonos, logrando nuestros gritos…

Su miembro se empezó a mover contra mi garganta y ya estaba que no podía seguir soportándolo más, me separé de él y me lancé sobre mi hermana para comérmela a bocados casi caníbales para recibir todo el semen de Leo sobre nuestros pechos y rostro.

Os seguiré contando en otro momento, pues ahora tengo que ir a clase, gracias por leer y espero que lo disfruten<3

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