Las aventuras con Matilde (2)

La continuación de los orgasmos prohibidos.

Bien. El día de la tremenda corrida en el culo de Matilde fue el viernes. Todo el fin de semana, que no la vi, me la pasé atarantado ,no pensaba en otra cosa que en sus hermosas nalgas, y más en su delicioso ano. Hasta el lunes la vi, pase a su secundaria.

-Hola-le dije.

-Hola, chamaco. Ven, ven acá a la reja -(de la escuela).

-A ver.

-Oye, la chavala no me deja de molestar con lo que quedamos el viernes, ya sabes.

-Si. ¿Qué quieres que haga?

-Pues ella quiere hoy mismo, en su casa, porque no vana a estar sus papás. También quiere que yo vaya.

En fin, me despedí de mi amiga. En el camino me encontré a Roberto. El ya sabía más o menos de la situación, pero no sabía lo de Tina.

-Qué onda?

-Pues nada. Oye, qué pasó con lo de la niña?

-Eso es lo que te iba a decir. Quiere hoy, en su casa. Me dijo Mati.

-Y vas a ir?

-Pues claro! A esa princesa me la quiero nalguear por calenturienta.

Y asi fue. A las cinco, pedí permiso a mis padres para visitar a Tina junto con Roberto. El no iba a ir, en realidad, solo íbamos los que habíamos estado el viernes. Llegué a las seis. Toqué. Me abrió Matilde semidesnuda, ocultándose tras la puerta, con las luces apagadas.

-Pasa, pasa. La chiquitina ya está en su alcoba. Me dijo que te abriera la puerta.

Pasé a su cuarto. Su cama tenía sábanas rosadas, con almohada roja. Encima estaba acostada, bocabajo y mirándome, la niña.

-Hola, chamaco. Porqué tan tarde?

-Es que me quedé dormido en la tarde. Ya sabes,. Reponer fuerzas para lo que quieras hacer.-En realidad, casi ni podía hablar, de solo verla desnuda, con su piel clarita ,toda a mi disposición.

Vi el precioso culo de la chiquilla y me daba ganas de acariciarlo, morderlo y besarlo.

Matilde llegó a la alcoba.

-Oigan chiquillos, ya tienen que darle, porque los papás de Tina llegan en una horita. Tina, tendrás que alcanzar lo que quieres rápido.

-Está bien, pero esta vez solo me tocará a mi, no a ti.

.Si ,si, esta vez me toca el palo de escoba, pero ya sabes lo de las caricias que me debes.

Así, Matilde se desnudó. Lástima que hoy no me iba a tocar de ese hermoso culo. Pero para consolarme tenía el nada malo de la niña.

Todos nos untamos de nuevo la margarina, como la otra vez, y a darle. Matilde tomó el palo de escoba y lo fue hundiendo entre sus nalgas.

La niña puso sus rodillas a los lados de mis muslos, dándome la espalda, y poco a poco se fue ensartando mi pene en su culito. Me tomó de las manos, mientras se comenzaba a echar para atrás y para adelante, meciéndose.

-Ayy! Chamaco, bo te tardes tanto en empezar, que si duele un poquitooooooooo....!-Cuando vio, ya tenía la mitad dentro del ano. Seguí ensartando. Matilde se perdía entre los movimientos rítmicos de su culo, con el roce del palo de escoba.

Comencé con el movimiento circular, para que sintiera bien en el ano.

-Noo, no pares... Asi! Asi!!!!- la niña arqueaba todo lo que podía su espalda , dándome por completo sus nalgas lechosas. - Aahhh!! Aaaaahhhh!!!! Empújalo más para adentro... mas para adentro... Mati, Mati, ven... hazlo ya... hazlo yaa!!

-Espérate tantito... primero acaricia la mía...- Y Matilde se subía a la cama para que la infanta le hiciera la manita en la vagina.

-Yaa??’ ya quiero!!! Ya!!!

-Nooo.. sigue.. sigueeeeee. Sigueeeeeeeeeee!!!!!!!!!! Ayy!!! Ojalá el palo ... tuviera leche....!!!!!!!! AAAAHHHH!!!!!!! Ahora los pezones!! Los pezones!!!!!!!! Haz la trencita .... hazla!

La niñeta tomaba las melenas de Matilde, que caían sobre sus tetas, y las ataba a las dos hermosas coronas... y continuaba gritando , porque su éxtasis anal no estaba muy lejos ya.

-Átalas bien! Átalas bien!!!! –La niña las apretaba más, anudándolas con sus deditos alrededor de los anchos pezones, haciendo nudos ciegos con sus manitas temblorosas.- Ssiiii!!! SSSIIIII!!!!! AAAYYY!!!! ME DESMAYOOO!!! Me desmayooooooo!!!!!!!!!!!!!

Y Matilde se echaba para atrás, con los pezones en alto, con los ojos en blanco y la cara ruborizada, las tetillas enredadas entre sus hermosos mechones, gritando y gritando, con el palo de escoba en el ano...

-SSSIIII!!!!!!!! SSSSSSSIIIIIIIIIIIII!!!!!!! Tócalos , nena!! Tócalos ¡!!!!-y la infanta ,contorsionándose, se chupaba los deditos de uñas pintadas de rosa y los ponía, sobre los pezones ensanchados de la enloquecida Matilde.

-Vamos!!! Apriétalos ,chiquitina!!!!!!!!! Aaaaaaayyyyyyyyyy!!!!!!!! –Matilde se perdía entre los deditos de Tina, gritando y torciéndose ante la sodomizada infanta, casi desmayándose entre un sensual éxtasis, su conciencia se difuminaba entre el lúbrico orgasmo.

Yo no podía más que convulsionarme, pues podía sentir encima de mi pene los latiditos del ano de la chavalita. Empecé a nalguear a la cría enloquecido por las lascivas palpitaciones del ano.

-Ayyy!!!, aaaaayyyyyyyyy!!!!!!!!!! Me voy a correr!!!!!! Niño!!!!!!! – gritaba la princesita.- Matilde!!!!! Jálalos ahora Matildeeeeeeeee!!!!!!!

-Ay chiquitina, jalas rechulo los pezones... vas a ver , hasta te los voy a pellizcar- dijo Matilde aún jadeante por el orgasmo.

-Siiii!!! Pellizcalos que me vuelvo locaaaaaaaa!!!!!

Y Matilde los pellizco durísimo... entre sus dedos, sus uñas...

-Ayyy!!!!!! Aaaayyyyyyyyy!!!!! Me coorrrooo!!!!!!

Pero yo también me corrí, con la mente llena de lujuria, viendo como el ano de la infanta estaba ensartado.

-Niñoooooo!!!!!! Siento la leche!!!!!!!!- el semen brotó a cántaros en el ano de la chiquitina, yo solo gritaba y le seguía dando la soba en las nalgas, unas nalgadas que se debían oír a media cuadra.

-AAHHHHH!!!!! AAAHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!! SSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!! – la chiquitincita se echaba hacia, loca de lujuria, sintiendo las suaves manos de Matilde jalando y acariciando las preciosas tetillas, siendo pellizcada de las nalgas, con leche brotando en el ano, sintiendo un sensual orgasmo anal, totalmente epicúreo y rijoso... perdiéndose entre nalgadas, gritos y latidos del ano,...La cabeza le daba vueltas a la infanta, gritando y gritando...sumergiéndose entre indecentes pellizcos en los bordes del ano que le escocía entre lúbricos latidos y entre licenciosos jalones de sus pezoncitos, sintiendo las manos suaves de la quinceañera deleitada por tan indecente desenfrenos de éxtasis fecal.

Después de que el colmo del morbo anal pasó para la chiquilla ,cada quien se bañó y se vistió.

-Ya estás contenta, niña?-preguntó Matilde a Tina.

-Ya, Matilde. Eso es lo que quería. Oye, niño, no quiero que esta sea la única vez que me eyacules en el ano, eh??

-Está bien, esto se repetirá...

Salí de la casa de la niña como a las siete de la tarde, llegando a mi casa como a las ocho. Todo se lo conté a Roberto. El me dijo que le traía ganas a Matilde, a ver si un día le decía.

Eso también terminó en un orgasmo, pero lo contaré en otra ocasión.