Las armas seductoras de Ingrid

Sara y yo estábamos muy enamorados, pero Ingrid, una rubia increíble, amiga de mi novia, consigue romper nuestra relacion y hacerme suyo.

Buenas, me llamo Miguel, soy de Barcelona, y tengo 24 años. Estudio Ingeniería. Tengo una novia, Sara, de 21, que está bastante buena: castaña, ojos negros, talla de pechos 95, un culito muy bien puesto, vamos, que es un pibon. Es una chica muy centrada en sus estudios de economía, carrera de la que conozco a algunas amigas suyas cuando la paso a buscar a la facultad. Entre ellas, la que mas destaca es Ingrid, una amiga suya rubia, de ojos verdes, mas alta que Sara, y con un cuerpo de infarto, incluso mejor que el de Sara. Pero vamos, Sara y yo estabamos muy enamorados para que yo pensara en otras chicas.

Un buen día, cuando fui a buscar a mi novia a la facultad, me encontre a Ingrid fuera, chupando un chupachups mientras hablaba con un chico. Me puse a esperar apoyado en una farola a que saliera mi chica, y de pronto vi que Ingrid se me acerco.

Hola Miguel.

Hola Ingrid, ¿Qué tal estas?

Bien y tu guapo?

Este 'guapo' sonó a coqueteo, me incomodó, pero no le di mas importancia.

Bien, esperando a Sara, la has visto, por cierto?

Creo que se ha ido con sus amigos a tomar algo, pero no sé donde. - Me dijo mientras chupaba su chupachups muy sexy.

Yo me estaba poniendo nervioso ante su coqueteo conmigo, y ella lo notó:

Porque estas nervioso? Que no muerdo Miki, jeje.- Me dijo mientras me pasaba un dedo por el vientre, y bajando, mientras me miraba y se mordía los labios.

Yo no podia decir nada, estaba nerviosisimo, no podia coquetear con la amiga de mi novia, pero mi aparato decia otra cosa, y no podia disimularlo, porque se notaria aun mas.

¿Esta bueno el chupachups? - Pregunte nervioso, aunque me di cuenta que fue la cosa mas tonta que podia decir.

¿Lo quieres probar guapo?- Diciendo esto me lo paso por los labios, como invitandome a chupar su saliva de el.

No... no. Era para comprar uno... es que... - No me salian las palabras, me sentia gilipoyas, ante una chica de 21 años, que me tenia palote perdido, posiblemente ante la mirada de los compañeros de mi novia. Sabia que la habia cagado con aquella pregunta, pero tenia que arreglarlo como fuese.

¿Aquella no es Sara? - Le pregunté.

Ya te he dicho que tu novieta se ha ido, no me escuchas eh... se nota que tienes la sangre ahi abajo... jeje. - Y diciendo esto me rozó el bulto, que se notaba a km de distancia, con el dedo indice.

Yo sudaba de los nervios, evitaba mirarla a los ojos, pues de lo bonitos que eran me podian hipnotizar. Seguía pasando su dedo indice, ahora haciendo circulitos por encima de mi bultito. Estaba excitadisimo, me tenia a su merced, pero no podia hacerle esto a Sara. No podia.

Perdona Ingrid, es que me tengo que ir... - Le dije nervioso, aunque sin moverme del sitio. Ella lo interpreto como una voluntad a medias, y siguió con sus movimientos que tanto me tenian en sus redes seductoras.

¿A donde tienes que ir cielo? Me pregunto con cara de niña buena.- ¿Sabes que es lo que quiero? ¿Y que creo que voy a conseguir?

¿Qué? Pregunté tembloroso.

Se me acercó al oido, sin quitarme el indice del paquete, aunque me fije que no estabamos tan expuestos, pues estabamos detras de las motos, y me susurró:

Quiero que me foyes bien foyada, te la quiero chupar como nadie te la ha chupado en tu vida, ni siquiera la santa de tu novia, quiero tragarme toda tu leche, quiero darte todo el placer que creo que te mereces, todo el placer que sabes que tu novia no te da.

En este punto paso a tocarme el paquete con toda la mano, y a masajearmelo como una autentica maestra. Estaba en las nubes. No sabia lo que pasaba a mi alrededor. Solo tenia oidos para ella, y solo sentia su tacto en mi poya, su aliento me quemaba la mejilla, mientras temblaba todo. Prosiguió:

Sabes que te mereces mas que eso. Sabes que tu novia no te da todo lo que mereces. Y sabes que yo si que te lo dare. Mirame.

La miré. Tenia unos ojazos verdes que conquistaban con solo mirarlos. Sonreia, supongo que sabia que me tenia en sus redes.

Hoy no vamos a hacer nada, te voy a dejar ir, pero me vas a dar una cosita primero. - Diciendo esto me metio la mano en el bolsillo y me saco el móbil.

Se hizo una perdida al suyo, y me guardo el suyo en mi agenda. No sabia como reaccionar. Estaba tan excitado, y tan nervioso, que preferia no moverme a hacer algo que empeorara aun mas las cosas. Me devolvio el mobil al bolsillo, me dio dos besos, y me dijo:

Por cierto, Sara esta en clase, saldra de aqui a media hora cielo. - Me dijo mientras me daba un ultimo masaje en mi bulto, y me sonreia.

Mientras se alejaba me quede mirando su cuerpo, su culo, su melena rubia. Era impresionante. Me quedé pensativo. Ese pedazo de pibon me estaba pidiendo a gritos que la foyara. Estaba en un mar de dudas. Me quede en mi misma posicion hasta que vino Sara.

Casi que me encotro ella a mi, pues yo seguía en mis pensamientos. El bulto ya me habia bajado algo, pero seguia estando preparado para todo. Y seguia notandose algo.

Hola amor. - Me dijo, dandome un besito en la boca.

Hola cielo. Vamonos, que tengo prisa. - No queria estar mas tiempo ahi. Nos fuimos a su casa, y pegamos un polvo que nos dejo secos, gracias a Ingrid.

Por la noche, ya en mi casa, recibi un sms, que decia:

Piensa en lo que podría ser si en vez de ser la tonta fuese yo ;)...  Era Ingrid. Y le llamaba tonta a mi novia.

No se porque pero que la insultara me ponia aun mas cachondo, e intuia que ella lo sabia. Pero Sara no era tonta, porqué le decia tonta?? Daba igual. Estaba cada vez mas cachondo con Ingrid. Decidí contestarle el sms.

La tonta lo hace muy bien... tendras que hacerlo muy bien para superarla... ;) - Me estaba lanzando a por ella. Definitivamente veía que Ingrid superaba mis expectativas y no podia perder esa oportunidad. Un polvo era un polvo. Sara no se daria cuenta, y no pasaria nada.

Mañana me podrias llevar en coche a la uni? Es que mi padre sale mas tarde... te lo agradeceria mucho. A las 7 30 en plaza molina. Ingrid sabia mas o menos donde vivia yo, porque a veces saliamos a cenar todos por mi barrio, con Sara y sus amigas. Yo no sabia donde vivia ella, pero era capaz de ir en ferrocarriles a pl. Molina solo para ir conmigo en coche. Pero yo queria jugar.

Si me prometes que te vas a portar bien. ;)

Prometido, pero te advierto que no soy tu novieta... ;)

¿Que habia querido decir con eso? Estaba excitadisimo por descubrirlo. Llegó el dia siguiente, y estaba nervioso, ansioso por encontrarme con ella y recogerla en coche.

La vi en un semaforo, vestida con minifalda blanca, ajustada, una chaquetita negra, fina, y debajo se intuia el top, escotado, que dejaba ver los bultos de sus pechos, maravillosos, mejores que los de Sara y todo. Lo culminaba todo con unas botas de cowboy, muy muy sexy.

Abrió la puerta, me dio dos besos, y se abrocho el cinturon.

Gracias guapo, no se como te lo puedo agradecer.

Ya intuia a qué se refería, pero me hice el longuis.

EL viaje fue muy tranquilo, en contra de lo que me esperaba, hasta que llegamos a su facultad.

Hoy tu novieta sale a las cuatro... vale? - Yo sabia que salia a las cinco, pero me hice otra vez el longuis.

Vale, ahi estare. - Nos dimos dos besos, muy sensuales, y se bajó.

Sabia que acabariamos foyando, pero solo seria un polvo, y ademas aquel monumento no era para decirle que no.

A las cuatro en punto estaba ahí. En la farola. La vi acercarse hacia mi. Cada paso que daba aceleraba mas mi ritmo cardiaco. Paso detras de las motos y me dio dos besos.

Al final va a salir a las cinco... lo siento, me he equivocado... me perdonas cielo? - Me dijo con cara de niña buena. Esa cara me tenia conquistado, no podia decirle que no a nada...

Claro nena, estas perdonada, todos nos equivocamos alguna vez... no?

Mmm si... ¿quieres ir a los jardines mientras sale? Que se esta muy bien... Vamos. - me ordenó, ya no me preguntó, de ir a los jardines del Palacio Real. Os explico. Delante de la facultad de ciencias economicas esta el Palacio Real de la Infanta Cristina, cuyos jardines estan abiertos al publico, y son preciosos, y muy intimos...

Llegamos hasta ahí, y nos sentamos en un banco. Se me acerco al oido, y me dijo sensualmente:

Quiero una cosa de tí. Y se que me la vas a dar. ¿A que sí cariño? - Sí... Respondí, no muy convencido, pero excitadisimo de entrar en su juego, y de estar bajo su poder seductor.

Mmm me gusta. Quiero que le pongas unos buenos cuernos a esa tonta de novieta que tienes. - Mientras, me pasaba la mano por el paquete, que ya estaba duro. - Y se los vas a poner conmigo, y lo sabes. ¿A que sí cielo?

Yo estaba otra vez a su merced, me tenia hipnotizado: Sí... respondí como obnubilado, mirando al infinito, mientras me susurraba al oido y me masajeaba el paquete.

Cuando tenga unos buenos cuernos, quiero que rompas con ella, porque te quiero solo para mi, vale cariño? - Vale... - En aquel momento solo pensaba en foyarmela bien foyada, no reparaba en lo que me decia, bueno lo entendia, pero estaba tan a su merced, tan bajo su poder, que me daba igual todo. Sentia el placer de un masaje en el paquete por una diosa de la belleza, que me estaba diciendo que tenia que hacer con Sara, porque me queria solo para ella.

Y yo le decia que sí. Definitivamente no me quedaba voluntad. Las armas de aquella mujer eran poderosisimas, y no podia ni queria luchar contra ellas.

En ese momento bajo al suelo, y se arrodillo delante mio. Supe lo que iba a pasar. Me volvio a masajear la poya, y me bajo la cremallera mientras me besaba el paquete por encima. Sus ojos verdes me decian de todo.

Me la saco de su escondite, y la beso con dulzura. No podia evitar las comparaciones con Sara. Sara lo hacia con menos tecnica, pero muy bien tambien. Pero aquella diosa rubia parecia que tenia mas sentido del placer, sabia donde, como y cuando hacer cada movimiento con exactitud para satisfacer a su hombre. Sabia cuán sumisa tenia que ser para que su hombre sintiera el maximo placer.

Sus movimientos era milimetricos, con los labios y con la lengua, siempre con los ojos fijados en los mios. La trataba con dulzura, como si fuese el objeto de mayor valor que habia visto en la vida. Mi poya era para ella su vida. La acariciaba, la besaba, la protegía del viento con las manos, definitivamente, no sabia hasta donde podia llegar aquella diosa.

Se la metio poco a poco en la boca, hasta cubrirla toda con sus labios. Veía que mis pelos rizados le acariciaban la frente, cosa que me excito muchisimo. Que esa rubiaza se rebajara a una mamada en un parque solo por conseguirme era la mayor sensacion de placer jamas vivida. Ahí me envalentoné:

Chupa zorrita, a ver si lo haces bien... - Le dije mientras la acariciaba del pelo.

Me miró y me guiñó un ojo... Increíble. Nunca le habia dicho esto a ninguna chica, y a esta, que es la mejor con diferencia de todas con las que he estado, le excita que se lo diga!

Tratala como si se te fuera la vida en ello entendido? - Me volvió a guiñar un ojo, y asintió con la cabeza.

Me chupó con todo el cariño del mundo el punto g masculino, que esta entre los huevos y el ano. Diosssss!!! Qué tia!! Al poco rato me corrí en su boca. La agarré del pelo con fuerza y la puse en posición. Ella colaboró muchisimo, abrió la boca, me miró todo el rato a los ojos, y cazo al vuelo mucho semen que se iba a desperdiciar al suelo.

Luego, por supuesto, se lo tragó. Me había convencido con creces. Era ella la chica ideal.

Se incorporó y me dijo al oido, notandose claramente el olor a semen que desprendia: Vamos a recoger a Sara, que estará preocupadita no? Sí... respondí.

Nos falta completar los cuernos... esta noche a las diez me pasas a buscar a pl. Molina, y vamos a tu casa, vale cariño? - Yo no respondí, tardaba en pensar.

Vale? Me volvió a preguntar. Vale - Respondí, sin saber a qué.

Me dio un morreo, con sabor a semen, y fuimos a buscar a Sara.

Estaba ahí, hablando con unos amigos, cuando llegamos Ingrid y yo: Hola Sara! Le dije. Ya no le decía amor ni cariño, pues mi único amor era Ingrid, la dueña de mi corazón y de mis pensamientos.

Hola cielo! Hola Ingrid! - Se saludaron y charlamos un rato, mientras Ingrid me tocaba el culo disimuladamente cuando Sara miraba para otro lado.

Me fui con Sara, no sin antes darle dos besos a Ingrid, y oler mi semen de su boca...

A las diez en punto estaba en pl.Molina, esperando a Ingrid. Vestía una mini negra, muy ajustada, con botas negras, y una blusa lila, con escote. Nos dimos dos besos.

Llévame a tu casa cielo.

¿A mi casa? Si ya saben que tengo novia... - Me interrumpió: En la mía no puede ser, que esta mi hermano, va, nadie se va a dar cuenta. - Me volvió a tocar el paquete, cosa que me convenció enseguida. La verdad es que mi habitación estaba al final de todo el pasillo, y seguro que nos veían, pero esa rubia tenía unas armas inquebrantables, así que no me quedaba otra que obedecer.

Llegamos a casa. Hola! Saludé. Mirad esta es Ingrid, una amiga, vamos a hacer unos deberes vale? No molesteis mucho por favor, que cuanto antes acabemos, mejor. Todos asintieron. Mientras, Ingrid me tocaba el culo...

En mi habitación, me senté en la cama. Sabía que ella se encargaría de todo. Su deber era darme placer. Y eso me encantaba. Efectivamente.

Se quitó la blusa despacio, dejando que me deleitara con su cuerpo, se quitó el suje, y me lo tiró en la cara. Olía a detergente. Se dio la vuelta y se bajó la mini, sensualmente, dejandome ver todo su culo y su coño, pues no llevaba tanga. Le di un cachetito fuerte, y le dije:

venga nena, a trabajar!

Se arrodilló, me bajó los pantalones y los boxers, me subió la camiseta, y se puso a chupar. Diossss, que bien lo hacía. Estuvo tranquilamente unos veinte minutos chupándomela como una auténtica maestra, me tenía excitadísimo. Luego dejó de chupar, me estiró en la cama y se subió encima mío.

Era perfecto, yo no tenía que hacer nada. Ella se lo guisaba y ella se lo comía. Comenzó a botar, sus tetas botaban, la cama botaba. Un polvo maravilloso.

Descansamos un rato, dándonos besos y caricias, hasta que decií pasar a la acción.

Le ordené que se levantara, y la apoyé sobre el escritorio.

¿Sabes lo que te voy a hacer niña mala? - Le dije mientras le tiraba del pelo. Ella me veía por el reflejo de la ventana.

Si... Me vas a foyar el culo. - Me respondió como una verdadera puta.

Eso es, eres buena, y te vas a dejar, verdad?

Claro. Mi cuerpo es tuyo, disfruta. - Me sentía un verdadero machito, nunca me imaginé que me foyaria a una tia tan guarra, tenía razon cuando me decia que me iba a dar lo que Sara no me daria en la vida... Eso! Sara nunca me permitiria tratarla así, ni me dejaria foyarle el culo. Ingrid asumía que me pertenecía, y era una sensación increíble. Tenía una diosa de la belleza como novia, puta y zorra. Me obedecía y me dejaba hacerle lo que yo quisiera. Estaba en la gloria!!

Le metí un dedo, luego dos, gemía, luego vino la poya, primero la punta, luego entera. Gritó. Pero era mi novia, mi zorra, y me pertenecía. Seguí foyandola sin piedad, mucho tiempo, dentro fuera dentro fuera. Hasta que la tiré del pelo y la arrodillé. Enseguida entendió qué quería de ella. Abrió la boca y los ojos. Y me corrí esa vez en su cara, llenandola de leche.

Ufffff. Sara nunca me dejaba hacerle esto. Ingrid o era muy muy guarra o era la mejor novia de todas. Luego me la limpió con la boca, se limpió la cara con un kleenex que le di, se vistió y se fue. Ni siquiera la acompañé a la puerta. Me sentía de lujo siendo malo con ella. Y más sabiendo lo puta que era.

Al día siguiente hablé con ella por el móbil, y acordamos, bueno, me dijo que esperase a decirle nada a Sara, que quería jugar conmigo. No quería que foyásemos Sara y yo, ni quería que le dijera cariño, amor, ni nada por el estilo. El juego me gustaba, me tenía enganchadísimo a ella. Obedecía todo lo que me mandaba.

Seguimos encontrándonos a escondidas. Siempre en mi casa. Creo que era una manera de hacerme ver que quedábamos donde ella quería. Y qué mejor que en mi casa para constatar que Sara ya era historia. En la cama donde lo hacía con Sara, ahora estaba Ingrid. En el asiento donde se sentaba Sara en el coche, ahora se sentaba Ingrid, las mamadas que me hacía Sara en el coche, ahora me las hacía Ingrid, incluso los tangas que tenía Sara en mi casa olvidados, se los había llevado Ingrid, no por falta de tangas, sino que creo que para demostrarme que ahora era ella la que mandaba... y eso me tenía loco.

Empezó a dejar ropa en mi armario, interior, sobretodo. Poco a poco sustituía la figura de Sara en mi casa por la suya, conociendo a mi familia, pero sin decirles nada de Sara. En principio todavía era mi novia.

Hasta que unos meses más tarde, sin foyar con Sara y sin decirle cosas cariñosas, decidimos que rompiera con ella. Rompió a llorar, cosa que me dio mucha pena, pero cuando miré a Ingrid, satisfecha, volví a excitarme. Si a ella le gustaba esa escena, a mi me gustaba aún más. Pasé de Sara y le di un beso a Ingrid, nos cogimos de la mano y nos fuimos. A veces me llama, pero cuando Ingrid se enteró me prohibió hablar más con ella.

Ingrid y yo llevamos 2 años juntos, igual de fogosos que el primer día. En el día a día es normalísima. No es mandona, como muchos os habréis imaginado, sino todo lo contrario. Sólo lo fue cuando me quería conquistar a mí, para marcarme los límites. En el sexo sigo mandando yo, y ella sigue siendo la puta que fue el primer día...

Hay muchas historias de esa diosa que es mi novia, que ya os iré contando, cuantos mas comentarios dejeis, mas me apresurare.