Las apuestas si se pierden hay que pagarlas
Las apuestas si se pierden hay que pagarlas, y mi mujer se sometió a mi deseo para no tener que deberme nada
LAS APUESTAS PERDIDAS HAY QUE PAGARLAS
Hera jueves por la noche y como otras veces le comento a mi mujer Ana si jugamos una partida a las cartas, nuestras apuestas siempre iban en el mismo sentido, y era que el perdedor tenía que estar a disposición de lo que deseara el ganador, o lo que es lo mismo acabar en un tremendo polvo, pero sin salir de lo convencional en una pareja de más de treinta años casados. Lo que ella no podía imaginar esa noche, era el juego que tenía entre manos y que rondaba por mi cabeza de un tiempo atrás. Sin duda tenía que poner todo de mi parte, porque si yo ganaba no sería fácil convencerla de cuál era el precio que tendría que pagar por haber perdido la apuesta.
Ella estaba entre bromas y risas de cosas que nos comentábamos, pero yo no perdía el tiempo, y si alguna vez tenía que hacerle trampas cambiando alguna carta de la baraja, lo hacía pero disimuladamente, procuraba que no se diera cuenta de nada. Y así seguimos durante toda la partida risas y alguna que otra cerveza, hasta que afortunado yo conseguí acabar ganándole la partida y entonces ella sin saber nada comenzó a realizar su papel de perdedora y querer pagar su apuesta perdida. Se sentó encima mía y me preguntaba al oído, cariño que me vas a pedir que te haga para pagarte el haber perdido.
Me costó la misma vida convencerla de que esa noche no haríamos nada y que sería mejor que guardara todo su encanto para la noche siguiente viernes y así encontrarnos más relajados y sin prisas por tener que trabajar al día siguiente. Ella no entendía nada, pues a nosotros siempre nos da igual el que sea lunes o jueves, si es por echar un polvo nunca tenemos día señalado.
La primera parte del plan ya lo había conseguido, ahora faltaba la segunda y era en cómo me gustaría vestirla para la fiesta que le tenía preparada.
Me metí es una lencería donde yo alguna vez le suelo comprar ropa interior y busque un juego de lo más atrevido y provocador, el sujetador era con relleno interior para levantar más el pecho y las braguitas que sin llegar a ser tangas, eran de lo más pequeñas posibles ufffffffff ya me la imaginaba como estaría con todo aquello puesto y comenzaba a ponerme de lo mas burro.
Ella es una mujer que se mete por los ojos de cualquier hombre. mide sobre 165 es rubia con unos pechos de los que te gustaría estar todo el día tocándolos y comiéndotelos, sus piernas son redondas y muy bien formadas y su rajita es de lo más sabrosa siempre la tiene muy bien depilada y es increíble pero cuando se lo como me sabe de lo más sabroso y no nos olvidemos de su culo, cuando esta de lo más caliente y me pide que se lo folle ya te pierdes.
Durante la tarde trate de hacerle ver que la noche sería de lo más intensa y que no olvidara que le tocaba a ella cumplir mis deseos, pues esa era mi petición como ganador.
Mientras ella se duchaba, yo fui preparándolo todo encima de la cama para provocarle el efecto sorpresa, estaba seguro de su negativa a ponérselo pero si lograba convencerla, sabía el efecto que provocaría en ella es de motor diesel al principio le cuesta arrancar pero cuando ya está en marcha, es puro fuego.
Cariño, esta vez yo decido que te vas a poner, por favor primero ponte las medias (eran altas pero sin liguero, me resultan más sexys), luego le acerque el juego de sujetador y bragas, quiero que lo estrenes en esta ocasión y para rematar la faena, ponte estos tacones negros, eran de unos 10 cm tacón. Luego le pedí que terminara de pintarse y arreglarse así vestida, deseaba ver lo buena que estaba, no podía apartar la mirada, estaba para tirarse encima y habérsela follado allí mismo, pero tenía que seguir adelante con el plan, no podía dejarlo a medias estaba dispuesto a llegar hasta el final, traté de calmar mi calentura, y luego le pedí que se pusiera encima solo el abrigo.
no pretenderás que salga así a la calle, solo con el abrigo y sin nada debajo
ya llevas algo debajo o no crees que vas para romper con lo que te has puesto.
Fueron cinco minutos diciéndome que no saldría así, pero conseguí convencerla ya tenía la segunda parte conseguida, ahora pasaríamos a la tercera y última parte de mi plan.
Dentro del coche mientras conducía me saqué del bolsillo unas bolas chinas y se las di a Ana para que se las introdujera, quería que cuando llegáramos a nuestro destino se sintiera lo más caliente posible. La llevaba a un club de intercambios de parejas situado a unos treinta minutos, ya lo conocíamos pues habíamos estado allí alguna vez, aunque solo para tomar alguna copa y darnos el calentón, luego nos marchábamos a casa y terminábamos la faena sin desconocidos.
En el local solo se encontraban dos chicos y la camarera con la que charlaban y reían, sería por la hora temprana que era, pues siempre solía haber bastantes parejas.
Nos pasaron a la sala de parejas y nos pedimos unas copas, poco a poco fue subiendo el tono de la conversación y notaba como Ana cada vez estaba más suelta, yo por mi parte también trataba de meterle mano y no paraba de decirle lo increíblemente buena que estaba, le dije que se quitara el abrigo que estábamos los dos solos en la habitación y que nadie la veía, después de comprobarlo se puso de pié y se lo quito quedándose como yo la había preparado en ropa interior, las tetas se le salían por encima del sujetador y yo se las acariciaba y besaba, cuando podía se las sacaba y se las chupaba, entre copa y copa, la película porno en la pantalla y metiéndonos manos estábamos como motos, me levanto diciéndole que voy al servicio, quería dejarla sola y ver como se sentía allí. Para llegar tienes que pasar por la barra y no dudé en charlar con los dos chicos invitándoles a pasar al cuarto oscuro del fondo y que permanecieran allí en silencio y desnudos, pues quería darle una sorpresa a mi mujer. Cuando llegue Ana se estaba sacando las bolas chinas de su coño, pues decía que ya le molestaban, joder como estas de caliente chica mira como te las has sacado necesitamos un paño para secarlas, ella no lo pensó y me saco la polla comenzando una mamada de las que ella acostumbra a hacerme, yo la dejo y cuando noto que solo quiere que me la folle, la sujeto por el brazo y nos vamos al cuarto oscuro, allí me desnudo y empiezo a comerle el coño, ella gemía y gemía cada vez más fuerte, comienza a soltar su lengua y a pedirme que la folle, yo sigo y sigo pero no quería que se corriera, deseaba tenerla así con el calentón a tope.
Mientras los dos chicos se estaban masturbando oyéndola gemir y poco a poco se fueron arrimando, comenzaron a tocarle las tetas cada uno por un lado y yo mientras esperando su respuesta no sabía cómo iba a reaccionar. Unos de los chicos le cogió la mano y se la llevo a su polla, ella reacciono de lo más natural y comenzó a acariciarla de los huevos hasta la punta de la polla, mientras el otro se arrimo y se la siguió meneando en su cara, tampoco lo dudo se la metió en la boca y se la tragaba toda, yo cada vez más cachondo, hasta que pude ver como contrajo sus muslos, obsequiándome con una corrida en mi boca impresionante le duro una eternidad pero no soltaba las dos pollas de su boca y mano.
Me incorporo y me acerco a su cara para besarla y el chico que le tenía la polla metida en la boca no se lo piensa y se pone entre sus piernas las levanta veo como con mucho cuidado se la va metiendo hasta el final, se oía el chapoteo de su coño empapado y su polla como le hacía tope contra sus nalgas, así estuvieron como cinco minutos hasta que los dos comienzan a correrse a la vez, ahora mi mujer gemía aún más fuerte y el no paraba de empujar hasta que no le quedo ni una gota de leche en sus huevos. Ahora le tocaba al otro yo notaba como ella no quería soltársela y no paraba de masturbarlo, cuando consiguió soltarse le pude ver aquella polla monumental de no menos de 23 ó 24 cm y que ya solo pensaba en clavársela a mi mujer, se había puesto como un toro, ella con las manos trataba de pararlo y que fuera despacito. La verdad es que supo estar a la altura lo hizo con toda delicadeza, poco a poco aquella polla se fue perdiendo dentro de Ana, ya no se le oía gemir, ahora gritaba unas veces por dolor, otras por placer ahora ya lo dejaba que empujara y no le aguantaba con su mano. Así estuvieron otros siete u ocho minutos hasta que el empezó a correrse y ella al notarlo como se corría, empezó a gritar mientras se corría también (cabrón me estas partiendo en dos, menudo cacho de polla tienes, no me la saques hasta que yo te diga) y cogiéndolo de su brazo se la terminó de clavar hasta que no pararon de correrse.
Los chicos se levantaron y se marcharon, yo le pedí a mi mujer que no se limpiara, que se quedara como estaba, que solo se volviera a poner el abrigo encima y nos marcháramos a casa.
Cuando llegamos por el pasillo no paraba de besarla y meterle los dedos en el coño, notaba como estaba caliente y lleno de leche, tuve que parar para no correrme allí mismo, cuando entramos al dormitorio la tumbe encima de la cama y le abrí las piernas, quería ver y olerle su coño recién follado, joder como lo tenía nunca se había vista tan rojo y abierto, le hubiese podido meter mi mano, comencé de nuevo a comerle el clítoris hasta llevarla a punto de correrse, ahora me puse sobre ella y le metí mi polla, era más pequeña que aquellas dos anteriores, pero la disfrutaba y seguí hasta que noté que me iba a correr, me incorpore y apuntando a su cara y tetas rematé la faena soltando toda la leche que llevaba dentro, ella se masturbaba y se corría a la vez hasta que terminamos y con mi mano le restregué toda la leche por sus tetas y labios.
No hemos vuelto a hablar del tema y ni de volver por el local de intercambios, pero conociéndola como la conozco, seguro que si le insinúo de volver, me dirá que NO y que mejor olvidar el tema, aún sabiendo que se la follaron como nunca antes lo habían hecho y disfruto como nunca antes la había visto.