Las amigas de Elsa (4)

La Enfermera Elsa me da tratamiento.

Llevaba una hora o así corriendo en esa dichosa cinta. No es que me estuviera matando pero cansaba un poco. Además la cabina se había empañado y estaba pasando bastante calor. Mi pene se mantenía hinchado, y sentía cosquillas en él. Además me molestaba al correr. La maquina se paro y se abrió la puerta. Entro Tamlyn y me saco de allí. Me llevo la ducha y me ato a unos grilletes que hay debajo. No corrían ningún riesgo de que pudiera intentar algo. No me movían sin estar atado o con alguna medida de control sobre mi. Me empezó a duchar con agua templada. Mónica y Elsa hablaban al lado del biombo. Me paso una esponja y aclaro. Una vez hubo terminado Mónica se puso delante y se puso a examinar mi pene.

  • ¿Que tal va la cosa? –Pregunto Elsa.

  • Pues esta un poco hinchada pero es algo normal. ¿Cómo la notas? – Mónica preguntaba con seriedad.

  • Siento todavía algún cosquilleo.

  • Todo va bien – Mónica se alejo.

Tamlyn me seco rápidamente. Elsa se acerco con las manos en la espalda. Se había desabrochado otro botón de la blusa y el canalillo se veía perfectamente. Llevaba un sujetador rojo, se le veían un poco las copas. Me quede un poco embobado mirándola.

  • ¿Te gusta lo que ves? – Acerco su escote a mi cara y sus medias empezaron a acariciar mi testículos – No se si hacerte sufrir o darte placer. Me ponen las dos cosas.

  • Me dio un pequeño rodillazo en mis partes, que no buscaba mas que ponerme mas a tono. Ya estaba empalmado y sentía muchas cosquillas en mi pene. Me miraba con esos ojos verdes preciosos que me traspasaban.

  • Te daría ahora mismo la ducha fría, pero no quiero que te constipes – saco la mano izquierda y tenia una tira con un botón – Eso para Tamlyn y... – saco la mano derecha y tenia una especia de funda para mi pene con cables – esto para ti.

Me puso la tira en la muñeca izquierda. La funda tenia una vara de metal por dentro la cual introdujo por el agujero de mi pene. Eso me dolió una barbaridad, por no hablar de lo molesto que resultaba. Mónica trajo el carrito con otra inyección y una fuente de alimentación. Elsa me acariciaba y besaba mientras Mónica lo conectaba todo. En cuanto esta acabo Elsa se separo y Mónica empezó a jugar con la fuente. Al principio notaba cosquillas, pero después sentía espasmos en mi pene hasta que empezó a dolerme y empecé a ser yo el que daba espasmos y gritaba que parasen. Subía y bajaba el control. Después estuvo un rato con el control en bajo, de manera que la descarga me resultaba muy placentera. La siguiente era una descarga mas fuerte, que me dolía y me sentía un cierto quemor. Bajo la corriente y puso una pinza en el espacio que hay entre los testículos y mi ano. Yo me sentía algo cansado. Volvió a subir la corriente. Con poca era una pasada porque parecía como estar corriéndome. El músculo donde estaba puesta la pinza daba pequeños espasmos y el cosquilleo de mi pene era fabuloso. Cuando subió el voltaje sentía que me iban a reventar. Sentía miedo por como sentía mis partes así que empecé a gritar otra vez. Pero no duro mucho ya que pararon.

-Vaya nenaza como grita. Seguro que no duele tanto. Te podía haber subido mas la corriente.

No había podido correrme, pero sentía mi pene agotado. Me quitaron la funda y Elsa me puso otra inyección en el pene. Me pusieron el collar y me quitaron los grilletes. Mi siguiente destino la cama. Me tumbaron y me ataron otra vez, con la anécdota de que al ponerme el grillete apretaron el botón y Tamlyn grito llevándose las manos a sus bajos. Mi pene se había quedado otra vez medio flácido.

  • Esas descargas parece que le han cansado. Déjame darme un gustazo. Tengo ganas de tirarmelo – Elsa intentaba convencer a Mónica.

  • Ahora acabamos de ponerle la inyección y no me parece tan buena idea.

  • ¡Vamos¡ No va a pasar nada. Además la inyección no es peligrosa. Solo quiero disfrutar, hace tiempo que le tengo echado el ojo y te lo traje yo.

  • Esta bien. Pero solo una vez – y me miro a mi – aguantaras lo que Elsa necesite o te castigare.

Elsa hizo una seña a Tamlyn y esta vino para volver a ponerme a tono. La inyección que me acababan de poner, junto con las descargas hacían que notara mi pene medio dormido y a la vez unas cosquillas que me resultaban molestas. La chupada de Tamlyn hacia que todas esas sensaciones se multiplicaran por mil, y mi pene volvió a crecer. Me fije en que me parecía algo mas ancho de lo normal, y Elsa lo miraba con gula.

  • Ya basta Tamlyn – Mónica se acerco para ver el estado de mi pene – vaya si funcionan las inyecciones. Esta muy hinchada para llevar dos. Quizá sea malo. No le pondremos mas en una semana a ver que pasa.

Yo flipaba al oír todo eso. Era una cobaya en manos de aquella ninfomana. Pero Elsa ya estaba lista, me pusieron el condón y se subió encima de mi. Se había quitado el tanga y según se subió a mi se arranco la blusa. Empezó a moverse mientras me besaba el pecho y subía hasta besarme en la boca. Levanto su cabeza y me miro a los ojos. Se movía a golpes de adelante a atrás. Mi pene me daba algunos calambres. Estuvo así durante unos minutos. Yo aguantaba y eso debió mosquear a Mónica, la cual se subió encima de mi cabeza. Aparto el tanga y yo empecé a lamer en círculos con mi lengua en su interior. Mónica se había bajado el escote y se frotaba los pechos. Esa imagen pudo conmigo y me corrí. No dije nada pero Elsa lo noto.

  • Se ha corrido – Se levanto sonriente y se quedo al lado de la cama – no ha estado nada mal a pesar de todo.

  • Has sido un chico malo, no has aguantado hasta que Elsa lo dijera. Pero acaba con esto y después ya veremos.

Mónica jadeaba y yo me esforcé para evitar el castigo, pero Mónica no se cansaba de aquello. Me quitaron el condón pero no me limpiaron. Mi lengua empezó a moverse mas lenta al cabo de unos 10 o 15 minutos. Mónica se levanto y dijo que era hora de que durmiera.

  • Mañana te espera un castigo y una visita sorpresa. No estoy muy segura de que le gustes a esa visita, pero eso formara parte de tu castigo.

Tamlyn trajo una manta de esas que pican y me la puso encima.

-No queremos que pases frío y te constipes. Que duermas bien – Elsa me dio un beso en la boca y me froto la manta contra mis partes. Después apagaron la luz y salieron de la habitación.