Las amigas de Elsa (3)

Me siento un juguete cada vez que voy a casa de Monica.

Allí estaba otra vez. Llegue un par de minutos antes de las 7. No sabia si quería comprobar que pasaría si llegaba tarde, aunque si que me daba cierto morbo comprobarlo. Tamlyn me abrió la puerta, pero no se la veía tan contenta. Eso me descoloco. Fuimos a la habitación y me puso el collar del día anterior, después me hizo quitarme todo, incluso el cinturón para lo que me presto una llave que después tuve que devolverle. Me llevo a la camilla y me encadeno en ella. Salió de la habitación y después volvió con Mónica y Elsa. Mónica iba con unas botas altas de cuero y un vestido de cuero con un buen escote y cuya falda era casi inexistente, pero que dejaba ver un tanga de encaje negro. Por primera vez iba maquillada con sombra de ojos, rimel, labios pintados de rojo fuego y unos coloretes algo pálidos. Estaba inmensa como ama. Elsa iba de enfermera con una blusa medio abierta unas medias de encaje y una cofia. También maquillada con sombra de ojos, rimel y unos labios de color oscuro. Venían con tono de niñas buenas.

  • ¿Que tal esta mi invitado de honor hoy? – se dirigió Mónica a mi pene a la par que lo cogía con una mano – Debe estar un tanto agotado, pero quizá hoy no sea su día de descanso.

  • Pensábamos que te gustaría mas jugar con nosotras mas que con una simple criada – Elsa me empezó a acariciar el pecho y los pezones. Ya me estaba excitando.

  • Sabemos lo que hizo ayer contigo. No debía haberte montado sin nuestro permiso. Después de las veces que la hemos dado lo que necesitaba. Así que decidimos castigarla – Mónica comenzó a juguetear con las uñas en mi pene y testículos, lo que me daba una agradable sensación – La hemos puesto un cinturón de castidad a ella también, ya que hemos visto que las bragas se le caen bastante rápido.

Metió mi pene su boca y lo saco sin tocarlo, haciendo amago de algo que no sucedió.

– Tiene un electrodo en el clítoris, y te vamos a dar un control que asiremos a tu muñeca cuando estés aquí. Sera tu presa como castigo. Así cuando ella no te trate bien tu podrás darla una descarga.

Yo ya estaba empalmado y Elsa había empezado a lamerme los pezones con la punta de la lengua. Mónica me dio un largo beso en los labios y de repente note que alguien me pajeaba a un ritmo descontrolado. Mónica me devoraba la lengua con un beso de tornillo. Su cabeza daba vueltas mientras pegaba sus labios con los míos, y entremedias una lucha sin cuartel. Esa paja me estaba volviendo loco. Tanto, que olvide que tenia que aguantar lo que pudiera. Elsa aviso a Mónica y esta se levanto, yo me corrí y todo fue a saltar a mi pecho.

  • Por lo que veo lo de ayer no te debió de cansar lo suficiente. Eso esta bien, que tengas buena resistencia para hacerlo varias veces sin cansarte, pero necesito que aguantes mas. Con Tamlyn no te corriste en los diez minutos que te estuvo montando – Mónica empezó a esparcir el semen en mi pecho.

  • Ya llevaba 4 o 5 corridas cuando se me subió encima. Hoy que estoy mas cansado y he cogido algo de forma en un par podría estar igual – me deje llevar por el ímpetu de semejante momento y no pensé que Mónica se fuera a molestar. Me quito la mano de encima y me dio una descarga en el cuello. Se me tensaron todos los músculos del cuello, y eso dolió una barbaridad.

  • Mira chaval, aquí debes venir con la clara idea de que nosotras mandamos. Tamlyn se convertirá en tu esclava temporalmente y bajo unas normas, pero el resto somos intocables. Tus iniciativas no interesan – Dijo con voz rotunda.

  • Lo siento. Me deje llevar por el momento – me temía lo peor. No quería que me castigaran. Todo aquello me daba cada vez mas morbo.

  • No sirven los "Lo siento" - Elsa y Mónica salieron de la habitación y Tamlyn entro.

  • Tengo entendido que te han castigado – dije con intención de vacilarla un poco.

Se levanto la falda y lo vi. Era como una braga pero tenia dos tiras arriba que quedaban unidas por un candado.

  • Aun no se como lo ha llegado a saber. quizá tenga una cámara en alguna parte o algo – me cogió con las punta de los dedos el pene – veo que ya han comprobado posibles avances. El hecho de que tengas el pecho lleno de semen no es buena señal.

Mónica entro en al habitación y Tamlyn soltó mi pene y se escondió la mano rápidamente.

  • ¿No te tendremos que atar también las manos?

  • Solo quería comprobar si ha progresado algo – Tamlyn no se atrevía ni a mirar a Mónica.

  • Ya ves que no es suficiente. Solo ha pasado un día. De todos modos se me ocurre que podrías comprobar como esta ahora.

Tamlyn miro primero a Mónica y después se quedo mirándome a mi. Estaba alucinando. Elsa entro con un bol en la habitación.

Espera Elsa, vete preparando la inyección antes que Tamlyn quiere comprobar cuanto aguanta nuestro amigo – y nos miro a nosotros – ¡límpiale el semen de su polla¡

Tamlyn no sonreía, pero tampoco estaba descontenta. Sabia que esto tendría truco. Me empezó a limpiar la polla a lametazos. Mientras lo hacia Mónica le quito el cinturón de castidad. Elsa estaba en el armario haciendo cosas.

  • ¡Haz que se le ponga dura¡ - Mónica ya ordenaba con los brazos cruzados.

Tamlyn empezó a chupar como si fuera un chupachups, con su cabeza dando vueltas. Al poco ya estaba empalmado otra vez.

  • Ahora quiero que lo montes.

Tamlyn iba a ir a buscar algo cuando Mónica la detuvo.

  • Lo montaras sin condón. Si te quedas embarazada será tu problema.

  • Pero Mónica yo...

  • Sin rechistes. Si el aguanta el tiempo que yo crea oportuno te libras. Sino que tengas suerte.

Era una putada gordísima la que nos estaba obligando a hacer. Además la cagada no había sido mía, y sin embargo podría pagarla yo. Pero Tamlyn se subió encima mío, se metió mi pene y se llevo el dedo índice a la boca en señal de que me callara. Supongo que si hubiera dicho algo podría haber enfadado mas a Mónica así que estábamos mejor así. Tamlyn se empezó a mover a un ritmo intermedio. Mónica le quito la parte de arriba del uniforme y el sujetador. Tenia unos pechos redondos perfectos. le sobraba algún kilo pero el espectáculo me empezaba a excitar bastante. Mónica volvió a jugar con el semen de mi pecho y se llevo el dedo a la boca mirándome a los ojos con cara de niña mala. yo estaba aguantando todo lo que podía, pero Mónica estaba jugando conmigo. empezó a coger semen de mi pecho para ponérselo a Tamlyn en los pechos y luego lamérselo. Aparte la mirada durante un segundo y recibí un bofetón. Tamlyn empezaba a disfrutar a pesar de todo. El polvo en si junto con las caricias de Mónica la habían puesto a cien, pero no todos los días son fiesta. Mónica la mando bajar y acto seguido la volvió a poner el cinturón para su desesperación. Después la mando a terminar de vestir. A mi me dejo como estaba, completamente empalmado y deseando que terminaran conmigo.

Pero Mónica se dedico a otras cosas:

  • Deberías probar el dulce sabor del placer – Mónica cogió algo de semen de mi pecho y me lo hizo tragar. No me hizo ni puta gracia pero cualquiera le decía nada.

  • ¿Ya podemos empezar?- Dijo Elsa. Traía en un carrito un bol de cera que me supuse para que era y una inyección.

  • No te asustes por la inyección, no es nada – Mi "Ama" sonrió y me inyecto en mitad del pene el liquido. Aparte del pinchazo que dolió, empecé a notar raro el pene.

Elsa empezó a esparcir la cera por las piernas. No es que tenga mucho vello, pero es largo, y la cera lo agarra bien. Puso la tira y tiro. Eso dolió y mucho. Siguió a lo suyo.

  • Esto es mas divertido que follar. quizá se lo teníamos que hacer a todos los que te traigas por aquí – rió Elsa.

Cuando acabaron con las piernas empezaron con mi pecho. Ni se molestaron en limpiar el semen.

-Nosotras no nos lo vamos a acabar, ¿no lo querrás tu?

Negué con la cabeza y siguieron a lo suyo. Y llegaron a mis partes. No creí que fueran a usar cera con una zona tan delicada, pero no se cortaron un pelo. Que la cera estaba caliente me quedo claro. Eso si, sacaron una cuchilla para dejarme un corazoncito encima del pene. Encima Mónica saco un spray y lo pinto de rosa. Se estuvieron riendo un buen rato. Después de haberme depilado de cuello para abajo se levantaron y me llevaron a una maquina que trajo Tamlyn. Se trataba de una maquina de correr en una cabina. Me metieron dentro, me ataron las manos con una cadena y la colgaron al techo para que no pudiera bajar los brazos. Dieron una marcha normal. No podía hacer otra cosa que correr, puesto que el suelo era la cinta y no había otro sitio para poner los pies.

  • Nos vamos a cenar. Si sobra algo ya veremos si te lo damos. Pero la verdad es que estas un poco fondón, será mejor que te pongas en forma rápido. Según tus constantes vitales ira mas rápido o mas lento. Si haces un buen registro quizá te demos un premio...

Solo quedo Tamlyn conmigo. Vigilando que no me pasara nada. Ahora tocaba esperar a que Mónica volviera.