Las 12 Pruebas. Prueba 03

Siguen las pruebas de Laura, esta le resultará menos agradable.

Enrique preparaba una prueba menos dulce que la del día anterior, aunque había filmado y grabado todo el hecho de que Laura hubiera apagado el móvil ha conciencia no le había gustado un pelo, Enrique pensaba que lo había hecho para que no supiera que había disfrutado con Maurizio y así tener algún tipo de excusa moral para poder intentar ponerle trabas a las pruebas, intentaba socavar su autoridad de esta manera y si él lo permetía una vez ella lo haría en mas ocasiones, así que hoy debía sufrir. Junto con algunos de sus amigos recogió el material de grabación y filmación oculto en la habitación donde ella y Maurizio habían disfrutado y los mandó al nuevo sitio donde debían de filmar la siguiente prueba, mientras él intentaba tenerlo todo listo para la noche.

Laura se pasó el día en su casa, descansando e intentado olvidar su noche de placer con Maurizio, llamó a su madre de nuevo para decirle si podía continuar quedándose con los niños ya que ella iba a estar de fiesta esa noche, su madre le hizo saber que no era muy apropiado que ella estuviera de fiesta mientras su marido estaba de viaje de negocios y esa no era una actitud típica de una mujer casada, ella le dió la razón pero argumentó que necesitaba salir algo debido al inmenso trabajo que tenía durante toda la semana.

Una vez solucionado el tema de sus hijos intentó distraerse haciendo tiempo en su casa, el contestador tenía un mensaje de su esposo preguntando como estaban y que llamaría hoy otra vez. Llegó la tarde con rapidez y su marido la llamó por teléfono ella se puso y hablaron durante un rato, ella estaba algo distante debido a su culpabilidad, se despidieron y ella se nuevo tuvo que hacer un duro ejercicio de fuerza de voluntad para no llorar, el remordimiento era muy fuerte.

Al caer la noche recibió la llamada de Enrique.

  • Hola Laura, bien visteté con un traje de esos veraniegos de tirantes y falda de volantes, ponte bragas y sugetador normalitos y arreglate algo, luego llama a un taxi que te lleve al Polígono industrial, nave 24, tendrás que estar allí a las 22:00 horas.- ordenó

  • Esta bien.- dijo ella.

Obedeció a Zeus y se puso un traje de esos primaverales, ropa interior corriente de color blanco, zapatos de tacón, y se dejó su cabellera castaña suelta. Llamó al taxi y la llevó a la dirección que le había indicado Zeus.

El polígono industrial estaba oscuro y no había mucha gente, se dirigió a la nave 24, la puerta estaba abierta, dentro no había mucha luz, salvo la de una lámpara que había al fondo en una mesa, la poca iluminación le impedía ver el resto de la nave pero a simple vista parecía vacía, no había cajas ni nada parecido sólo una sala al fondo y la mesa con la lamparilla, de repente alguien la cogió por detrás y le tapó la boca, notó la hoja de un cuchillo en su cuello y una voz desagradable:

-Bien puta haras lo que te diga o te voy a rajar como una cerdita, ¿ Entiendes?.- El acento era sudamericano.

Ella estaba muy asustada, no se había imaginado que fuera esta la prueba , es mas durante un rato incluso pensó que esto no formaba parte de la prueba que debía pasar, ella ni siquiera miró hacia su secuestrador, este la sacó de la nave y ella no opuso resistencia. Afuera una furgoneta blanca aguardaba, la puerta lateral abierta y un tipo con un pasamontañas esperando, la metieron dentro de esta, la ataron con cinta aislante y le pusieron y le taparon los ojos, luego le pusieron una venda en los ojos con lo que ella no podía ver nada.

Oyó como hablaban tres personas, dos estaban en la arte de atrás con ella y un tercero conducía. La furgoneta estaba en marcha.

  • Esta bien zorrita vas a pasarlo bien con nosotros, si te pones testaruda y no colaboras te vamos a dejar muy mal y te vamos a violar igual así que mejor será que no nos lo pongas difícil.- Dijo otra voz en un claro acento árabe.

Ella no sabía que hacer, pero una bofetada la sacó de su perplejidad.

  • ZORRA!!!, es que no has escuchado.- dijo el sudamericano

  • Si.- dijo timidamente ella

  • Esta bien, haras lo que te digamos y como no........- dijo el sudamericano dando a entender lo que le esperaba la no colaboración.

Ella asintió.

  • Bien.- dijo de nuevo el sudamericano,- Hazme una buena paja pero con la boca, y como me muerdas te echo los dientes abajo de una hostia puta asquerosa.- le dijo

Ella no sabía lo que hacer pero cuando notó un fuerte olor desagradable y la punta de de la polla del sudamericano en los labios lo vió muy claro, la lamió , estaba caliente y tenía parte del líquido preseminal en el glande, ella empezó a metérsela en la boca, era complicado ya que no contaba con la ayuda de sus manos y sus ojos. El moro rió y el sudamericano lanzaba gritos de placer y la insultaba:

  • Ohhhhhhh!!, que bien la mamas puta, donde has aprendido, que bien , sigue , sigue.- le decía

Ella seguía y seguía, el tipo se ayudaba cogiéndola por la cabeza y literalmente follandole la boca con su polla, ella se atragantaba poco a poco y e costaba respirar, la saliva se le escapaba por las comisuras de los labios, mas que saliba aunténticas babas y mocos por la nariz, el tipo a lo suyo, la sacaba de vez en cuando veía que ella no podía mas y se la encontraba llena de saliba por doquier, ella aprovechaba esasa pausas para respirar, toser y escupir pero cuando menos se lo esperaba él atacaba de nuevo y se la volvía a meter.

Mientras el moro, estaba observando con placer lo que le hacía su amigo a la mujer y grababa con una cámara digital la escena, esas habían sido las órdenes de quien los había contratado, les había dicho que era un marido que quería cumplir la fantasía de ver a su esposa vioalada, el tipo era quien conducía, y además de lo bien que se lo íban a pasar le iba a pagar a cad uno 500 euros.

Laura estaba bastante agobiada con la vejación a la que estaba siendo sometida, le dolía la mandíbula y la garganta y además tenía la sensación de estar siendo ahogada, era muy desagradable. El violador parece que se cansó de ella y sacó el pene de su boca, oyó como este lanzaba un grito de placer síntoma inequívoco de que se había corrido pero para sorpresa de ella no fué en ninguna parte de su cuerpo, ella tomó de nuevo aire y escupió bastante baba, apunto estuvo de vomitar.

  • Bien ahora vamos a ponerte una mordaza para que estes calladita y descansa que sólo hemos empezado.- le dijo el tipo

Notó como le ponían una esponja en la boca para que no hablara y se la ataron con cinta adhesiva, la esponja estaba húmeda y ella pudo notar el sabor del semen en ella, llegó a la conclusión de saber donde había eyaculado el violador.

El viaje duró un rato mas y sus secruestradores apenas hablaban, de vez en cuando escuchaba la risa sádica del moro y los cachetes que este le daba mientras le decía al oído lo bien que lo iba a pasar. La furgo paró por fin, la levantaron y sacaron de ella y la llevaron dentro de una casa o algo, luego la dejaron tumbada en un colchón en el suelo y escuchó como entraba el tercer secuestrador.

Le quitaron la mordaza y ella volvió a tomar aire fresco , luego coratron sus ataduras con un cuchillo y le quitaron la venda, ella tardó un poco a acostumbrarse a la luz y miró confundida a su alrededor. Estaba en un colchón, parecía una cochera , había cajas y herramientas por alguna parte, las paredes eran grises y olía a gasolina, la cochera estaba iluminada por una luz en el techo, no muy fuerte, a su alrededor habían tres tipos, todos tenían pasamontañas, uno era bajo y fuerte, otro delgado que llevaba un cuchillo de montería y el último que empuñaba una videocámara digital. Ella estaba muy asustada ante lo que tenía en frente, el delgado se acercó a ella y la cogió por la barbilla, esuchó su risa de hiena y supo que ese era el moro, este acercó el cuchillo a su pecho y de un rápido tajo cortó la parte de arriba del vestido y el sostén, ella se asustó mucho y chilló pero eso le valió un bofetón de su secuestrador.

  • Como vuelvas a gritar así te machaco a palos hija puta.- le dijo amenazándola

Ella se sobrecogió y los miró a todos , suplicó por que la dejaran en paz pero ellos se rieron, finalmente el moro harto de tanta verborrea inútil se bajó los pantalones y dejó al descubierto una gran herramienta, era larga, la mas larga que ella hubiera visto en su vida pero no muy gruesa y sin mas dilación la dirigió a la boca de Laura, su instinto hizo que apartara la cara para que esta no entrara y la polla del moro no llegó hasta su objetivo, eso le costó otro guantazo en la cara y sólo la mirada de este hizo que ella no se opusiera a que él consiguiera metersela en la boca, le entraba poco a poco y tuvo que ayudarse con las manos, sabía que debía colaborar o lo pasaría peor. El moro se sintió complacido y rió de nuevo, mientrás el segundo secuestrador se acercó a ella y le empezó a quitar el resto del vestido, pero como un bestia arrancándoselo y terminando de romperlo, luego apartó las bragas dando un tirón pero no las rompió, pero se quedaron de tal manera que no entorpecían su entrada en sus sagrados agujeros. El tercero no decía nada y sólo grababa.

Ella siguió con su felación al moro mientrás que el sudamericano la follaba por detrás, se había puesto condón al menos, le pegaba unas embestidas tremendas sin importarle si le hacía daño o no le pegaba cachetadas en el culo y en la espalda, la cogía del pelo y la insultaba cruelmente, esto hacía que ella no pudiera hacer la mamada con normalidad y eso enfadaba al moro que sugetaba su cabeza y la atraía hacia sí, de modo que la única en sufrir era ella que notaba fuertes tirones de pelo y era movida como un juguete de trapo por sus violadores. La cosa seguía del mismo modo, el moro a veces le propinaba pequeñas guantadas para espabilarla y el sudamericano empezaba a correrse, se quitó el condón y escupió su semen en la espalda de ella, inundando su cabellera de leche blanca y espesa, el moro parecía no correrse, lo únio que hacía era reirse y darle cachetadas en la cara de manera compulsiva, ella empezaba a hartarse, le dolían los mofletes, los tenía ardientes y muy rojos, el moro le escupió en el pelo, ella se sorprendió ante esto, esta manera de humillarla la estaba matando, lágrimas y mas lágrimas afloraron por sus enrojecidas mejillas. El sudamericano atacó de nuevo pero en su culo, empezaba a meterla lentamente, mientras que con sus manos empezaba a magrearle las tetas.

  • Que tetas que tienes putita, joder como debe de ponerse el boludode tu marido todas las noches.- le dijo el sudamericano.

Ella no podíoa hacer nada, el maldito moro no se venía y seguía con su humillante trato, le había vuelto a escupir en el pelo y también en la cara, luego había restregado por toda esta, y lo que mas sacaba de quicio a ella era su patética y maldita risa. el tercer hombre seguía grabando la escena, se notaba una fuerte erección en su paquete pero de momento no hizo nada. El sudamericano seguía jodiendola por el culo con violencia, el dolor era inmenso y el escozor tambíen , tenía heridas en sus pechos debido a las uñas de sus manos que le pegaban tirones y pellizcos violentos, clavaba sus pordieseros dientes en su cuello, espalda y hombros dejando huella irrefutable de su trato, de nuevo se corrió y el caliente líquido seminal se mezcló con la sangre de su culo dejando una sensación de escozor terrible, el tipo la soltó y se levantó, la cogió de la nuca y ayudó a su compinche, haciendo que la cabeza de ella fuera hacia delante y hacia atrás, finalmente el moro se vino y escupió su asqueroso semen en la boca de ella, esta dió unas arcadas y el moro sacó su largo pollón y lanzó andanadas de semen en la cara y tetas de ella, soltando un desgarrador grito, el sudamericano se alejó para no ser manchado también él.

Ella tuvo un momento de tregua, el moro la miraba con el pene semierecto, se llevó la mano a la polla y empezó a estimularse, ella intentó limpiarse con las manos todo la porquería que tenía en la cara con los restos de su vestido pero el moro lo impidió, le sugetó el cuello con su mano izquiera y la miró, ella estaba de rodillas, él hizo un gesto con su garganta como si estuviera tragando saliva y le echó un salivazo que cayó en el ojo derecho de ella, luego se acachó hasta la altura de la cabeza de ella y volvió a escupirle, le escupió hasta que no le quedó saliva, ella trataba de protegerse con las manos y moviendo la cabeza pero este le daba guantadas para que ella no lo hiciera. Finalmente tuvo su pene de nuevo erecto, se puso un preservativo lentamente, ella estaba humillada y agotada, miraba al suelo, chorreaba semen, saliva y lágrimas por su cara que llenaban el colchón pero no hizo nada, el moro la cogió y tumbó de espaldas, la sometió con una mano al cuello y empezó a follarla por el coño con furia y rapidez, delicadeza , ninguna, se reía y reía, mientras que la follaba. El sudamericano miraba sentado en el suelo a cierta distancia y el otro seguía grabando. El moro dejó el cuello y empezó a meterle los dedos por la boca a ella, con violencia, produciendole heridas a ella, luego se dirigió a los pechos, los amasaba con brusquedad, tiraba de los pezones hasta arriba, hasta mas no poder, ella gritaba ante este trato pero el moro reía y reía, la golpeaba en el esternon, en la cara, en las tetas y en el estómago, no tardó en correrse y se quedó encima de ella.

Laura estaba llorando desconsoladamente, en su vida había sufrido tanta humillación y dolor por parte de nadie, jamas sería la misma.

El moro se levantó , la miró durante unos instantes y volvió a escupirle en la cara, se rió de nuevo con esa desagradable musicalidad hiénica luego se levantó se quito el preservativo, agarró la mandíbula de Laura con la mano y abrió la bocade esta, depositó el semen del preservativo en su boca y luego dejó que las últimas gotas se derramaran sobre su cuello y pecho y por supuesto volvió a reirse.

Ella ya no estaba allí, su mente vagabundeaba en otra parte, en pensamientos mas bonitos que en la tortura emocional a la que estaba siendo sometida.

El moro la dejó allí tumbada y se acercó a hablar con el sudamericano y el hombre de la cámara , luego ambos se dirigieron hacia ella y volvieron a bajarse los pantalones, los tipos miraron al hombrede la cámara y este les hizo un gesto entonces ambos empezaron a mearse encima de ella, ella salió un poco de su ensimismamiento al notar el calor del orín que ellos depositaban sobre todo su cuerpo, el moro volvía a reirse histericamente, finalmente acabaron su faena y se arrastraron la colchoneta con ella encima hacia una de las paredes de la cochera.

Laura estaba sucia y olía fétidamente debido al sudor, la sangre y otros fluidos corporales de diversa índole, la dejaron allí, entonces el sudamericano se acercó a una manguera que había en el suelo y la accionó el agua salió con un chorro pequeño entonces el sudamericano dijo:

-Esta cerdita está hecha un asco, es una guarra, mira que sucia está, debe de darse un baño.-

El moro volvió a reirse y el sudamericano empezó a lanzar el agua de la manguera contra el cuerpo de Laura, le dió mucha presión y estaba muy fría, ella intentaba apartarse y cubrirse pero la fuerza de la manguera era muy fuerte y ella poco podía hacer, escuchaba las risas atenuadas de los dos violadores mientras era rociada con el agua, una parte de ella se alegraba de que la estuvieran limpiando de toda la mierda que le habían hechado encima, tras 2 minutos de ducha cortaron la manguera. Ella estaba muerta de frío, temblaba debido a este y los dientes le casteñeaban, miró a sus captores, puro odio había en sus ojos, se acercó el tercer tipo que sólo había estado grabando y le dió una toalla limpia y seca, no dijo nada, ella se preguntaba que ganaba este tío aparte claro que el vídeo que había filmado de ella, se secó como pudo aunque aún estaba muy mal, luego el sudamericano la levantó y le puso de nuevo una venda en los ojos, no se molestraon en inmovilizarla ni ella intentó nada, la metieron en la furgoneta y arrancaron , luego le pusieron un vestido y una manta por encima, ella se había quedado insconciente, no supo el tiempo que había estado en la furgoneta cuando la despertaron:

  • Bueno furcia , ya hemos acabao espero que lo hayas pasado bien, estamos cerca de tu casa no te quites la venda hasta contar 20, adios.-

Ella apenas se podía mantener en pié, oyó irse la furgoneta y se quitó la venda de los ojos, no sabía ni como estaba sólo que quería irse a casa y descansar ya habría mas tiempo para el dolor y para derramar lágrimas.

Mientras Enrique conducía una furgoneta blanca, llegó cerca de su casa y les dijo a sus ocupantes de atrás:

  • Lo habeis hecho muy bien chicos, tomad vuestra recompensa - sonrió y le dió un sobre a cada uno.