Lágrimas de Sangre

La historia de Johán, un chico que con 17 años decidió escapar de su casa, y lo que vivirá con César... y Daniel.

Antes que Nada agradezco a todos aquellos que han leído mis relatos, hicieron que nada menos que hace unos 2 días llegara a las 50.000 Visitas con tan solo 6 relatos publicados. Gracias. Y Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2012.

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-Vámonos ya a tu casa.

-En serio no puedo creer que hayas hecho eso.

-¿Por qué? Ya no lo quería a él.

-Sí, pero…, yo poniéndome en su lugar me parece que es bastante duro.

Dijo Daniel mientras me abría la puerta de su auto y cerrándola tras mi paso, para después ir por su lado para montarse él, a través del parabrisas lo miraba de arriba abajo alumbrado por las luces del carro, estaba seguro que lo que había hecho estaba bien, ahora tendría solo que preocuparme por ese bombónsote.

-Y Bueno  ¿No me querías para ti solo?- le dije en cuanto se subió al carro.

-Sí… pero…

-Nada de peros ya me tienes para ti solo de ahora en adelante voy a poder hacer todo lo que te plazca sin preocuparme por nadie más que por ti. Seré tu perra las  24 horas del día si así lo quieres.

-Claro que lo quiero, pero me da cosa con el tipo.

-Bah. No le pares bola, por ahí hay putos desesperados seguro que encuentra otro rápido.

-Jaja

-Y ya olvidemos el tema.

-Ok.

Diciendo esto Daniel encendió el auto, un CrossFox de no sé qué año. Daniel era de estos “hijitos de papá adinerado”  al que le daban todo sin siquiera haberlo pedido. A los 19 en el 2007 se había venido a Caracas a estudiar en una Universidad pública de renombre en el país, y según decían hasta mejor que muchas universidades pagas, no sé por qué motivo fue que no pudo alquilar sino en otra ciudad cercana a Caracas, “Guarenas”. Allí había vivido durante los últimos 4 años, más o menos desde que nos conocimos, poco después de que yo decidiera irme de mi casa.

Fue a los pocos días de mi graduación de bachiller en el 2007 a los 17 años que decidí decirle a mi mamá acerca de mi homosexualidad, en resumen, ella no se lo tomó muy bien, de hecho, hasta le dijo a mi papá para no seguirme dando dinero por “marico de mierda” y quitándome todo lo que según ella “le pertenecía” como mi celular, mi pc y otras cosas, poniéndome a vivir prácticamente como un visitante en mi casa, peor que eso quizás; como un “esclavo”.

En ese entonces había conocido a César unos años antes por un chat, en uno de mis momentos buscando “que salía” lo conocí a él que estaba buscando “amistad” y verdaderamente era eso lo que buscaba, al principio. Después de un tiempo nuestras conversaciones habían agarrado un tono tanto más erótico y en doble sentido. Siempre y cuando los dos quisiéramos sino cambiábamos el tema y listo. Más de una vez me había dicho que si viviera con él hiciera aquello y lo otro, que pasaría todo el tiempo abrazado a mí, que no me dejaría ir, que me llevaría al cielo ida y vuelta (6) jaja, y otro montón de cosas que ilusionarían a cualquiera.

Así que no dude ni un segundo -unos días después de que mi mamá me empezó a tratar de “Esclavo”- en llamarlo y pedirle ayuda, ¿Por qué me iba a aceptar? Era obvio que todo era puros cuentos que seguro le echaba a más de mil personas en internet para hacerlos creer que él era lo mejor.

Marque su número -que había guardado en mi cartera mucho antes- en una llamada por cobrar desde un teléfono público –no tenía ni para una simple tarjeta telefónica- de seguro si hubiera sido más ahorrador hubiera tenido al menos para sobrevivir uno o dos días pero ni eso.

-Aló… Buenas tardes. ¿Con quién hablo?- Respondió César.

-Hola Ce-ce-ce-sar- dije tratando de retener las lágrimas en mis ojos.

-Si con él habla.

-Es Johán.

-Johán?... espera jgose@hotmail.com ?

-Si si ese…

-Oh que bien que al fin decidiste llamarme. Y colle sí que tenía tiempo sin saber de ti. ¿Cuánto va 1 o dos meses que no te conectas?

-Sí.

-Espera no se te escucha nada bien. ¿Pasó algo?

-Si – pude decir apenas.

-¿Qué paso?

-Puedes por favor buscarme un momento, estoy aquí frente al Pque Del Este. ¿Trabajas por aqui no?(Si, llegue ahí con un ticket del metro que siempre guardaba en la cartera)

-Mmmmm…

-Mierda… la cagué como le voy a decir así que venga por mi ahora no lo va a hacer, que voy a hacer ahora coño.- me dije.

-Está bien, ahora no trabajo por allí pero igual puedo pasar buscandote, salgo en 30 minutos, espérame allí y me cuentas luego que paso.

Fueron más de 30 desesperantes minutos los que estuve allí y nada. ¿Pero, porque me iba a llevar a su casa? Debo  estar fumado… Me dije al tiempo que trataba de mantener la esperanza…

Llego el momento que me canse de esperar y decidí irme… ¿Pero a dónde? ¿A “Mi casa”? ¿De nuevo? Había colocado en una carta -que de seguro nadie leería-  que si tanta molestia les causaba me aseguraría de no volverme a cruzar con ellos nunca.

Ya no tenía más opción, sabía que así iba a acabar todo tarde o temprano… Baje las escaleras del metro me pase por debajo de los torniquetes y ya para cuando iba a las escaleras para bajar a donde pasa el tren, noto un tipo con una gorra de estas como de golf que se me queda mirando dudoso, se fue acercando a mi hasta que me pregunto:

-¿Tu eres Johán?

Y no pude siquiera contestar, allí mismo lo abrace llorando sin exclamar ninguna palabra. Y él sin saber siquiera que pasaba me correspondió.

Después de allí nos fuimos a su  casa en el metro, no pude tampoco decirle nada, solo lloraba sin parar, trataba de no hacerlo pero simplemente no podía. La gente en todas partes me miraban extrañados.

César insistió todo lo que pudo para hacerme hablar pero al final me enseño una habitación frente a la suya en la que podía dormir y dijo que si tenía hambre el prepararía pan en un rato que saliera a comer si quería.

Entre en la habitación y me tire en la cama hasta que quede dormido…

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-Mierda, Mierda, mierda Johan!!!! Despierta coñooo, despierta!!! Por favor!!!!- Gritaba desesperado, pero de nada servía, Johán no despertaba.

-Ya, un chico que supongo escapo de casa,  es decir, desaparecido, aparece en la mía, y muerto. Sí, mi vida sería más feliz desde entonces de seguro…

-DESPIERTAAAAAAA!!!!!!!!!!- dije mientras le daba cachetadas.

Poco a poco sus ojos se fueron abriendo, unos ojos castaños que no reflejaban más que dolor y tristeza en ellos.

-¡Anda despiértate!! Tienes que comer, no sabes que susto me has dado.

-Lo siento- Apenas pudo decir.

Fui corriendo a la cocina y cogí un vaso con agua y se lo lleve.

-Bebe.

-Gracias.- Dijo con una voz que parecía luchaba por salir, debía haberse deshidratado el muchacho o algo así.

-Te he preparado el desayuno.

-Gracias.- Su voz había mejorado después de beber agua, pero en su cara tenía una digna de un vampiro, debía estar muerto de hambre.

-Anda- Le dije mientras los tiraba de un brazo y lo dirigía hacia la sala donde se encontraba el comedor.

-Gracias.

-De nada…. Y ya me tengo que ir, te dejo aquí, espero y cuando regrese sigas estando, no vayas a hacer ninguna locura, todavía tienes mucho que contarme. – Quería quedarme allí a escuchar que tenía que contarme Johán, pero debía ir a trabajar, no me podía dar el lujo de faltar apenas comenzando.

-Ok-

-Y sé que la casa quizás no este como tacita de plata pero puedes coger cualquier cosa por ahí para entretenerte-

Maldición, este carajito, que coño le habrá pasado. Dije tras cerrar la puerta y ponerme en marcha hacia el trabajo. Claro que en todo el día no me pude sacar de la cabeza que en mi casa tenía a un chico de 17 años que quien sabe que le habría pasado, podía habérselo inventado y estarme robando todo lo poco que tenía en ese momento o quien sabe que cosas estaría haciendo en mi casa ¿¡Cómo se me había ocurrido dejarlo allí!?

Entonces recordé su rostro, su modo de ser cuando chateaba conmigo, él no sería capaz de hacer nada así pero, ¿Qué planeaba? ¿Quedarse a vivir conmigo acaso?

Con 13 años de más y como están las cosas podría hasta ser su padre. Vivir conmigo ¿Era eso lo que él pensaba? ¿Era lo que yo quería?  Era cierto que la soledad no me gustaba para nada, de pequeño me había criado con mi abuela que había muerto hace unos 9 años atrás. Bastante grande estaba ya quizás, debía de superarlo fácilmente, pero no, perder al único ser que de verdad te importa y al que sabes que le importas verdaderamente no es nada fácil.

Y fue bastante tarde a decir verdad, pero fue entonces que abrí los ojos, busque trabajo y al mismo tiempo comencé a estudiar Informática,  en tres años ya había sacado mi TSU y busque un trabajo mejor ¿Qué no había conseguido? Si y bastantes pero en todos al cabo de un tiempo me despedían o en los que me contrataban lo hacían de forma temporal. De todas maneras no me daría por vencido tenía que echarle pichón y así lo haría, así lo hubiera querido mi abuela, gracias a ella y sus amistades,  aún en su ausencia, conseguí un nuevo empleo, en el que si era bueno mi desempeño, quedaría fijo.

¿Por qué no?...Vamos apenas llegue hablare con él para ver qué es lo que quiere.

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Después de comer recogí todos los  platos, fregué, acomode un poco el desastre que había en la casa de César, que por lo visto no le importaba mucho la limpieza. Si iba a vivir allí tendría que pagarle de alguna forma y así fue la mejor que se me ocurrió.

Podía haber buscado dinero y cualquier cosa de valor por ahí aunque ¿Para qué? Igual iba a terminar en la calle.

Fue como a eso de las 6:30pm que César regreso del trabajo, se sorprendió un poco al ver todo ordenado por lo que pude ver en su cara y lo que hizo que en la mía se dibujara una sonrisa.

-Sabes te ves lindo cuando sonríes. Te había visto por fotos pero nada como hacerlo en persona.

-Gracias- Dije tímidamente.

Después decidí contarle todo lo que había pasado sentándonos a hablar por un largo rato contándole lo que me había pasado, la historia no era muy larga que digamos pero sí que lo parecía. Además de eso le dije todo lo que haría por él mientras me aceptara a vivir allí; Limpiaría, cocinaría, lavaría su ropa, plancharle, todo eso con el único precio de permitirme vivir con él.

César me acepto a vivir en su casa. Claro que le iba a hacer todo lo que le había ofrecido a forma de pago, sino tendría que irme me aclaro.

Pasaron unos cuantos meses -más o menos en las navidades del 2007- hasta que César y yo tuvimos nuestra primera vez juntos, siendo otro hasta me hubiera violado la misma noche que llegue a esa casa, pero él no había sido así, se comportó muy bien conmigo, fui yo quien quiso que hubiera sexo. Al parecer en persona era bastante tímido y no como por chat que muchas veces presumía de “sus dotes”.

Fue entonces que descubrí lo que era sentirse amado, fundirse dos cuerpos en uno, percibir el amor mutuo en una habitación.

César Martínez, con su pelo negro con una que otra cana que se asomaba por ahí, sus ojos negros como carbón, su piel morena, su nariz chata y sus labios, su sonrisa, su pancita, sus pectorales que demostraban habían sido bastante trabajados pero que de pronto no hubo más tiempo para ellos, su amabilidad, su hospitalidad y todo lo que había recibido de él para entonces,  me enamoro.

Sus 20 cm estuvieron dentro de mí por más de 10 minutos  en una cabalgata que desearía hubiera sido interminable. Al principio molestaba, pero luego de un rato solo me daba más y más placer. Quería sentirlo todo adentro por lo que afincaba todo lo que podía. Él se reía quizás de lo puta que me había convertido en ese momento. No paso mucho más hasta que me aviso que se iba a venir, -hazlo dentro de mí- le dije, -quiero ser tuyo, te pertenezco- y diciendo esto sentí como varios chorros de caliente leche inundaban mi esfínter.

Después de esa noche follamos todos los días por más de una semana. Ya éramos más que “compañeros de piso” o yo era más que un “esclavo” -en el buen sentido, claro-, aunque de todas formas seguía haciendo todo lo que le había ofrecido en un principio.

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Un día le dije a Johan que debería continuar sus estudios, después de todo, yo me arrepentía de haberme dado cuenta tarde que debía haberlo hecho. Porque cuanto esfuerzo no tuve que poner para salir adelante, por lo menos él tenía mi ayuda, el simple hecho de ayudarlo me hacía sentirme feliz, sentía que por él estaba en este mundo.

Era más o menos Julio del 2008 cuando decidí acompañar a Johan a la UCV a ver cómo funcionaba la cosa para ingresar. De que podía ayudarlo a palanquearse con dinero, podía, pero el problema era con quien.

Perdidos en el campus (es bastante grande eh! -Y en mi vida solo había ido a un Caracas-Magallanes (Beisbol) con unos amigos en el Estadio-) decidí parar a un chico para preguntarle. Ofreciéndole algo de dinero si nos llevaba a la facultad de medicina.

Estuvimos hablando un rato con él. Nos contó  que de hecho él estudiaba esa carrera. Iba apenas por el segundo semestre, y que si no hubiera sido por su papá que movió algunos contactos no hubiera entrado, de hecho ni el mismo supo cómo lo hizo. Su papá hizo todo. Nos dijo que a pesar de tener dinero no le gustaría depender toda su vida de su padre y que le gustaría triunfar como él o superarlo. -Buenas metas las del carajo- me decía, hubiera sido yo a su edad y teniendo esa oportunidad todavía fuera un mantenido.

Llegamos y nos dijeron que volviéramos en septiembre para inscribirse en una lista para solicitar un cupo para el año siguiente y que si tenía un buen promedio, por lo que me había dicho Johán, no era así.

A pesar de todo se anotó con la esperanza de conseguir el cupo. Al momento de pagarle al chico que nos sirvió de guía turístico, nos dijo que no importaba.

-Si quieres me das tu número y cualquier cosa yo te aviso, Claro si tu papá lo permite- dijo mirándome.

-Jaja, no no él no es mi papá- dijo Johán.

-Ahmmm disculpas- dijo mirándome algo extrañado. Pero no solo de forma extraña, sino que también con un gesto de malicia o complicidad conmigo.

-Disculpa nunca nos dijiste tu nombre- Dijo Johán.

-Daniel- dijo ofreciéndole la mano.

Intercambiaron los números de teléfono y luego nos despedimos del chico.

Bueno quien no pensaría que soy su padre, mido unos  10 cm más  que él y con una barba de 4 días casi que permanente y el siendo un chaparro de 1.75 y lampiño. Aunque en rasgos para nada, yo moreno y el blanco como un pan, de verdad que ese carajo estaba bien loco si de verdad se preguntaban si yo era su padre.

Johan consiguió cupo en otra universidad también publica, después de todo no quería depender de mí también para eso. Y no quería tener otro año Sabatino.

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En Octubre del 2008 comencé a estudiar en una Universidad pública que no era lo mejor de lo mejor, pero me conformaría con hacer mi carrera allí. Conseguí empleo a medio tiempo, por lo que comencé a ayudar a César con el pago de los servicios.  De hecho estaba en la zapatería en la que trabajaba por las mañanas cuando recibo un mensaje de:

Daniel: -Buenos días es Daniel el tipo de la UCV el que los guio quería saber Qué ha pasado contigo chico? Comenzaste a estudiar?  Yo aquí no he podido saber nada de verdad discúlpame.

Johan: -No te preocupes. Gracias. Ya he comenzado a estudiar y trabajar. J

Daniel: -Oh, qué fuerte eh jaja bueno suerte chico.

Daniel como olvidarlo se veía que no hacía mucho ejercicio pero igual estaba podrido de bueno jaja, ese “hijito de papá”, con cara de niño y “chulito”, unos ojazos verdes, el corte con la colita atrás, el pelo castaño, de verdad que estaba bueno el chamo, pero claro, solo tenía ojos para Cesár o eso traté.

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Supe desde que vi a esos dos que no eran padre e hijo, y se traían algo más que una amistad entre manos. Pero no solo eso también supe que me había enamorado del menor de ellos ¡Y de solo verlo una vez! ¿Amor a primera vista quizás? No lo sabía. Me molestaba, me regañaba por querer destruir una pareja, pero no podía evitarlo, ¿Cómo le hizo para cautivarme así? Me tenía loco.

Lo intente buscar por Facebook, pero que eran pocas las personas que tenían un perfil allí para aquel entonces, además entre todos los Johan que podía haber en Caracas no iba a ser nada fácil encontrarlo.

Así que me decidí a ir de a poco.  Traté de conseguir que entrara en la misma universidad, hable con “mis contactos”, hasta a mi padre le dije que un amigo de la infancia, sin embargo no pude hacer nada y tuve que resignarme a enviarle un mensaje diciendo que no había podido ayudarlo.

Cuando me dijo que había comenzado a estudiar en otra parte sentí desilusionado, pero no me di por vencido allí.

Le pregunte donde estaba estudiando y apenas me dijo comencé mi búsqueda al puro estilo Sherlock Holmes para saber sus horarios de clases. ¡Y los encontré¡ por casualidad de la vida o quizás el destino. Verónica una vecina de donde ya tenía instalado los suficientes meses para establecer algunas relaciones sociales, estudiaba con él, claro, ella ni se imaginaba mis intenciones con él chico.

Entonces un día planee un encuentro “Casual”. Pasé con mi auto rondando por las calles cercanas a la universidad, dando más vueltas que un trompo esperando la hora de la salida, y cuando por fin lo fue, me estacione a un lado y fui hasta un kiosco donde compre un hall´s para disimular. Pero fue algo demasiado rápido, aún no pasaba nadie, pero tarde o temprano él tenía que pasar, por lo que sabía allí debía tomar la camioneta para ir a la estación de Chacao y poder ir a su casa, eso sí vivía en un lugar que necesitara tomar el metro para llegar, -Coño! tiene que ser así, si va a pasar si va a pasar me decía-. Ya el sr del kiosco me veía raro, tuve que comprarle una revista de Tuning para hacer como que la leía.

Y de pronto sin esperármelo con un dedo me tiraron hacía debajo de la revista y ese rostro hermoso apareció frente a mis ojos preguntado dudoso...

-¿Daniel?

-Espera ¿Johan?- Dije tratando de parecer sorprendido.

-Jaja si, ¿Qué haces por aquí?

-Buenoooo, pasaba a hacer unas compras al Cada del CCCT.

-Ahmm ya…

-¿Y tú?

-Ehmm bueno, ya sabes estudiando, tenía clases hasta ahorita.

-Ah cierto que estas estudiando aquí en la UNEFA, ¿Que estudias?-Dije haciéndome el loco, ya sabía todo eso gracias a verónica.

-Enfermería.

-Ahmmm que bien…  ¿y a dónde vas?

-Aquí iba a agarrar la camioneta para ir a casa.

-Ahmmm ¿Te llevo?

-¿Puedes?

-Claro.

-Bueno.

Entonces nos montamos en el auto y le recordé que había ido era a comprar la comida al Cada.

-¿Tienes algún problema en acompañarme un momento?

-No no importa, me vas a dar la cola y voy a exigir…

-No te preocupes, si te va a regañar tu mamá te llevo de una vez.

-No no lo hará.- Dijo respondiéndome con algo  de tristeza. Decidí no preguntar más. Ya después habría tiempo para saber todo eso.

Ni puta idea de que iba a comprar, siempre comía en la calle, pero tuve que disimular comprando unos tomates, unos pepinos, arroz, corn flakes, y otras cosas a lo que dije que sería suficiente para sobrevivir por un mes.

-¡Por un mes esas pocas cosas! Te iras a desaparecer… ¿En serio comes solo eso?

-Si es que me acabo de inscribir en un gimnasio y ya sabes el entrenador me manda dieta. El resto son solo merengadas.

-Aahmm así sí.

Después de guardar las cosas en el carro le dije que como le había hecho  perder tiempo lo invitaba a comer al McDonalds. Pregunto que si no afectaba mi dieta, pero pude escapar diciendo que apenas comenzaba así que sería como una despedida de la comida chatarra. Él solo se reía.

Y así comenzó todo, al principio llegue a simular otros encuentros “casuales”, después del tercero iba a parecer demasiado sospechoso así que espere un tiempo y comencé a invitarlo a salir a distintos lugares, solo para pasar el rato, después de todo yo no conocía mucha gente y no tenía nada que hacer solo en casa, aparte de que él me había parecido bastante chévere desde que lo vi la primera vez, eso era lo que decía yo.

Había comenzado a ir al gimnasio, de hecho fue poco después de que le inventara esa historia, hacia deportes pero de todas maneras tenía unos cuantos kilitos de más y no estaba completamente en forma. Con unos varios meses de entrenamiento duro 4 veces a la semana ya había hecho que hasta más de una vez Johan mirara disimuladamente mis brazos y pecho, de hecho todo el cuerpo. Ya lo estaba logrando, se fijaba en  mí, quizás lo hacía desde el principio, pero ahora no lo disimulaba como antes.

De a poco fueron pasando cosas que llevaron a otras y esas a otras, y esas otras a muchas otras, termine volviéndome algo así como su amante y más de una vez llegamos a tirar (follar) en el carro en vías bastantes transitadas y antes de pasar a dejarlo en casa, había puesto un papel ahumado bastante oscuro para estas situaciones. Había también otras veces que le inventaba cualquier cosa a su “marido” y pasábamos la noche en hoteles, tirando como locos o como si solo dependiéramos de ello. Y es que no nos cansábamos de hacerlo, él siempre buscaba de excitarme hasta muchas veces mientras iba conduciendo y una vez hasta un arbusto me lleve por medio, no pasó nada pero de ahí se controlaba más a la hora de juguetear con mi “amigo” mientras yo conducía.

Fueron más o menos tres años después –en el 2011- que Johan decidió decirle a César lo que pasaba y que ya no lo quería a él.

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-Y es que yo lo sabía… desde el primer momento que vi ese tipo me dio mala espina, claro que no pensé que podría afectarme tanto.

Su mirada en el momento que “creyó” que yo era el padre de Johan, no era la de alguien que lamenta o se avergüenza de haberse confundido… en su rostro se veía cierta malicia. Sin embargo por tratar de ayudar a Johan lo deje pasar. Quizás  nos pudiera ayudar y el rechazarlo no sería más que una manera estúpida de arruinar los deseos de Johán.

Johán me llego a contar cuando se encontraba “casualmente” con él. No podía impedirle nada después de todo él no me pertenecía, tenía 13 años menos que yo y si él se lo proponía un gran futuro por delante.

Muchos sueños y metas me había contado Johan que tenía en su vida, y que le encantaría alcanzarlos junto a mí, llego a decir, pero, ¿A dónde se fueron esas hermosas palabras? ¿Aquellas promesas? ¿Qué le hizo ese tal Daniel a mi chico?

Esas preguntas me hice mientras golpeaba con rabia el volante del auto que hace poco había comprado con él esfuerzo de ambos, haciendo sonar la maldita corneta más de  una vez y mientras que de mis ojos brotaba todo un rio de lágrimas, lagrimas que ya me esperaba, pero por más preparado que  trate de estar para la situación, no soy de hierro.  Y hablo de preparado por que en el momento que Johán me dejo de contar lo que hacía con su “amigo” ya era porque no era algo que yo debía saber.

Confirmo todas mis sospechas y en tan solo unos minutos destruyo todo lo que alguna vez habíamos planeado para “Nuestro futuro”. Ahora era el jodido futuro de ellos.

Llegue a buscar a Johan a eso de las 8, había tenido que hacer unas horas más y pfff. Según el me esperaría en el Centro comercial cercano a donde estudia, apenas salí me dirigí allí, recibí un mensaje de él donde decía que lo buscara  en una parte del estacionamiento cercana a una tienda de alquiler de vehículos. Me pregunte que podía estar haciendo allí y lo averigüe al verlo.

-Hola amor- Disculpa la tardanza.

-Hola- dijo él dejando de apoyarse del capo del vehículo y mientras deslizaba su pulgar por mi barbilla.  Dándome un frio beso que de imaginar que sería el último quien sabe si lo hubiera alargado un poco.

Mirando como estaba ya el estacionamiento con unos 7 u 8 autos alrededor -sin contar en el que había visto recostado a Johán- le pregunte ¿Qué haces aquí?

-Es que quería decirte una cosa.-

-¿Qué cosa?- dije algo entusiasmado, no sé qué coño pensé que sería.

-No viviré más contigo…

-¿Qué!?- dije como pude, algo sorprendido es cierto que ya lo imaginaba, pero tampoco esperaba que me lo dijera así.

-Viviré con Daniel- Dijo mientras volvía su cabeza para mirar dentro del auto, llamando con la mirada a ese hijo de puta. Quien encendió los faros del auto para luego salir de este.

-Hola!- Dijo con aires de chulo el grandísimo hijo de perra que a pesar de la hora aún llevaba lentes de sol ¿Qué se creía? Saludando como si nada. Simplemente lo ignore.

-¿Lo recuerdas?

-Sí. Ahora más que nunca. Ya veo por qué no me habías hablado más de él.

-Lo siento-

-¿Qué sientes?

-Quiero decir, Discúlpame. No es algo que yo haya planeado, simplemente se dio y ya.

-Claro… Nuestros 5 años juntos en los que te cuide como un hijo en un principio también solo se dieron y ya?

-No tiene nada que ver. De verdad te doy gracias por eso y quiero que sepas que siempre tendré en mente lo que hiciste por mí, pero de verdad, no puedo seguir viviendo contigo si al estar contigo solo pienso en Daniel, siento que te estoy engañando o que me aprovecho de ti.

-Ahmm eso si es engañarme ¿No lo fue encontrarte con él a escondidas y tener sexo hasta en el estacionamiento del edificio donde vivimos, mejor dicho MI CASA?

  • Como lo??... Sabes que eso no me importa un coño… si esto lo hago lo hago porque no quiero hacerte daño ni ilusiones de un Futuro junto a ti…

-¿No lo habías hecho ya?

-COÑO YA NO TE QUIERO Y PUNTO. Me voy a vivir con él porque es lo que quiero y ya, no me importa más lo que pienses. Después de todo eres un simple pobre diablo, sin mí no fueras nadie.

-MIRA LO QUE DICES, pensé que habías madurado pero sigues siendo el puto carajito de mierda que recogí en el parque.

-Y TU SIGUES SIENDO EL MALDITO APROVECHADO  QUE ERAS EN UN PRINCIPIO- diciendo esto se fue al auto dejando ahí nuestra “conversación”. Dejándome llorando como un pendejo mientras que  varias personas me miraban algunas con desprecio otras con lastima.  Ahí estuve parado un rato hasta después que se fueron y al fin entre en razón. Entonces fui hasta el auto donde pague mi rabia golpeando todo lo que se me cruzaba y llorando como pendejo.

Al parecer el solo se había aprovechado de mi buena fe y nunca signifique nada realmente para él.

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-¿Quieres ir a comer algo?

-mmm no sé.

-Anda conozco un buen sitio…

-Jajaja ¿Cuál de tantos?

-Bueno no tiene nada que ver con los otros a los que hemos ido, será algo más sencillo…

-Mira la hora que es… ¿A qué hora vamos a llegar?

-¿En realidad importa?

-jajaja, pero

-Anda nada de peros- Dijo Daniel mientras ponía su mano en mi muslo causándome un “Latigazo” que comenzó a despertarme el guevo ( –como le decimos a el pene vulgarmente en Venezuela-).

-Andaaaaa- Dijo con voz erótica mientras iba subiendo poco a poco su mano… -Después si quieres te doy de comer de otra cosa-

-Bueno está bien-

-¡Sí!... Tengo un buen tiempo sin comerme una hamburguesa explosiva-

-Jajajaja ¿Eso?

-Si jeje-

-Bueno vayamos…-

Nos pusimos en dirección a una “Calle del Hambre” del 23 de Enero (Una urbanización), el tipo del puesto de comida saludo con bastante confianza a Daniel, y hasta la pregunto por su padre, sí que era conocido él. Le pregunto que por qué había dejado de ir y Daniel le conto que ahora llevaba una vida sana a tono de broma, pero que de vez en cuando se permitía uno de esos “antojos”.

Estuvimos más de media hora esperando a por nuestras Hamburguesas “Explosivas” y es que sí que había bastante gente, muchísima más que en cualquier restaurant. Comimos acompañado de una cerveza y luego estuvimos charlando un rato después de comer, más que todo le hablaba de César, y es que lo admitía, estaba mal lo que hice, pero era la verdad, para que iba a estar con alguien a quien no amo ya, no soy de esas personas que se les hace fácil engañar, ni tampoco me gustaba hacerlo, no considere un engaño lo de Daniel ¿Por qué no lo había hecho? Ya había pasado bastante de mi primera vez con él y ahora era que se lo iba a decir ¿Por qué? Quizás simplemente Daniel tenía eso que te hipnotiza que te hace creer que todo lo que haces con él está bien, sea lo que sea. En fin no me hacía muchos rodeos, lo tenía en mente sí, pero ya el mal y la “Solución” estaban hechas.

A eso de las 11:30 terminando yéndonos ahora si de camino a casa de Daniel, mi nueva casa, nuestra casa, una nueva vida por iniciar al lado de quien había hecho de todo por tenerme a su lado. Antes de arrancar tome a Daniel de la mejilla y lo atraje hacia mi besándolo…

-Te  amo- le dije, él sonrió mirándome con los ojos algo llorosos.

-Todavía me cuesta creer lo que paso. Yo también te amo…- dijo mientras estuvimos un rato mirándonos fijamente el uno al otro.

-Anda vámonos rápido que ya me debes otra comida por ahí jaja…

-Jajaja

Nos fuimos del lugar y después de un rato ya cuando íbamos bastante lejos, ya en la autopista de camino a Guarenas, me desperté de pronto, sí, me quede dormido en parte del trayecto…

-Veo que tuviste un “sueño alegre”

-jajaja no, siquiera estaba soñando mientras dormía… creo que más bien este es el sueño…- dije.

-Un sueño erótico en el que te excita que yo vaya conduciendo?- dijo señalándome el entrepierna donde se desarrollaba una batalla de mi pene contra el pantalón, luchando por salir y ser libre.

-Tú me excitas haciendo cualquier cosa bobo.- le dije.

-jajaja

-Y veo que no soy yo solo el “Alegre”-

-Bueno pero es que verte con “eso” “así” me provoca-

-jajajaja

-¿Que dices?-Me dijo

-¿Qué digo de qué?

-¿Lo hacemos ahorita?

  • ¿En plena autopista?

-Nos paramos a un lado antes del túnel, de todos modos no pasa muchos carros ya.

-Solo carros? Nos pueden robar o algo así… Además después dices que soy yo el vicioso.

-Jajaja, anda será rápido, dejaré el carro encendido cualquier cosa… anda…- Dijo mientras que hacia la táctica de antes poniéndome la mano en el muslo y subiendo de a poco hasta llegar a mí pene y manosearlo por encima…

-Sabes que quieres… - Dijo parándose a un lado de la autopista, quedando poco antes de entrar al túnel.

-Bueno- Dije esto y apenas lo hice Daniel me bajo el cierre del pantalón sacando mi polla y comenzando a lamerla.

En nuestros encuentros sexuales yo siempre hago de pasivo, pero a Daniel le gusta mucho juguetear de todas las formas con mi polla y hasta que le acabe en la boca, nunca me había dicho que lo penetrara, yo tampoco se lo pedía, en realidad me gustaba mucho más tenerla adentro,  ya cojer lo había probado antes con César.

Comenzó a primero pajearme  y a chupármela y mientras la chupaba me magreaba un poco los testículos.

-fffff- Dije mientras pasaba mis manos entre su cabello castaño y lo empujaba a comérmela toda provocándole una arcada. –Disculpa, me deje llevar- el simplemente asintió con la cabeza sin sacarse mi miembro de la boca. Sí que era un vicioso para mamarla, creo que de vomitar tampoco le hubiera importado mucho.

En una de esas se arrimó y hecho es espaldar de su asiento y del mío hacia atrás dándonos más “libertad”. Puso el auto en pare y seguimos en lo nuestro.  Ahora era yo quien se había lanzado por su pene, lamiéndole toda la coronilla para luego metérmelo entero a la boca de un solo golpe, ya estaba acostumbrado a esa vara de carne un poco más delgada que la de César y a diferencia de la de él completamente depilada, de forma que la hacía ver mucho más grande de lo que era y no me quedaban pelos en la boca.

Con mis labios subía y bajaba aquella tranca, masturbándola con mi boca, como si le fuera a sacar mantequilla, haciendo que Daniel gimiera como loco, gemidos que quedaban atrapados en el auto y repercutían en mis oídos, excitándome, bueno excitado ya estaba, tenía el pene a reventar, pero escucharlo así me ponía loco, me quite la camisa de la Uni que aún traía puesta echándola a la parte trasera, después me tire en el asiento levantando las piernas, Daniel me quito los pantalones y los hecho por ahí para aprovechando mi posición comenzar a comerme el culo, dándome primero unos besos para luego comenzar a jugar con él, moviendo su lengua de arriba debajo de forma rápida, provocándome un placer indescriptible, me hacía pedirle que no parara, me encantaba esa sensación, mi agujero bañado en su saliva, provocándome un placentero frío.

A modo de juego Daniel arrimo la salida del aire acondicionado hacia mí –Aaaaaah mierdaaaa- dije.

-jajajaja…

-Que rico…

-¿Te encanta esto no? Perra, te voy reventar el culo que no vas a poder sentir esa brisita ni un coño.

-No por favor no lo hagas- le decía mientras apretaba mis manos como si fuera a romper los asientos.

Daniel siempre era cariñoso conmigo, pero en nuestras sesiones de sexo, ni la sombra, parecía un tipo totalmente distinto.

-Ffff que gata salvaje, hay que domesticarte.- Dijo zampándome una nalgada.

-Si amo, soy toda una salvaje…

-Tengo que enseñarte que tú vas a hacer lo que te mande, te guste o no tendrás que obedecerme-

-No lo haré-

-Entonces recibirás tu castigo, VOLTEATE!!!

Dijo haciéndome ponerme a cuatro patas, con las manos en el asiento trasero y las piernas en el mío, menos mal que el carro es bastante amplio por dentro y no me pegaba con el techo.

-Aja, así me gusta, sabes recibir órdenes, serás una buena perra. – Dijo dando otra nalgada haciéndome dar un leve grito de placer, el me golpeaba con bastante fuerza, así me gustaba, siempre acababa con las nalgas enrojecidas y ardiéndome por un rato, después siguió con su tarea de comerme el culo, esta vez introduciendo su lengua y jugueteando con ella una vez estuvo dentro de mí.

-Vamos creo que esto ya no hará falta, así que será a carne pelada- dijo enseñándome un condón que había sacado su cartera y luego lanzo por la ventana -la primera vez que lo haríamos así-. La primera de muchas en realidad.

-Mételo de una vez, quiero sentir la carne-

-Pues tendrás que esperarte más puta viciosa, mójamelo bastante primero.

Me voltee y le escupí toda la cabeza para luego metérmelo todo en la boca y empezar a bañarlo en saliva.

-Ffffff, las bolas también-

-Pero si

-De todas formas, y no me repliques- dijo tomándose el guevo y dándome una cachetada, me encanto el gesto.

-No lo volveré a hacer-

-¿Hacer qué?

-¿Amo?

-Bien nos estamos entendiendo. Ahora si tírate en el asiento-

Daniel se me puso encima apoyándose con un brazo de la puerta y con el otro iba dirigiéndose hacia mi culo para ir poco a poco enterrándome su  taladro con mecha de concreto jaja.

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Ya cuando lo tenía todo adentro empecé a bombear despacio, sacando hasta la mitad y volvía a metérselo lentamente, parecía como si fuera la primera vez que lo hacíamos, su culito estaba tan apretado como siempre a pesar de que ya debía conocer cada cm de mi polla.

Al cabo de un rato empecé a bombear más duro sin sacar más de la mitad, sabía que Johan no le gustaba una vez que estuviera adentro se la sacarán, se desesperaba y pedía a gritos que se la metiera… y por qué no joderlo provocándolo en ese momento?

Saque todo el pene dejando solo la cabeza y volviendo a empujar, él soltó un gemido de placer sin quejarse, y después lo saque por completo y moviéndolo hacia arriba y hacia abajo con la mano empecé a juguetear con su agujero…

-La quieres…

-Si métela por favor.

-¿Por qué?

-La quiero sentir toda adentro, toda por favor no lo saques, métemelo.

-¿Métemelo qué?

-Amo.

-¿Qué?

-Rómpame el culo, amo, soy su perra, haga conmigo lo que quiera.

-Eso me gusta escuchar perra.- Dije pasando mi brazo por su cuello como si lo fuera a ahorcar y empujando de golpe toda mi tranca hacia su esfínter…

-Aaaaaah- Grito como pudo.

Yo hice de nuevo lo mismo, la saque completa y de nuevo tirando de su cuello se la metí de golpe, me gustaba escucharlo gritar, me gustaba como “Sufría” me ponía a millón.

Le quite el brazo del cuello para dejarlo respirar mientras que bombeaba apoyado de sus hombros y chocando yo contra el techo del carro…

Cuando lo vi por primera vez me enamore perdidamente, pero después de la primera vez que tuvimos sexo supe que en esos momento se volvía toda una perra en celo que no le importaba ser dominado, claro que también me gustaba disfrutar de su polla y nunca dejaba de darle una buena mamada antes de comenzar él conmigo, pero su culo, definitivamente era algo increíble, me encantaba, después de tantas remontadas que le había hecho –y sin contar las de su ex- seguía tan estrecho como siempre…

No tarde mucho  en sentir ganas de correrme, le avise y me dijo quería que lo llenara por dentro, que no lo sacara, y así hice, solté unos cuantos buenos chorros de esperma en sus intestinos para luego caer cobre él y besarle el cuello diciéndole lo mucho que me gustaba.  Luego se giró y allí mismo en el asiento le hice una paja hasta hacerlo acabar sobre su pecho y luego lamer toda su leche, para después besarnos por un largo rato hasta que por fin regresamos a la realidad dándonos cuenta que estábamos a plena autopista ya a pasadas las 12 de la Noche.

-Mierda. Mira ya la hora que se nos hizo.-

-Bueno, mañana no hay trabajo podemos quedarnos a dormir toda la mañana.-

Johan sonrió mirándome a los ojos y dándonos otro pequeño beso. Me medio acomode el pantalón y luego me puse solo la franelilla para continuar con el camino a casa mientras Johán aún se vestía en el asiento trasero. Espere a que no viniera ningún carro, todos a esa hora parecía que se aprovechaban para creerse conductores de Fórmula 1. Saque la parte delantera hacia la vía y puse la luz de cruce, guiándome por el retrovisor derecho vi que no venía carro alguno y acelere, el carro dio unos cuantos empujones y se apagó, a pesar del tiempo no me había acostumbrado bien a manejar autos sincrónicos, además que siempre olvidaba llevarlo al taller o no tenía tiempo.

-Estamos en medio de la vía, apúrate a encenderlo.

-Si ya estoy en eso.

Intente una vez y el auto no encendió. Los autos pasaban a nuestro lado tocando corneta como locos y en uno paso un hombre que nos gritó quien sabe cuántas cosas. Intente de nuevo encenderlo pero nada que funcionaba.

-Maldición, viene esa Gandola y no creo que vaya a cambiarse de canal…- dijo johán algo desesperado mirando por el parabrisas trasero…-Ni siquiera debería venir por este canal. Es una maldita Gandola ¡Que hace por el canal rápido!

-Son las 12 de la Noche pueden creerse dueños de la autopista y nadie les dirá nada- dije

-Si no lo hacen en el día…

-COÑO PRENDEEE ESTA COSA DE UNA BUENAA VEEEZ…!!!! NO QUEDA NADA PARA QUE SE ESTRELLE CONTRA NOSOTROS!!!

Mire el retrovisor, y sí que era exagerado Johán pero igual…

-Coño, Coño, ya ya enciéndete maldito!!- Nunca me alegre tanto de escuchar los motores del auto encenderse…

Sin embargo era demasiado tarde, no me dio tiempo a acelerar y ya teníamos la Gandola encima. Arrastrando consigo todos nuestros sueños y esperanzas de estar juntos, llevándose nuestros deseos, arrasando con nuestro futuro… Todo en cuestión de segundos había llegado a su final,  lo último que pude ver fue la cara de terror de Johán y las luces aproximándose hacia él, la corneta sonando  como si fuera a reventarme los oídos, un grito desesperado y después de eso un fuerte ruido que fue lo último que escucho Daniel.

Todo un futuro, destruido por solo haber querido saciar su deseo sexual en el lugar menos indicado. En realidad no pudo ni encender el auto, no fue eso lo que escucho. Solo se lo había imaginado.

Daniel fue trasladado de emergencia a una Clínica donde quedo en estado de coma.

En cambio Johán ingreso al hospital sin algún signo de vida. Irónicamente la primera en llegar a buscarlo fue su madre quien en más de cinco años no había tenido noticia alguna de él, luego llego César, quien llorando despavoridamente abrazo a aquella mujer -que solo conocía de fotos que quedaban en la cartera de Johán-, esa mujer de la que cuyos ojos brotaban lágrimas de sangre.