Ladrones del sexo: Primera aventura (2)

Dani y Zack son dos jóvenes atractivos con enormes pollas que buscan follarse entre los dos a jóvenes dispuestas... continuación del primer capítulo, final.

PRIMERA PARTE aquí. http://todorelatos.com/relato/78646/

Z ack le cogió un pecho y se lo introdujo en la boca, girando la lengua entorno al pezón. Como Robin estaba en el medio de la cama y Zack a su lado izquierda, Dani ocupó el lado derecho. Hizo lo mismo que su compañero… a la vez que alargaba una mano por encima de Robin para llegar a la polla de Zack y comenzar a frotarla.

Robin, que estaba disfrutando como una perra, miró con el ceño fruncido a Dani, con el que más conexión de los dos tenía, y éste le contestó con una simple sonrisa burlona. Menuda sorpresa.

Robin se encogió de hombros y se acarició el vibrante coño. No le importaba; iba a disfrutar lo mismo.

Como Zack y Dani se guiaban en los siguientes pasos dependiendo de la actitud de la chica a la que se follaban, y viendo que era la primera vez que le daba completamente igual a una de ellas, hicieron lo que siempre habían deseado y dejaron volar todo su esplendor y sexo.

Dani masturbó con más rapidez a Zack, que continuaba con la teta de Robin dentro de la boca, al contrario que el otro, que había desistido en comérsela y se masturbaba con la otra mano. Estuvieron de esa manera durante un par de minutos, hasta que Dani se cansó y se bajó de la cama.

-Ven, Zack.

Zack se sacó el pecho de Robin de la boca y se levantó mientras se manoseaba su erecto y recto pene. Robin se quedó en la cama, quieta, observando, tocándose. Al llegar Zack a Dani, comenzaron a besarse con desesperación. Dani atrajo la cadera de su amigo hacia sí, para sentir su esencia y estar mucho más juntos.

Llegó el momento en el que Zack quiso más y se apartó de Dani, el cual miró a Robin y guiñó un ojo. Se dirigió a la cama y se tumbó boca abajo, no sin cierto dolor al notar su pene duro chocar contra el colchón. Robin, nada más ver lo que iban a hacer, volvió a abrirse de piernas y le puso su húmeda raja frente la boca de Dani, que comenzó a lamérsela casi al instante.

Al mismo tiempo, Zack se preparaba. Se había echado un líquido semigelatinoso para penetrar mejor, y mientras lo repartía por su pene, miraba el culo de Dani relamiéndose. Colocó sus manos en la pelvis de éste, provocando que él alzara esa parte de su cuerpo. Ahora tenía el culo duro, terso, redondo.

Directamente, y sin esperar nada más, introdujo su polla de un golpe. Dani cerró los ojos disfrutando, momentáneamente parando de lamerle la cueva a Robin. Se llevó unas de las manos a su polla y empezó a masturbarse.

Zack le daba caña. Agarraba sus glúteos con fuerza, uno con cada mano, empotrándolo contra su cadera. Disfrutaba cada vez más, por lo que iba a acelerando paulatinamente. Llegado al punto en el que creía correrse, paró y sacó el pene del culo de Dani, ahora con un agujero bastante más grande que antes.

Zack entonces se subió a la cama y abrió las piernas, mostrando su ahora más enorme polla en todo su esplendor. Robin se dirigió a ella mientras Dani se bajaba de la cama. Ella comenzó a chuparla y Zack gimió. Estaba llegando al fin.

Dani golpeó varias veces el flamante culo de Robin, dejando la marca de sus manos en él, pero a ella no le molestó y entendió perfectamente lo que quería. Dani introdujo su pene en el culo y lo sacaba y metía en círculos. Ella se retorcía de placer sin parar de comerle la polla a Zack.

Y él, en ese instante, lo supo.

-Que me voy, que me voy… -advirtió. Por respuesta tuvo una mirada lasciva de Robin y un aumento de velocidad en sus manos-. ¿Seguro? –le preguntó. Ella asintió, sonriente como podía con aquel trozo enorme en la boca.

Zack cerró los ojos y esperó el momento… que llegó a los pocos segundos. Pegó un fuerte grito de placer. Llevó su mano derecha a su pezón, y con la izquierda cogió la cabeza de Robin para que continuase mucho más rápido que antes. Ella sentía cómo el líquido golpeaba su paladar, y pese a no estar nada rico, le encantaba. Sentía dentro de su boca, sobre su lengua, las sacudidas de aquella enorme polla.

A los pocos segundos, Zack paró de presionarle la cabeza y pareció desinflarse. Robin no quiso limpiarse aún la boca, y menos parar con aquello, así que siguió moviéndola dentro de la boca y acariciándole los huevos con la mano.

Dani ya estaba a punto, que continuaba dándole duro por detrás a Robin. Sintiendo que se corría, se bajó de la cama y puso su polla a la altura de la boca de Zack, que la recibió sediento. Dani se masturbaba mientras Zack hacia lo mismo que Robin con las manos en ese momento: acariciarle los sacos. Dani no podía parar de gemir.

De pronto, un enorme chorro blancuzco salió despedido de su pene, llegando a darle en plena cara a Zack; pero a él no pareció importarle. Dani no paró de masturabarse hasta quedarse “seco”. Entonces, cayó como un peso muerto en la cama.

Robin parecía saber cómo finalizar de buena manera, y agarró cada polla con una mano. Ya estaban más pequeñas, no tan erguidas y duras como antes, pero seguían siendo enormes.

Al cabo de cinco minutos, Dani y Zack estaban en el baño.  Robin esperaba su turno para limpiarse un poco. A los diez, ambos chicos estaban vestidos, sonriendo por aquel tremendo polvazo.

Cuando salieron por la puerta y cogieron el coche dispuestos a ir a por otras jóvenes con ganas de follar, Robin les saludó con la mano desde la ventana de su dormitorio.