Labios de fresa (5)

Quinta parte. Sonia necesita cambiar de aires... el sexo siempre alivia.

LABIOS DE FRESA (Parte V)

  • "¿Te conozco de algo?" – me preguntó pensativa. Bien!!

  • "Recuerdo haberte visto en un local de por aquí cerca, pero no creo que tú te acuerdes de mi"- respondí.

  • "No sé, el caso es que me suena tu cara. Por cierto, me llamo Nayala"- sonrisa perfecta.

  • "Que nombre tan bonito.Yo Sonia" – me dio dos suaves besos que me erizaron la piel.

  • "¿Sería indiscreto si te pregunto si estabas discutiendo con tu novio?" – me atreví

  • "No, tranquila, y el tipejo ese no es mi novio" – dijo muy serena

  • "Ya me parecía a mi que una chica tan guapa como tú…" – intenté halagarla

  • "Espera Sonia, necesito que me ayudes con…" – venía Yvonne desde el otro lado del corredor. Me di la vuelta

  • "Eh, espera, ¿Intentabas ligar conmigo?" – Nayala me sonrió como los ángeles y me quedé atrapada en la profundidad de sus grandes ojos verdes.

Me creció el amor, le sonreí tímida y me sonrojé… "Hazme este favor, que tengo prisa" – llegó Yvonne – "No te importa ¿verdad?" – se dirigió a Nayala, y sin esperar respuesta me dio media vuelta y me llevó hacia su despacho hablandome de unos papeles. Giré la cabeza buscandola. Nayala ya no estaba.

  • "No te equivoques" – dijo Yvonne.

  • "Que no me equivoque ¿con que?" – pregunté extrañada

  • "Esa chica" – dijo ella, mientras yo fruncía el ceño preguntandome a mi misma

  • "No te conviene, te lo digo como amiga" – continuó ella – " Bueno, quiero que me imprimas unos documentos que hay en una carpeta en mi escritorio. Todos los de este año mientras yo relleno unas actas, bla bla bla…" – siguió como si no me hubiera dicho nada – " …y gracias por hacerme este favor".

Me dejó en su despacho con su ordenador y se fue a otra sala. Empecé a darle vueltas a lo que había dicho sobre Nayala mientras buscaba en su ordenador los dichosos documentos. Vi un icono de un corazón y al pinchar sobre él se avbrió una página de internet. Era una página sobre contactos. Al parecer yo estaba dentro de su registro y tenía una selección de gente, sobretodo chicas, con sus datos y fotos. Algunas estaban tremendamente bien.

Apareció de nuevo Yvonne a tod prisa. Dios! Como se movían sus grandes pechos. "¿Ya has encontrado los documentos? ¿Has emepzado a imprimir alguno?". Le di a la ventana para que se cerrara, pero no se cerró. "¿Qué haces? Eso es mio" – dijo Yvonne sorprendida. La ventana se cerró, pero era tarde. "Bueno no tengo nada que ocultar, ya te lo conté aquel día. El próximo fin de semana más, ¿acaso te interesa?" – me increpó y quedé pensativa. "Bueno, mira, los documentos están aquí, haz esto rápido pro favor y luego te invito y hablamos de ello si quieres". Me sentí sin palabras. Imprimí los documentos y nos fuimos.

En una heladería cercana nos tomamos un refresco y hablamos de todo. Le pregunté por lo que dijo de Nayala y me aseguró que había oido rumores de gente de confianza y no hablaban bien de ella. No me quiso contar más, asíq eu no insistí. Ell tenía ganas de contarme lo suyo.Una sesión de sexo sin compromiso y si nos gustamos, pues más. No era mal plan, sobretodo pensando lo que me apetecía probar aquella mujer, el problema era su marido. Yo le comenté que prefería con ella sola. Me contó que si a mi no me importaba mejor estaría su marido, que lo hacían juntos siempre fuese con quien fuese, pero que ella misma se encargaría de que no me tocara ni un pelo si yo no quería. Me quedé dudosa. Era martes, le prometí pensarmelo.

Llegué a casa, estaba un poco cansada y mis padres llegarían tarde también. Me subí a la habitación de mi hermana a ver si estaba dormida o si cenábamos algo. Cuando me dirigía a la puerta, salió del baño Anna completamente desnuda. "¿Pero que…?" – pude balbucear. Con un gesto de sus dedos sobre mi nariz, me indicó silencio. Callé sorpendida. Su dedos bajaron hasta mis labios y poco a poco se introducían en mi boca. Parecía como si hubiera estado masturbandose momentos antes.

Saboreé sus dedos. No entendí la situación en la que me encontraba pero seguí chupandole los dedos hasta el punto de empezar a excitarme. Me abrazó cálidamente y me susurró a la oreja - "¿Te gusta como sabe el coño de tu hermana?" – me aparté un poco sobresaltada. Entonces lo vi todo claro. Entró en la habitación de mi hermana indicandome que la siguiera y así lo hice.

Laurita estaba completamente desnuda también y tumbada sobre la cama con las rodillas felxionadas. Era la primera vez que veia a mi hermana sexualmente atractiva. No supe que decir y habló Anna – "Me gusta tu hermana, gracias por la oportunidad que me diste" – No sé muy bien porque pero me sentó un poco mal aquello. "No pongas esa cara hermanita" – bajó Laurita de la cama y me dio un pequeño beso en la boca.

"Eeeeehhh" – dijo Anna – "Vamos ven aquí que le vamos a enseñar lo que hemos descubierto" – dijo dando palmadas en a cama. "Verás que divertido, Laurita es toda un volcán sexual" – siguió diciendo. Mi hermana se recostó en la cama y Anna se puso a masajearle el pubis y introducirle sus dedos poco. "Venga, por favor!" – me levanté dispuesta a irme pero Anna me detuvo y me convenció para volverme a sentar y esta vez allí en la cama con las dos.

Anna se lamió los dedos y volvió a continuar por donde lo dejó. Estaba masturbando a mi hermanita y yo solo imaginaba que me lo hacía a mi como antes, creo que aún la quería. Anna no dejeba de mirarme mientras aceleraba el ritmo con mi hermanita. Laurita respiraba un poco entrecortada. "Fíjate" – me dijo Anna. Puso una mano sobre el pubis de mi hermana y con tres dedos frotaba en su cavidad interior.

La vagina de mi hermanita estaba enrojeciendo de la fricción. Empezó a jadear y me cogió metiendosela en la boca con ansia. Noté el calor de su lengua en mis dedos. Empezó a moverse mucho. Anna la masturbaba a una velocidad de vertigo. Laurita levantó un poco el trasero como buscando ser penetrada más fuerte. Sacó mi mano de su boca y mordió la almohada ahogando un grito de placer. Un pequeño chorrito transparente brotó de la vagina de mi hermana. En ese instante cerró fuerte las piernas poniendo sus manos y acariciendose fuerte quedandose de lado. Las dos se empezaron a reirse y yo me que estaba un poco atónita me reí con ellas.

Fue gracioso porque al principio pensaban que se meaba, pero parece ser que Laurita tenía orgasmos descomunales que no había tenido con su novio. Ellas lo tenían claro, se gustaban y mucho. Yo no sabía si alegrarme, snetía un sabor agridulce. Las dejé asolas para que terminaran sus juegos. Anna tuvo la precacución de irse antes de que llegaran mis padres. Y yo me conformé acariciendome por todos los rincones de mi cuerpo, durante un rato, sola, antes de dormirme. No quería, pero no pude dejar de pensar en lo que me excitaba imaginar a mi hermana desnuda repetidas veces y en diferentes posturas disfrutando de aquel modo y sobretodo pensar en que me lo llegó a proponer a días atrás y que realmente me excitaba por mucho que yo no quisiera admitir y pensar en ella y en su suave cuerpo… me dormí.

Al día siguiente no vi a Anna, no sabía nada de Cristina, no vi tampoco a Yvonne, a nadie. Fue un día tranquilo si no fuera porque ahora no soportaba bien que mi hermanita se paseara en bragas por casa o no cerrara la puerta de la ducha. ¿Me estaba volviendo paranoica?. Intenté pasar del tema. Jueves, antes de entrar al curso aquella tarde vi a Nayala en la puerta y se iba.

  • "Contigo quería yo hablar, ven" – salimos afura.

  • "¿No te quedas hoy? ¿Por qué querías hablar conmigo?" – me intrigué

  • "No puedo quedarme, ya te contaré algo que alomejor te interesa, pero primero me gustaría hacerte una pregunta personal, ya sé que apenas nos conocemos y todo eso, pero, quiero que seas sincera con la respuesta"

  • "Mmm… vale… lo intentaré" – dije indecisa moviendo la nariz

  • "¿Te gusto?" – sus ojos eran brillantes e intensos

  • "Sí, supongo, me caes bien" – bajé la mirada

  • "Ya sabes a que me refiero… sexo, amor quizá" – dijo levantandome la barbilla

  • "Sí" – salió un sí casi insonoro y mis mejillas se sonrojaron, no pude evitarlo

  • "Gracias por ser sincera. Apuntame tu número de movil, tengo que irme…" – se lo apunté, me dio un beso muy pequeño y se fue guiñandome un ojo

  • "¿Pero porque no te quedas?" – insistí emocionada y triste a la vez

  • "Tranquila, ya te contaré" – gritó alejandose

Aquel día fue duro, solo pensé en Nayala, no existía nada más, esa chica me atrapaba. Los siguientes día recapacité un poco, pero solo sirvieron para marearme más, entremezclaba pensamientos con Nayala y con Laurita, en ocasiones con Anna o con Cristina, me estaba volviendo loca. Necesitaba relax, un respiro, así que acepté la noche de sábado excitante que me prometió Yvonne. Llegó el fin de semana.

Sábado. Una menos cuarto de la noche. Después de una copiosa y divertida cena con Yvonne y su marido Fernando, volvimos a su casa. Su marido era un tipo alto, fuerte, de piel oscura, un poco mayor para ella, pero un tipo mñas divertido de lo que jamás habría imaginado. Hablamos un rato los tres en el sofá de su gran salón, allí me enteré que los dos eran naturales de Puerto Rico. Conversamos mucho, el vino de la cena no había pasado desapercibido deshinibiendonos.

Comenzamos a tratar temas cada vez más sexuales, siempre con humor, pero todos teníamos en la cabeza a lo que íbamos. En un momento dado mientras charlabamos, Fernando puso un canal porno en la televisión. "¿Qué tal si vamos calentando el amabiente?". Los tres reimos de forma sensual. "Chicas, hace calor, creo que voy a darme una ducha, enseguida vuelvo". Yvonne aprovechó el vino que le había subido a la cabeza y que su marido no estaba para decirme cosas graciosas de él. No estabamos riendo agusto. De repente la risa se convirtió en un silencio de diez segundos. Diez segundos eternos e incomodos, sin saber que decir, que Yvonne aprovechó para ponerme una mano detrás de la cabeza, acariciandome el pelo y uniendo sus suaves labios con los mios.

Nos deshaciamos en un suave ir y venir de nuestras lenguas. Nos empezabamos a comer apasionadamente la boca cuando volvió su marido con solo una toalla enrollada. Se sentó observandonos pero no le hicimos demasiado caso. Yo ya estaba sintiendo entre mis manos el volumen de aquellos gramdes pechos que siempre había deseado. Sus manos acariciaban mi pelo y mi espalda por le interior de mi ropa. Ella separó sus labio un momento y vi de reojo a Fernando.

Su toalla entreabierta dejaba ver su pene medio excitado. Se estaba masturbando lentamente mientras nos veia. Desabroché poco a poco la blusa de Yvonne mientras seguiamos besandonos. Sentí sus manos recorrer todo mi torso al mismo tiempo. Mis manos liberaron sus pechos de aquella presión. Nos echamos poco a poco sobre aquel sofá quedando ella debajo. Empecé a lamer en circúlo cada una de las grandes tetas, deteniendome lentamente en los pezones.

Su marido se levantó. La toalla estaba ya en el suelo. Yo seguí lamiendo cada centimetro de Yvonne. Fernando acercó su grueso pene a la boca de ella. Yo decidí bajar más abajo. Ella empezó a chupar boca arriba casi sin respirar. Mis manos se deslizaron debajo de su corta falda. Estaba excistadísima. Un pequeño desliz más y tanguita mojadito fuera. Me sumergí con aquella almeja húmeda que pedía placer. Mi boca boca saboraba sus labios inferiores y mi lengua jugaba con su clitoris y se adentraba en su vagina.

Yvonne se movía excitada fuera de sí. Se dio la vuelta y quedó como una perrita chupando aún el pene erecto de Fernando. "Cómeme entera Sonia" – me dijo exaltada – "¿A ti te gusta por el culo?" – me preguntó, mientras no dejaba de chupar. "No lo sé muy bien" – dije un poco sonrojada. Fernando sonrió y me hizo un gesto de continua. Empecé a comerme desde atrás aquella gruesa vagina rasurada, lamiendo hasta el agujero de su ano. Yvonne se volvía como loca, así que yo jugaba con mi lengua en su agujerito y volvía a bajar a comerme su mejillón.

Sonó un mensaje en mi movil que estaba en la mesa. El instinto me hizo separarme de su vagina y levantarme, pero Yvonne estuvo rápida levantandose y me cogió del brazo con un gesto de "no lo cojas ahora". Me abrazó despojandome de mi ropa y masajeando mis pechos mientras Fernando abría el sofa que se convertía en cama. Me recostó y mientras me besaba y lamia mis pechos iba deslizandome mi pantalón y mis braguitas. Le ofrecí todo mi sexo y ella lo comió sin pensar.

Sentí su boca jugando entre mi humedad. El placer me recorría el cuerpo como pocas veces antes. Fernando ya estaba penetrando a Yvonne por detrás y esta gemía al tiempo que comía mi vagina. Yo quería más y me movía impaciente. Sus lametones pequeños y continuos en mi clitoris me estaban llevando al cielo. Fernando no paraba de moverla hacia mi intensamente y yo me sentí presa de los dedos de Yvonne que abrían paso a su lengua. La humedad me envolvió.

Aún estaba extasiada cuando me di cuenta de que estaba compartiendo aquel grueso pene con Yvonne. Fernando estaba excitadísimo mirandome, así que le agarré fuerte. "Avísame" – dije – y le chupé muy rápido. Enseguida me hizo un gesto en el cabello. Me aparté y mastrubandose, dirigió todo su orgasmo blanco sobre los grandes pechos de Yvonne. Nos besamos y nos acariciamos un rato los tres, realmente lo habíamos pasado mejor de lo imaginado.

No me acordé de mi movil hasta que fue hora de irse. Tres mensajes. Mensaje uno: "ncesit vert hoy, podmos kedar?.nayala"- Oh, vaya – Mensaje dos: "dnd stas? tnmos k hablar es important". Me sentí un poco mal porque aquella chica me gustaba mucho, pero me calmé pensando que no teníamos ningún tipo de relación todavía y que acababa de disfrutar mucho, cosa que necesitaba y por fin habían sido mios aquellos voluptuosos senos de Yvonne. Me acosté muy relajada. Las cinco de la mañana. Mensaje. "no puedo dormir nos vmos mñana ok?". Seguro que empezaba a sentir que me quería tanto como yo a ella. Cerré los ojos de nuevo y dormí muy muy tranquila