Labios carnosos (Parte II)

Segunda y última parte del relato. Llegó el momento deseado.

En la asignatura del último curso que coincidimos, nos escogimos como compañeros de trabajo porque ya nos conocíamos, y una tercera persona.

Para hacer el trabajo, un día quedamos los tres en la biblioteca. Reservamos una sala para estar más cómodos. Durante las dos horas que estuvimos allí no pasó nada, aunque yo estaba un poco tenso y cachondo. Siempre lo estoy cuando esta cerca. Justo cuando nos íbamos, se fue al baño un momento. Yo no me lo pensé dos veces y fui detrás de él sin que se enterase. Al llegar al baño ya había acabado de orinar de pie y al verme entrar se separó un poco de la pared y se escurrió el pene. Lo hizo a propósito para que yo lo viese bien. Todavía la recordaba de haberla visto en el viaje, era enorme. En ese momento me miró y me soltó una sonrisa y salió del baño. Quería algo y yo, también.

Pasaron los días y alrededor de dos semanas después tuvimos que quedar de nuevo. David vive en un pueblo bastante lejos de la ciudad por ese motivo se encontraba en un piso de estudiantes. Me dijo por

whatsapp

que el piso esa tarde lo tenía vacío y podíamos ir allá a continuar el trabajo.

Era un viernes soleado. Habíamos quedado a las 4 de la tarde en su casa. Llegué unos minutos tarde. En el piso solo estaba David y el tercer compañero supuse que aún no había llegado. Me invitó a beber un zumo y a sentarme en el sofá. Estaba bastante nervioso al pensar que estaba sentado en un sofá en un piso donde estábamos David y yo solos.

A David también le notaba raro. Era otoño y tenían la calefacción bastante alta. Por eso vestía unos pantalones cortos oscuros de hacer deporte que le marcaban el paquete y una camisa de estar por casa. Podía ver sus piernas atléticas y sus brazos increíbles. Se sentó delante de mí en una silla y empezamos a hablar sobre la universidad mientras esperábamos a nuestro compañero. Cuando se sentó, me percaté de que no llevaba ropa interior y le podía ver si agachaba la vista disimuladamente sus huevos y pene. No creí que lo hiciera a propósito. Seguimos hablando hasta que vi que el enorme glande brillante empezaba a sobresalir

tímidamente

del pantalón corto. Se estaba excitando y yo debajo de mis tejanos, también. Lo único que podía apagar ese fuego es que llegase el tercer compañero.

Cuando se percató de que podía ver su pene, se levantó medianamente avergonzado y se metió en un pasillo que daba a

múltiples

habitaciones.

Estuve esperando un par de minutos hasta que volvió a venir. Salió por ese marco de la puerta totalmente desnudo y con la polla totalmente erecta. Yo estaba paralizado observándole y mordiéndome el labio. Le pregunté que qué hacía, que el compañero llegaría en nada. Me dijo que le avisó que viniese mejor mañana.

Al oír esa frase, mi pene empezó a palpitar, estaba a punto de realizar mi sueño húmedo de tantas noches. Me dijo que hacía tiempo que quería follar conmigo. Empezó a acercarse y yo cada vez me ponía más nervioso.

  • Tranquilízate, lo vamos a pasar bien.

  • Es que me pones mucho desde siempre, tengo la polla a punto de estallar.

  • Lo sé, me di cuenta y me empecé a ponerme cachondo yo también al verte.

Me acercó su pene en mi cara y se la empecé a chupar. Noté como palpitaba dentro de mí boca, se notaba que era también su sueño húmedo el hecho de

chuparsela

.

Le acariciaba los huevos con una mano y con la otra le tocaba una nalga. Su culo era increíblemente suave. Era mi primera vez chupando una polla y no podía llegar tan al fondo pero jugaba con mi lengua bastante bien. Dentro de mi boca, no paraba de lamer y jugar a lengüetazos con el glande. Me la saqué y subía y baja la lengua por ese enorme tronco lleno de venas hasta alcanzar la base de los testículos, cosa que le hizo mirar al techo de placer.

  • Es mi primera vez chupando.

  • Pues lo haces bastante bien, sigue sigue más abajo

aahhh

.. para mi.. también es... la primera vez con un chico

aahhh

No podía casi ni decir una frase del placer que sentía cuando le lamía el glande. Yo necesitaba quitarme los pantalones porque me apretaba ya demasiado, bastante más cuando me dijo que era también su primera vez. Me levanté y me intenté quitar el pantalón.

  • Tengo que quitarme los tejanos.

Me empujó y me tiró en el sofá. Se subió encima y me desabrochó el cinturón. Me bajo los pantalones y pudo ver lo mojado que estaba.

  • Tienes una buena polla.

  • No tanto como la tuya, David.

La mía media unos modestos 17 cm pero era bastante gruesa. Levantó el bóxer y sacó mi pene. Le eché un vistazo y tenia todo el glande húmedo. Él, de un lengüetazo, se llevó toda la humedad a su boca y empezó a chuparla. Por fin, mi pene entre esos labios carnosos.

  • David

aaah

... joder....

Me estaba retorciendo de placer. Era una sensación increíble. Paró un momento y nos levantaos ambos para acomodarnos mejor. Me acabé de quitar el pantalón y la camiseta y allí estábamos, ambos con el pene como un árbol y totalmente desnudos en el salón. Yo era más alto y corpulento pero él mucho más atlético.

Nos observamos de arriba a abajo y empezamos a besarnos. La sensación de besar esos labios era increíble. Nuestros penes se cruzaban y rozaban una y otra vez. Yo no hacía más que abrazarle y sentirlo entre mis brazos. El bajó la mano y con una solo, empezó a masturbarnos a ambos. Me encantaba.

  • Ponte a cuatro en el sofá.

Me dijo David. Al pensar siquiera en la imagen de yo estar a cuatro y el metiéndola, me perdía.

  • Abre las piernas.

Y noté sus dedos húmedos y fríos acariciando el ano. Me percaté que sacó un bote de lubricante de un cajón. No me mantenía erguido, me estaba acariciando toda la zona. Era una sensación indescriptible. Me tocaba el exterior del ano y lo rodeaba como cuando uno quiere hacer música con una copa de vino. Lo hacía lento pero firme. De repente empezó a meter la punta del dedo poco a poco. Ya no me aguantaba bien de los brazos y él intentaba abrir bien las nalgas.

  • Veo que te gusta...

  • Sí...

aaahh

sigue por favor David

Metió el dedo completamente y empezó a sacarlo y meterlo. Esta sensación si que la reconocía porque a veces me metía un par de dedos cuando me masturbaba.

Él hizo lo mismo, metió dos dedos y yo empecé a gemir discretamente.

De repente, con la otra mano, empezó a masturbarme el pene y acariciar los huevos, como si estuviese ordeñando. Me imaginaba la imagen desde fuera y mi pene no paraba dar espasmos.

Mientras estaba en manos David para que me hiciese lo que quisiera, vi que había un espejo en una de las paredes. Podía vernos a ambos. Creo que no me olvidaré nunca de esa imagen.

  • David para por favor

aaaahh

es que si no me voy a correr ya.

  • No pasa nada, mis compañeros se han vuelto al pueblo así que tenemos toda la tarde para correnos las veces que queramos...

Aún así paró. Empezó a lubricarse el pene y a acariciar mi ano. Le dije que lo hiciese lento.

  • No tan brusco David... La tienes muy grande.

  • Tranquilo, tu me vas diciendo.

Empezó a rozar mi ano con su glande y poco a poco a hacer presión. Metió el glande sin mucho problema, aun que me dolía un poco. Lo sacó y lo volvió a meter. Me estaba chorreando la polla de placer.

  • Joder David me encanta

Me cansé de estar a cuatro, y le dije que me iba a tumbar de espaldas. Al tumbarme, levanté las piernas. Como dije, soy una persona corpulenta, y el ver esa imagen en el espejo de dos chicos jóvenes de 20 y pico años y que el de menor estatura y cuerpo dominaba al de mayor, me ponía perdido.

Volvió a meterme su polla y esa vez la lubricó mucho. Entro sin ningún problema. Me encantaba. Con una de las manos me estaba masturbando y la otra me acariciaba la zona de debajo de los huevos, a la vez que se movía en un movimiento de caderas increíble. Mis ojos se iban hacía arriba.

  • David me voy a correr en

nadaa

aaaahh

Al escuchar eso, aumentó el ritmo. No podía más, me retorcía de placer hasta que me corrí. La corrida llego hasta mi cuello y tenia todo el torso perdido. Estaba en una nube. Él seguía follandome, le quedaba poco.

  • Joder tío como me pones

Me dijo David antes de sacarla y correrse en mi torso. Estaba empapado de semen.

El hecho de seguir follándome aunque me haya corrido hizo que mi pene no perdiese la erección. Estuvimos un rato en el sofá retomando el aire y me levanté al baño a limpiarme un poco.

Al volver, él también se había limpiado. Vio que tenía ya mi pene duro y para no dejarme solo empezó a sacudir la suya.

Esta vez me tocaba a mí.

  • Ha estado bien David, me ha encantado

  • Dímelo a mí, me pones a 100. ¿Nos la chupamos a la vez?

Yo sin contestación me tumbe en el sofá. El hizo lo mismo encima mío pero al revés. Era un 69 en toda regla. Yo estaba boca arriba y el boca abajo. Me estaba comiendo la polla entera. Me percaté que le entraba casi hasta el fondo. Así que no desaproveché el momento y empecé a levantar mi cadera ligeramente para que entrase más por la boca. Cada vez me movía más rápido mientras yo le chupaba también su polla.

Vi que aguantaba bien y subí el ritmo. A él le gustaba ya que movía la lengua con más ritmo. Estaba cerca de volverme a correr. El pensar que me estaba follando su boca me

ponía

mucho. A demás, en esta posición nuestros calientes torsos no paraban de

chocarse

. Mis brazos no hacían más que subir y bajar por su espalda.

Estaba ya cerca de correrme. Se me ocurrió alargar mis brazos y bajarle ligeramente la cabeza. A la vez subía más la cadera. Notaba que tenía arcadas. Tenia toda la zona del pene perdido de saliba.

  • ¿David, te gusta?

Sin poder contestar, obviamente, me afirmó que sí con el pulgar.

Yo no aguantaba mucho más así que de manera inconsciente, levanté las piernas y las junté, y con mis brazos le bajaba la cabeza. Era una posición increíble. Él estaba encima mío mientras yo le comía la polla, y el tenia metida su cabeza entre mis piernas subidas, mientras yo le bajaba la cabeza más y más. Empecé a mover las caderas en un sube y baja sin parar hasta que finalmente, me corrí. Justo en ese momento le bajé la cabeza aún más y subí las piernas. Si pudieseis ver esa imagen...

Cuando le solté, se levantó y me señaló su boca. La tenia llena de mi semen. De repente cerró la boca y se la tragó. Era igual de guarro que yo. Me encantaba.

Yo me levanté y me limpié la zona. Estaba llena de saliba.

  • Joder, si que apretabas

jajajja

  • Lo siento David si te ha molestado

  • Que va, tranquilo, la próxima vez me tocará a mí.

Le lancé una sonrisa afirmándole.

  • Me tengo que correr que yo me he quedado a medias.

Sin pensármelo me agaché y empecé a chuparle la polla. Finalmente acabó

mastrubandose

en mi boca, y como no iba a ser menos, me tragué la corrida.

Después de eso, nos pusimos la ropa interior y nos sentamos al sofá a hablar un rato. Habíamos perdido los nervios y la vergüenza del principio.

Unos minutos después nos volvimos a poner cachondos. El hecho de estar los dos desnudos, impedía mantener una charla. Encima, esa charla iba de nuestra vida sexual...

  • Túmbate

Le dije mientras nos volvíamos a quitar el bóxer. Estando él de cara, me subí encima i le di un beso bien húmedo. Empecé a bajar dándole besos y lamiéndole el cuerpo hasta llegar a la polla. Seguí lamiendo hasta meterme los huevos por la boca. Intenté succionaros y acariciaros con la lengua como me hacia mi

ex

, y parecía que le encantaba. Bajé un poco y abrí sus nalgas. Me di cuenta que no le había visto el ano hasta ahora.

Creo que era el ano más apetecible que he visto en mi vida. Era perfecto.

  • Así que te depilas también el ano.

Me afirmó con la cabeza y sonriendo, poniéndose el brazo en la cabeza, sabiendo lo que le espera.

Me llené la mano de saliva y empecé a acariciar su ano. Era pequeño, rosado y muy claro. Tenia toda la zona muy bien depilada, supuse que fue a profesionales a hacerlo.

No podía aguantar más. Bajé la cabeza y empecé ha acariciar el exterior con la lengua. David no se lo esperaba. Soltó un gemido fuerte y levantó bien las piernas, reafirmando que le gustaba. Así que no paré. Le lamía desde la base de los huevos hasta el ano.

Después de un rato, empecé a meter la lengua en el ano. Él estaba un poco nervioso y lo tenia bastante cerrado.

  • David, tranquilo, te gustará.

Empezó a relajarse y pude meter bien la lengua. Le encantó. Estaba mirando el techo con una expresión fácil de dolor y placer a la vez, y

mordiéndose

esos labios que tiene mientras

agarraba

fuerte el sofá.

Subí mis manos hasta su boca y le metí los dedos. Me los mojo bien pero hacía falta más así que me los

metí

en mi boca también. Tengo que confesar que estaba imitando un poco lo que hacía con mis

exs

.

Le metí un dedo y costó un poco, pero entró bien. Sacaba y metía sin parar.

  • Joder qué sensación tan rara y a la vez placentera aaah

Como me había masturbado bastantes veces con el ano, sabía donde tenía que apretar. Le metí dos dedos y empecé a apretar la próstata. A la vez también le

masturbaba

. Hice un poco lo que él me hizo a mí, pero yo sabia donde tocar. Estaba temblando. No aguantaba las piernas hacía arriba. Para ayudarle

solté

el pene y me abalancé un poco sin sacar los

dedos

del ano para aguantar sus piernas con mis hombros.

Él se empezó a

masturbar

. Yo no paraba. Empezó a gemir bastante fuerte. Y me pidió que parase.

  • para para para...

aaahh

. Dame un minuto. Quiero correrme dentro de

ti

esta última vez.

Ambos miramos el reloj y vimos que ya era tarde. Así que paré. Yo tenía el pene muy duro pero no lo suficiente. Y el ano no estaba bien dilatado.

Así que me subí encima de él a la altura de la cara y se la metí en la boca. Intenté

metérsela

entera pero creo que por hoy, ya era suficiente. Cuando la tenia bien dura, en la misma altura, giré completamente el cuerpo y le puse mi culo de frente. Se dedicó únicamente a dilatarme el ano. No parecía interesado en lamermelo, pero pensé que todo llegará.

Cuando estaba bien caliente ya me puse bien encima de su cintura y coloqué su pene en la entrada del ano. Empecé acariciando y poco a poco con una mano lo introducía por el ano. Me dolía un poco pero me daba igual.

Finalmente

pudo meterla entera y empezó a mover la cadera. Yo no hacía más que mirar el techo y retorcerme de placer e intentando mover el cuerpo con su ritmo. Él empezó a moverse rápido, supuse que después de lo de antes, estaba cerca de correrse.

Hacíamos

bastante ruido. El choque de mi culo con su

cintura

se hacia notar. Yo ya no sabía ni donde estaba, me encantaba. De

repente

se paró y me apretó sus manos en mis caderas. Se había corrido.

Yo al percatarme, no me saqué el pene y me empecé a masturbar, no tarde mucho en correrme en su torso. Nos miramos y sonreímos.

Me levanté y me limpié. Luego empecé a buscar mi ropa perdida por todo el salón. Había sido una tarde maravillosa.

Al despedirnos, nos dimos un beso bien húmedo con lengua que duró bastante. Con su mano me tocó el paquete y de nuevo, estaba duro. Pero era muy tarde como para volver a cabalgar. Le dije que seguiríamos la próxima vez y me fui.

Durante el camino de vuelta a casa no paré de pensar en cómo disfruté y que lo próximo que me gustaría hacer es un trío con un chico y una chica.

Paso un tiempo y se acabó el cuatrimestre.

Dejamos

de hablarnos una temporada. Al siguiente cuatrimestre, no coincidimos y el iba a clase de tardes.

Un día, yendo a la biblioteca me lo encontré. Hablamos un rato de los exámenes y surgió de quedar la semana siguiente en su casa... Dos

días

después ocurrió el problema actual del estado de alarma y no pudimos quedar. Aún así, acordamos quedar lo más pronto posible una vez se acabará.

Nunca pensé que llegaría a hacer esto.