La zorrita de Utha II

Es increíble como se puede pasar de la total crueldad, a la ternura más absoluta...Utha Los árboles más viejos dan los frutos más dulces. (Proverbio Alemán).

Se desabrocho los pantalones, yo enseguida me puse de cuclillas y comencé a comerle la polla, era delicioso, cada vez me gustaba más hacerlo. Tanto es así que el ya se había dado cuenta de ello, y en numerosas ocasiones me lo había comentado, (Disfrutas comiéndole la pollita a papi verdad, se te moja el coñito solo con eso, diría que hasta te corres puta), eso comentaba, y en cierto modo tenía mucha razón. Yo comía su polla con esmero, quería verla grande, tiesa y sentirla dentro de mi. Jugaba con ella, pasaba mi lengua por su capullo y la metía dentro de mi boca lo más que podía. Cuando la tuvo lo bastante grande y dura y después de dejarme disfrutar chupandoséla me dijo:

  • Bajaté los pantalones y date la vuelta que te la voy a meter.

Así lo hice bajé mis pantalones me dí la vuelta y me agarre a la rama de un árbol para no perder el equilibrio, La sentí entrar dentro de mi centímetro a centímetro, me encantaba. Comenzó a follarme, primero muy suave, yo estaba ya casi en el climax, y luego de manera más acelerada, me encantaba sus embestidas, su forma de hacerme llegar a lo más alto una y otra vez, no pude aguantar mi orgasmo mucho más sentirlo a el era una tortura deliciosa, debió notarseme porque el comentó al respecto:

  • La niña se va a correr ya, eso es correte toda.

Como no correrme era brutal la forma que tenía de hacerme suya, tras mi orgasmo freno un poco el ritmo, para poco después acelerarlo. Me temblaban las piernas mi corrida había sido brutal, notaba el coñito empapado y su polla ya no quedaba tan prieta dentro de mi. Seguía follándome con destreza y yo estaba apunto de nuevo, me dio unas fuertes nalgadas en mi culo, y si que las sentí me encantaba ser tan suya, mientras no paraba de taladrarme me dijo:

  • Te quiero solo para mi puta, que no me enteré yo que te folla más nadie.

Llegué a mi segundo orgasmo, no podía más quería seguir pero las piernas me temblaban, lo sentía entrar y salir, y juraría que tenía su mirada apuntando a mi coñito para deleitarse con la escena. Yo me aferraba a la rama del árbol mientras sentía y gozaba con sus constantes embestidas, el dijo:

  • Quieres la lechita en la boca verdad.

Yo no conteste, el sabía que la quería, sabía de sobra que me encantaba sentirla salir, saborearla y finalmente tragarla... Salió de mi me coloque de cuclillas y espere mi regalo, metí la punta de su capullo en mi boca, y chupé como una desesperada, la sentí salir y esos curiosos latigazos que daba su polla cuando se estaba corriendo, recibí toda su corrida en mi boca y seguí chupandosela con ella dentro, finalmente la tragué, no sin antes saborear su dulce néctar. Nos vestimos y nos dimos un dulce beso, digno de dos amantes que se quieren y se desean.

Hay quienes piensen que esto es una locura, que somos enfermos por ser como somos, por hacer lo que hacemos, por tolerarnos estas cosas, pero hay quienes lo piensan y a la vez desean tenerlo...Yo doy gracias por lo que tengo y más gracias aun por lo que puedo entregarte Utha.