La zorra de mi madre y mi amigo

LLego a casa y me encuentro una morbosa situación: mi madre y mi amigo están follando como conejos.

Empezaré mi primer relato presentándome, me llamo Javier, soy de Málaga (España) y tengo 22 años. Lo que aquí cuento es totalmente verídico y sucedió hace muy poco. Me resulta muy excitante, así es que he decidido subirlo aquí para ver que opinan los lectores.

Soy estudiante, pero en verano suelo buscar algún trabajo y ganar algo de dinero para mis gastos y tal. Todo comienza un día normal y cualquiera de verano. Cuando acababa mi jornada laboral ese día, me disponía a marcharme a casa a almorzar con algo de prisa, puesto que había quedado con los amigos para pasar la calurosa tarde en el campo de uno de ellos, donde tiene piscina.

Trabajo en un polígono, bastante lejos de mi casa. Resulta que en el trayecto a casa, mi moto se averió, por lo que estuve un buen rato esperando con todo el calor que hacía. Debido a esto tuve que cancelar lo del campo con los amigos, y les avise mediante un grupo que tenemos en whatsapp. Estaba tan liado y mosqueado que olvidé avisar a mi amigo Alex, al que había quedado en llevarme al campo después de almorzar sobre las 15:45, puesto que él también trabaja, y que es uno de esos especímenes humanos que aún no usan los móviles de hoy en día y no tiene whatssap… error mío olvidar esto. Sí avise a mi madre que llegaría tarde para almorzar y que ya comería fuera y llegaría cuando solucionara lo de la moto. Lo cierto es que tarde menos de lo esperado en ello, puesto que había un taller justo a 200 metros de donde la moto se me paró. Hable con el encargado del taller y la dejé allí. Al día siguiente me comunicaría el problema. Un compañero de trabajo que se disponía a marcharse también a su casa vio lo sucedido y se ofreció a llevarme a casa.

Muy agradecido me despedí de mi compañero, y entre en casa sobre las 16:10 mas o menos. Entré en casa y saludé, pero no obtuve respuesta. Esperaba que mi madre aún siguiera en casa puesto que suele irse poco antes de las 17:00 al gimnasio. Aprovecho para describir a mi madre: su nombre es Carmen, una mujer morena de unos 47 años, bastante cuidada, de altura 1,65, con unos pechos grandes aunque no excesivos, y lo mejor de todo: un trasero que ya quisiera más de una chica de mi edad. Desde que se divorció de mi padre hace unos 4 años, vivo sólo con ella en casa. La verdad es que se conserva muy bien para su edad debido a que acude al gimnasio 3 o 4 veces a la semana. También es una mujer a la que le gusta mucho arreglarse y últimamente luce ropa algo atrevida para una mujer de su edad, aunque puede hacerlo debido a su espectacular cuerpo. Esto me ha ocasionado algún altercado con el graciosillo de turno que hacia la broma con mi madre, aunque en realidad lo entendía. Mi madre es sin duda lo que se considera una “milf”. El otro protagonista de esta historia es el ya mencionado Alex. Alex es el típico guaperas ligón de la pandilla, con mucha labia y que siempre que le apetece tiene chicas con las que acostarse. Medirá mas o menos como yo, unos 1,82 metros, y es de complexión fuerte, pues lleva bastante tiempo en el gimnasio.

Me extrañó no encontrar a mi madre preparándose para irse al gym, pero en fin... Fui a la cocina y cogí un refresco de la nevera. Mientras bebía y estaba todo el silencio, note unos ruidos y risas que provenían de arriba. Desconcertado, decidí subir y ver de dónde venían esos ruidos. A medida que me acercaba ya me iba haciendo la idea de lo que era, pero me extrañaba, pues aunque intuía que mi madre se había acostado con algún hombre desde su divorcio, siempre había sido muy discreta y nunca había visto hombre alguno en casa mientras estaba yo en ella.

Dude entre asomarme o marcharme, pero la curiosidad pudo conmigo. La puerta del dormitorio de mi madre estaba medio abierta, pero pensé en una posición desde donde vería todo mejor, sin riesgo de ser descubierto. Así fue que accedí a la terraza contigua desde donde podría observar mejor desde las ventanas. Cuando estuve en posición podía oirlo todo claramente. Mi madre estaba hablando con un hombre con una voz que me resultaba familiar, y tanto… Cuando me armé de valor y me asomé casi me da un ataque. Mi madre estaba sentada en la cama junto a mi amigo Alex, que la besaba y le estaba metiendo mano descaradamente. Y a mi madre parecía gustarle y correspondía…

-          Joder, Carmen, que ganas tenía de esto. Seguro que Javi no vuelve entonces hasta tarde no? Preguntó Alex.

-          Jaja. No te preocupes que tenemos tiempo… Tenías ganas de que?

-          Me pones muchísimo, dijo Alex mientras metía su mano dentro del pantalón y acariciaba la vagina a mi madre.

Mi madre dejó de reírse y comenzó a hablar en un tono muy morboso, que me puso más cachondo aun de lo que ya lo estaba.

-          A mí me encanta como me miras siempre, con esa cara de querer follarme ahí mismo.. mm, decía mi madre, que comenzaba a gemir.

-          Pues prepárate por que hoy lo pienso hacer, te voy a dar lo que vas pidiendo siempre. Mira lo traigo para ti Carmen. Alex se bajó el bañador y apareció ante los ojos de mi madre un tronco totalmente duro de unos 19 o 20 centímetros calculé a ojo y bastante gorda. Mi madre comenzó a reir y acarició aquella polla que tenia ante su cara.

-          Vaya, vaya. Menuda sorpresita… De una de estas tenía ya ganas yo, dijo la muy zorra, y se lo metió en la boca y comenzó a subir y bajar con sus labios por ese mástil.

-          Ufff, Carmen, ufffff, que gusto! Te gusta comerle la polla al amigo de tu hijo eh? Sigue!

Alex estaba tirado en la cama de mi madre boca arriba y mi madre estaba haciéndole una mamada a su lado derecho, por lo que yo podía ver perfectamente la gran mamada que mi madre le estaba dando.

Estuvieron así unos 5 minutos. El cabrón de Alex le cogía la cabeza a veces y hacía que mi madre intentara tragársela entera, pero eso era imposible y mi madre dio alguna arcada.

-          Sabía que tenias que mamarla de lujo, dijo Alex mientras mi madre se quitaba la ropa y quedaba totalmente desnuda en la cama.

-          Cómeme el coño ahora tu! Le dijo mi madre.

Alex no se hizo esperar y comenzó a besar y chupar aquel coño depilado que tenía ante sí.

-          Ah, siii, ahh… Joderr!! Siii!! Era lo único que decía mi madre. Alex comenzó a meter algunos dedos. Mi madre ya estaba fuera de sí, gemia y se retorcía y agarraba la cabeza de Alex y la empujaba hacia su sexo.

-          Joder Carmen, estás empapada! Estas pidiendo polla a gritos.

-          Siii, fóllame Alex. Métemela ya!, decía mi madre.

-          ¿Quieres que te folle, zorra? Pídemelo por favor!

-          Por favor, fóllame Alex.

Alex cogió su pene y lo guió hacia la vagina de la zorra de mi madre, que en estos momentos era una perra en celo, y se la clavó en un segundo. Alex comenzó a moverse lentamente sobre mi madre, y fue acelerando sus movimientos de forma progresiva.

-          ¿Te gusta cómo te follo, Carmen? Eres mi putita a partir de ahora.

-          Sii, me encanta como me follas con tu pollón. Ahhh, uffffff… gemía mi madre.

-          Ponte a cuatro patas. Quiero ver y azotar ese culazo mientras te reviento.

Mi madre obedeció sin rechistar y Alex se puso tras de ella y siguió follándosela. Alex daba de vez en cuando unas cachetadas a mi madre y la embestía ahora con muchísima fuerza. A mi madre parecía encantarle y cuantas más guarradas le decía, más cachonda se ponía. Con una mano le daba cachetadas y cogía su trasero, y con la otra la agarraba del pelo.

-          Joder Alexxxx!!! Me corrooo!! Me corrooooo!!! Aaaaah!!!... Mi madre tuvo su primer orgasmo y comenzó a moverse como una loca. Yo por estos momentos ya estaba empalmado y con la mano acariciándome el pene por encima del pantalón.

Mi madre quedo rendida tras su orgasmo y Alex paró su vaivén frenético unos 2 minutos.

-          Ahora te voy a follar yo y voy a hacer que te corras cariño, dijo mi madre.

Alex se tumbó en la cama bocarriba y mi madre se sentó encima clavándose aquella estaca hasta el fondo.

-          Cabálgame yegua, que eso es lo que eres. Fóllame como seguro que sabes potra!! Le decía Alex a mi madre. Mi madre botaba encima de mi amigo y se clavava su miembro. La cama crujía y los dos gemían fuertemente, y yo comenzaba a alarmarme que algún vecino les escuchara.

Estuvieron así unos 4 o 5 minutos más, hasta que mi madre llegó a su segundo orgasmo y amigo Alex comenzó a gemir y a empujar mas fuerte, avisando que su corrida estaba próxima.

-          Salte, le dijo a mi madre, quiero correrme en tu carita y en tu boca. Te voy a lefar esa cara de zorra que tienes Carmen.

-          Siii, dame tu leche guapo! Le contesto mi madre.

Mi madre se quitó de encima de Alex y comenzó a pajearle con las manos, con su cara a escasos centímetros.

-          Me corro Carmen! Joder! Me corrooo!! Alex no pudo aguantar mucho más y descargo toda su leche en las manos y cara de mi zorrísima madre.

Ella no dudo en limpiarle el sable a aquel cabrón al que tengo por amigo.

-          ¡Que rico! Decía la muy golfa.

-          Joder, Carmen, me ha encantado. Esto tenemos que repetirlo, sugería Alex.

-          A mí también me ha encantado. Y está claro que lo repetiremos. Tú ya sabes donde vivo, pásate por aquí más a menudo, le decía mi madre riéndose.

-          Ah, y ni una palabra a nadie de esto eh! Si javi llega a enterarse de esto…

-          Tranquila, no diré ni una palabra a nadie, decía Alex entre risas de ambos.

Ambos se quedaron tumbados en la cama y yo aproveche para largarme de ahí sin ser visto.

Me fui directo a un bar cercano, donde almorzé, sin poder quitarme de la cabeza el espectáculo que acababa de ver. Estaba furioso por una parte, me sentía defraudado por ambos, ya que consideraba a mi madre una mujer ejemplar y aunque sabía que mi amigo era un poco golfo, imaginaba que el acostarse con la madre de un amigo era un límite que ni él mismo traspasaría. Pero por otro lado estaba superexcitado por lo que había visto. Ver a mi madre follando como una perra con un amigo mío me había puesto a mil. Estuve pensándolo un buen rato y decidí que mejor sería dejarlo pasar y olvidarlo. No sabía cómo iniciar una conversación sobre este tema con mi madre, y me causaba una vergüenza muy grande el pedirle explicaciones a mi amigo Alex, ya que esto acarrearía que se enterase todo mi grupo, y entonces no habría lugar donde esconderme. Terminé de comer y me dirigí a casa, una hora después de llegar al bar, esperando que Alex ya se hubiese marchado a su casa y así evitar una situación incómoda.

Por suerte, cuando llegue a casa Alex ya se había ido. Encontré a mi madre en el salón viendo la televisión, con el pelo mojado, lo que indicaba que acababa de ducharse.

-          Hola mama.

-          Buenas Javi, que tarde has vuelto. Y la moto que ha pasado con ella?, me preguntó.

-          La dejé en el taller y he comido fuera. ¿Hoy no vas a tu gimnasio?

-          No, hoy creo que voy a dejarlo, estoy hoy cansada y creo que voy a quedarme esta tarde de relax en casa, me dijo con una sonrisa.

La muy zorra no tenía ni idea de que yo sabía que si estaba cansada para no ir, era por el tremendo polvazo que había echado con mi amigo…

-          Bueno, voy a darme una ducha, le dije.

-          Ok, cariño.

Efectivamente, me fui a darme una ducha, en la cual cayeron algunas pajas pensando en lo que había visto en directo esa misma tarde.

Un saludo, espero que les haya gustado.