La zorra, ahora de mi hijo – 4ª parte

Estoy entregada a mi hijo, soy suya

Después de quedarnos así mucho tiempo le dije que teníamos que levantarnos, que su padre podía venir en cualquier momento

Carlos- ya sabes que después de comer se queda jugando a las cartas y por lo menos hasta el final de la tarde no llegará

Yo- si lo sé, pero debemos asearnos y además tengo un poco de hambre, deberíamos comer algo, amor

Carlos- yo te comía enterita a Ti

Le miré besándolo con pasión y amor

Yo- eso cuando quieras, pero mejor cogemos fuerzas, venga preparo algo enseguida, pero antes me voy a duchar

Carlos- nos duchamos juntos, espera.

Yo- mejor no, yo solita

Salté de la cama recogí el bikini y el pareo y me fui a duchar.

Cuando estaba en la ducha la puerta del baño se abrió, era mi hijo se puso mirándome, le dije que se fuera pero Él se quitó el slip que llevaba y se metió en la ducha conmigo

Carlos- solo quiero darte jabón

Me quitó la esponja de la mano y comenzó a pasármela suavemente por mis hombros, pecho, espalda, culo coño…. Yo le decía que nos podía pillar su padre pero acabamos besándonos bajo el agua, luego se fue y me dejó acabar.

Después me puse un vestido de verano blanco corto y ajustado con un gran escote y me fui a la cocina. Al verme mi hijo vino detrás y me rodeó con sus brazos desde atrás de mi cuerpo

Carlos- si te vistes así, será difícil no follarte a todas horas

Me dí la vuelta le miré a los ojos con ternura

Yo- me visto así para que sepas que soy tuya, amor. Venga pon la mesa, rápido, vamos. Mientras yo preparo algo

Antes de irse a ponerla me dio un azote en el culo

Carlos- que buena estás, mamá

Preparé algo y quedamos en tener cuidado en gestos y palabras, que el comportamiento entre ambos debía ser igual que antes, bueno más bien yo marqué las normas.

Cuando llegó mi marido todo pasó como otros días entre los tres. Solo que desde ese día, después de comer y esperando que mi marido se fuera a jugar a las cartas para poder dar rienda suelta a nuestro amor  y pasión entre mi hijo y yo.

Al día siguiente propuse comer en el bar los tres, después mi marido se quedaría a jugar a las cartas y yo diría de irme a descansar, mi hijo como siempre desaparecería, solo que esta vez sabía que iría al apartamento. No me falto esperar a llegar, en el camino lo vi esperándome casi en la puerta, subimos en el ascensor donde ya me besó y sobé le culo por debajo del pareo y de la braga del tanga. Entramos y en el hall me apretó contra la pared haciéndome tirar mi bolsa de playa. Me quitó el pareo y puso su cuerpo pegado al mio

Carlos- bien zorrita ahora serás mia

Me besó mientras me sobaba los pechos

Carlos- joder que rica estás

Tiró de mi mano y me llevo a mi habitación, de pie me quitó el bikini y sacó de un bolsillo del bañador una cuerda

Carlos- túmbate

Yo- pero aquí en esta cama?

Carlos- si aquí, eres mia y haces lo que diga

Me tumbé totalmente desnuda y me ató con los bazos abiertos al cabecero y con las piernas abiertas a las patas de la cama, me miró y se puso de rodillas pasando sus manos por mis brazos, cara, pecho, vientre, muslos, pies. Todo muy despacio mirando sus manos como las pasaba por mi cuerpo, al llegar a mi coño lo bordeaba sin tocarlo, pasaba las manos por las ingles, por arriba, por debajo de mi coño pero no lo tocaba, eso me encendía. Mi cuerpo se convulsionaba de gusto esperando que me tocara las tetas y el coño en condiciones pero seguía con ese juego de no hacerlo. Se levantó y volvió con dos pinzas de la ropa en la mano, me puso cada una en un pezón, eso era nuevo para mí, la sensación era entre daño y dolor, algo que me hizo ponerme mas cachonda. Se quitó el bañador dejando su polla dura a la vista, la pasó por mi cuerpo me la pasó por la boca pero no me dejó comérsela, luego la bajó por mi pecho dándole a las pinzas con ella, haciéndome retorcer de dolor y placer, más placer que dolor, después la bajó hacia mi coño pasándola muy despacio por mis mojados labios, pero solo un par de veces para después bajar su polla por mis muslo hasta el pie y subirla por mi otro muslo. Temblaba de ardor en mi interior, quería que me sobara, follara y me quitara la enorme calentura que tenía. La volvió a pasar por mi coño, por entre los labios varias veces me retorcí de placer.

Carlos- estas caliente y mojada como una perra en celo

Yo- si, si venga fóllame Ya, cómemelo Ya.

Carlos- pídelo bien, zorra

Yo- fóllame por favor, amor

Carlos- quien es tu dueño, dime

Yo- tu eres mi dueño, mi señor, solo tu

Se bajó de la cama y cogió la parte de debajo del bikini se puso junto a mi y metió su polla en mi boca, cuando empezaba a jugar con mi lengua la sacó y me metió esa esa parte del bikini en la boca

Carlos- bien puta, entonces harás lo que yo quiera

Me pasó un dedo por mi coño que casi me hace llegar

Le miraba como me tocaba con delicadeza, era una zorra en sus manos, una perra deseosa de que la follara. El tenerme atada me inmovilizaba, no podía hacer nada, estaba en sus manos a sus merced.

Me quitó la braga de la boca y me besó mientras me tocó el coño, me estremecí de golpe, me moví intentado retener su mano en mi coño. Luego se bajó hasta los pies y se tumbó poniendo su cabeza entre mis piernas y su boca en mi coño. Creo que a los pocos segundos me retorcía de corriéndome de gusto, pero Él siguió comiéndomelo durante mucho tiempo y haciéndome llegar muchas más veces, cosa que hacía años que no me pasaba. Luego se puso de rodillas

Carlos- me sabe la boca a tu coño, que rico sabor

Yo estaba desfallecida de la intensidad del placer. Puso su polla en la entrada de mi coño y la metió de golpe, entro fácil de tantos jugos.

Yo- desátame que te abrace, por favor amor mío

Lo hizo mientras me follaba muy duro, le abracé, le besé, le sentí más fuerte y dentro que nunca. Me besaba, metía su lengua en mi boca jugando con la mía hasta que no pudo más y sentí como su cuerpo se contorsionaba a la vez que su leche caliente llenaba mi coño mojado. Entonces le abracé con todas mis fuerzas, quise que sitiera mi amor y mi deseo con mis besos y abrazos quedando tumbado encima de mí después de llenarme de leche.

Habían pasado más de 2 hora desde que terminamos de comer, estábamos empapados en sudor, tumbados uno junto al otro con los dedos de las manos entrelazadas

Yo- tenemos que ducharnos y ponernos decentes, tu padre pude llegar en cualquier momento

Giró su cabeza y me miró

Carlos- él siempre viene más tarde,

Si era verdad pero estaba nerviosa por si se adelantaba

Yo- venga nos duchamos juntos

Me levanté y mi hijo también y nos metimos en la ducha juntos, allí nos besamos debajo del agua mientras nos dábamos gel uno al otro.

Carlos- te molesto que te atara? te hice daño con las pinzas? dime

Yo- lo de las pinzas fue una mezcla de dolor y placer, más placer que dolor, eso ya me puso a mil y tu forma de tocarme, besarme y dejarme deseosa me encendió del todo. Lo de atarme nunca antes me había pasado eso y tengo que reconocerte que en pocos días me has dado nuevas clases de placer que ignoraba que tuviera.

Le besé y añadí después

Yo- me gusta ser tu perra

Carlos- a mi me gusta que seas mi perrita, mi zorrita

Terminamos de duchamos, nos vestimos y Carlos se fue para volver como si no hubiera estado allí. Mi marido llegó se duchó y nos fuimos a dar una vuelta, en espera que mi hijo apareciera y cenar los tres.

Los siguientes días trascurrieron igual, comiéndonos, besándonos,  retorciéndonos de lujuria y placer mi hijo y yo, y esperando a mi marido luego. Solo que siempre con la incertidumbre de que mi marido volviera algún día antes por algún motivo.

Carlos siempre me repetía lo rica que estaba y las ganas que tenía de que su padre se fuera a dar una vuelta por el negocio para poder dormir los dos una o dos noches y ese día pasó, como otros años, sobre el día 20 del mes.

Nada más irse mi marido mi hijo me cogió desde atrás con sus brazos, me estrujo con su cuerpo, apretándome el pecho

Carlos- que ganas tengo de pasar la noche contigo

Me dí la vuelta le besé

Yo- y yo también tengo muchas ganas, amor. Pero antes cenaremos con velas aquí, tengo algo rico para cenar

Carlos- yo también tengo una sorpresa para ti

Yo- uhh me gustan las sorpresas

Carlos- ahora vengo que tengo que ir a un sitio

No sabía donde pero le dije que no tardara que tenía que ayudarme a hace la cena. Volvió al poco tiempo y nos pusimos los dos con la cena, Él cada vez que estaba cerca me cogía, me besaba el cuello, la boca, la cara, me achuchaba contra Él, me tocaba el pecho, los pezones, el culo, vamos me poco a poco me iba poniendo a mil. Terminamos pero le dije a mi hijo que mejor nos poníamos ropa de vestir para que fuera especial la noche

Yo me había comprado unos días antes, una mini falda negra de punto y una camiseta blanca de cuello en V para la ocasión, con un tanga de hilo tipo hilo dental rojo. Él apareció guapísimo con unos pantalones blancos y un sueter azul, era un príncipe guapo, alto y mío, todo mío.

Nos pusimos en la terraza con cuidado de que no nos vieran los vecinos con unas velas, todo en semi-penumbra. Algo de picar un pescado y vino blanco, uno frente a otro, brindamos y mi hijo se levantaba algunas veces para besarme y decirme lo bueno que estaba todo y lo buena que yo estaba. Tanto halagarme y tanto besos, además de las miradas e insinuaciones me ponían, aún, más caliente. Mis pezones marcándose en la camiseta era una señal. Una de la veces que se levantó me cogió la mano y me la llevó a su entre pierna

Carlos- notas como me tienes, verdad

La tenía dura como una piedra, solo sonreí y se la apreté por encima del pantalón.

Recogimos la mesa y nos pusimos unas copas, me senté cuando mi hijo se puso de pie junto a mí y sacó un pequeño paquete del bolsillo

Carlos- mamá, si te pones esto será porque siempre serás mi zorra y yo tu dueño

Lo abrí, era un anillo de plata, lo cogí con mis dedos y mirándole a los ojos me lo puse en un dedo

Yo- quiero ser siempre tu zorra y tu serás mi dueño y señor

Me besó en la boca y me cogió entrando al salón donde me abrazó y besó fuera del alcance de las miradas

Carlos- que buena estás, dios que rica y buena no me extraña que los tios te miren de arriba a bajo

Yo- solo me miras tu, amor

Carlos- yo y otros muchos, vecinos, gente en la playa, amigos de papá mis amigos, todos pero tu eres mia solo mia

Yo- exacto soy tuya, entregada a ti en todo, amor.

Me cogió del pecho sobándomelo a modo, me cogió de los pezones por encima de la camiseta y tiró de ellos, solo necesitaba eso para desear que ya me follara, que me metiera su enorme polla y me llenara de leche como a la perrita suya que era.

Carlos- trae las copas

Fui a por ellas a la mesa de la terraza y la llevé, le dí la suya y brindamos por nosotros bebimos. Luego me cogió de la mano y me llevó a mi habitación. Me quitó la copa de la mano y las dejó las dos encima de la cómoda, luego se puso a mi espalda y comenzó a besarme el cuello muy despacio, a pasarme la lengua por los hombros a p asarme sus dedos por mis brazos, todo muy despacio, luego bajó las manos por mi espalda, mi culo, mis muslos, lo subió por delante pasando cerca de mi, ya, mojado coño, luego por mi vientre acabando en mi pecho que estrujo con sus manos.

Estaba de pie caliente y deseosa de que me tumbara, me sobara me follara, era como una droga la necesidad que tenía de ello, pero Él siguió jugando y haciéndome esperar, deseándolo aún más y más, mis quejidos de deseo iban en aumento

Carlos- hoy será especial, muy especial todo

Acabó por quitarme la camiseta y poniéndose frente a mí me chupó, besó, sobó y mordió mis pechos y pezones, quise ponerle mis manos en su cabeza pero me la quitó y puso pegadas al cuerpo. Me mordió el cuello y los labios, me besó la oreja. Se puso a mi espalda y me pasó las manos por ella muy despacio haciéndome estremecer de gusto y deseo, luego pasó su lengua de arriba abajo y de abajo arriba.

Carlos- eres preciosa, que rica estás

Me fui a dar la vuelta para besarle pero me sujeto

Carlos- quieta zorrita

Yo tenía los ojos cerrados, sintiendo sus caricias. Se puso frente a mi y sentí como me ponía una pinza de la ropa en cada pezón para luego tirar de ellos tirando de la pinza, no pude más y gemí de placer. Oí como se quitaba la ropa se sentaba en la cama tirando de mi pelo para ponerme de rodillas, abrí los ojo su enorme polla me apuntaba, fui a cógela con las manos pero me lo impidió

Carlos- solo cola boca putita

Estaba dura como un palo, le pasé la lengua mirándole a los ojos y me la metí en la boca. Carlos empujó mi nuca hacía Él llegando a tocar su polla la campanilla de mi garganta, era enorme y me atragantaba con todo eso en la boca.

Carlos- aguanta con ella dentro como buena zorra

Aguanté como pude hasta que me quitó las manos de la nuca y pude sacarla de mi boca y respirar sin problemas.

Carlos- vamos a tumbarnos quiero hacer un 69 contigo

Se tumbó en la cama y yo le puse mi caliente y mojado coño en su boca, luego cogí su polla con las manos y comencé a comérsela. Hacia mil años que no hacía un 69, era una expresión total de dar y recibir a la vez placer. Y tanto que recibí a los pocos lametones de su lengua y boca en mi coño me corría de gusto, gimiendo, casi gritando de gusto. Puse mi mayor empeño en darle el mayor placer a mi hijo, devolverle al menos, parte de todo el placer que Él me daba, y tanto que me daba me corrí varias veces antes de sentir su leche en mi boca, era tan abundante que no daba abasto de tragarla y parte se cayó encima de sus cuerpo. Cuando terminó de bombear leche le pasé a conciencia mi lengua por la punta de su pollón, por toda ella y por donde tenía derramada la leche hasta dejarle todo limpio. Luego me quedé con mi cabeza encima de su polla tumbada, descansando y tomando aliento

Estuvimos sin hablar los dos, al rato me levanté fui al baño y me limpie la boca, me quité las pinzas de los pezones y con una toalla mojada fui a limpiarle los resto pegajosos de leche a la polla y cuerpo de mi hijo. Me puse de rodillas mientras lo hacía

Carlos- ha sido soberbio, supremo, a ti te has gustado, vedad

Me fui y lo besé con un beso de amor en mayúsculas

Yo- ha sido sublime, mi amor

Creo que era la primera vez que le llamaba así, mi amor y me salió del alma, ya no era solo mi hijo era mi amante, mi amor, era mi hombre sin duda.

Terminé de limpiarle y dejé la toalla en una silla en la habitación, recogí las ropa del suelo y lo deje todo junto.

Carlos- ven quiero dormir contigo abrazándote

Me puse mi diminuto tanga, le di sus slip y me tumbé junto a Él, de medio lado, el me cogí con sus brazos pegándome a su cuerpo.

Carlos- hoy quería follarte el culo, no sé si te importará que lo haga, aunque supongo que ya está estrenado

Me dí la vuelta, metí mi lengua en su boca cogiéndole con mis manos la cara, terminé de besarle y le dije

Yo- puedes follarme lo que quieras, cuando quieras y como quieras, amor mío, soy tuya del todo, soy tu perra, tu puta soy tuya. Cualquier cosa que me hagas me gustará

Carlos me besó

Carlos- lo dejamos para mañana ahora me apetece tenerte cogida, pegada a mí, sentirte así, dormirme así.

Me dí la vuelta, me cogió con sus brazos y me pegó el culo a su polla, mi espalda a su pecho y las piernas juntas.

Y así nos dormimos, al menos algo de tiempo

Continuará