La viuda solitaria (3)
Dos hermanas unidas por el deseo y el placer.
Hacia un rato se había ido Nati de mi piso, cuando sonó el teléfono, lo descolgué, era Esther.
- “Que estas haciendo” me pregunto
- “Poca cosa, me a cabo de levantar de la cama, y me iba a duchar” tuve que mentir
- “Tu solo,...” se me hizo un nudo en la garganta ”...te imaginas si no hubiese estado mi hermana nos ducharíamos juntos” me tranquilice
- “¿Te gustaría ducharte conmigo?” le pregunte
- “No solo ducharme, también ya sabes”
- “Me voy a duchar, te pasare a buscar después”
- “Yo también me duchare, cuando salga mi hermana, que ha ido a correr y ha llegado hecha unos zorros, toda sudada”.
- “O.K. nos vemos en unos instantes” me despedí de ella”.
Recordando lo que había sucedido aquella tarde entre Nati, la hermana de pensé, zorra y sudada seguro, pero también follada, y bien follada.
Me duche y me arregle y antes de las nueve de la noche estaba en la puerta de la casa, llame, me abrió Nati, iba radiante con un vestido azul claro, ceñido, justo por encima de la rodilla y escote delantero tipo palabra de honor, y totalmente descubierto por detrás.
- “Pasa...” una vez dentro se puso el dedo en la boca a modo de silencio “de lo de esta tarde, ni pio a mi hermana, cuando llegue parecía mosqueada”
- “Tu no lo estarías si tu hermana no te hubiera jodido... el plan” le dije bajando la voz
En eso sentimos como Esther bajaba las escaleras. Si el vestido de Nati me había dejado boquiabierto, el de Esther me había vuelto del revés, un dos piezas, falda corta, pero que muy corta, enseñando mucho, la parte de arriba era una especie de corpiño rojo con ribetes negros con escote en V, ambas iban si sujetador.
Parecía que se habían puesto de acuerdo en competir cual de las dos iba más sensual. Lo que sucedía era que yo estaba en medio. Se pusieron las chaquetas, Esther negra y Nati azul oscuro y salimos, fuimos a un restaurante de primera línea, donde eran conocidas ambas hermanas, no solo por los empleados sino también con los comensales, que estaban asombrados de la actitud de las dos hermanas. Del restaurante nos fuimos a un bar musical, donde las hermanas terminaron por desmelenarse.
Ya de vuelta a la casa de Esther, iban más que alegres, puede con alguna copa de más. En la puerta les ayude a salir del coche y despedirme.
- “Buenas noches, ya nos veremos” les dije
- “A dónde vas” dijo Esther
- “A casa ¿No?” le conteste
- “De eso nada, no te tomaras una copa o dos” recordando lo que había pasado la noche anterior entre Esther y yo.
- “Y tu hermana” la señale que iba unos pasos por delante.
- “No pensaras meterla en la cama con nosotros” dijo sonriendo
Seguimos los pasos de Nati, llegamos a su altura, justo delante de su puerta, abrió y entramos. Esther me cogió de la mano y me llego arriba, tras de nosotros venia Nati. Nos paramos delante de la habitación de la noche anterior.
- “Buenas noches, Nati, que tengas dulces sueños” dijo Esther
- “Supongo que tu tendrás mejores noches” respondió altivamente Nati
- “De eso ni lo dudes, va lo veras”
Nati se metió en la habitación, mientras Esther, se me echo encima. Nos besamos, y entramos en la otra habitación la principal, la habitación marital.
Esther, en unos segundos, estaba desnuda.
- “Te desnudaras, o llamo a mi hermana para que te desnude como esta tarde” dejo caer.
- “¿A qué te refieres? le pregunte.
- “Esta tarde, cuando mi hermana se fue la seguí, supuse que te iría a ver, como así fue, esperaba que estuviera un rato y saliera. Pero tardo demasiado, y la vi salir poniéndose la chaqueta, me imagine lo que había sucedido. En ese momento habría subido y te habría sacado os ojos. Pero lo pensé, que había entre nosotros una relación de sexo simplemente”
- “Y todo este paripé de esta noche”
- “ No es paripé, comprendí mi…, nuestra situación, y te aseguro que esta noche mi hermana se acordara”
Pronto comprendí a que se refería, me desnude y nos tumbamos en la cama, cuando mi mano recorría sus muslos, los gemidos eran verdaderos gritos, se dejo llevar y sin penetrarla siquiera alcanzo un orgasmo, muy sonoro.
- “A noche querías metérmela por el culo, como te dije nunca lo había hecho… te gustaría desvirgarme el culo”.
- “¿Si tu quieres?” le pregunte.
- “Si quiero y mucho”
Se puso a cuatro patas, agacho la cabeza, le acaricie los labios vaginales, y le metí la polla entera, ella grito.
Mientras empujaba iba lubricando su ano, introducía un dedo, luego dos su dilatación era grande, y la lubricación con fluido vaginal era la idónea, pero antes de metérsela alcanzo otro orgasmo.
Puse mi polla en la entrada de su culo, la fui metiendo lentamente, al principio costo, ella grito de dolor, pero pronto pasaron a ser gritos de placer, y se la metí entera, mis huevos chocaron con su trasero una y otra vez, ella se acariciaba el coño, llego un último orgasmo cuando mi leche inundo su trasero. Fue un grito de triunfo de Esther. Ella sabía que su hermana estaba escuchando, y posiblemente estaría masturbando.
- “Sabes, una cosa que me gustaría es ver cómo te follas a mi hermana y otra que ella vea como me follas, aunque ya me ha escuchado”
- “Mañana se lo proponemos”
Nos quedamos dormidos, cansados del esfuerzo.
Por la mañana me levante, me puse el batín que me dio Esther el día anterior, seguía igual no me tapaba nada, fui a la cocina, allí estaba Nati, llevaba puesto un camisón color carne, cortito, de tirantitos. Me puse tras ella, y apoye mi polla en su trasero.
- “Que haces, mi hermana nos puede descubrir”
Le agarre las tetas desde atrás, hice que los tirantes cayesen a los lados de sus brazos, y dejase las tetas al aire, terminado de caer el camisón al suelo
- “Tu hermana sabe lo de ayer por la tarde, te siguió” le dije
- “Y la muy… no ha dicho nada”
- “Anoche la sentiste, era su venganza”
Le baje las bragas, acaricie su coño, ella se apoyo en la mesa se abrió de piernas y le metí la polla desde atrás, y empuje. Mi polla recorría su vagina una y otra vez, en la puerta apareció Esther, enfundada en su batín, y aplaudía.
- “Métesela, mas fuerte, hazle sentir ese pedazo de carne en sus entrañas” se quedo allí mirando cómo me follaba a Nati, su hermana.
Nati alcanzo un primer orgasmo, hice que se tumbara en la mesa, abierta de piernas, yo de pie se la metí, mi polla volvía a ataque, ella una vez más entrecruzo sus piernas en mi espalda, y apretaba para que la penetración fuera más profunda.
- “Buena postura tengo que probarla” dijo Esther
Mientras yo estaba a punto de correrme, me contenía hasta que vi que Nati estaba a punto de llegar me deje ir. Mi leche salía a chorros.
Fue Esther, la que se arrodillo y me chupo la polla dejándomela limpia, ante la cara de sorpresa de Nati.