La viuda solitaria (2)
Esther, la viuda, se siente liberada de sus recuerdos, vuelve a sentirse mujer, necesita recuperar el tiempo perdido.
Por la mañana me desperté, y tenia mi lado a Esther, seguía desnuda, metí mi mano en su entrepierna, acaricie su rajita, se revolvió sin despertarse, y comenzó a gemir, introduje dos dedos en su vagina, se despertó.
- “Estas aquí, creí que desaparecerías con el amanecer”
- “Puedes comprobar que estoy aquí, y tengo ganas de ti, y quiero que me sientas”
- “Anoche te sentí, te sentí y mucho”
Comencé a mordisquear sus pezones, que se habían puesto erectos, seguí acariciando su entrepierna.
- “Quiero que me comas la polla” le propuse
- “No se nunca lo he hecho, me gustaría hacerlo, pero tengo dudas, me da no se que” puso cara de asco.
Ardía en deseos, que aquella mujer me comiera la polla, pero sus dudas tenia que eliminarlas.
- “¿Nunca te han comido el coño?
- “No nunca”
Metí mi cabeza en su entrepierna, hice que se abriera mas, dejando su coñito rosado bien visible, con la lengua acaricie su clítoris, mientras introducía los dedos en su vagina, pronto se lleno de fluido la zona, ella gemía de placer, se retorcía, agarrada al cabecero de la cama. Con las manos abría aquel coño, para que mi lengua lamiese sus labios vaginales, pronto llego un orgasmo.
- “Ves no tiene nada malo, prueba tu”
Me senté al borde de la cama, me cogí la polla, me la pele, ella sin bajarse de la cama se acerco.
- “Con la lengua, intenta acariciar la punta donde esta la rajita ...” siguió mis instrucciones “... dame pequeños besos succionando con la boca, con la mano coge el nacimiento de mi polla y aprieta ... no tanto un poco menos, mastúrbame y ve metiéndote la polla en la boca, que tus labios roce la polla”
Ya tenia mi polla dentro de su boca, la cogí de la cabeza y le marque el ritmo, no lo hacia mal para ser su primera vez, hice que tragara un poco mas de polla, le dieron arcadas, a punto estuvo de soltarla pero yo no la deje. Estábamos lanzados, de pronto sentí que me corría, pensé en decírselo, pero no lo hice al sentir las primeras gotas de mi leche se separo, pero su car quedo lo suficientemente cerca para que el primer chorro de leche le llegase a ella.
- “Coño, podías haberme dicho algo”
Un segundo chorro, le impacto en la misma boca mientras hablaba, como aun la tenia cogida por el pelo de la cabeza hice que acercara la boca a mi polla, hasta volver a tenerla dentro.
- “Chúpala, déjala limpia, mi leche es muy rica”
Y me dejo limpia, se engullo toda la leche que salió de mi polla.
- “Esta rica, algo salada pero me gusta” relamiéndose como si fuese una gata.
Se levanto de la cama, salió de la habitación y unos segundos después volvió a entrar, se había puesto una especie de batín negro.
- “Supongo que quieres desayunar, yo ya estoy servida” se relamió nuevamente “¿Que te apetece?”
- “A ti, quiero comerte”
- “Eso después, ahora me refiero a algo mas nutritivo y que placentero”
Me levante mire a mi alrededor, pensé que me pondría. Ella pareció adivinarme el pensamiento, se dirigió al armario de la habitación, saco un par de vestidos de mujer, y termino sacando un batín azul, corto, de baño.
- “Mi marido era algo mas bajo que tu y menos corpulento, pero este batín de baño le iba grande, por eso no se lo puso”.
Lo cogí y me lo puse, me venia algo estrecho, y muy corto, tanto que casi salía mi polla por abajo. Ella se rio.
- “Te queda pequeño” se acerco a mi, y metiendo la mano por debajo me agarro la polla “pero como es para un momento, te puede valer”
Se giro y salió de la habitación contorneándose.
- “Sígueme” dijo desde la puerta.
Como no la seguí. Dentro de la cocina tenia un pequeño apartado con una mesa, en ella nos pusimos a desayunar.
- “Es cierto que nunca te habían comido el coño, ni te habías comido una polla”
- “No nunca, piensa que mi familia y la de mi marido, son muy tradicionalistas, nos conocimos muy jóvenes y me case muy joven con 22 años, el fue mi primer hombre y nunca hubo ninguno mas, hasta llegar tu. La habitación donde lo hemos hecho iba a ser la de los críos”
- “Por lo tanto todo lo que se saliese de la norma...”
- “Era pecado, mas o menos”
Seguimos hablando, comenzaba a conocer a una mujer diferente.
Se levanto de la silla y se acerco a mi, se abrió de piernas par sentarse encima de mi, su coño rozaba con mi polla, que comenzó a ponerse tiesa, por el contrario su coño estaba muy húmedo, por eso no costo nada la penetración, le abrí el batín y comencé a chuparle los pezones.
Estábamos tan metidos en faena, que no sentimos como se abría la puerta de la calle, y de pronto en la puerta de la cocina.
- “Esther, despierta no sigas durmiendo, te traigo churros para desa...yunar”.
La mujer que había dicho eso acababa de entrar en la cocina pillándonos infraganti.
- “Nati” dijo Esther “que haces aquí, como has entrado” Esther se había levantado dejando mi polla al vista
- “Yo... es que... tenia... la llave” dijo nombrada Nati tartamudeando y sin quitar la vista de mi polla.
Esther se dio cuenta y cogiendo un trapo de cocina lo lanzo encima de mi polla, pero aquello quedo ridículo, el trapo quedo elevado.
- “Tapate” dijo Esther “Ven conmigo” cogiendo a Nati del brazo se la llevo al salón.
En el salón comenzaron a hablar, sin importarle que yo las pudiera escuchar.
- “¿Por qué has venido?
- “Miguel se ha ido con el crio a ver a su madre, pasara el fin de semana, pensé que podría venir a verte, lo que no podía imaginar es que estuvieras con un hombre, y encontrarte en la cocina haciéndolo con el, no crees que es fuerte”
- “No te esperaba” dijo Esther
- “Me lo imagino, ¿Quién es?” pregunto Nati
- “Un conocido” le contesto Esther
- “Y que tal” le pregunto Nati
- “A que te refieres”
- “A que va ser mujer”
- “Ah, a eso, no ha estado mal”
- “No se lo vas a presentar a tu hermana mayor”
Acababa de comprender quien era aquella mujer, volvieron a entrar en la cocina, yo me había puesto de pie.
- “José Antonio, te presento a mi hermana Nati” dijo Esther “Nati, un amigo José Antonio”
Se acerco Nati a mi, le iba a dar la mano pero ella se acerco mas y nos dimos un par de besos, mientras lo hacíamos hizo algo que paso desapercibido para Esther, me toco la polla.
Nati se parecía a Esther, era un pelín mas alta, el pelo de la cabeza algo mas oscuro, pero seguía siendo claro, con dos trenzas, y el ir chándal, le daban un carácter mas juvenil. Incluso parecía más lanzada que su hermana.
- “Es un placer” dijo Nati
- “El placer es mío” le conteste
Nati volvió junto a su hermana.
- “Porque no os visteis, y vamos a dar una vuelta, comeremos fuera” dijo Nati.
- “Antes tendremos que pasar por mi casa, para cambiarme de ropa” les dije.
- “Bueno pues a vestirse, antes una ducha”
Subí con Esther, a las habitaciones, entramos en la habitación donde habíamos pasado la noche, ella recogió la ropa.
- “Que fastidio, con lo bien que había planeado el fin de semana, mi hermana ha venido a estropearlo” dijo Esther
- “No te preocupes hay mas fines de semana” le anime.
- “¡Siiiii!, ¿Me lo prometes?” dijo ella excitada
- “Palabra de honor” dije haciendo una cruz sobre el pecho.
Esther se fue a la ducha, yo me vestí, pensé en ducharme una vez llegase a casa. Baje y allí estaba Nati.
- “Parece que va hacer un buen día” le dije
- “Si eso parece” dijo sonriendo
Desde arriba sentimos como Esther acababa de salir de la ducha.
- “¿Mucho tiempo saliendo con mi hermana?” pregunto Nati
- “Eso deberías preguntárselo a tu hermana, no crees” le conteste, estaba algo incomodo.
- “Si creo que ella sabrá decírmelo mejor” dijo algo decepcionada “Voy a subir a cambiarme yo también.
Subió al segundo piso, unos minutos después bajaban las dos hermanas, las dos estaban arrebatadoras, lo curioso era la cara de sorpresa de Nati, por la ropa de su hermana, pues se había puesto uno de los vestidos comprados el día anterior.
Salimos de la casa y nos fuimos a mi piso, mientras me duchaba y me cambiaba de ropa, ellas se quedaron en el salón-comedor las escuchaba cuchichear, pero sin entender lo que decían.
De mi piso fuimos a dar una vuelta, miramos tiendas, y Esther volvió a comprase algunos conjuntos. Y a eso de la una del medio día nos fuimos a comer, tras la comida las acompañe a casa de Esther y yo me despedí, aunque quede en volver por la noche para ir a cenar.
Llegue a casa, y me puse cómodo, un bañador-pantalón sin nada debajo y una camiseta, me puse a ver la tele, poco después me quedaba dormido. No se el tiempo que estuve dormido, me desperté al sentir el timbre.
Me levante y abrí la puerta, la sorpresa fue a medias, era Nati.
- “Tengo que hablar contigo, puedo pasar” lo dijo desde la puerta pero iniciando la entrada.
No me dio tiempo a decir nada, simplemente me aparte a un lado dejándola entrar, y cerrando la puerta. Nati iba vestida con el chándal como por la mañana y sus dos trenzas.
- “Quería quedarme a solas contigo. ¿Qué piensas hacer con mi hermana?” me pregunto.
- “No se, estamos empezando, hasta ahora no hay nada concreto” le repuse.
- “Ella no a sido afortunada en el amor, y no quiero que le hagan daño” pareció que suavizaba su semblante.
- “No crees que ya es mayorcita para cometer sus propios errores” le dije.
Cambio su expresión, y la palabra fóllame parecía estar escrita en su frente. Me acerque a ella. Nati físicamente se parecía a Esther, pero en el carácter y la personalidad eran diferentes.
- “No crees que hace demasiado calor para llevar la chaqueta del Chándal” le dije
- “Si creo que si” dijo sonriendo
Como estaba muy cerca, cogí la cremallera de la chaqueta y tire hacia abajo abriéndose, dejando ver una sudadera blanca que marcaba el sujetador, chaqueta término sobre el sofá.
- “¿Qué piensas de mi?” pregunto Nati
- “La verdad, no lo sé” le conteste
- “Yo no soy como mi hermana, yo era la rebelde de la familia”
Decidí atacar, la cogí por la cintura y la atraje hacia mí. Nos besamos, un beso pasional, en el que nuestras lenguas se buscaron, y se encontraron.
- “¿Qué quieres de mi? dijo Nati al separase nuestras bocas.
- “Lo que tú quieras darme” nuevamente se juntaron nuestras bocas.
Nos separamos, nos quedamos mirando a los ojos.
- “Y ahora que” dijo Nati
- “Ven, sígueme” le dije
Y me dirigí a la habitación, una vez allí volvimos a besarnos. Le quite la sudadera, y ella a mi me quito la camiseta. Y me lamio mis pezones, se arrodillo, me bajo el pantalón mi polla salió disparada, quedando delante de su boca.
- “¿No es la primera polla que te comes verdad? le pregunte.
- “No no es la primera, ni creo que sea la última, ya me conto mi hermana alguna cosa” y tras decir esto acaricio mi polla, y se la metió en la boca.
Tras unos minutos se separo de mí, se puso de pie, se quito el sujetador dejando las tetas libres, me acerque a ella, manosee sus tetas, chupe sus pezones y los mordisquee.
Se separo de mí, se dirigió a la cama, se quito los pantalones y las bragas, se dejo caer en ella, abriéndose de piernas, ofreciéndome su coñito sonrosado.
Me senté en el borde de la cama, ella me cogió la polla y comenzó a meneármela, yo acaricie sus pechos y pellizque sus pezones. Mi mano bajo a su entrepierna, acaricie sus muslos, Nati estaba gimiendo, se agarraba los pechos, mi mano sigue recorriendo sus muslos para llegar a su rajita, masajee alrededor de su clítoris, para seguir con sus labios vaginales, con una humedad manifiesta.
- “Métemela, métemela” me pidió Nati.
Introduje primero un dedo y después dos dedos en su vagina, entrando y saliendo, cerro sus piernas dejando mi mano dentro, me levante, le abrí las piernas, y me metí entremedias, mi polla se acerco a su coño, hice que se rozara con su clítoris y los labios vaginales, no me costó introducírsela de lo lubricada que estaba. Entrando y saliendo, empujando, Nati entrelazo sus piernas en mi espalda, apretando, haciendo que la penetración fuera más profunda y fuerte. Cuando alcanzo el orgasmo relajo sus piernas.
Hice que pusiera sus piernas en mis hombros y seguí empujando, estaba a punto de llegar, y quería contenerme, pero ella una vez llego al orgasmo y yo me deje llevar, corriendo me su vagina. Terminamos exhaustos, sobre la cama.
- “Ahora me explico porque mi hermana no me quisiera explicar nada”
- “Es que tu hermana es una señora” le dije
- “Y yo soy una puta” dijo ella sonriendo “una puta muy puta”
Metí mi mano en su entrepierna, y acaricie su rajita.
- “Sera mejor que lo dejemos para mejor ocasión, me tengo que ir, nos veremos esta noche en la cena” dijo y se levanto.
Nati, se vistió y se fue, yo me quede en la cama pensando que diría Esther de saber que me habíamos follado su hermana y yo.