La viuda de 62 años

Conocía una mujer viuda con la que hice una buena amistad y complicidad. Al final ella me propuso quedar y tener sexo.

Esto ocurrió hace 4 años. Estaba conectado a una aplicación para conocer gente. Mis criterios de preferencia siempre son mujeres y mayores que yo. Una de las veces vi que había visitado mi perfil una mujer de un pueblo a media hora del mío. Me dispuse a saludarla, pensando que no iba a contestar.  Al día siguiente recibí su saludo y entablamos una conversación. Me dijo que era viuda desde hacía 8 años, que tenía 62 años y que se había hecho un perfil para hablar un poco con alguien y matar su soledad, pero que no estaba buscando sexo y menos con chicos más jóvenes que ella. Se notaba alguien jovial, con buena conversación.

Estuvimos varios días hablando un poco de todo. Un día me dijo que quería preguntarme cosas, pero no sabía si me iban a importunar. Le contesté que no se preocupara, que yo no me molestaba por sus preguntas y que me encantaba que ella conociera cosas mías y yo conocer de ella. Dentro de la confianza que daba, en el fondo era alguien muy tímido y le costaba hablar con libertad de ciertas cosas, como temas de sexo. Me hizo varias preguntas sobre mis anteriores parejas, sobre la edad de ellas. Me dijo que si me sentía atraído por mujeres mayores que yo. A lo que le indiqué que si y me gustaba relacionarme con ellas, tanto sexualmente, como intelectualmente. Tras esta pregunta quedó un rato callada. Me dijo que no lo entendía, porque las jóvenes tienen cuerpos más bonitos y mujeres de su edad ya no lo tienen tanto. Dejó ahí el tema, porque le daba reparo seguir hablando de esos temas. Le indiqué que si le gustaba alguien, que podía contarme todas sus confidencias, y que no saldrían de nosotros dos. Me dijo que le gustaba una persona, pero no sabía como decirselo. Le comenté que fuera valiente, que se lo dijera y que seguro que a él también le gustaba. Me dijo que se lo pensaría y que me daba las gracias por el consejo. Durante esta conversación me estuvo enviando algunas fotos suyas. Era una mujer de baja estatura, delgada y con un cuerpo bonito a pesar de su edad. Sus tetas eran grandes y su cara era bonita con unos labios carnosos. No me había hecho ilusiones de quedar con ella, porque desde el principio me dijo que no quería quedar con nadie, y menos mas joven que ella.

Al día siguiente comprobé si me había enviado un mensaje y me encontré uno suyo que me decía: AYER ME DIJISTE QUE CUANDO QUISIERA QUEDAR CON ALGUIEN SE LO DIJERA Y NO ME CALLARA. AHORA QUIERO QUE SEPAS QUE QUIERO QUEDAR CONTIGO, ME GUSTARÍA QUE NOS VIÉRAMOS, TOMÁRAMOS UN CAFÉ Y NOS FUÉRAMOS A MI CASA A SOLAS. LLEVO DIEZ AÑOS SIN QUE UN HOMBRE ME TOQUE Y QUIERO VOLVER A SENTIRME MUJER Y ME GUSTARÍA QUE FUESE CONTIGO. SI TE SORPRENDE EL MENSAJE Y CREES QUE ES MEJOR QUE NO SIGAMOS HABLANDO, LO ENTENDERÉ. ME TRANSMITES CONFIANZA Y TENGO DESEO DE HACER MUCHAS COSAS CONTIGO.

La verdad es que si me sorprendió el mensaje, ya que yo pensaba que era alguien de su edad que conocía de su pueblo quien le gustaba. Le envié un mensaje tranquilizándola de que me había halagado mucho su mensaje y que como le había dicho, todo lo que nosotros hablemos como adultos, se queda entre nosotros. Le dije que me había gustado verla en fotos y que si me apetecía conocerla y tener algo más con ella. Se tranquilizó y a la vez se abrió mucho más en su conversación hablando ya temas de sexo.

Me contó que su marido era 10 años mas joven que ella, que siempre se ha llevado mucho mejor con hombres más jóvenes. Que en ningún momento pensó al principio en tener nada conmigo, pero que conforme fuimos hablando empezó a plantearse a volver sentirse mujer. Le indiqué que qué es lo que mas le gusta en el sexo y me dijo que ella no tenía mucha experiencia. Solo había tenido besos y penetración con su esposo. Quería volver a sentir como una polla entraba en su coño. Le pregunté que si le gustaba el sexo oral y me dijo que nunca lo había hecho.

Quedamos en vernos el fin de semana siguiente. Me indicó la ubicación de una cafetería para tomar algo antes. Me indicó que mientrs estuvieramos en la cafetería que no le diera besos ni nada, para que nadie que la conociera sospechara lo que después pudiera pasar.

Llegué y aparqué y allí estaba ella en la cafetería esperándome. Se puso colorada nada mas verme entrar. Nos dimos dos y nos sentamos. Me indicó que estaba bastante nerviosa y que no sabía si iba a poder hacer algo cuando estuviéramos a solas. Sus manos temblaban por la situación y los nervios que tenía. A mi me inundaba el morbo de conocer a quella mujer que me gustaba, y verla como si fuera la primera vez que iba a follar con un chico.  Me dijo que no sabía como iba a romper el hielo, pero que lo intentaría. Venía vestida con un vestido oscuro por encima de las rodillas y unas medias oscuras. Aun no sabía como era su ropa interior. Me encantaba su sonrisa picarona, su forma de reir y sobre todo, el festín que nos íbamos a dar.

Acabamos el café y le dije que si nos íbamos a su casa. Salimos por la calle y entramos en su edificio. Se notaba cada vez más nerviosa. Subiendo en el ascensor acerqué mi mano a la suya y se la cogí. No quise ir más deprisa. Entramos en su casa y nos sentamos en el sofá. Vi que no se atrevía a empezar, por lo que me fuí acercando a ella y le acaricié la cara y le di un beso en los labios. Ella me correspondió y me miró con cara de satisfacción.  Le dije que si estaba segura y me dijio que me deseaba. Volví a darle un beso y esta vez, nuestras lenguas ya empezaron a jugar.

Poco a poco fuí empezando a acariciar sus piernas por encima de sus medias y fui metiendo mi mano hasta llegar a su coño. Abrío un poco las piernas y pude apartar la braga para acariciarlo bien. Esto provocó gemidos mientras nos comíamos la boca. Le pedí irnos a su cama.

Me desnudé y ella quedó solo con las medias puestas. Cogí su mano y la puse encima de mi polla. Le indiqué que ella había puesto la erección así y que jugara con ella. Se veía que era bastante torpe para tocarla, pero lo hacía con deseo. Empecé a chupar sus enormes tetas, ufff, las mas grandes que he tenido delante. Al poco me dijo que quería que se la metiera. Le dije que no corriera tanto, que la tarde era nuestra y no teníamos prisa. Le indiqué que me gustaría que me comiera la polla.  Se puso manos a la obra. Se notaba que era la primera vez que chupaba una polla. Lo hacía de forma muy torpe. A mi me encantaba, el solo hecho de ver a una mujer de 62 años llena de morbo y deseo comerse su primera polla, ya me ponía a mil. Yo le iba indicando como debía hacerlo y ella se ponía a mil.

Después le dije que le iba a comer el coño. Me dijo que eso no se lo habían hecho nunca, que a su marido le daba asco. Le indiqué que a mi no me daba asco. Lo tenía con poco pelo, la rajita era muy bonita y jugosa. Estaba muy mojada. Empecé a pasar mi lengua por ella y metí un dedo y luego otro iniciando un mete y saca mientras mi lengua hacía toda su labor en ella. Se corrió mientras le hacía esto.

Después se subió encima y se clavó la polla en su coño. Empezó a moverse encima de la polla. En esto si que tenía experiencia. Sus gemidos eran grandes, se notaba que estaba disfrutando. Yo también disfrutaba del polvo. Después la puse a cuatro patas y empecé a bombear. Después de un rato, tuve una tremenda corrida dentro de ella.

Quedamos abrazados y besándonos durante mucho rato. Me daba las gracias por haberle ayudado a volver a sentir deseo por un hombre y tener sexo que los hombres de su edad no pueden darle.

Me dijo que eran muchos años sin practicarlo y que sentía agotada. No paraba de acariciarme la polla y esto volvió a tener sus consecuencias. Al notar de nuevo la erección procedió a masturbarme mientras nos comíamos la boca y yo le sobaba el coño. Nos volvimos a correr a la vez, esta vez por masturbación.

Este fue el primer encuentro de otros que vendrían.