La visita de un primo y sus amigos

El primo de mi novia y sus amigos, una pesada visita veraniega.

Estaban siendo unas semanitas muy duras. Allí estaba yo, que desde hace tiempo vivía con mi chica, sufriendo cual Otelo los celos. Ella era maravillosa, todo un carácter a sus 26 primaveras, alta y con una larga melena negra. Se cuidaba y mantenía un delicioso tipito, se conservaba delgada pero no había perdido las curvas. Tenia unas anchas caderas, como a mi me gustaba y unas bonitas y largas piernas.

Era Julio y viviendo en Barcelona era corriente que por esa época se acercaran a hacernos una visita amigos y familiares. Ahora le tocaba el turno a un primo hermano de mi chica, Eva, y además había traído a tres amigotes. Eran un peligro, tenían entre 15 y 16 años, y todos hemos estado en esa edad donde todo gira alrededor del sexo.

Vivía en un constante estado de mosqueo, los cuatro chavales siempre estaban pululando alrededor de mi chica como moscas a la miel. Yo lo había hablado con Eva varias veces y ella siempre me respondía que no debía darle importancia

que eran chiquillos y que solo eran juegos. A ella estoy seguro que el verme celoso le hacia gracia y no duba en seguir el juego a estos mocosos.

Hacia días que se había vuelto una costumbre en jugar por todo el chalet al "tu te la llevas" y continuamente los veía correr por todos los lados, el poco tiempo que le trabajo me dejaba, y los muchachotes aprovechaban para palmearla

insistentemente en sus nalgas.

Además ella en casa nunca había ido tan ligerita de ropa. Ahora los bikinis y las camisetas con braguitas era su uniforme, nunca las solía llevar cuando estábamos solos, porque bien sabia que a mi me calentaba sobre manera. Y

me ponía como en celo... pero ahora no era un buen momento para esas cosas, joder.

Alberto, Ángel, Enrique y José, su primo, eran los que habían traído el desasosiego a mi vida. No tenían apenas 16 años y eran inquietos como pocos, a casi todos Eva sacaba la cabeza, pero eso no les asustaba para buscar el

cuerpo a cuerpo en cualquier situación.

Un día llegue a casa antes que la costumbre. Abría la puerta y a mis oídos llegaron risas y voces. Ya estamos pensé y me acerque a donde se oía la algarabía.

En el dormitorio Eva, Alberto, Ángel y Enrique eran un montón encima de la cama. Ella tan solo llevaba un bikini azul super sexy y los chicos llevaban tan solo un bañador. Los brazos se movían, y seguramente los chicos aprovechaban la situación para darle un repaso en toda regla a mi chica. Ella reía y gritaba, a un metro su primo miraba tímidamente la escena. Perplejo, me quede mudo. Debí haber montado en cólera haber despachado sopapos a diestro y a siniestro, pero me quede mirando con la misma cara de bobo que tenia su primo. La escena me había resultado cachonda y excitante.

Vi como Alberto se incorporaba y se hacia un hueco entre sus dos compañeros para estamparla un sonoro beso en una de las nalgas de Eva.

" Eh, sinvergüenza." - grito divertida Eva.

No sabia que hacer, me volví a la entrada. Abrí la puerta y la volví a cerrar, asegurándome que el ruido se pudiera oír en prácticamente todo el chalet. Camine intentado hacer ver que acababa de llegar. Estaba en el pasillo y salió a mi paso a la carrera Eva. Estaba jadeante y tenia las mejillas sonrosadas. Ella es muy blanca de piel y esas cosas se notan en ella fácilmente. Me saludo con un húmedo beso al cual no supe responder.

Me abrazo y me llevo al salón, alejándome de la habitación de la que no dejaban de salir carcajadas.

"¿Que pasa aquí?"- le pregunte con evidente tono de mal humor.

"Nada, nada. Cosas de chiquillos". Me respondió sonriendo.

"Pero ..." - le iba diciendo.

"Son unos niños, que no saben nada"- me contesto secamente. Veía que íbamos a discutir sobre lo que ya habíamos hablado varias veces. Y con su mala leche, que la tenia, zanjo la conversación.

Al día siguiente me toco madrugar, porque tenia suficiente trabajo para dos días, pero solo uno para hacerlo. Aquel día el destino decidió que después de comer dejáramos de trabajar. Un fallo eléctrico dejo todo el edificio de oficinas en blanco. Todos decidimos que quizás seria mejor dejar todo para mañana. Y me encontré libre a las 4 de la tarde. Me fui a casa.

Según volvía en coche me vino a la cabeza la escena de los chicos y Eva en la habitación. Empecé a imaginar lo que podrían hacer solos en casa todo el día, la verdad que me puse malo imaginando. Una erección vino a dificultar mi conducción. Y cuanto mas me acercaba a casa mayor era mi excitación.

Por fin llegue y mi corazón latía a mil. Mi cabeza estaba caliente como si fuera una olla a Express. Entre sigilosamente y intente captar cualquier ruido de la casa. Nada, no se oía absolutamente nada excepcional. No había nadie. Seguramente se hubieran ido a la playa.

Me dirigí al garaje, tenia que revisar la bici, hacia tiempo que no la usaba. Y necesitaría unos toques para volver a utilizarla. El salón se comunicaba con unas estrechas escaleras y las baje. Me puse al asunto.

Estaba trasteando cuando oí la puerta de la casa. También llego la habitual algarabía.

" Barcelona es la ostia, lo tiene todo." Grito Angel.

" Si, si , señor" le contestaron a coro.

Apague la luz del garaje y subí un poco las escaleras. Llegue hasta donde podía ver el salón. Estaba descubriendo que ver a mi chica asediada por esos mocosos me resultaba la mar de excitante. Con la boca seca me mantenía como una estatua dispuesto a ver todo lo que ocurriera en el salón desde la penumbra.

Dispersamente oía sus voces por toda la casa. Ella seguramente estuviera cambiándose su bañador mojado.

José y Angel se sentaron en el sillón delante de la tele. La encendieron y estuvieron cambiando de canal.

"Vaya mierda de tele, Nada" sentencio Angel.

Llego Enrique corriendo en el salón con algo en la mano. Detrás llego Eva increpándole.

" Ahí va" - dijo entre risotadas Enrique, que era el mas alto y corpulento de todos. Y le lanzo uno de los preciosos tangas negros a los dos que estaban sentados en el sofá. Zinzagueantes las bragas cayeron sobre las rodillas de Angel que las tomo en su mano.

" Ya os vale la bobadas chavales, dármelos". Dijo secamente Eva. Estaba brazos en jarra en medio del salón. Llevaba unos pantalones de deporte negros míos y una camiseta azul. Mi pantalones se ajustaban primorosamente sobre sus anchas caderas y dejaban al aire la parte baja de sus nalgas. Allí fue a parar unas de las manos de Alberto, que le dio un azote cuando entro al salón.

" No hay nada en la tele. Vamos a jugar a algo." Y le lanzo el tanguita a Eva que lo dejo en una de las estanterías.

" Bueno, chicos, yo me voy a hacer algo para merendar." Dijo Eva.

" No, no. No tenemos hambre quédate". Le dijeron poniendo tono de niños pequeños.

" Venga, la verdad que me dais poco trabajo. Jaja" - se rió y se acerco al grupo que estaba alrededor de la tele.

"Un día nos podías llevar a una playa nudista, bomboncito"- le sugerio con tono pícaro Alberto.

" Si, como que soy tonta"- le contesto rápidamente.

" ¿Has estado alguna vez?"- le pregunto Enrique.

"Pues si"- dijo sonriendo.

"Nos tienes que llevar, allí triunfaríamos"- jocosamente sentencio Alberto.

"No veo por que" se reía Eva.

" Con nuestros cipotes seriamos la sensación " dijo Enrique, Y empezó a dar saltos por el salón. Los chicos aun tenían el bañador que llevaron a la playa.

"Sois unos niños, haríais el ridículo" ella no paraba de reírse alegremente.

" Mira" dijo Enrique que era el único que estaba de pie, Inmediatamente se bajo el bañador y dejo a la vista su pene, que se encontraba morcillon. Realmente era de buen tamaño, y parecía que el era consciente de ello. Dándose importancia empezó a caminar altivamente por el salón completamente desnudo. Como si en una playa nudista se hallara.

Eva se partía el pecho sentada en una silla.

Rápidamente se le unieron Angel y Alberto. Se quitaron sus bañadores y se pusieron con Enrique a pasearse sin ton ni son por el salón. Estos no estaban tan bien armados como Enrique pero se encontraban totalmente empalmados. Sus rabos apuntaban desafiantes al techo.

"Y ahora que opinas, Eva" le sugirió Enrique.

Ella paro de reírse.

" Bueno quizás tengáis buenas colitas, pero no sabéis como comportaros en una playa nudista" aconsejo ella divertidamente "tenéis que ser mas naturales."

"somos naturales" dijo Alberto.

José no se movía de su sillón, en su cara se dibujaba una forzada sonrisa. No parecía pasar un buen rato, incomodado por la situación.

"como lo harías tu" - angel pregunto. Era el mas guapo de los cuatro, y parece que a Eva le hacia cierta gracia el muchacho. Porque si no entiendo su reacción.

"ay, pues así" se levanto coquetamente de la silla.

Dio un paso y se quito la camiseta. Ellos se quedaron parados donde estaban y se pusieron a mirarla si dar mucho crédito a lo que veían.

Eva era un cañón, fantástica, el juego estaba yendo mas lejos de lo que todos podíamos esperar. Se quito juguetonamente el sujetador. Sus pechos quedaron libres. Eran increíbles, no eran muy grandes pero al estar ella delgada, sus puntiagudos y grandes pezones apuntaban hacia delante como si fueran dos fantásticos pitones.

Sentí la irresistible tentación de chuparlos, que era lo que siempre hacia en esas situaciones, cuando los tenia al alcance.

Se dejo el pantalón de deporte y se puso a caminar. El bamboleo se sus senos nos cautivo a todos, nadie hablaba. Parecían dos flanes temblabando dulcemente sin dejar de tener esa embriagadora altivez.

"Pero tu no estas desnuda" - se quejo Angel. Que tuvo que coger aliento para soltar la frase.

"ahí va"- con un zigzag de caderas se quito la única prenda que llevaba. A la vista de los chicos quedo su pubis, totalmente depilado como yo insistentemente le pedía. Me encantaba comérselo y juguetear con mi lengua por su deliciosa rajita.

Yo desde la oscuridad mi escondite la veía de espalda, su culazo. No me la merecía.

Siguió paseándose y pavoneándose. Se sabia deseada y eso parecía gustarle cada vez mas.

Los cuatro desnudo empezaron a caminar sin orden ni concierto por el salón, el anterior silencio de sorpresa daba paso a risas y a comentarios jocosos. Ella era el centro de la fiesta. Parecía una modelo encima de la pasarela, sus curvas encendían hasta el mas apagado.

Por cierto José seguía sentado en el sillón y hacia tiempo que disimuladamente se había metido su mano dentro del bañador. No parecía atreverse a unirse al grupo.

"Quien seria quien triunfaría en la playa en la playa, Eva" pregunto Enrique.

"No se depende de gustos" respondió ella dando saltitos entre los chicos.

"Quien la tenga mas gorda y larga" grito triunfante Enrique que sabia que jugaba con ventaja. "Ósea yo!!!"

"Tu no eres" se quejo Alberto, se agarro su polla totalmente erecta con las dos manos "mira dos puños y asoma la puntita."

"Yo dos puños y asoma todo el capullo" replico exaltado Angel.

Enrique se la agarro, por entonces la tenia empalmada ya y de las dos manos todavía le sobraba espacio suficiente para colocar otra. Un verdadero ariete lleno de palpitantes venas.

"pero nuestras manos son diferentes" apostillo enrique sorprendido mientras se miraba su aparato.

"nos las tienes que medir tu, mami" le indico Ángel a Eva, que ya parecía sospechar el turbante ascendiente que tenia sobre mi chica.

"mami?" - ella se rió- " a ver hijitos, que os voy a medir vuestras colitas"

Alberto y enrique se daban codazos para ponerse delante de ella y ser el primero en ofrecer su polla a la mami.

Eva tiene una manos pequeñas para lo alta que es ciertamente.

El afortunado fue Alberto. Eva le agarro su pene, el aprovecho la cercanía para agarras sus preciosos pechos, uno para cada mano. No pudo evitar cerrar los ojos mientras las manos de Eva se cerraban sobre su polla.

" dos y media"- sentencio.

Se fue hacia enrique. Su monstruoso pito le esperaba desafiante.

"Vaya tubería"- dejo escapar -" dios que duro esta, descansa muchacho" ella se estremeció bajo un escalofrió. Enrique aprovecho para deslizar sus dedos por el suave y pelado pubis de mi chica.

" cuatro!!!" dijo ella a voz en grito.

Y se fue sonriendo a su verdadero objetivo: Ángel. Le agarro con una mano su miembro y busco con su boca la boca del chico. Su mano empezó a moverse dulcemente a lo largo de toda su polla, no parecía que fuera a ser medida como los otras dos.

Ella busco con su cara el rostro del chaval. La lengua de Eva buscaba dentro de la boca de angel. Por fin la lengua de angel salió a su encuentro, sus manos se posaron alzando sus senos. La mano de Eva se movía mas rápidamente, le estaba masturbando.

Ángel echo la cabeza a un lado y dejo escapar unos gemidos, Eva empezó a besarle por el cuello, a lamerle cuidadosamente con la punta de la lengua.

Todos los demás mirábamos asombrados. La mano de Eva cada vez se movía con mas insistencia apretando fuertemente el rojo glande.

"Aaaahhhh"- grito Ángel mientras eyaculaba al medio minuto. Su semen salió disparado y llego hasta alcanzar la pantalla de la televisión.

Aquí Eva se comporto como una verdadera madraza y acomodo al extasiado chico en el sofá. Estaba fuera de juego. Le dio un dulce beso en la boca como diciéndole hasta luego. Y se giro para ver a los otros dos que estaban quietos como pasmadotes.

"A ver como te comportas tu, supermacho" dijo y todo supusimos que se lo decía a Enrique.

Le tumbo en el sofá y agarro su pollazo con una mano. Su mano casi era incapaz de manejar todo ese trozo de carne, parecía que tenia vida propia. Se inclino para ayudarse de la boca. Apenas era capaz de tener en su boca tan solo el capullo, y le daba frecuentes lametazos, de arriba a bajo. También tratando de hacer círculos alrededor del rabo. Enrique era un bulto del que no paraban de salir quejidos de placer.

Tenia su culo en pompa y la visión de su almeja abierta debió de sacar a Alberto de su sopor. Decidido se coloco tras ella, separo con sus dedos los labios vaginales y introdujo su rabo de un golpe seco y rápido.

"Aahhhh" –grito ella- " damelo todo , mi niño".

El con toda su polla dentro se quedo parado, pero aun así no creo que se diera cuenta que le hubiera confundido con el otro chaval. Que miraba con ojos como platos la escena desde el otro sofá.

Alberto agarro fuertemente las nalgas de ella y empezó frenéticamente a hundirle su polla. Eva tenia que parar de vez en cuenta de mamar la polla para lanzar fuertes gritos de placer. No había duda que empezaba a disfrutar de lo lindo, como una verdadera furcia. Mas que un hombre parecía un perro, tal era el ritmo al que bombeaba el chaval. Con tan brutales embestidas le resultaba realmente difícil a la perra de mi novia mantener su deliciosas atenciones sobre la afortunada polla de enrique.

El resultado de tan juvenil entusiasmo llego al minuto. Alberto se apretó en un fuerte abrazo contra su cintura y eyaculo todo lo dentro que pudo. Todavía tardo un momento en sacar su rabo goteando semen.

Angel ya repuesto esperaba su turno, tenia su polla erecta como seguramente nunca la había tenido nunca. Tomo el puesto de su amigo y repitió la misma operación. En el salón se empezó a oír húmedos sonidos provenientes de la entrepierna de mi novia, sin duda debido al semen que debería fluir lentamente a través su ardiente vagina. Incluso vi empezar a gotear por los huevos de su juvenil amante los restos de semen.

En poco tiempo, mientras ella trabajosamente y amorosamente cuidaba de la gran polla, estos dos mozalbetes se corrieron dos veces cada uno dentro de mi chica. Juventud divino tesoro.

El no tener nadie machacando su coño debió de hacerle desear un nuevo destino a el solomillo que tenia entre manos. Se irguió. Pude verla claramente. Tenia las mejillas sonrosadas y sus ojos no parecían ver nada, estaba como ida. Los pezones estaban completamente duros y eran mucho mas pequeños de los habitual, de un rojo intenso que casi parecía que eran negro. Baje la mirada a su pubis rasurado, lo tenia tan sonrosado como la cara y a ambos lados de los muslos caían hilillos de semen.

Se puso sobre Enrique que estaba tumbado sobre un sofá, el cabrón no se había corrido aun. Su enorme miembro estaba cerca de la vagina de Eva y parecía casi imposible que una cosa tan enorme pudiera entrar en el que hasta hace poco era el dulce chochito de mi putita. Intento cabalgarlo, pero el sofá no se lo permitía fácilmente y continuamente perdía el equilibrio, y ni siquiera había conseguido meter la punta del pollon. Este solo había chocado numerosas veces contra la húmeda raja, momentos en los cuales ellas lanzaba jadeos como si se imaginara los momentos que viviría después.

Desistió por un momento, aunque parecía decidida, estaba como una loca con toda su melena revuelta sobre su cara, quería tener aquel rabo dentro. Con movimientos decididos animo a Enrique a tumbarse en el suelo entre los dos sofás. El chico parecía un muñeco pero su pollon parecía ajeno al relajamiento del resto de su cuerpo.

Con el muchacho tumbado boca-arriba en el suelo entre los dos sofás. Ella mas cómodamente que antes pudo ponerse sobre el, con las piernas abiertas al máximo, y se fue acercando.

Desde las escaleras y apenas cuatro metros fui espectador de primera fila. Poco a poco fue introduciendo el supermanubrio dentro de su cuerpo.

"Aaarrrrgggghhhh" – grito ella, no sabría decir si de placer o de dolor, y tan solo tenia en ella el capullo.

Lentamente fue bajando y poseyendo mas y mas rabo. Fue tal la parsimonia de la maniobra que tardo lo menos un minuto en que se juntaran ambos pubis. Parecían dos siameses. Ella se precosto hacia delante y apoyo las manos sobre el pecho de Enrique.

Lenta y trabajosamente fue moviendo sobre su cuerpo. Los gritos de mi chica eran fuera de lo normal, por fuerza tenían que oírlos en toda la puñetera urbanización. Así estuvo un buen tiempo que seguro que a mi se me hizo tan interminablemente largo como a ella delicioso.

Cada vez la cadencia de sus movimientos era mayor, su vagina se amoldaba cada vez mejor al monstruoso volumen que tenia que albergar. Parecía que ella cada vez tenia mas fuerzas para dejar caer sus caderas sobre ese verdadero poste telefónico.

Alberto se acerco a la sudorosa pareja, ella aprovecho la ocasión para apoyarse en el y colocarse perpendicularmente a enrique. En esa posición volví a recuperar una privilegiado punto de vista.

Ella se incorporaba lentamente dejando medio rabazo fuera, e inmediatamente empujaba furiosamente su cintura anta volverlo hacer desaparecer en sus caderas.

El rabisimo estaba brillante como un coche nuevo, humedo de los flujos vaginales y los restos de las corridas de sus compinches que se le quedaban pegados en los cojones. En uno de estos choques grito de placer el dotadísimo amante, recordándonos que aun se encontraba vivo. No podía ser otra cosa sino la señal de que el también eyaculaba salvajemente dentro de mi novia. Palpitando y expulsando semen a la vez.

Pareció que Eva se tambaleaba un poco casi perdiendo la vertical. Estaba teniendo un orgasmo de los buenos.

Al momento volvió recobrar las fuerzas, parecía una serpiente que no estaba dispuesta a dejar escapar su inocente presa, se echo de nuevo hacia delante, esta vez apoyando los codos sobre enrique.

Sus movimientos volvieron, estaba vez mas lentos pero igual de firmes y decididos. Imaginaba entonces que a todo esto el cabron que estaba haciendo disfrutar a mi novia mantenía su imponente erección. Los gritos de placer de ella también se volvieron mas débiles.

En esa nueva posición se le ofrecía una nueva oportunidad a Alberto que ya llevaba varios minutos alrededor de Eva. Había intentado que ella le hubiera dado nuevas atenciones a su polla pero solo la había podido ayudar a que esta se hubiera ofrecido mas profundamente a su amigo.

Se situó detrás de ella y apunto, imagino porque no lo veía desde mi posición, al pequeño agujerito de su culito, ella al sentir el contacto intimo paro de moverse. Pero no hizo nada mas, siguió jadeando pesadamente y con su actitud pareció decirle al muchacho: adelante machote.

El chico tuvo que empujar con un poco de fuerza para introducirse dentro de ella, y con razón, ese rincón había sido vetado desde siempre para un servidor. El mamon sin saberlo estaba haciendo historia y nunca lo sabría.

El de abajo seguía quieto como si fuera un dulce muerto, dejando escapar de vez en cuanto gemidos. Y sobre el los dos cuerpos se movían ardientemente a diferentes velocidades. Ella lentamente disfrutando cada uno de los segundos y en todo lo alto Alberto a un ritmo alocado, que ya era la marca de la casa.

El trío duro poco, Alberto descargo dentro entre gritos de devoción cristiana, se estaba convirtiendo en un vicio muy feo rellenar a mi novia con crema como si fuera un buñuelo.

Ángel ocupo el lugar de su amigo y esta vez su pene se debió introducir mas fácilmente. Se repito el argumento, definitivamente eran chicos de costumbres metódicas. Aun tuvieron tiempo de repetir una vez mas cada uno. Y ahi se les cerro el grifo. Nos había mas balas se tumbaron en los sofás y se durmieron como solo lo hacen los bebes.

Mientras Enrique y Eva seguían con su juegos, su mete saca sin fin, el espectáculo se había vuelto monótono. Aunque ellos seguramente no dejaban de disfrutar sin limites.

La cabeza me daba vueltas, me preguntaba como había podido dejar que esto ocurriera. De repente caí en la cuenta que también andaba por ahí su primo. Lo vi todavía sentado en el sillón, del que parecía no haberse movido. Su bañador tenia una enorme mancha de humedad y tenia una cara... bueno la misma que debía de tener yo. Como preguntándose: esto que coños ha sido ¿un sueño? Mejor dicho una pesadilla pensé.

Ahí perdí un poco la noción del tiempo, miles de ideas revoloteaban en mi cabeza. Miraba los dos cuerpos fuertemente soldados pero sin ver en realidad nada.

No se cuanto tiempo paso. Por fin mi chica paro, se retiro torpemente los cabellos negros que le cubrían la cara y se desacoplo. Un montoncito de semen se mantuvo en equilibrio apenas un suspiro en la punta de tan prodigiosa maquina, para al instante cayo pesadamente sobre la barriga del chico. Y allí se quedo haciendo un simpático montoncito.

Eva incorporándose no perdió detalle de tan curiosa escena al igual que yo. Le mire su rostro. Estaba congestionado y unas babillas caían por las comisuras de sus dulces labios.

Ese rostro suyo me era conocido, también nosotros habíamos tenido buenos momentos como aquellos. Y como por encantamiento volví a ver en ella la cara reconocible de esa persona a la que amaba. Ella se recostó al lado de enrique pero sin tocarle, acurrucada como un ovillo y pareció dormir. Pude dar un ultimo vistazo a su coño todavía exageradamente dado de si.

Confundido salí del chalet, vague como perdido varias horas andando por la urbanización. Miles de ideas asaltaban mi cabeza. Ya de noche regrese a casa y todo volvió a la normalidad. A la vida tranquila de pareja y a los inocentes juegos de los chavales, que se habían convertido en hombres. Nadie me pregunto porque demonios había vuelto a casa en chándal, seguramente todo teníamos demasiado cosas que pensar esa noche.