La violinista (1)

Lo que te puede pasar en una boda..aburrida...

La violinista (1ª parte)

Menudo día caluroso de julio, ya es triste que te inviten a una boda en un hotel al lado de la playa y no poder ir en todo el día.

Todo ocurrió cuando mi amigo juan me invitó a su boda, pero es que la gente no puede esperar a que acabe la crisis para casarse. Me dijo que la boda iba a ser en un pueblo con playa, en el único hotel que tenía el pueblo. Llegado el día de la boda menos mal que tenía reservada habitación para no tener que coger el coche. La boda era por la noche y llegue tarde, no fui a la misa, llegué justo para entrar al comedor. En el momento de entrar me pregunté que coño hacía yo allí, en una boda que sólo conocía al novio. Miré donde me tocaba y “bingo”, una buena mesa. Estaba rodeado de cinco mujeres y un tío, y no conocía a ninguno de ellos. Presentía que después de todo me lo iba a pasar bien. Que equivocado estaba, las tías estaban bien vestidas pero parecían salidas del convento y además de mojigatas eran sosas. No esperé que los novios acabaran de cortar la tarta cuando ya estaba en el bar del hotel pidiendo un cubata.

Estaba sentado en la barra cuando oigo a mi espalda una voz femenina:

-         Ponme un ron con naranja, por favor, que llevo una noche…

Automáticamente me di la vuelta y me encontré una chica rubia con un vestido blanco, cogido en la cintura con un cinturón rojo y zapatos a juego.

-seguro que tu noche no es peor que la mía, me llamo Jose.

-Hola soy rita.

- Te puedo invitar a una copa y me cuentas por qué tienes esa cara de agobio.

Le conté como me había visto obligado a ir a la boda sin conocer a nadie. Durante la siguiente hora me contó que era la organizadora de un curso de música con más de setenta alumnos y que se alojaban durante toda la semana. Me explicó que la semana en que se celebraba el curso ella dormía muy poco porque estaba pendiente de todo, pero que afortunadamente hoy era el último día que estaban en el hotel porque al día siguiente el curso terminaba. En esa conversación estábamos, ya con la segunda copa, cuando me di cuenta que estaba excitado. Le coloque una mano en su muslo y me miró sonriendo con un brillo en los ojos. Cual fue mi sorpresa cuando me dice: es mejor que vayamos a tu habitación a tomar la última.

Casi no me da tiempo a cerrar la puerta de la habitación cuando ya me había plantado un morreo y me estaba sobando el paquete. En un momento se separa, suelta su cinturón, se baja los tirantes, y su vestido hasta los pies. Físicamente estaba bien, aunque casi no me dio tiempo a apreciarlo porque al momento ya estaba de rodillas frente a mí con mi polla fuera de la bragueta. Se quedó mirándola un momento mientras yo me bajaba los pantalones y calzoncillos hasta los pies. Me dio un roce con la lengua en la punta y ya se me pusieron los pelos de gallina. Se quedó mirándola otro poco y zas…hasta los huevos.

Me estaba matando de placer llevaba un rato mamándola como nunca me lo habían hecho. Empezaba a gemir cuando se paró, se puso de pie y al tiempo que desabrochaba su sujetador de encaje me dijo: vamos a la cama. Yo la cogí y la empujé a la cama quedándose ella boca arriba. Le quite las bragas y le di un morreo. Seguí bajando por sus pechos, su ombligo hasta llegar a su clítoris. Le chupé su coño y fue el mejor menú de la boda. Hubo un momento en que atrape su granito con mis labios y lo masajeé con la punta de mi lengua. No duró 5 segundos, un temblor al compás de gritos y el primer orgasmo de la noche.

Me estaba retirando cuando me dice: fóllame cabrón. No me hice de rogar, fue entrar la punta y hasta adentro. La deje toda dentro y me dijo que no le cabía. La saque otra vez casi hasta fuera, cuando me dice: te he dicho que me folles, cabrón. Me cogió con las dos manos del culo y otra vez hasta dentro. Yo estaba tan excitado que ya no sabía lo que hacía y estuve follándola un rato hasta que no pude más y me corrí dentro llenándolo todo con mi leche.

Desperté cuando aún era de noche, estiré la mano y me encontré con alguien en mi cama. Después de un rato me acordé de mi aventura nocturna. Al recordar los detalles mi polla se puso otra vez a pedir guerra. Estiré la mano y me encontré con el vientre de rita. Estaba dormida boca arriba tal y como la había dejado la noche antes. Fui bajando la mano poco a poco hasta encontrarme con su coño estaba completamente empapado de mi corrida. Metí la punta de un dedo y gimió de dormida. Cuando se despertó yo tenía dos dedos dentro suyo a la vez que le masajeaba el clítoris con un tercero.

  • fóllame

  • no lo voy a hacer

  • fóllame cabrón.

Saqué mis dedos de su coño impregnados con sus líquidos y mi semen y apoyé uno en su ano.

-segura que quieres que te folle.

No tuve respuesta. Presione mi dedo y entro hasta algo más de la mitad en su ano.

  • estás segura que quieres que te folle.

-         Ahha…

Fue suficiente respuesta. Estuve metiéndole primero con un dedo y luego con dos hasta que se fue dilatando. Le estuve follando un momento el coño para lubricar y al sacarla se la apoye en su hoyo trasero. Fue ella misma que empujo y poco a poco se la fue metiendo hasta dentro. La deje un rato dentro sin moverme.

-         te gusta mi culo…pues dame fuerte maricón.

Fue como una espoleta, estuve follandome su culo a la vez que me moría de placer por la presión en mi polla. Ella no paraba de gemir. Llegó un momento en que la saqué.

-         ¿quieres que te siga follando ese culo de puta?

Ella se dio la vuelta, se puso de rodillas y se la volví a meter otra vez en su ano. Ahora la manejaba yo su cadera iba hacia detrás y hacia delante al ritmo que le imponían mis manos. No pude tener el control por mucho tiempo pues el placer me supero, mi cuerpo se empezó a mover ajeno a mi voluntad y al momento ya estaba gritando como un descosido mientras eyaculaba en su culo. Me desplomé con ella encima de la cama. Se había corrido también pues todavía notaba sus temblores. Nos pegamos una ducha se vistió y tocando con un dedo la punta de mi pene, dijo: encantada de haberte conocido. A continuación me dio un morreo y se marchó.

Yo estaba que no cabía en mi, no disfrute de la fiesta, no fui a la playa, pero tuve la mejor noche de sexo de toda mi vida.

No quería ir a la boda, y ahora pienso - ¿Cuándo me invitarán a otra boda?-