La violación de Doris y su abuela
Esta es la crónica de la violación, de una mujer de 26 años y su abuela. Tiene poco de erótico, en el sentido estricto de la palabra, aunque dice bastante de la condición humana.
Mi nombre es Doris.
Lo que nos pasó a mí y a mi abuelita sucedió en San Félix. Vivo en Ciudad Bolívar, con mi marido y mis dos hijos, llevamos 5 años casados y mi marido tiene aquí un buen empleo, siempre hemos vivido bastante bien.
Debido a que la enfermedad de mi abuelo de 80 años, se agravo yo me fui a cuidar de él y de mi abuela, porque sus hijos, tanto mis padres como mis tíos, marcharon hace ya tiempo a España donde están trabajando, tratando de juntar un dinero para regresar a vivir aquí, con el resto de la familia. Lo hable con mi esposo y estuvo de acuerdo en que pasara unos días con ellos, hasta que mi abuelo se repusiera lo suficiente, él junto con su hermana que vive cerca nuestro, se encargaría del hogar y de los niños.
Yo tenía 26 años cuando sucedió esto, soy algo entradita en carnes, unas tetas grandes y "apetecibles" según mi marido, pero lo que mas llama la atención es el tamaño de mi trasero.
Es bastante abultado y son muchos los que se giran al verme pasar, incluso alguno me dice, qué me haría y como, esas cosa aunque a veces son "desagradables" al oído, no lo son tanto a la vanidad femenina, aunque nunca di pie a nadie para que hiciera nada.
Por desgracia ese cuerpo, fue el motivo de mi tragedia. Marche a San Félix a casa de mis abuelos, me instale después de un largo camino, son solo algo más de 100Km, pero se hacen tomando tres autobuses diferentes, con las esperas correspondientes en los enlaces.
Mis abuelos viven en un barrio marginal, los primeros días no tuve problemas, salía a comprar les guisaba comíamos y si hacia buen tiempo, salíamos a pasear un poco, algo que el medico recomendó a mi abuelo, para que el azúcar bajara, que es el problema principal que tiene.
Una noche estaba durmiendo en mi habitación y vi por la cortina de la ventana, una sombra que pasó y fui a ver, pensando que era mi abuelo que se había levantado, hay noches que si no puede dormir, sale al porche a tomar el aire.
Salí solo con el camisón que empleo para dormir, mi sorpresa fue ver que en la sala había tres hombres, encapuchados y armados. A mi me apuntaron y amenazaron con el arma, para que volviera a entrar a la habitación, mientras dos me amarraban las manos a la espalda y me ataban los pies, estaba muy asustada pero trate de suplicarles que no me hicieran daño, riéndose me golpearon y amordazaron y me tiraron sobre la cama boca abajo. Luego dos de ellos siguieron a la otra habitación, donde estaban mis abuelos, ahí escuche unos gritos, era mi abuela que suplicaba que dejaran a mi abuelo tranquilo, estos desgraciados los amordazaron también.
Me trasladaron a la habitación de mis abuelos, allí pude verlos amordazados y sentados en un sillón a los dos, me tiraron bruscamente sobre la cama y así amarrada como estaba, con una navaja me rajaron el camisón y marcaron un poco mi piel, no les importaba demasiado si me herían, comenzó un "gordo" que al parecer era el líder a violarme por la vagina, mientras un "negro" peludo me hacía chupársela, me costaba respirar, lo que tenía ese monstruo era inmenso, en ninguna de las revistas, que me había enseñado en ocasiones mi marido había visto algo así.
Había uno "flaco" y alto que se quedó sentado al lado de mis abuelos, solo riéndose y le daba golpes a ellos para que vieran como me violaban, cada vez que giraban la cara para no ver lo que me hacían. Que rica está ésta gorda, yo pensé que estaría más "aguada"
Decía mientras se reía el que me violaba por la boca y me atragantaba cada vez que se le ocurría dejármela al fondo de la garganta, hasta ese día nunca antes había hecho semejante cosa y es que somos un poco tradicionales en todos los aspectos, mi marido quería que el sexo fuera algo más animado de lo que había sido hasta entonces. Cuando se corrió el "gordo" en mi vagina, me dolía todo el cuerpo, mas por las ligaduras y los empujones que me daba que por la violación en sí misma, era un mierda que tenía la polla como de crio.
El "negro" me la saco de la boca y pasó a ocupar del todo mi vagina, ese sí que tenía una "tranca" grande y cada empujón que me daba parecía que quisiera partirme, abriéndome las carnes. Después de un rato que me pareció interminable acabo por correrse también, yo estaba muy dolorida, chorreando semen por mis piernas y llorando en silencio.
En eso se levantó el "flaco" que estaba al lado de mis abuelos y le dijo a los otros. ***"A mí me toca darle por el
chiquito
a esta gorda"***
Mientras se reían los otros. Yo le suplique que no me hicieran eso, pero solo escuche sus risas. Me obligó a chuparle su inmensa polla primero, me decía que si no lo hacía matarían a los viejitos, después de lo que me había hecho el "negro" le chupe fuerte para ver si acababa sin necesidad de que me follara el culo. Entonces no sé de donde apareció el "gordo", me volteo se montó encima y me abrió las nalgas para que su compinche me penetrara el culo.
El muy desgraciado me untó una crema y empezó a introducir su gran pene en mi pobre culo, mientras riendo decía.
"Compadres esta parece que está un poco estrecha, le pongo crema porque la última que me cogí estrecha casi me despelleja la pija". Añadió.
"Hacía días que observaba este culote y quería romperlo"
Ante tal comentario, se reían los demás. Sentía un gran dolor en mi culo, con cada nueva embestida de esa fiera y junto con el dolor, unas ganas de cagar inmensas. Pero eran unos salvajes, el "gordo" ya se había recuperado y me obligó a chupársela, aunque era la más pequeña de los tres, este fue el único que se preparó para correrse por entero en mi boca y con decisión dijo al flaco.
Párate un momento, mientras esta gorda se traga todo lo que le voy a dar, no sea caso que con los empujones que le estas dando me muerda.
Cuando me puso una navaja en el pescuezo y me dijo.
Trágatelo todo y si se sale algo, lo pagaran los viejos.
Cuando se vacío del todo y yo me lo había tragado le dijo a su compadre el "flaco" que continuara. Así estuvieron esos desgraciados hasta que se corrió el "flaco" en mi culo, yo sentí un alivio cuando me inundó de leche, parecía que eso se terminaba. El desgraciado, sacó su gran pene lleno de mierda y sangre, ante la gran risa de sus compinches, él les dijo: "Estaba virgo ese culo, Miren como me la lleno de bosta" Luego fue y se la limpio en la cara de mi abuela. La pobre lloraba abundantemente, amordazada. El desgraciado se limpiaba la mierda del pene con las lágrimas de mi abuela y se reía.
Los otros le dijeron que no fuera tan perro. Pero también se reían a carcajadas. El desgraciado dejó a mi abuela con la cara, toda sucia de mierda y dijo que se iba a bañar.
El "gordo" sin pensárselo, todo y ser el que la tenía más pequeña me la había metido en el culo también. Luego vi que el "negro" se levanto con su gran pene al aire y me obligo a chapárselo por mucho rato, obligándome a tragar también todo lo que expulso que no fue poco, sin sacarla de mi boca note como iba perdiendo erección, entonces aprovecho para mearse en mi boca, el "gordo" se partía de la risa. Así estaba yo después de sufrir una doble violación y la vejación que representa que te meen en la boca, cuando veo que entra el "flaco" desnudo y mojado a la habitación y le dice a sus compinches. "Vine a busca un culo porque me he vuelto a empalmar".
Agarro a mi abuela por el pelo, la levantó casi en peso y se la llevo.
Los otros le dijeron:
"Ten cuidado no mates esa viejita" y comenzaron a reírse otra vez. El les dijo " Tranquilos le voy a dar por el culo nada mas " y salio riéndose. Mi pobre abuelo se retorcía en el mueble, tratando de decir algo al ver a su esposa que la iban a violar. Acabaron los dos que estaban conmigo.
Se escuchaba la ducha y unas risas al fondo. Al rato entró el "flaco" desgraciado ya muy bañado y le dijo a los otros. "Revente dos culos de fabrica hoy, la viejita también lo tenia original" y soltaron las carcajadas los otros. Yo lloraba pensando si mi pobre abuela estaría viva o muerta en ese momento. El desgraciado "flaco" le contaba a los otros lo que le había hecho. "A la viejita se la metí con jabón para lavarle las tripas" Al rato se vistieron y soltaron a mi abuelo después de golpearlo, el pobre no se podía ni mover de la paliza que le dieron.
Hasta que pudo soltarme y fui muy dolorida a buscar a mi abuela. La encontré tirada debajo de la ducha, con el mango del cepillo que suele emplear para bañarse, incrustado en el culo. Cuando se lo saque la pobre comenzó a cagar sin poder contenerse. Luego la bañe y me bañe yo también como pude, después de acostarlos a los dos prepare unas infusiones, para tranquilizarnos un poco los tres.
Al día siguiente hablamos con algunos de nuestros vecinos, hubo quien comento que esa era "mala gente", que hacía ya tiempo que había ataques semejantes por la zona. Hicimos la denuncia ante la policía, han pasado ya seis meses y todavía no hemos recibido respuesta sobre estos desgraciados.
Sabemos que han atacado a más gente de la zona pero todo sigue igual, cuando preguntamos a la policía por el asunto, siempre tienen cosas más importantes que hacer.
Doris nunca conto a su marido lo sucedido, en la visita a sus abuelos, temiendo una mala reacción por su parte.