La violación de Ale

Ale fue vejada en el bus (Barristas), ahora en su casa piensa en lo ocurrido, pero se le avecina algo peor, Diego no le personara el dejarlo plantado.

Diego estaba furioso, planeaba esta noche con Ale desde hace semanas, no he invertido mi tiempo y mi dinero en esa pendeja para que me deje plantado, cuando por fin se la iba a collar, decía a regañadientes mientras caminaba a casa., esta mina me las pagas, seguro que me las paga.

Diego sabia muy bien que Ale estaba sola, su madre estaba de viaje, no volvía asta el lunes y hoy es viernes por la noche, algo se me va a ocurrir seguro que se me ocurre, pensó.

Ale estaba en casa, escucho el timbre de la casa, sabia que era Diego y deseaba abrirle, pero no se sentía capas, aun pensaba en como la manosearon un grupo de chicos y como muy a pesar suyo disfruto mientras el tipo del cuchillo le comió el cono, definitivamente eso era lo que la tenia afectada, que le comieran el cono no fue tan terrible, el disfrutarlo, eso la avergonzaba, en parte sintió culpa, aun pensaba en la lengua del hombre dentro de su cuerpo, aun se estremecía al sentir como se le acariciaba su clítoris, deseaba sentir en nuevamente aquel dedo en su ano, Ale sin darse cuenta estaba muy excitada, estaba acariciando sus carnosos labios, tocaba su clítoris, e introduce levemente el dedo en su coño, mientras Se acariciaba sus pechos firmes y pequeños, apretando con fuerza su pezón, hasta ya no poder mas, acabo en su mano quedando llena de sus jugos más íntimos, metió su mano completa en su boca, repitió esta operación en varias ocasiones.

Ahora Ale se siente mas responsable de lo que le sucedió, pero ya no le molesta tanto, la culpa empezaba a desaparecer y era remplazada por morbo.

Eran las once de la noche y Diego estaba de pie frente a la casa de Ale, ya no viste con su mejor ropa, ahora lleva un pantalón negro y una remera negra, en el bolsillo un pasa montañas y un buen numero de condones, Ahora vera esta puta, pensó diego, aunque aun no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo, pero se decidió a entrar.

Ale estaba en la cocina, tiene puesta una diminuta tanga naranja y una bata de seda blanca que realza su figura, no escucho cuando Diego entro por la ventana del baño, sin darse cuenta, tenia una toalla sobre su boca, quiso gritar, pero un mareo la inundo trato de luchar pero era demasiado tarde, ya estaba sin fueras, para caer desmayada.

Diego puso a Ale sobre la vieja cama de bronce, que estaba en la habitación de Ale, la acomodo con cuidado, busco el cordel de la ropa que estaba en el lavado, saco 4 trozos de el y amarro a Ale de pies y manos a los barrotes de la cama. levanto su cintura y acomodo un cojín bordado la pelvis de Ale mas alta que el resto de su cuerpo, abrió la bata dejando sus pechos blancos y tiernos coronados por un pequeño pezón rosa al descubierto, la postura era provocativa, era la simpleza de su belleza y la pureza de su desnudes, lo que excitaba a diego, bajo a la cocina a beber un cerveza mientras despierta.

No pasaron mas de treinta minutos cuando Ale despertó, se sentía mareada y confusa, sabia bien donde estaba, era su dormitorio, le duelen las manos y tobillos, trato de moverse, quiso gritar pero sus gritos eran ahogados por un paño en su boca.

Diego siente a Ale y se arma de valor, las cervezas ayudaban, mas de una vez pensó en irse y dejara a Ale ahí, pero la deseaba en demasía, se tapo la cara y entro a la habitación, el espectáculo era seductor, aquel cuerpo de 15 años de piel tersa y pálida, pequeños senos firmes, ella lo miraba con desesperación trataba de moverse, sus ojos reflejaban el terror de ver aquel hombre, con el rostro cubierto y un cuchillo en la mano. Diego se sigue extasiado mirando a aquella niña, e instintivamente se abalanza sobre ella y corta sus bragas dejando al descubierto los tiernos labios del coño de Ale, que se entregaba por completo al haber sido totalmente despojado de sus bellos, lo que sumado a la postura de ella, permiten ver el rosa tono de sus zona cavernosa. Diego tenia una erección como nunca antes.

Sus manos recorrían el cuerpo de la chica, acariciando con fuerza, hasta llegar a sus pechos, atrapa los pezones entre sus dedos apretándolos con fuerza, el dolor se reflejaba en los ojos de Alejandra, tenia miedo, las lagrimas recorrían su cara y llanto era ahogado por el paño en su boca, sus ojos se abrieron aun más al sentir como aquel extraño introducía la lengua en su coño, con gran brutalidad, la lana del gorro rozaba su clítoris, rapándolo sin compasión, la brutalidad del contacto demostraban la desesperación del hombre por saborear aquellas carnes.

Ale lloraba, seria este su castigo por haber disfrutado cuando la comieron en el bus, por sentir placer y masturbarse pensando en ello, no podía dejar de pensar, su clítoris comenzaba a doler el roce de la lana era mortal, el hombre la toma por la cintura apretando aun mas su cara al cuerpo de ella, dejo de lado la ansiedad y comenzó a disfrutar de su presa, pasaba su lengua lentamente por la raja de Ale, sus carnes estaban coloradas por el salvajismo del primer asalto, sus movimientos ahora suaves, estremecían el cuerpo que tenia sometido, estaba decidido a beber los jugos de aquélla niña, así jugo con su clítoris envolviéndolo en su lengua, aquel botón de placer se convirtió en su obsesión, lo acariciaba, lamía, mordisqueaba. Ale no puede contener el placer que estaba siendo obligada a sentir, cuando el enmascarado habilidosamente la masturbaba, su cuerpo se estremeció en un brutal orgasmo, sus gritos de placer se ahogaron nuevamente el paño, el hombre bebe los jugos de Ale no quiere perder nada, comienza a lamer el culo de la niña para rescatar aquellos que has ido a dar ahí.

El morbo de Diego aumenta, su sed de placer crece a cada instante, decide apagarla por lo que sigue masturbando a la Chica, mientras su lengua ahora comienza a acariciar un pequeño orificio, aun virgen que acaba de descubrir, poco a poco comienza a humedecer el ano de la niña, con una mano la masturba, con la otra se ayuda a separar los cachetes, su lengua ya no solo pasa superficialmente, aquella cueva comienza a ceder ante los embates del húmedo intruso, se ayuda con el dedo, ella se mueve, como tratando de huir, pero no saca nasa, el dedo penetra las defensas, ella tiene un segundo orgasmo, sus jugos esta ves corren por concha hacia el culo, de ahí son bebidos por el hombre.

Ale ya ha acabado dos veces, se siente culpable, y dolorida aquel hombre se ha introducido en culo, un territorio aun inexplorado, mira con terror como el se acerca a ella y frente a su cara baja Sus pantalones dejando al descubierto una verga de al menos 20cm de largo y cuatro de ancho, los ojos de ella brillan, tiene miedo, se mueve para zafarse pero todo es inútil, el hombre se monta sobre ella y de un solo golpe entra en la concha de la niña, ella siente dolor, esta demasiado lubricada, pero el tamaño de aquel hombre es demasiado para su pequeño cuerpo, siente como el se mueve con furia en su interior, desgarrando su cuerpo, siente que se va a partir en dos, la mezcla de dolor y placer, es inevitable, esta demasiado sensible, solo hace un rato se masturbo y este maldito ya le ha dado dos orgasmos, la fuerza del bombeo la obliga a estalla en un orgasmo furioso que estremece cada centímetro de su cuerpo.

Al sentir los jugos de aquella niña en su verga, el hombre la saca y contempla su obra, mira como tirita de placer ella mueve su cabeza, ve como lucha por resistir, él se siente muy bien, recuerda que aun posee un trabajo inconcluso, dirige su verga al ano de Ale, que aun esta húmedo por la saliva y algo dilatado por el dedo, la virginidad de aquel orificio no es barrera para su lubricada verga y de un solo empujón se introduce en el, se estremece de placer al sentir como aquella cueva atrapa su miembro, y de un duro segundo golpe entra hasta que las bolas quedan pegadas en sus nalgas.

A ale la embarga un profundo dolor, casi asta el desmayo, siente como aquella bestia la ha enculado y la enviste una y otra vez, no deja de llorar, su cara esta totalmente manchada por sus lagrimas, ve la excitación en sus ojos, como comienzan a desorbitarse, siente mayor furia en sus envestidas, cuando de pronto en lo mas hondo de su culo siente furiosas descargas de semen, que van llenando sus intestinos, el hombre se aprieta contra ella, entregándole todo, después ella ya no siente nada, solo el grito de placer que aquel hombre.

Diego grita de placer al acabar dentro de aquel estrecho ano, se mantiene dentro de ella y se mueve suavemente aumentando el placer, cuando ya no queda ninguna gota por entregar sale lentamente, mira como del culo aflora una mezcla de semen y sangre que baja por su raja, solo sonríe. Se sienta en la cama y decide ir por otra cerveza.