La vieja sociedad (2)

El viejo cerebro hace de las suyas nuevamente.

La vieja sociedad 2.

Eran cerca de las 9 pm, y el timbre de la lujosa mansión anunciaba la llegada de los miembros de la vieja sociedad, esta ocasión fueron recibidos por rollizas mujeres, vestidas en baby doll de color morado, llevaban largas uñas de manos y pies igualmente maquilladas, las vulvas estaban llenas de pelambre teñido de morado, sus rostros cubiertos por un velo morado.

Les otorgaron túnicas y sandalias a la antigua usanza romana.

Acompañaron pues a los senectos personajes hasta el sótano, lugar de los encuentros, ahí los esperaba el anfitrión, esta vez fue César.

-Ave César – Dijeron todos. -Ave pueblo, Daremos inicio a nuestro espectáculo, - con un ademán indicó el César

Dicho esto, salieron criados de piel negra, cubiertos por un taparrabo, con deliciosos manjares, las rollizas mujeres servían vino tibio con miel, y una corte de doncellas, bailaban al ritmo de música de arpas. Al ritmo de las esqueléticas bailarinas, los vejetes comían los manjares y consumían vino.

Los “esclavos” se colocaron a un lado de la mesa, y las rollizas mujeres se arrodillaron y comenzaron a mamar las negras vergas, tratando de meter lo más que podían los enormes trozos de carne...

De las delgadas bailarinas, sobresalía una de tez blanca, flaquísima, extremadamente flaca, sus pechos apenas eran un par de colgajos, sus costillas eran más notorias, su abdomen demasiado breve, su cinturón pélvico prominente, dejaba adivinar los huesos propios del lugar, sus ojos eran de color verde, grandes, enormes pestañas, su boca de gruesos labios. Bailaba cachondamente, como una serpiente en medio del desierto...sus pies eran delgados y pequeños, cosa que llamó la atención de una de las gordas que no dejaba de observarlos...

Los vejetes ya estaban satisfechos, y estaban observando el espectáculo oral de las rollizas...de pronto las bailarinas (4 para ser exactos además de la flaca) comenzaron a comer como nunca, atragantándose unas a otras, mientras la más flaca seguía con su erótica danza...

Las chicas entonces con la cara llena de comida, se dedicaron a beber vino, cuan más pudieron... Los esclavos comenzaron a eyacular uno por uno, en la cara y pecho de cada rolliza mamadora, y colocaron entonces una tina blanca en medio del escenario...

La delgada mujer, se despojó de su escasa ropa y se introdujo en la tina, dejó sus pies de fuera, cosa que aprovechó la gorda que había observado las extremidades, se acercó y le lamió dedo por dedo, midió su mano con el pie de la flaquita y sin más, se lo introdujo en la vagina hasta donde más pudo, parecía como su la gorda estuviese pariendo a la chiquilla, eso despertó los aplausos de los vejetes, mientras otra gorda hacía lo mismo con el pie opuesto de la flaca.

Poco después de los enormes orgasmos, se acercaron las otras bailarinas, hasta la tina, se colocaron alrededor, y sacaron de entre su escasa vestimenta unas plumas blancas, que introdujeron en sus respectivas bocas tocando la úvula, ese pequeño centro disparador de la nausea y aconteció que las arcadas no se hicieron esperar, y una a una comenzaron a vomitar sobre la flaca de la tina quien recibía el contenido gástrico con el mayor placer inimaginable, bañándose en esa lluvia con partículas de comida, vino, jugos gástricos, se batía en la tina, tallaba su cuerpo frenéticamente, abría la boca de cuando en cuando para probar las vomitadas que le ofrecían...

Los esclavos fueron acercándose a la tina y dirigieron sus negras vergas al cuerpo de la vomitada chica, ofreciendo ahora una lluvia dorada, de gran intensidad, cosa que la esquelética mujer tomaba ávidamente, eso sucedía mientras que los vejetes se masturbaban unos a otros, sus cansados penes llegaron a la eyaculación sobre las caras de las gordas...

Exhaustos por el esfuerzo se tiraron sobre los cojines de plumas, y vieron como la flaca seguía revolcándose en la mezcla de vomito y orín, mientras los esclavos levantaban la tina y se la llevaban.

Por ese día la sesión había terminado, los vejetes durmieron en el sótano por espacio de 4 horas, acto seguido fueron despertados por los criados pues un excelente desayuno estaba por servirse en el comedor de la casa...

Ya prepararían otra reunión.

Pronto.