La vieja de las cabras

Relación completamente distinta entre un joven y una abuelita. (Zoofilia - Sexo con maduras )

Comencé a trabajar de vendedor, puerta a puerta de un gran supermercado. Como mi trabajo siempre lo hice en forma satisfactoria, poco a poco fui ascendiendo hasta pasar hacer el vendedor estrella. Dentro de mis clientes se encontraba un gran restaurante y un gran hotel a las afuera de la ciudad, donde se entregaban grandes cantidades de alimentos para los turistas que subían a la montaña. Pero aparte de estos grandes clientes, tenía de todas formas que repartir algunos pedidos en casas que quedaban camino. Era básicamente lo pedidos del mes para 5 casas que quedaban en esos apartados lugares, donde la posibilidad de comprar cualquier cosa, era completamente nula.

Aunque mis ganancias por este reparto eran muy bajas, me gustaba ir siempre a mi, ya que las ganancias del hotel y el restauran superaban con creces mis ventas en la ciudad y el reparto a esas casas, con gente en extremo amistosas me servía para distraerme, salir de mundanal ruido de la ciudad.

Cada casa era una parada distinta, ya que la distancia entre una y otra eran aproximadamente como 2 a 3 km.

La casa de doña Eulalia, doña Lula como yo le decía de cariño, era la mas apartada de todas, incluso yo tenía que dejar el camión ¾ en un desplaye al lado de la carretera y subir un pequeño cerro, donde se encontraba doña lula, en una pequeña casita, llena de cabras y ovejas. Doña Lula vivía de los quesos de las cabras, que ella misma hacía y vendía a la gran cantidad de turistas que pasaban por la zona.

Doña Lula era una mujer completamente sola, con 2 hijos que rara vez la venían a visitar, con suerte una vez al año. Era un viejita muy delgada, chiquita de porte, de unos 72 años, con solo su pelo mezcla de blanco y negro, pero que aun se mantenía muy jovial, ya que sin ningún problema era capaz de tomar una cabra, amarrarla etc., cosa que ni yo con mis 35 años podría hacer con la facilidad que ella lo hacía. Gozaba de una salud envidiable.

Después de visitarla casi por 2 años, una vez al mes, nuestro trato muy ameno, ya que era una de las pocas visitas que recibía. Siempre en su encargo iban varias cosas de mas, que me sobraban de repartos anteriores, como atención para ella, y ella siempre me mandaba de vuelta con pan amasado en horno de barro y huevos de gallina de campo, completamente distintos a los que vendíamos en el supermercado.

¡Hola mi amor ¡

Hola mi niño, ya calculaba que podrías aparecer

Como ha estado Lulita

Muy bien, gracias a Dios, y a ti ¿como te ha ido?

Muy bien no me quejo

Dejando las cosas dentro de la casa, salí a ver lo que hacía la viejita. Como en mi trabajo no tenía horario, siempre me quedaba con ella un buen rato, respirando aire puro y dejando atrás mis problemas

Conversábamos muchas cosas mientras ella continuaba haciendo sus cosas y yo ayudándola en lo que podía.

Oiga doña Lula, ¿ y ese chivo que esta encerrado ahí, es nuevo ?

No es mió , es de don Vicente, se lo pedí para que me preñara algunas cabras.

Y por que lo tiene encerrado

Es para que se acostumbre al lugar, pero ahora lo suelto, ya lleva mas de un día acá

La viejita diciendo eso, se levantó y abrió el pequeño corral donde estaba encerrado el animal, dejándolo junto a como 12 cabras. En seguida el animal salió y comenzó a caminar entre las cabras, olorosando sus colas. Al parecer eligiendo con cual de todas esas hembras, descargaría su pasión animal.

Al parecer le gusto una negra, que a mi gusto no era la mas bonita, pero a el si. La fue siguiendo un rato, hasta que colocándose detrás de ella, comenzó a follarla.

Era la primera vez que veía follar a un animal de estos. Era un poco incomodo, ya que la cabra continuaba caminando mientras el, levantado en sus patas traseras caminaba tras de ella sin dejar de montarla.

Oiga doña Lula , y a cuantas piensa que se va a follar el macho

Seguramente a todas, aunque de estas 4 mas o menos quedaran preñadas.

La suerte del chivo … ja ja ja .. 12 hembras para el solo

Seguro que usted allá en la ciudad tiene muchas hembras para usted, aunque no todas juntas

Bueno, no me quejo

Lo que es yo … ya hasta se me olvidó ja ja

Oiga doña Lula , su marido falleció hace como 15 años

17 años

Y después de el, … ¿nada de nada?

Como se te ocurre, si es tan rico ja ja , había un camionero que me pasaba a ver cada vez que pasaba por acá, así como tu, una vez al mes mas o menos, claro que mucho mas viejo, y me dejaba llenita hasta la próxima vuelta

Ja ja ¡que buena!

Pero un día ya no paso mas … y de eso van como 5 años.

Pucha que lástima doña Lula, y de por acá, ¿no habrá un huasito que le haga el favor?

Había , pero se murió …. Lo maté de puro caliente que soy, ¡ja ja ja¡

Ja ja ja … ¡es muy chora usted doña lula!

No mi niño, era el marido de la Sra. Rupe, se llamaba Gregorio, después que quedé viuda, se pegaba sus escapaditas para acá y hacíamos cositas, hasta que su señora se puso cachuda conmigo y no lo dejó venir mas solo

Oiga doña Lula , y esas historias que cuenta la gente, que de repente nacen cabras con rostros humanos, por que los huasos se las montan cuando se van mucho tiempo a los cerros ..¿son verdad?

Ja ja … no niño, como se le ocurre, son mentiras .. que los huasos se sacan las ganas con las cabras eso es normal , para nosotros, siempre se ha sabido, pero que las lleguen a dejar preñadas, no

Ah es verdad que se sacan las ganas con las cabras?

Si , es normal por esto lugares ..Mis hermanos siempre se las pescaban cuando eran jóvenes, incluso cuando ya eran mas grandes igual… la cabra nunca dice que no.... no ve que por acá fuimos los primeros .. antes no había nadie mas

¡No le puedo creer!

Es verdad, si incluso yo misma a veces se las sujetaba, para que ellos se las montaran

Me imagino a sus hermanos haciendo eso , bueno si no había mujeres cerca … oiga doña Lula y usted … como lo hacia

Yo … aunque me da vergüenza, también lo hacia , pero con menos frecuencia que ellos

¿Como lo hacía?

Con los chivos … son mejores que los hombres

¡No le puedo creer!

¡No le digo! … me subía la falda, sin calzones y el chivo se me paraba atrás y me hacía suya

Ja ja ….. Me la imagino doña Lula …Y sus hermanos , ¿no le daba vergüenza que ellos la pillaran?

No, para nada .. a ellos les gustaba ver

¿Y nunca pensó que sus hermanos se podían entusiasmar con usted? … ¿o me va a decir que con ellos también pasó algo?

No … era pecado .. pero igual jugábamos entre nosotros

¿Cómo jugaban?

Yo era muy pícara. El papá nos mandaba hacer cosas y yo les decía que si hacían las mías, yo se las tocaba un rato, a si ellos hacían todo el trabajo y yo solo me tenía que sentar a su lado y tocárselas un rato hasta que terminaban

¡en serio! … ¡no le creo!

Si , es verdad … total mientras no me la metieran no había pecado

¿Y usted se sentaba y se las corría a sus hermanos?

Si , incluso a los dos al mismo tiempo, echaban competencias quien terminaba primero

Y doña Lula … y … disculpe mi curiosidad … pero .. ¿se las chupó alguna vez?

También lo hacía , no ve que dicen que la leche de pico hace bien para el cutis

¡Como se la esparcía en la piel?

¡No pues niño, me la tragaba! , como se le ocurre que me la iba a esparcir

Y no le daba asco o algo así

No, para nada , a mi me gustaba chupárselas a ellos, y me gustaba la leche de ellos, claro que ellos no sabían, … no ve que después ellos no me hacían las cosas.

Mire usted doña Lula, las cosas de la vida …. Y dígame otra cosa … ¿hace cuanto que no toma de esa leche?

Puuuuuuuuuuuuuu hace muchos años

¿Y la del chivo? .. no le ha dado por chupársela a el

Una vez lo hice, pero la verdad, no me gustó es muy amarga

La conversación siguió y siguió, y la anciana me contaba todas sus vivencias de juventud, con sus hermanos y después con el que fue su marido, con el camionero, con el vecino, como si fuera lo mas normal del mundo.

Yo estaba muy interesado en sus relatos y la verdad me había excitado de sobre manera. Pensaba en la viejita siendo follada por el chivo, y chupándosela a sus hermanos, tragándose la leche tan rica como decía ella. Ella como adivinando mis pensamientos me dice que al parecer me habían gustado sus historias

Si señora Lulita, la verdad que si y le digo algo más, me dejaron muy caliente sus historias

¿Si?

Le verdad que si …. ¿Por qué no me presta una de sus cabras, para sacarme el gusto?

¿De verdad? .. pero claro

¡ No como se le ocurre! … estaba bromeando

¿Pero por que no? .. no sea tonto … si quiere le amarro una

¡ No , como se le ocurre!

¿De verdad no quiere?

No, como se le ocurre, me daría vergüenza, mas encima con usted mirando ….. aunque si le soy sincero, no me desagrada la idea, me da curiosidad saber que se siente, pero no … quizás otro día

Bueno, cuando quiera … usted sabe que de acá no sale

No me va a quedar mas remedio que llegar a correrme una pajita

Si quiere hágasela no mas, con confianza

Ja ja como se le ocurre con Usted aca

Pero si el cuerpo pide … además no sería la primera vez que viera algo asi

Ja ja

Hasta si quiere yo le hago una

¿de verdad?

¡Pero claro! … aunque hace mucho que no lo hago y no creo que lo haga muy bien, pero si le sirve mi mano ….

La verdad tenía la verga durísima hace rato, me imaginé follándome una cabra y mas me calentó la idea, pero que la viejita me corriera una paja, tampoco era mala la idea, a si que accedí.

¿Lo dice en serio Doña Lula?

Claro , no me molesta para nada , y yo se que a ustedes les encanta … claro que no se con una vieja como yo

Sabe señora lulita, la verdad le voy a decir que si, porque me llega a doler la verga de tan dura que la tengo.

Sáquesela y vemos que podemos hacer

La viejita se arremangaba las mangas y se lava las manos en un balde con agua, y yo igual con algo de vergüenza, me desabroché el pantalón y me saque la verga para afuera.

¡La tiene bien grande mijito! Miré que gruesa ,,, seguro que hace muy feliz a sus mujeres

¿Ve que la tengo muy dura Lulita?

¡Claro que la tiene dura mijito! , ¡mire nada más! … pero quédese tranquilito, relájese que yo se la bajo

La viejita la tomó en su mano y fuertemente me la comenzó a mover de arriba abajo. Las manos de la Sra. Lulita, eran muy chicas y delgadas, además de ser en extremo ásperas. Con gran habilidad la movía de arriba abajo siempre a un mismo ritmo, cambiando de mano de repente cuando se cansaba. Yo a los pocos minutos me hubiese corrido, pero se sentía muy bien la mano de la viejita y me contuve, hasta que pasé mi límite de sensibilidad y quedé duro como una roca. La viejita me la casco por mucho rato.

Oiga mijo que tiene aguante… ¿o no le gusta como se lo hago?

¡ No Lulita, lo haces espectacular!, pero la verdad siempre me gusta hacerla durar lo mas que pueda

¡ Chiiiiiii ¡ … con ese aguante y con tremenda cosa, le deben llover las mujeres

La verdad no me quejo Lulita , tengo varias muchachas por ahí

Ya me imaginaba .. pero sabe algo mijo, va a tener que apurarse en botar la lechecita, por que ya estoy muy vieja y la mano se me canso

Oiga doña Lula .. ¿le cuento algo?

¿Que?

Que la verdad quedé bien metido con la cosa de las cabras y ahora que estamos en mas confianza …. Me estoy animando con uno de sus animales.

La verdad la viejita había echo su mejor esfuerzo en corrérmela, pero su vieja mano se había cansado, y con la calentura que tenía y una oportunidad a si, de hacerlo con un animal, nunca mas en mi vida la tendría, le dije a Doña Lula, que si me animaba hacerlo con una de sus cabras. La viejita picarona se levantó riéndose y me preguntó cual quería. Yo a diferencia del chivo, elegí la que a mi gusto era la más gorda, aparte de que se notaba un poco más limpia que el resto.

Doña Lula tomo un pedazo de cuerda, y levantando una puerta echa solo con palos, donde estaban las cabras, al poco rato la trajo bajo esa especie de galpón en donde estábamos. La amarró a un poste y con las manos en la cintura me animo a que intentara.

Igual me daba algo de vergüenza hacerlo, pero tenía que aprovechar la oportunidad. Total a Doña Lula la vería una vez al mes con suerte y como no teníamos nadie en común, no podría contárselo a nadie. Saqué un condón de mi billetera, cosa que le pareció muy gracioso a la viejita, ya que ni siquiera los conocía. Me miró con todo detalle como me lo colocaba y cunado estuve listo, con los pantalones en mis tobillos, me acerque al animal y me puse detrás de el. Incursioné un poco con mi dedo, hasta encontrar el lugar exacto por donde tenía que meterla. La señora Lula la tomaba de los cachos, para que no se moviera. Apunté mi verga al orificio señalado y de un golpe se la enterré hasta el fondo. La cabra intentó moverse, pero Doña Lula la tenía muy fuerte tomada.

Sentí divino la sensación de estar follándome un animal de esa especie, sentía los pelos del animal en mi vientre y piernas, y su interior perfectamente en mi verga. Una y otra vez, sin ninguna vergüenza, con la abuela mirando, me pisé a la cabra, sacándoselo varias veces y volviéndoselo a meter con mucha fuerza. La viejita miraba con mucha atención y mucho gusto, cada uno de mis movimientos. A lo lejos se escuchaban los autos pasar por la carretera mientras yo me sacaba el gusto con el animal. Como no tenía que esperar que mi pareja llegase al orgasmo, o que me fuera a difamar con sus amigas que soy mal amante, me centré completamente en mí, y rápidamente alcance mi orgasmo, casi olvidándome que la abuelita se encontraba ahí, dándole feroces topones al culo de la cabra.

Saqué mi verga de ese sorprendente lugar y sin ninguna vergüenza delante de la viejita, me saqué el condón y le pregunté donde podía botarlo y donde podía lavarme. La viejita me indico un balde con agua que estaba a mis espalda y mientras yo me lavaba, ella volvió a dejar al animal con el rebaño.

Al volver me preguntó que tal había sido mi experiencia, y le dije que fantástica. Se alegró mucho que la hubiese disfrutado y me invitó a tomar once, antes de que me fuera. Yo no tenía que cumplir horario, a si que encantado le acepté. Ya cuando la calentura anduvo pasando, igual me daba un poco de corte haberlo echo delante de la viejita, pero ella actuaba de una manera tan natural, que luego esa sensación se me pasó.

Entramos a la vieja casita de Doña Lula, y mientras ella ponía una negra tetera al fuego (leña), yo me senté en una silla ante la pequeña mesa. Ella preparo dos jarros con Té y colocó el pan a calentar al lado del fuego. Todo muy campestre, pero el sabor que tomaba el té y el pan calentado, con el olor de la leña, ni el mejor restaurante entregaba ese servicio.

Me comí como 4 panes y me tomé dos jarrones con té. Con el estomago completamente lleno iba a salir a fumar un cigarro cunado ella me dijo que no le molestaba el olor a cigarro en la casa.

Habíamos estado conversando del clima y de muchas otras cosas, hasta que Doña Lula, volvió a tocar el tema de la cabra, preguntando mi impresión. Le repetí que había sido una experiencia fantástica, pero que de todas formas, prefería a las mujeres.

En todo caso , doña Lula … con su mano también me hizo ver estrellas

Que bueno mijo que le haya gustado, aunque si soy sincera … me hubiese gustado que no acabara con la cabra , si no en mi mano

¡ de verdad Doña Lula!

Si po’

¡ Pero por que no me dijo Doña Lula ¡

Por que yo se que para Ud. Estar con un animal allá abajo, no lo puede hacer, y terminar con la mano de una mujer, lo puede hacer todos los días

Me dio una sensación rara, entre mezcla de vergüenza, pena por la viejita que quedó con ganas y reconozco que también algo de calentura.

oiga Doña Lula , a poco quedó con ganas de probar mi leche

No es eso … aunque igual le digo que me hizo recordar viejos tiempos, cuando venía el camionero

Pero sabe… si UD se anima a sacármela , yo no tengo ni un problema en dársela, al contrario

¿A poco ya tiene ganas de nuevo?

Seguro que si .. yo paso con ganas

Si Usted quiere mijo, por mi ningún problema … hasta ya me esta dando sed (dijo riéndose)

Y en que topamos entonces

Ya descaradamente me paré delante de la viejita y me baje los pantalones delante de la viejita que aun permanecía sentada en la mesa. La pequeña conversación, había sido suficiente para que se me volviera a parar. La mano flaca mano de doña Lula, nuevamente me la comienza a menear, hasta que sin pedirme permiso, la llevó a su boca y me la comenzó a chupar.

Era raro sentir que una vieja de esa edad te chupara la verga, además lo hacía con tanta paciencia que era completamente distinta a las mamadas que estaba acostumbrado. Doña lula parecía estar disfrutando mucho la mamada y sin dejar de hacer lo que estaba haciendo, solo a veces miraba hacia arriba y esbozaba una sonrisa con mi verga metida en su boca.

El morbo se apoderó de mi. La experiencia con la cabra había sido algo completamente distinta a cualquiera de mis experiencias, y follarme a un vieja de esa edad , tampoco lo había echo , a si que pensé en no desaprovechar esa oportunidad.

Ohhh Doña Lula … la chupa muy rico

¿Le gusta mijito como se lo hago?

Si doña Lula, me da mucho placer

A mi me gusta también hacerlo … se siente rica su cosa

¿Y no le gustaría sentirla en otra parte también?

No me diga que usted se la metería a esta vieja

Si ella quiere que se la meta … por mi encantado

Sabe mijo .. me tiene muy caliente …. Y claro que me gustaría que me la metiera .. una oportunidad así no se deja pasar

Poco más allá, en el mismo cuarto, se encontraba la cama de Doña, aun sin hacer. Me senté en esta y mientras me sacaba la camisa, Doña Lula, nada sensual, se comenzó a desvestir.

Mientras lo hacía, me miraba y sonreía. Yo veía ese delgado cuerpo que iba apareciendo ante mis ojos, sus delgadas piernas, su casi inexistente trasero, su sexo apenas poblado por unos cuantos pelos blancos, hasta que aparecieron sus tetas, largas, caídas y completamente flácidas, con dos largos pezones. Yo acostado en la cama le hice un espacio para que ella se metiera. Me pidió que no se la metiera muy fuerte hasta que se acostumbrara, ya que hacía mucho tiempo que no lo hacia y podía esta muy cerrada.

Acostada a mi lado, se encontraba esta viejita completamente desnuda, con su cadavérico cuerpo, a la espera de recordar sensaciones casi olvidadas. Mis manos la tocaron suavemente, sus tetas flácidas , luego su vientre hasta llegar a acariciar su seca concha. Ella cerraba los ojos y se dejaba tocar a mi antojo. La verdad nuca me imaginé estar con una mujer así, que prácticamente no calentaría a nadie, pero era una experiencia nueva, algo morboso, además le estaba haciendo una favor a la veterana, claro que yo también recibía mi parte.

Comencé a chuparle sus flacas tetas, metiéndomelas casi por completas dentro de mi boca, mientras mis dedos acariciaban su sexo. Ella se quejaba lentamente y yo chupaba fuertemente , ordeñándola, aunque sabía muy bien que de esas viejas tetas, ya nada podría salir. Mis dedos jugaban entre sus piernas. Ella las abría bien, para dejarme todo el espacio

Mmmm esta bien sequita Doña Lula

Ahí si mijito … pero me encanta sentir su manito ahí

Quizás si se la chupo un rato , se le moje mas

¡Ahhhhh no sea así de cruel con esta vieja! .. ¿ a poco me la chuparía ¿

¿A no? … mire

Me metí entre sus delgadas piernas y sin detenerme comencé a chuparle la seca concha de Doña Lula. Ella Se retorcía de placer. Quizás cuantos años habían pasado desde que sintió una lengua en su cosa. SU sabor era extraño, distinto a las otras zorras que me había comido, pero no menos sabrosa. Por largo rato se la estuve chupando hasta que la señora dando un gran quejido, me informó que había llegado a su orgasmo. Un orgasmo que ni siquiera noté en mi boca, pero ya su concha estaba mas lubricada, y podría alojar a mi verga que pedía acomodo en ese lugar.

Me subí sobre la Lulita, tratando obviamente que mi peso no cayera sobre ella. Apoyado en mis brazos, comencé a guiar mi verga hasta esa vieja concha y ayudado por la mano áspera de Doña Lula, encontré la posición exacta y ejercí un poco de presión. Mi palo no entró casi nada, solo uno o dos centímetros. Esa vieja zorra, a lo largo del tiempo se había cerrado, y cunado ejercía algo mas de presión, notaba el dolor en el ostro de Doña Lula.

Parece que no quiere entrar Lulita

¡Déjela ahí no más! … que yo me la meto solita

¿ Ahí?

¡Ahiiiii si mijo! .. mire que esta vieja concha hace mucho tiempo que no le daba comida y esta muy cerrada, pero al ratito se me abre… ahh que rico se siente tener algo durito ahí,,, tratando de entrar … ahhhhh … ¡ no me la vaya a sacar¡

Tranquila Doña Lulita … se siente muy rico .. tómese su tiempo

Yo apoyado en mis brazos dejaba que la viejita me tomara de la verga y que ella misma se la fuese enterrando. Veía en su riostro señas de dolor, pero de todas forma su deseo de volver a sentir un pene duro dentrote ella era mayor y moviendo sus caderas, se la iba metiendo poco a poco. De todas formas sentir como mi verga iba abriendo nuevamente ese estrecho camino olvidado, se sentía exquisito, era como si me estuviese follando una virgen

Al rato de estar así, mi verga entró casi hasta la mitad y comencé a moverme muy despacio esperando que es viejo sexo se acostumbrara a ella. Poco a poco entraba más y más, disminuyendo la resistencia. Además doña Lula había comenzado a lubricarse, y el mete y saca del principio ya no tenía tanta presión.

De repente su vieja concha se abrí y con mi presión llegué a metérsela casi por completo. Doña lula dio un gran quejido. Pensé que le había echo daño, pero no, la viejita luego se repuso y me dijo que ya estaba bien. Comencé a metérsela suavemente por ese estrecho camino, ya ahora mucho mas lubricado, y doña Lulita, comenzaba a gozar.

Le metía mi cosa casi hasta el fondo y se la volvía a sacar, viendo la cara de placer de doña Lula, con sus ojos cerrados y mordiéndose los labios, eso me calentaba mas aun. La viejita comenzó a moverse de una forma espectacular, de arriba abajo, de lado a lado. La verdad lo estaba gozando

Mmmm parece que le gusta Lulita

¡ Ahhhhh si esta muy rico! … ¡ tienes una "pichula" muy rica !!!

Me comencé a cansar de estar apoyados en mis brazos y le dije a doña Lula que cambiáramos de posición. La viejita se me montó encima y desesperada me tomo la verga y se la volvió a meter. Se movía lentamente pero muy profundo metiéndosela completamente. Sus largas tetas colgaban, mis manos la tomaban de su flaco culo, moviéndola a mi antojo. El peso de Doña Lula era tan poco que me permitía incluso levantarla un poco con mis manos y dejarla caer enterrándola en mi verga

Las manos de doña Lula en mi pecho eran el apoyo para moverse con toda mi verga en su interior. La viejita estaba volviendo a sentir lo que era una buena follada y yo , duro como palo, le hacía sentir toda mi masculinidad en su interior.

No duramos mucho tiempo y doña Lula volvió a descargarse. Yo por mi parte me encontraba muy duro para acabar, pero noté que a la viejita ya le estaba comenzando a doler.

¿Quiere que pare doña Lula?

Ahí mijo .. la verdad ya me esta doliendo … se siente muy rico de todas formas

No se preocupe doña Lula

Pero yo le hago acabar con la boca … ¿ No le molesta?

No , al contrario .. me encantaría

Que bueno .. a si aprovecho de tomarme su lechecita.

La viejita se bajo de mí, y se colocó entre mis piernas. Me miró y se rió. Me dijo que hace mucho tiempo que nadie se la follaba y que le había encantado. Mientras conversaba conmigo, su delgada y áspera mano me masturbaba. Luego fue tomando posición y quedando do entre mis piernas. Comencé a sentir y a ver como la viejita con gran esmero me la chupaba, metiéndosela casi por completa sin soltarla con sus manos. Estuvo mucho rato a si, solo parando de repente para descansar, pero sin dejar de masturbarme. Yo aun podría haber durado mucho mas, pero sabía que la viejita pronto se cansaría, a si que le pedí que me la soltara y masturbándome yo mismo me dejé a punto de acabar, devolviéndole la verga a la abuelita, ella la llevó a su boca y sabiendo que la descarga ya venía me la chupó mas fuerte aun.

Ya sin poder aguantar mas, comencé a descargarme en su boca, mientras ella, se tragaba toda mi leche sin desperdiciar ni una gota. Cunado se dio cuenta que por mas que chupara, ya no saldría ni una gota mas, me limpió con su lengua toda la leche que no había caído en su boca, incluso chupándose los dedos, saboreando como si fuese el mas deliciosos manjar.

Ahhhhhhhhhh doña Lula .. que rico la chupa

Mmmm tienes una leche muy rica mijo

¿Le gustó?

Si, mucho .. hacía mucho timepo que no la probaba .. estaba muy rica

Ah las locuras que uno hace

Ja ja … en todo caso .. una locura .. .pero me encantó .. muchas gracias por darle este momento tan rico a esta vieja

Pero no doña Lula , gracias a usted .. me dejó muy bien

Me levanté, y me vestí. Vi como el delgado cuerpo de la viejita, con sus tetas flacas y su pobre culo, también se comenzaba a vestir. Igual mostraba algo de dolor por la follada , pero su rostro se mostraba radiante y gozoso.

Me despedí de ella, como si nada hubiese pasado. Al volver a mi camioneta, miré hacia atrás y la viejita se despedía muy contenta, arriba del cerro, moviéndome su delgada mano, quizás a la espera que al próximo mes , volviese a visitarla.

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