La vida Secreta de V- Tenemos un Trato
Mi cuerpo todavía tenía su olor, me recordaba de sus labios, sus ojos, sus embestidas. Deseaba estar con mi tio de nuevo pero nunca espere lo deliciosa que seria su propuesta
De camino a casa recordaba cada minuto que pase con tío Alex...me gusta más pensar en él solo como Alex. Había perdido mi virginidad con mi tío, con mi futuro suegro, ese hombre me había hecho vibrar.
Mamá no estaba en casa y subí a toda prisa las escaleras. Cuando entre en mi cuarto todavía decorado de manera infantil la realidad me atropelló. Me sentí sucia, con miedo de que Alex no cumpliera su palabra, miedo de poder escapar de las ideas retrógradas de mis padres.
Me metí a dar una ducha para tranquilizarme. Mi cuerpo todavía tenía su olor, me recordaba de sus labios, sus ojos, sus embestidas, me mojaba de nuevo solo de pensarlo. Ah estoy loca esto solo fue una transacción de negocios.
Los días desde mi encuentro con Alex transcurrieron, seguía viéndome con mis clientes regulares para darles mi compañía por decirlo así, pero sin tener llegar a tener sexo con ellos. Las ganancias no eran malas aunque sabía que podía hacer mucho más dinero acostándome con ellos, no estaba lista para borrar de mi cuerpo el placer que Alex me había dado.
Mis negocios tendrían que esperar, ya que toda la familia pasaríamos una temporada en el pueblo de donde es la familia de mi padre. Eran las fiestas y como siempre
estaríamos
presentes para seguir más tradiciones absurdas. Más que el aburrido viaje me emocionaba ver a Alex de nuevo aunque solo fuera como mi tío.
Cuando terminaba de empacar mis cosas recibí un mensaje de un número que desconocía.
—
Hola, ¿estás lista para las vacaciones?
No sabía quién era ninguno de mis clientes tenía mi número personal, entro un segundo mensaje
—
¿
como esta tu delicioso y apretado coño?
En ese momento supe que era Alex.
—
¿Cómo tienes mi número de teléfono?
—Guapa,
Siempre consigo todo lo que me interesa, me interesa contactarte porque tengo un negocio para ti durante las vacaciones.
No me sentía cómoda intercambiando mensajes de algo tan delicado y decidí marcarle.
—
Hola no creo que sea seguro enviarnos mensajes, sabes como es mi mamá
— Me gusta tu forma de pensar
—
Dime cuál es la propuesta
—
Vaya, eres rápida para los negocios, me gusta tu actitud, además me encanta tu voz. Te propongo repetir nuestro encuentro, te ofrezco lo de la primera vez por tus servicios toda la semana de vacaciones.
—
Es muy arriesgado, además tu verga es muy grande, me dolió mucho.
—
Repíteme lo de la verga grande suena como música saliendo de tu boca, además te gusto más de lo que dolió
—No te burles tu verga esta grandísima pase días con dolor, no lo se
—
Me estoy empalmando de escuchar eso, imagínate como te voy a dejar en una semana
No sabía si aceptar era muy riesgoso, pero moría de ganas de estar de nuevo con él.
—
Vale me pongo a tus servicios, pero si me meto en problemas tú me ayudaras a salir de ellos y otra cosa quiero el triple son muchos días.
—Sabes que tienes mi protección mientras seas una niña obediente. Para que sepas
te hubiese pagado eso por día si me lo pedías. Te envié un regalo que quiero que lleves al viaje.
—¿Cómo sabías que aceptaría? ¿Qué me enviaste?
— Todos tienen un precio por eso lo sabía, te envié
lencería quiero que siempre lleves uno de esos juegos
—
Gracias por el regalo no puedo negar que me encanto el conjunto del otro día.
—
Ciao beba.
No podía ocultar mi felicidad la idea de volver a sentir los labios de Alex sobre mi cuerpo y de saber que le guste lo suficiente para que me quisiera por una semana, eso me puso mucho. Mirándome al espejo me recordé no debes de sentir nada esto es un negocio el dinero será de gran ayuda.
Dos cajas de regalo llegaron a casa de una para mí y otra para mi hermana. Alex era un genio mi madre no sospecho nada mis tíos siempre eran muy detallistas con nosotros. Subió a mi recámara moría de curiosidad de ver lo que Alex había escogido para mí.
Encontré varios juegos de lencería bastante provocadores. Tangas de encaje francés rojo, negro, blancos con transparencias, con sedas. Me sorprendió un hilo dental de perlas, unas bragas que tenían apertura en el conejo, sostenes que eran muy pequeños. Yo nunca había tenido nada así era demasiado joven para que mi madre me permitiera comprar ese tipo de lencería.
Rápidamente decidí ponerme un conjunto negro de encaje con el sostén que era de media copa y una tanga muy pequeña que sé perdía en mi culo. Ya no me sentía tan niña y tuve el valor de ver mi cuerpo semi desnudo en el espejo apreciar mis pechos, mi pequeña cintura y las curvas de mis caderas. Me bajé la braga vi coño rasurado lo mantenía así desde el día que Alex me lo rasuro. Fui interrumpida por el grito de mi hermana avisando que salíamos en 10 minutos.
Como siempre mamá iba dándome la lectura del día que me portara bien que no hiciese nada inapropiado frente a mis tíos. Llegamos al lugar de donde saldrían el avión. Alex y su familia estaban ahí, mi tía y mi mamá se pusieron a hablar, enseguida mi hermana se puso a jugar con mis primas y por supuesto Jaime no había regresado de la universidad sería el gran ausente de las vacaciones.
Vi a Alex a lo lejos e hice mi mejor esfuerzo por no sonrojarme, él me hizo una señal que lo siguiera. Le dije a mi madre que iría al baño pero me ignoró.
Cuando camino en el corredor una mano me jalo a una oficina. Era Alex quien me tomó de la cintura me puso contra la puerta besándome apasionadamente, robándome la respiración.
— ¡
Estás loco! Quieres que todos se den cuenta, nos van a ver.
—
Quería saborearte y ver como te quedo el regalito que te envíe, muéstrame que traes puesto.
—
No hay tiempo porque mi madre me buscara
—
Ella está hablando con tu tía, nadie te buscará esperamos a tu papá y él todavía está en una reunión
— Tío Alex tienes todo muy bien planeado
— Yo no dejo cabos sueltos beba
Alex me besaba el cuello, sus manos jalaban mi cabello ganando mi voluntad. Sin que él me lo pidiera, me desabotone los jeans no me los podía sacar porque él me contraminaba contra la pared.
Dejo de contraminarme para ayudar a quitarme la ropa. Alex se comía mi cuerpo con la mirada, extendió su mano para recorrerlo tomó mis tetas entre sus manos para amasarlas, con sus dedos apretó mi pequeño pezón
—
Me encanta ver tus pezones así duros
—
me susurraba al oído.
Siguió recorriendo mi abdomen hasta llegar a mi coño, lo masajeo lentamente sobre mis bragas, sus dedos hicieron la tela de lado abriéndose camino a su interior. Se me escapaban pequeños gemidos, mis piernas me temblaban y sostenía mi cuerpo colgándome del suyo cuello.
Con un movimiento rápido quede a espaldas de Alex
ligeramente
inclinada
hacia adelante con mis pies detrás de los pies de él.
Sentía su verga en mi culo,
quise detenerme en sus muslos, pero él
llevó mis manos a su cuello, dejándome abierta a su merced.
—No te vayas a soltar— me murmullo mientras me mordía el hombro
Su mano se deslizó de nuevo a mi coño, movía sus dedos de forma circular ejerciendo presión Sobre mi clítoris provocando choque eléctrico, sentí un calor correr mi cuerpo terminando en un gemido que delato mi orgasmo. Como perra en celo me rozaba sobre la erección de Alex no quería que la sensación de placer terminará.
Alex me sostuvo por la cintura
—Esto va a ser rápido—
me penetró extendiendo mi orgasmo hasta que me solté de su cuello y casi caigo de boca sus manos detuvieron mi caída. Me quede así inclinada, doblada por la cintura mientras Alex me embestía con fuerza y masajeaba mi botoncito.
Mi respiración agitada, podía saborear mis lágrimas y al instante empece a gimotear. Él me montaba con fuerza, agarrado a mis caderas mientras yo colgaba como una muñeca de trapo mi cabello tocando el suelo, mis tetas rebotando el choque de nuestros cuerpos sudados junto con mis gimoteos eran nuestra música de fondo.
—
Ahh ahh Alex me corro ah
—
entre suspiros
En medio de mis quejidos escuche sus dientes crujir y sentí el calor de su descarga chorrear por mis piernas.
Alex me enderezó, beso mi cuello sentí que sus manos buscaban mi coño de nuevo
—No Alex ya nos tardamos mucho, además ya no puedo
No dijo nada y sentí que metió una bola en mi vagina, trate de separarme, pero me apretó con fuerza contra él.
—Alex mi chochito esta desgarrada porque tu verga es muy grande me duelo y me arde mucho. No puedo llevar esa bola, no puedo
— No escuche que te quejaras mientras te corrías como cerda, no es solo una bola son dos falta una respira
— No claro que no meterás nada más, no lo permitiré
—
Para estar enojada te encuentro muy mojada, esto le ayudará a estar preparadas para recibir mi verga sin que te desgarres y te mantendrá excitada para mí.
—
No aguantaré las dos bolas, no lo hagas
—
Él ignoró el comentario dejó ir la segunda bola y me mordí el labio para no gritar cuando sentí que chocaron con mi cérvix, me dio un azote en el culo, y acomodo mi tanga
—
Vístete que te deben de estar buscando.
—
Alex no puedo caminar me pesan, se van a salir y además cuando me muevo me hacen cosquillas todos lo notaran.
—
Tendrás que aprender a llevarlas, eres buena actriz nadie sabe a qué te dedicas.
—
No Alex No voy a poder no puedo ni ponerme la ropa sin sentir que me desmayo
Cuando termine la frase Alex sacó un pequeño control de su bolsa y empecé a sentir una vibración en mi interior. Me acaloré aún más, mis piernas flaqueaban y mi respiración se agitaba.
—
¿Qué pasa V?
—
Las bolas se mueven dentro de mí... ah as que paren por favor que paren… mientras me retorcía de placer
— Creo que nos divertiremos mucho
Termine de vestirme y de acostumbrarme a tener las bolas chocando en mis paredes vaginales. Nadie notó mi ausencia, regresé justo a tiempo para subir al avión. Estaba incómoda con las bolas, Alex las encendía y las apagaba para mantenerte al filo de la excitación me mordía el labio, papá me tomaba la mano pensando que era por el vuelo. No podía resistir el roce de un hombre ni siquiera el de mi padre.
Alex había planeado todo para que tuviera mi propia habitación, siempre me tocaba compartirla con mi hermana porque mamá no nos quería durmiendo solas. Cuando entre a la que sería mi habitación pase mi mano sobre mis jeans con fuerza, pero no era suficiente, metí la mano para tocar mis húmedas bragas, estaba a punto de tener valor para masturbarme por primera vez, pero recibí un mensaje.
—
¿Cómo vas beba? Saldré con tu padre a revisar el ganado y montar un rato, baja y pide ir con nosotros.
—
Mamá nunca me permitirá ir con ustedes
—
Debes de confiar en mi
Llegue al salón principal donde toda la familia estaba reunida planeado que hacer el resto del día.
—
Papa si no es mucho pedir me gustaría ir contigo extraño ver los caballos
— Estás loca Victoria iras a molestar a tu papá y a tu tío te quedarás conmigo en casa ayudando a acomodarnos
—Pero mama...
— Mi querida Virginia disculpa que me meta, pero le hará bien practicar su equitación a Jaime le gusta mucho y eso los unirá.
—Si mujer además a mi hija le encanta el campo tanto como a mí, vamos pequeña
Papa me abrazo, pero mi mente estaba incrédula no podía creer como Alex manejaba a mi mamá a su antojo, otro punto más para adorarlo. Llegamos a las caballerizas para encontrar al veterinario que estaba ahí, papá hablaba muy animado con él. Me acerqué a Alex
—Tienes que sacarme estas bolas ya no puedo más—él me ignoró.
El veterinario les indicó que iba a inyectar al ganado con hormonas para que entraran en celo. Note que Alex tomó una de las jeringas con el medicamento que estaban inyectando y se lo echo a la bolsa, pensé que era para revisar el medicamento después.
—Alex voy a acompañar al veterinario nunca tenemos la oportunidad de ver este proceso.
—Claro Diego ve, tú sabes que eso no es lo mío prefiero ir a revisar los caballos y salir a montar. Me llevaré a Victoria
—Buena idea ella se aburría viendo a las vacas, Victoria hazle caso a tu tío en todo.
— Claro papá— siempre mientras le daba un beso
Caminamos hacia las caballerizas entramos a la que estaba más alejada ahí se guardaban monturas especiales casi nadie entraba. Alex me tomo nuevamente de la cintura esta vez me colgué de él y crucé mis piernas a su cintura. Él me cargo sin ningún esfuerzo, me sentó de lado sobre una montura de cuero que estaba en un caballete de madera.
Me bajo el pantalón junto con las bragas con una rapidez impresionante, dejándome desnuda de la cintura para abajo. Separo mis muslos a manera que quedaran uno en el borde delantero y el otro en el borde trasero de la montadura. Mi coño a su merced, sus dedos entraron a buscar las bolas empece a contraerme y a jadear a medida que él las iba sacando de mis entrañas.
Sentí una sensación de alivio después de mi corrida y con la cueva vacía. Hasta que sentí tres de sus dedos hundirse en mis entrañas. Mis paredes vaginales estaban sensibles sentía los reces hasta en la última célula de mí. Su otra mano apretaba mi cuello sin ahogarme, dejando escapar mis jadeos
—
Mmm así V… bien portada vamos a poner otro dedito más
Sus dedos entraban y salían lo hacía cada vez con más fuerza, algunas veces hacía círculos dentro de mí
—
Alex...ahh ahh me voy a correr no puedo más
—
Mientras soltaba un berrido
—
Me gusta berreas como ternero recién nacido.
Alex me ayudo a bajarme de la montadura y a la misma vez me pincho la nalga con la jeringa que había tomado del veterinario.
—
¿Qué me has inyectado?
—
Te he inyectado lo que se les inyecta a las vacas, estoy curioso de ver si tú también entras en celo
Me pegó una mordida en el culo
—
es como un durazno me lo quiero comer
—
Estaba muy enfadada con él, empecé a poner mi ropa
—
olvídalo no soy tu experimento. Alex me tomó de la cintura y me besó apasionadamente. Yo trataba de separarme de él, pero sus brazos me detenían hasta que perdí la voluntad, con voz melosa le dije
—
Alex desde que fui tuya la primera vez es como estar en celo
—Me alaga escuchar eso de tus bellos labios. Igual esta semana estás aquí para entretenerme sentir y ver tu linda rajita dilatada me entretendrá
¿
puedes complacer V?
—
Lo que tú digas
, mientras me aferraba a sus labios.
Sacamos los caballos y empezamos a galopar, me encantaba hacerlo me sentía libre. Luego de media hora empecé a sentirme rara, un poco acalorada. El roce de la montura me excitaba y me frotaba con más fuerza para calmar mis calores. Alex notó mi estado y sugirió ir más deprisa. Llegamos a un área poblada de árboles, Alex me ayudó a bajar del caballo, yo apreté mi cuerpo al suyo y sentí su erección.
Con voz ronca me dijo
— Me encantas de amazona ver tu cuerpo dar brincos sobre la bestia mira como me puso, llevando mi mano a su bulto
Libere su hinchada verga, Me puse de rodillas abrí mi boca y me puse a mamarla. Él me la metía hasta el fondo de mi garganta, yo lo dejaba quería complacerlo bajé a succionar sus bolas, Alex emitía gruñidos de placer.
—
Para qué quiero tu chocho. Sacate la ropa quiero verte desnuda en medio de estas tierras
—
Alex me pueden ver, me da pena
— Será la última vez que te diga no me gusta que me digan que no,
desnuda, quiero que te quites todo
Me saque la ropa y quede en ropa interior con su mirada supe que él quería que me quitara todo me saque el sostén y las bragas. Mis pies descalzos tocaban la tierra, Alex tomó tierra y la pasó por mi cuerpo me raspaba mi tersa piel me excitaba.
Me acosté en el suelo sobre la tierra, las hojas y las ramas. Con una rama dibujaba en mi vientre y me daba golpes en los pechos, bajo la rama a coño y me dio unos golpecitos que me excitaron tanto que flexione las rodillas y abrí mis piernas dándole acceso completo. Él soltó otros golpes y yo gemí, los golpes por el contrario me estimulaba.
—Mírate en la tierra de piernas abiertas eres una ternerita sucia.
Se posicionó en medio de mis piernas, guio su verga a la entrada de mi cueva
—Estás tan mojada, tus jugos te escurren en las piernas te voy a dar una cogida que te dure hasta mañana.
—Alex,
méteme tu verga
— Repítelo
— Alex, lléname con tu verga, métela hasta el fondo...sii
Su tronco venoso se terminó de introducir en mí,
berree de la calentura que tenía, movía mis caderas al ritmo de él. Sin necesidad que estimulara ninguna otra parte de mi cuerpo me corrí ahí en sus brazos. Así sensible después del orgasmo Alex me daba con todas sus fuerzas y mi cuerpo recibía las embestidas de semejante bestia.
— Ponte en cuatro V—
Le obedecí solo quería tenerlo de nuevo adentro,
él me jalo el cabello y me penetró de golpe. En esa posición sus manos estrujaban mis senos. Sus manos se movieron a masturbarme y perdí todo control de mí entré en un trance de placer de orgasmos, gemidos, aullidos que no sabía que podía dar.
La verga y sus dedos eran demasiado perdí el balance de mis manos, caí con la cara y los pechos a la tierra eso no detuvo a Alex quien siguió bombeando buscando su propio placer.
—
Vamos V córrete de nuevo quiero sentir tu cuerpo temblar por mí, vamos, vamos.
Entre en más jadeos sentía sus manos azotándome el culo hasta que grité
—
ah ah ah que me haces no resisto me corro de nuevo Alex
Escuche el crujido de sus dientes sabía que el final se acercaba, con un último golpe soltó aquel líquido caliente dentro de mí. Yo estaba tirada en la tierra sucia, rasguñada en los brazos y cara, con las rodillas sangrando por las piedras que se le habían metido.
Él se puso de pie mientras yo seguía en el suelo en posición fetal
—
Pareces un ternero recién nacido, quisiera follarte de nuevo. He estado con muchas mujeres, pero tu V me tiene fascinado con cómo respondes a la estimulación.
Me tomó en sus brazos y me trajo hacia su pecho en forma paternal. Me comió a besos no le importaba la tierra de mi cara. Yo puse mis brazos en su cuello y me eché a llorar.
—Porque lloras V
—
Mira como quede que le diremos a mis padres
— No llores por eso mientras estés conmigo nada te pasara, sabes que cuidaré de ti, eres una niña muy obediente.
Él siguió saboreando mis labios, yo me rendí ante él completamente desnuda en el bosque me aferraba a él no como un cliente o mi tío, pero como a un amante no quería que me dejara ir.
Finalmente me tranquilicé y me ayudó a vestirme y con una sonrisa me dijo
—
V le diremos a tus padres la verdad
—Que estás loco
—
Si a verdad no aguantaste el galope del caballo y te has caído
—
No me hagas reír, me duele, ayúdame a subir al caballo.
Fuimos a todo galope cuando llegamos papá notó que estaba toda sucia y golpeada.
—
Diego amigo lo siento mucho olvide que Victoria es inexperta para cabalgar galope muy rápido ella me siguió para no perderse y se cayó.
—
¿Estás bien hija?
—
Si papá está bien solo unos rasguños, así aprenderé. No sabía que la bestia era tan violenta
—Lo sé esto sucede lo bueno es que has montado de nuevo, debes de montar más seguido, solo te digo que tu
madre no estará nada contenta.
Papa me cobijo en sus brazos hasta que llegamos a casa y tal como él lo predijo, mamá estaba furiosa por la caída
—
Por eso te dije que no fueras, eso es de hombres tú debes de estar en casa no en un caballo como una salvaje
—Virginia no la regañes fue mi culpa
—No Alex tú eres tan bueno que la proteges, pero yo sé que ella es descuidada
— No querida Virginia necesita práctica, contactaré a nuestro instructor para que le dé unas clases cuando regresemos a casa
—
Alex querido siempre sacas algo bueno de los problemas que haría nuestra familia sin ti.
Les dejé hablando de sus cosas, subí a darme una d
ucha estaba exhausta todo me dolía. Mis pezones estaban tan tiesos que sentía que me explotarían, mis labios vaginales hinchados, las paredes en carne viva. Quería enojarme con Alex por la inyección, por el abuso de mi cuerpo, pero recordaba sus ojos, sus labios, su verga y solo deseaba que me usara más. No habían pasado 24 horas de haber hecho el trato más delicioso con mi tío.