La vida Secreta de V - La Que Busca Encuentra (5)
Por seguirlo terminé castigada mientras él se follaba a otra
Mi alarma sonó a las 5:30 de la mañana estaba adormecida, cansada y adolorida. Me forcé a salir de la cama, no tenía mucho tiempo si quería seguir a Alex. Me quité la tanga de perlas con que había dormido, llena de jugos de mi calentura nocturna. Me puse lo primero que encontré sujetador y bragas negras, licras negras y una camiseta negra que me iba bastante grande. Me hizo una coleta alta en el cabello. El casco de la finca estaba en silencio tomé mis zapatillas en la mano para salir sin hacer ruido por la puerta de servicio.
Nunca había hecho una locura así salir de casa sin permiso. Mi madre me causaba terror no dudaba en soltarme un golpe cuando no obedecía eso sí siempre en el nombre de ser por mi bien y sin decirle a mi papi. Aun así tuve valor tenía curiosidad sobre la sita que pacto Alex cuando estaba ayer en su oficina.
Corrí hasta el inmenso garaje que alojaba más coches de los que necesitábamos busqué rápidamente el Mercedes AMG G63 Negro que manejaba Alex. La puerta como la de todos los coches estaba sin llave y me escondí en el maletero.
A los 5 minutos entro Alex vistiendo una camiseta azul, pantalones de mezclilla, botas negras, lentes de sol y su cabellera sal y pimienta impecablemente peinada. Arranco el auto en el camino le entro una llamada era la voz de una mujer
—
Si no llegas tendré que comenzar sin ti…
—Te veo en un momento
No sé cuanto tiempo después llegamos a una cabaña en el medio de lo que creo todavía eran nuestras tierras. En la puerta lo esperaba desnuda una trigueña, ojos negros, pechos como melones y amplias caderas creo que estaría en sus treinta. Ella se lanzó sobre él acariciando su cabello, absorbiendo su olor, él la empujó con su cuerpo hacia adentro de la casa.
Salí del coche a buscar un lugar por donde poder verlos encontré una ventana en donde según yo nadie me vería. La cabaña era sencilla tenía un pequeño comedor, sala y su cama todo en el mismo espacio. Alex se sentó en sofá mientras aquella mujer se puso de rodillas a desamarrar sus botas él acariciaba su culo y le metía los dedos en el orto.
Interactuaban con familiaridad la mujer movía sus caderas de la excitación, podía sentir mi rostro enrojecido de celos
me tiene a mí a su disposición, dijo que le gustaba follar conmigo porque busca a otra mucho mayor que yo. Me solté a llorar
mientras corrí hacia el coche cuando estaba por subirme una mano me contramino contra la puerta, era la mano de Alex.
—Que demonios haces aquí V — con una fulminante mirada
—Escuche que tenías una cita quería… Yo solo quería sorprenderte, pero la sorprendida he sido yo ¿Cuántas mujeres tienes? Todas las que el dinero compre sé que el dinero de mi tía te alcanza para muchas.
Estaba llena de celos como una novia herida, no tenía derecho a sentirlos era mi tío, está casado lo que hacíamos era una aberración. Mi ego herido continuo el monólogo
—
Te entiendo cuando yo regrese a casa tengo una lista grande de hombres que quieren coger conmigo.
Sentí la mano de Alex tomarme por el cabello
—Repite lo que has dicho V.
—Que hace Alex me lastimas, yo puedo acostarme con quien yo quiera así como tú lo haces. Soy hermosa y joven tú siempre lo dices
Tirándome del cabello me golpeo contra la puerta del coche con tanta fuerza que perdí el equilibrio y termine en el suelo
— No tengo que explicarle a mis empleadas nada, eres una puta más de mi lista, pero si tanta curiosidad tienes ven
— No quiero suéltame me lastimas el brazo
Me dejé caer al suelo pensando que eso lo detendría no conocía esa parte de Alex
—
Me lastimas eres un animal, puedo hacer lo que se me dé la gana así como lo haces tú
—
Te mostraré lo animal que puede ser
Me arrastro hasta la cabaña donde la mujer me veía con asombro, ella no le hizo ninguna pregunta. Con brusquedad bajo mis leggins hasta la rodilla, me tiro sobre la mesa del desayunador soltó su cinturón y en seguida sentí el primer azote en mi culo
—Alex qué haces no me pegues — trate de levantarme, pero soltó otro azote
—No quiero que olvides lo animal que puedo ser V
Se escuchaba el “fua” del cuero contra mi culo y espalda me estaba ahogando en mi propio llanto mientras me aferraba de la mesa con terror. De reojo veía a la mujer desnuda sentada en el sofá con sus pezones erectos, tocando su coño estaba excitada de los azotes que me daba Alex. Conté más de 10 azotes cuando se detuvo.
La mujer gateó hacia él con rostro malicioso, sus tetas colgando cuando estuvo cerca él le soltó dos azotes ella gimió de placer líbero su verga para hundirla en su boca. Mientras la mujer se esmeraba Alex deslizó su mano hasta mi ano donde encontró el plug, lo saco y empujo sus dedos en seco en mis entrañas, yo chillé. Mis súplicas lo excitaban más, metía los dedos con brusquedad, berree y berree de dolor y cólera. Alex no se detuvo hasta que la mujer paro la mamada que le estaba dando. Entre sollozos logré decir
—No quiero ver esto, me quiero ir... Eres un animal conmigo
—Trabajas para mí no hemos terminado, quiero que le comas las tetas Ana después de eso te puedes ir
La misteriosa mujer se llamaba Ana, ella se acercó a mí dejando sus tetas en mi rostro
—No lo haré me pagas por estar contigo no con ella
—Muy bien ahora verás que sucederá
Me desnudo para atarme a una de las sillas con su cinturón lo apretó tanto que lo sentía en mis costillas. Conmigo ahí comenzó a besar los hombros de Ana, a comer le sus oscuras aureolas, besarle el vientre hasta llegar a su monte de venus. Sus gemidos inundaron el lugar hasta que se convirtieron en aullido cuando llego a su orgasmo.
Se puso en 4 patas sobre la cama, Alex la penetró de golpe aferrándose a sus caderas mientras la embestía de forma bestial. Ana maullaba y arqueaba su espalada cada vez que clavaba su descomunal verga.
—Quieres que te la meta en el culo
—Quiero lo tú quieres...
Tomo su dura verga escurriendo de jugos para ponerla en la entrada del orto de la mujer. Ana se retrocedía sus caderas para lentamente clavarse la verga su rostro lleno de placer cuando la tuvo hasta el fondo de sus intestinos. Ana levando tu torso para que Alex jugará con su lolas mientras ella continuaba ensartándose la gigantesca verga y ronroneando de placer.
Alex le contramino el rostro contra la cama para bombearle el culo con brutalidad, Ella maullaba como una gata, yo sentí mi clítoris hincharse, líquidos escurrí de mi coño frotaba mi culo contra la silla para que el plug me diera placer. ¿Qué me pasaba estaba excitada con la escena? Era una guarra, un fuerte aullido de Ana rompió mis pensamientos chillaba tan delicioso cuando se corría sentía mi piel chinita.
Con su pinga como mástil Alex se acercó a mí sentía su respiración en mi cuello me susurro en el oído —Para no querer ver estás muy mojada
—Te odio Alex el trato se terminó después de esto— Me arrepentí de haberlo dicho en seguida
—Te daré más razones para que me odies, Ana cómele las tetas
La mujer se inclinó sobre mí sin pedir ningún permiso llevo sus labios a mis aureolas para succionar de ellas, se movió a dar lengüetazos sobre mis pechos. Trate de formar palabras para quejarme, pero solo gimoteos salieron de mi boca, sabía que mis pechos eran sensibles al roce de Alex, pero no espere sentir placer de una mujer. Alex le estaba bombeando el chocho mientras ella me comía las tetas. Yo estaba a mil quería que Alex me la metiera a mí.
—Podrías ser tú la que tuviera su coño lleno
—AAAlexxx … Ahhh mmm
—Para Ana
Puso su pinga brillosa de los jugos de Ana cerca de mi rostro—Límpiame la verga con tu boca, piensa bien lo que vas a decir.
Separe mis
labios él la empujo poco a poco en mi boca, yo empecé a succionar con un poco de asco del sabor de culo y coño de otra.
— Vamos V sé que lo puedes hacer mejor cométela o are que te comas la concha de Ana.
Puse más esmero de hacer lo que a él le gustaba, enrolle mi lengua en su mástil, me la trague hasta el fondo de mi garganta, baje
a chuparle los huevos.
Alex respiraba más excitado, tomo a Ana de la cintura y se la comió a besos mientras amasaba sus tetas. Sostuvo mi cabeza con pinga hasta el fondo de mi garganta me dejaba sin respiración, cuando la saco mis ojos estaban llenos de furia iba a reclamar cuando él colocó su dedo sobre mi boca mientras yo seguía haciendo cara de puchero.
Soltó el cinturón sus
manos apretaban mi cuello, mis pezones estaban tiesos, mi coño decesos de él. Las manos de Alex me recorrían a su antojo, yo no decía ni una palabra él sabía qué hacer conmigo para tenerme a su merced. Me tiro sobre la cama sentí necesidad de su verga y dije lo impensable
—Perdóname... si perdóname me porte mal perdóname mmmm. Mientras separaba mis piernas dejando mi coño abierto para él
—
Pides perdón porque quieres que te folle
Como león sobre su presa se colocó sobre mí podía sentir el calor de su verga en la entrada de mi co
ñ
o separo mis piernas cuando pensé que iba a penetrarme recostó a Ana sobre mí. Mi co
ñ
o rozaba su espalda, podía sentir mi humedad pegando se a la piel de ella, su cabellera en mi vientre y sus manos aferrándose a mis piernas.
Alex la penetraba haciendo sus tetas rebotar con cada golpe, se escuchaba el choque de sus huevos con el chocho mojado.
Yo lloraba de frustración mientras las manos de Alex amasaban mis pechos y en cada embestida el cuerpo de Ana estimulaba mi hinchado clítoris.
Él bombeó con fuerza como lo hace cuando está buscando su placer, ella aulló y él gruñó antes de que ambos se corrieran sobre mí. Alex se dejó caer al lado nuestro ella se montó sobre el para que pudiera acariciar su cuerpo.
Mi cuerpo inmóvil sobre la cama con la entrepierna chorreada, en mi pálido rostro sobresalían mis rojos ojos de tanto llanto sin dar crédito a lo que había sucedido. Alex le soltó una nalgada a Ana para poder levantarse de la cama.
—Me tengo que ir gatita
—No me gusta cuando te vas, pero como disfruto cuando te vienes— le sonrió ella
Le ayudo a vestirse como si yo no estuviera ahí
—Espero hayas aprendido tu lección no hay placer sin complacer. Vístete para que regreses a casa o quédate me da igual
—¿Cómo regresaré a casa?
—¿Caminando? ¿Sola? Yo no te he traído
Salió de la cabaña dejándome ahí desnuda con una extraña, muerta de miedo no sabía en dónde estaba. Mi madre se daría cuenta como mínimo me daría una paliza
—¿Victoria creo que te llamas? Vamos límpiate, vístete te traigo un café y luego te acercó a la finca.
—¿Cómo sabes mi nombre y que vivo en la finca?
— Pequeña la ropa que traes puesta, la cruz de oro con la cresta de tu familia y él parecido a tu padre te delatan. Créeme sé quien eres.
— ¿Conoces a mi padre? ¿Des cuando conoces a Alex?
— Alex lo conozco desde hace muchos años. Es un gran amante no te lo tengo que decir veo que has caído en sus garras y él está encantado contigo
—¿Has sido su amante desde entonces? Claro que no está encantado conmigo viste como me trato
—No soy su amante un tiempo fui su favorita ahora nos vemos de vez en cuando así como lo hace con su lista interminable de mujeres. Está encantado contigo me cogió como tenía mucho no lo hacía y todo por ti te debo las gracias
—Mientras yo terminé azotada, sin correrme, con Alex furioso conmigo
—Eres un poco ingenua para el perfil de Alex, te daré tres consejos nena obedece, aprende a compartirlo y no trates de entenderlo. Deja te acerco a la finca.
—No me conteste como conoces a mi padre
—Te lo contaré en otra ocasión es una larga historia.
Me acerco a la finca lo más que pudo sin que la seguridad la viera no quería meterse en problemas. Note mucho movimiento cuando iba caminando, todo el mundo estaba afuera buscándome me quede helada del miedo. Mi madre fue la primera en verme, camine hacia mama con calma pensando en cuál era mi excusa, cuando estuve frente ella me soltó dos bofetadas.
—
Eres una irresponsable ¿A dónde has ido? Alguien pudo hacerte daño, muero de pena con Alex y Magda que sepan que eres una inconsciente.
—
Mamá solo salí a tomar aire desde ayer no salgo, me perdí un poco y por eso me tardé en regresar.
—Entra en seguida tu padre y Alex salieron en el coche a buscarte les llamaremos en seguida.
Alex sabia a donde me había dejado estaba haciendo todo esto para castigarme y mostrar su poder. Papa entró a la casa a diferencia de mama me abrazo y le causo risa que me hubiese perdido. Solo me pido que la próxima vez llevara alguien de seguridad conmigo.
—
Bien señorita en visto que ya has salido a tomar el aire te quedaras en tu habitación el resto del día
Empece a caminar hacia mi cuarto, me daba igual no tenía ningún plan más que sacarme el plug y darme un baño. En el espejo de la ducha pude ver mi blanco cuerpo adornado por fajazos rojos, perdí el control sobre mis emociones y me eché a llorar mientras en el agua caliente de la ducha buscaba consuelo.