La vida secreta de Evelynn 03

Las amigas siguen disfrutando y planean incorporar nuevos personajes.

La vida secreta de Evelynn

Capítulo  3

Amy ( Tercera parte )

Estábamos descansando después de una intensa y agitada sesión que nos había dejado completamente agotadas, pero Amy siempre estaba dispuesta para tener más sexo, por lo que pensaba que me sería difícil conseguir satisfacerla.

Fue entonces que escuché ladrar a Mak y una horrenda idea se me vino a la cabeza.

Amy, ¿estás dispuesta a todo?

Contigo, a todo lo que quieras, amor

¿Incluso a que Mak te lo meta?

Los ojos de Amy brillaron por la lujuria de lo que pensaba.

¿Qué me meta su inmensa polla y que se quede unido a mi por media hora o más?

Si. ¿Estás dispuesta?

No necesitaba pensarlo.

Me encantaría, cariño

Mi amiga no tenía remedio. Para ella cualquier medio era bueno si con ello podía gozar y llegar al orgasmo. Su estado de embarazo había llevado su sensibilidad a límites increíbles, lo que unido a su falta de moral hacía que para ella la posibilidad de que un perro la culiara le resultaba atrayente. Y yo, que en materia de moral estaba mucho peor que ella, me sentía feliz ante la posibilidad de llevarla a un nivel más bajo de sometimiento. Ahora no solamente sería mi perra sino que sería realmente la hembra de un perro, el que la follaría como si fuera su perra en celo.

Ven perra, vamos en busca de tu macho

La llevé tirando de la cadena mientras la escupía y la insultaba. Ella iba en cuatro piernas, arrastrando su abultado abdomen por el suelo y sus enormes tetas bamboleándose a cada paso hacia la cochera donde nos aguardaba Mak, el labrador.

Cuando abrimos la puerta de la cochera salió el perro a recibirnos, saltando alegremente. Su porte era grande  para un labrador de tres años. Pero lo que nosotras vimos no era una mascota juguetona sino un macho con una verga que podría darnos mucho placer.

El perro empezó a dar saltitos a nuestro alrededor, hasta que lo sujeté y le pedí a Amy que acariciara el bulto donde se escondía la polla. Mi amiga se puso a hurguetear, hasta que empezó a asomar la cabeza del instrumento de Mak, sobre el que nos precipitamos las dos a chupar, una y otra, hasta que su verga se agrandó y adquirió las dimensiones suficientes para darle un buen uso en la chucha de mi amiga.

Perra, ponte en posición y ábrete la zorra con las manos.

Amy se puso en pose de entrega, cual si de una perra en celo se tratara,  abriendo sus labios vaginales para recibir la verga de Mak, que se movía ansioso por penetrarla. Lo tomé y lo puse sobre la espalda de mi amiga. El perro, en su ansiedad, hacía todos los movimientos de follar, intentando inútilmente poner su verga, sin lograrlo.

Sus movimientos eran erráticos, por lo que le tomé la polla y la dirigí a la entrada de la  vulva de mi amiga, que se lo tragó inmediatamente, dado lo resbaladiza que estaba debido a los jugos que había soltado previamente. El perro empezó a moverse desesperadamente, metiendo y sacando su verga, en tanto Amy acababa copiosamente con el instrumento perruno en su interior. Era tanto el placer que sentía mi amiga que acabó tres veces seguidas, en medio de gritos de placer.

¿Te gusta, perra?

Siiiiiiiiiii. Aghhhhhhhhhhhh. Ricoooooooooooo

Eres la perra de Mak, al que no le importa que estés preñada

Siiiiiiiiiiii. Soy su perraaaaaaaaaa

El solo quiere culiarte, porque eres su perra

Ricoooooooooo. Aghhhhhhhhhhhh

De pronto Amy sintió que se formaba en su interior la bola y ello le produjo otra explosión de orgasmos, uno tras otro hasta completar otros tres.

Asiiiiiiiiiiiii. Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Cuando Mak quiso sacar su polla, quedaron pegados. Y los movimientos del perro por zafarse y el semen que la bola iba expulsando en el interior de Amy hicieron que esta continuara teniendo orgasmos, en una sucesión que parecía interminable. Fueron 45 minutos los que mi amiga estuvo acabando con la bola de Mak, hasta que finalmente éste botó todo el semen acumulado en el interior de su ama y logró zafarse dejándola libre.

Amy sintió que su vulva se llenaba de semen y caía por sus muslos al suelo, formando un charco.  Quedó completamente agotada. Finalmente había quedado satisfecha, había logrado que su cuota de deseo sexual se sintiera llena hasta el tope, gracias a las dimensiones de la polla de Mak y a la vitalidad del perro.

Sin poder resistirse, ella y yo nos dedicamos a lamer el charco de semen que había quedado después de la copula  con Mak. Amy y yo parecíamos dos perras lamiendo los restos de semen  en el suelo.

Cuando terminamos de lamer el suelo, nos quedamos tendidas en el suelo, felices y satisfechas.

Fue increíble, Evelynn

Me imagino. Follar con un perro es algo único.

Espero que podamos repetirlo.

De todas maneras, ya que también quiero probar a Mak

¿Sabes? Tengo una idea: ¿y si vamos a mi casa en la playa por un fin de semana?

¿Las dos, con Mak?

No. Las tres. Pienso invitar a Tabatha

¿Ella querrá participar? ¿Estás segura?

Tabatha es una amiga de Amy de la que la había hablar más de una vez. Según me había dicho mi amiga, es una rubia espectacular, con un par de senos impresionantes y que también está embarazada. Se habían conocido en el ginecólogo y habían hecho muy buenas migas. Siempre me atrajo esa hermosa hembra que me había descrito Amy, pero nunca hubo contacto entre ella y yo, por lo que de alguna manera me sorprendió la proposición de mi amiga. Que Tabatha pudiera participar de nuestros encuentros me parecía realmente maravilloso, algo deliciosamente inesperado.

Un par de días después me llamó Amy para confirmarme que había conversado con su amiga, la que estaba dispuesta a ir un fin de semana con nosotras.

¿Así, tan fácil?

Sucede que Tabatha está en planes de divorcio, a pesar de su embarazo de seis meses. Desea despejarse y estar lejos de casa, por salud mental.

¿Y sabe de lo nuestro?

Si, se lo conté todo

¿Y?

Lo único que desea es participar en nuestros juegos. Al igual que yo, el embarazo la tiene muy sensible sexualmente. Y el marido, obviamente, no la satisface.

Parece que ese es el mal de nuestros maridos

Ay, Evelynn, el mío no vale nada en materia de sexo. A veces pienso que es gay

Yo creo que lo suyo es solamente desinterés.

Pero se supone que un hombre siempre está dispuesto para el sexo, y con el no pasa nada de nada.

Bueno, en una de esas lo sorprendes ensartado o ensartando.

Me encantaría ver ese espectáculo. Creo que acabaría viéndolo con una verga en el culo.

A mi también. En más de una oportunidad he pensado lo mismo de mi marido.

Imagina, nuestros maridos moviéndose como putas baratas mientras los enculan.

Y nosotras por nuestro lado, gozando como perras entre las dos.

¡Qué parejas!

Colgué entre risas y me quedé madurando los planes para el fin de semana. Iría acompañada de consoladores, argollas, cadenas y pinzas, además de algunas películas porno para calentar el ambiente. Si Tabatha quería ser parte del equipo, entonces experimentaría lo mismo por lo que había pasado Amy. Y si a Amy le había gustado tanto el tratamiento que le había dado, entonces a su amiga también debiera agradarle.

Con Amy había llegado a conocer límites increíbles de perversión en las dos oportunidades que tuvimos sexo, cosas que solamente había imaginado antes de meterme con ella. Y ahora con Tabatha seguiríamos por el mismo camino y al parecer se nos ampliarían los límites. La pregunta era ¿hasta dónde llegaríamos en esta senda de morbo ? ¿Dónde nos detendríamos? ¿Habría algún límite para Amy y para mí? ¿Qué nos esperaba en materia de sexo, estando ambas tan dispuestas a probar cualquier cosa con tal de satisfacer nuestras desmedidas ansias de placer?

¿Tal vez intentaríamos hacer realidad lo que bromeábamos con Amy respecto de nuestros maridos? ¿O tal vez mi apetito sexual me llevaría al extremo de  meterme con mis hijos? Estaba tan metida en el sexo morboso, duro, lujurioso,  que ya nada me asombraba de lo que pudiera llegar a probar, aunque lo de tener algo con alguno de mis hijos me parecía un tanto extremo. Mi hijo es muy niño aún y está muy lejos de todo lo relacionado con la sexualidad. Y en cuanto a Carmen, tiene solamente doce años. Recién se asoma a la pubertad. Me sentí sucia de pensarlo, pero . . .