La vida secreta de Evelynn 02

La protagonista y su amiga vuelven a encontrarse.

La vida secreta de Evelynn

Amy ( Segunda parte )

Aviso: Cuando se publique el relato 200 dejaré de enviar colaboraciones. A todos muchas gracias por sus comentarios.

Necesito más

¿Eran necesarias más palabras para explicar lo que Amy me pedía por el teléfono?

Pensé que estarías calmada, cariño

Al contrario, después de lo vivido entre las dos siento más deseos que antes

¿Quieres más de lo mismo?

Cariño, estoy dispuesta a todo.

¿Mañana, en mi casa?

Perfecto

Nos vemos.

Cuando colgué salí de compras para recibirla como se merecía. En un sex-shop encontré un collar, cadena y pinzas, que llevé a casa pensando en que si mi amiga quería más sexo, se lo daría hasta que quedara satisfecha. No sabe la pobre a los extremos a los que la voy a llevar. Será mi esclava y la haré hacer todo lo que yo quiera. Este pensamiento me calentó de tal manera que solamente el imaginarla con su inmensa panza y sus enormes tetas al aire, gozando con un consolador o con mi mano, me llevó a acabar un par de veces bajo la ducha.

Siempre me sentí atraída por las mujeres preñadas y los grandes senos, pero nunca al extremo de lo que me hizo sentir Amy, con la que comprendí que lo mío era más que atracción. Era deseo en su más grande expresión. Era un deseo casi animal, que buscaba la dominación completa mediante el sexo, hasta querer hacerla perder su dignidad, como sentí que lo estaba haciendo con ella la vez pasada. Y ahora quería llevarla a niveles más bajos de dominación, hasta anular completamente su personalidad y hacerla depender de mi capacidad de darle sexo para ser feliz.

Cuando apareció, noté de inmediato que venía dispuesta a todo, por la expresión de su rostro y el beso apasionado con el que me saludó. Venía con un vestido verde claro en el que se adivinaba que no traía ni sostén ni calzón. Sus grandes pezones, a punto de estallar, se notaban perfectamente contra la seda del vestido y el bulto de su entrepierna era visible a contraluz. Y qué decir de los globos de su culo, modelados perfectamente por la suave y transparente tela.

Luces estupenda, amor

Como ves, vengo lista para lo que quieras hacer conmigo

¿Dispuesta a todo?

A todo

Le pedí desnudarnos y quedamos frente a frente, ella con su tremenda panza y sus senos llenos de leche, en que sobresalían unos pezones increíbles. La abracé y besé con pasión, a lo que ella respondió de una manera impresionante, chupando mi lengua y acariciando mis senos. Yo, por mi parte, empecé a masajear sus grandes globos, que a las primeras caricias empezaron a manar leche.

Evelynn, te amo

Y yo a ti, mi cielo

Te deseo tanto, mijita

¿Quieres ser mi perra?

Siiiiiii. Amor, siiiiiiiiiiii

Ponte en cuatro pies, cariño

Cuando la tuve en cuatro pies, con su enorme estómago rozando el suelo y sus tetas caídas, le puse el collar con la cadena. Ella estaba fascinada. Y para completar el cuadro, le apliqué las pinzas, una en cada pezón.

Ahora verdaderamente eres mi perra

Siiiiiii, aghhhhhhhhhhhh

Sentí que  mi amiga acababa y el líquido que salía de su vulva formaba un charco en el suelo. Su excitación era impresionante. Y eso que estaba recién empezando el tratamiento que le tenía reservado. Ni en mis sueños más eróticos imaginé estar con alguien tan bien dispuesta para que hiciera con ella lo que quisiera.

Perra, ven, vamos a mi dormitorio

Y mientras la llevaba, tirando de la cadena, Amy caminaba como un animal, en tanto yo la escupía y la insultaba.

Perra caliente, camina.

Evelynn, estoy hirviendo de calentura. Sigueeeee

Ven, perra, ven

Aghhhhhh, mijitaaaaaaa

Yo  tiraba a Amy de la cadena mientras la insultaba y escupía, en sus senos, en su estómago o en su rostro, lo que le producía tanto placer que  iba dejando un rastro de líquido en nuestro camino al dormitorio. El hecho de sentirse una perra preñada, dominada e insultada le producía tanto gozo que no podía resistir el soltar sus jugos, en una cadena de orgasmos que parecía no querer acabar.

Subió a la cama, tal como lo hubiera hecho una perra, y yo unté una de mis manos con vaselina, para seguir con el tratamiento.

Perra caliente, ahora sabrás lo que es sentir algo grande en la chucha.

Siiiiiiiiiii. Hazloooooooooooo

Y mi mano, completamente cubierta de vaselina, se hundió en su vulva.

Amorrrrrrr. Amorrrrrrrrrrrrr. Aghhhhhhhhhhhhhhh

La muy perra se volvió a acabar, llenándome el puño de su líquido. Pero estaba insatisfecha y quería más, moviéndome el culo incitándome a seguir.

¿Realmente quieres más?

Si, amor. Dame por el culo, por favor

¿Quieres que te meta el puño por el culo?

Si, mi cielo. Hazlo por favor

Decidida a dejarla completamente satisfecha, metí mi puño en su culo, poco a poco, hasta que llegué casi al codo. Fue impresionante ver como mi brazo se perdía en ese exquisito culo, que parecía no tener fin. Era tanta su calentura que acabó tres veces seguidas con mi brazo en sus entrañas.

Aghhhhhhhhhhh. Asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Esa tarde nos separamos dispuestas a repetir nuestros encuentros, pues Amy sentía que solamente conmigo podía llegar a satisfacer sus enormes deseos de sexo. Y yo me sentía fascinada de tener una esclava para hacer realidad mis fantasías eróticas más increíbles.

Pensé que esta vez mi amiga habría quedado completamente satisfecha y que pasaría un tiempo antes de que volviera a necesitar que le hiciera mi tratamiento, pero a los dos días me llamó y me pidió que fuera a su casa. No aguanto más, estoy desesperada , me dijo en un susurro que era toda una invitación a hacerlo otra vez.

Llegué a su casa con los implementos que usáramos la vez anterior y ella me pidió que nos desnudáramos, cosa que hicimos de inmediato y empezamos a besarnos y acariciarnos con pasión. Yo me dediqué a sus tetas y a su panza, que estaba a punto de reventar. Amy se corrió un par de veces y me pidió que fuéramos al living, donde le puse la argolla con la cadena y las pinzas.  Acto seguido, me dediqué a su vulva, metiendo los dedos y finalmente introduciéndole el puño.

Asi, siiiiiiii. Mijitaaaaaaaa

¿Te gusta, amor?

Síiiiiii. Másssssssssssssss

Con el puño metido en su vulva, procedía meter el otro en su culo, hasta que finalmente completé una doble penetración que a Amy la enloqueció.

Aghhhhhhhhhhhhhh.

Gozaaa, perraaaaaaa

Amorrrrrrrrrrrrrr. Aghhhhhhhhhhhhhhh

Sus gritos parecía que iban a despertar el vecindario, por lo fuerte que eran. No satisfecha con lo que le había hecho, me puse sobre ella y empecé a orinarla sobre la boca, que abrió para recibir toda mi orina, que bebió completamente.

Evelynn, amor, déjame hacértelo

Me puso de espalda en la cama y Amy se metió entre mis piernas, dándome una mamada increíble en la zorra y, no satisfecha con ello, procedió a meterme el puño en la vulva, lo que me hizo acabar como una poseída.

Amyyyyyyyyyyy. Amorrrrrrrrrrrrrrrr

Gozaaaaaaaaaa, cabronaaaaaaaaaaaaaaaaa

Siiiiiiiiiii. Mijitaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Descansamos para reponer fuerzas y mientras bebíamos unos jugos, Amy me comentó de su gusto por ser sometida.

Cariño, me encanta que me sometas

Y a mi me encanta someterme

Me siente increíble siendo tu perra

Sí, amor. Me dí cuenta.

¿Podemos seguirr con estos encuentros después del embarazo?

Por mí, encantada, amor

¿Continuamos?

¿Quieres más sexo?

Si. Siento muchos deseos de seguir haciéndolo.

Parece que no te cansas nunca

Es que es tan increíble lo que me haces sentir

Yo me sentía al límite de mis fuerzas. ¿Es que esta mujer no tenía límites? ¿Cómo podía ser tan caliente que nada la satisfacía?

Bueno, habrá que hacer algo para dejarla contenta, pensé e imaginaba qué nueva fantasía podríamos hacer realidad para que mi amiga quedara conforme, cuando . . .

Guauuu, guauuuu

Era Mak, el labrador mascota de Amy.