La vida es bella. Al menos la mía. Capítulo 5

El velatorio. Relato fuerte, contiene lésbico, fisting, pis, bdsm,transexuales,...

Agarro el plug hinchable. Al fin y al cabo, aún le debo otro castigo, y es su culpa haber traído todos los juguetes. Lo embadurno de lubricante. Se lo meto en el culo, es increíble como lo tiene de abierto. Entonces empiezo a hincharlo. Lo hincho más que el otro día. Eli gime en sueños. Lo hincho un poco más. Cuando veo que está a punto de despertarse del dolor, dejo de hinchar. Tengo ganas de ver como tiene el culo mañana. Las dejo ahí tiradas, y sin decir nada, me voy a la cama.

Caigo dormido en cuanto mis huesos dan contra el colchón. Ser amo es agotador, estas putitas van  a acabar conmigo. O yo con ellas. Ya se verá.

Me desperté por la mañana con los rayos de sol entrando por la ventana. Hace un bonito día, parece. Pero no me ha despertado el sol, si no los ruidos de abajo. Parece que, por los gemidos, Eli se ha despertado. Sin preocuparme por vestirme, salgo de la habitación con mi erección matutina a tope, mis 25cms apuntando al techo. Sonrío recordando la anterior noche. Vaya polvos me eché, y gané dos hermosas esclavas sexuales nuevas. Y una de ellas transexual, para mayor satisfacción. Realmente mi ángel de la guarda se lo está currando.

Bajé al salón, a ver como estaban despertando mis perritas. Al llegar, vi que Flor y Almudena estaban una a cada lado de Eli, que estaba sollozando. A lo mejor me había pasado hinchando el plug anoche.

Al verme, se pusieron las dos en pie. Eli lo intentó y con ayuda de sus hermanas se incorporó también.

-Buenos días amo-

Dijeron las tres al unísono. Seguían desnudas, tal y como las dejé anoche. La polla de flor estaba apuntando al cielo con su propia erección matutina. Habría que empezar bien el día.

-Buenos días putas. ¿Habéis dormido bien?-

Pregunto con sorna, mirando a Eli-

¿Qué te ocurre, Eli, te encuentras mal?

-Me… me duele mucho el culo amo. Lo tengo irritado y el plug… me hace daño con cada movimiento que hago. Es más grande que un brazo amo.-

Contestó mirando al suelo. Pero, para mi sorpresa, no me pidió que se lo quitase. Bien, se lo dejaría un rato más.

-¿A qué hora tenemos que salir?-

Les pregunto para saber a que atenerme.

-Tenemos dos horas amo.-

Contesta Flor. Flor. Eso me recuerda algo.

-Gracias Flor. Pero esto no te librará del castigo que tienes pendiente. Lo recuerdas ¿verdad?-

Ella asiente en silencio.-

Bien, para empezar, trae una jarra grande. Vamos a preparar el desayuno.

Flor sale casi corriendo hacia la cocina, mientras sus hermanas permanecen de pie. Eli apenas se sostiene. Me acerco a ella, me coloco detrás y agarro la válvula del plug. Empiezo a sacar aire de ella poco a poco, si intentase sacarle ese monstruo ahora la reventaría. Ella suspira aliviada. Cuando veo que el plug ya tiene un tamaño considerablemente más pequeño, tironeo hacia fuera de él. Ella gime levemente, y el plug sale. Lo que veo me deja alucinado. Ni en mis mejores sueños. Su culo está abierto, como una flor. Casi se podría meter un puño sin tocarle las paredes. Parte de su intestino ha quedado fuera del ano, y no parece que vuelva por si solo a dentro. El culo permanece abierto totalmente.

-Gracias amo-

Dice Eli. En ese momento, vuelve Flor con una gran jarra de agua. Me la tiende, la cojo y meto la polla como puedo dentro y empiezo a mear. Lleno casi media jarra, y eso que es bastante grande. Una vez aliviado, se la devuelvo.

-Haz lo mismo Flor. Luego vosotras hasta llenarla.

Flor rápidamente repite mi maniobra y echa una buena meada, con cara de preocupación. Luego Almudena la deja casi llena. Al pasársela a Eli, las detengo.

-Espera, la meada de Eli va a hacer que rebose. Flor, tumbada bajo el coño de Eli. Antes de que la jarra desborde, la apartas y sigues meando en la boca de Flor. Hoy es nuestro urinario.

Se disponen rápidamente como les he indicado y me parece ver en Eli una leve muestra de decepción. Si no son imaginaciones mías, estaba orgullosa de ser mi urinario particular.

Entonces Eli empieza a mear en la jarra, rápidamente la acaba de llenar y la retira, agachándose y poniendo el coño en la boca de flor, que con una mueca de asco abre la boca y empieza a tragar el pis de su hermana. Parece que Eli se excita, se le ponen los pómulos sonrosados. Sonrío.

-Parece que no te agrada mucho beberte el pis de tu hermana, Flor.-

Le digo mientras su hermana acaba.

-No amo, no me gusta beber pis. Lo hago porque usted lo manda. Y me gusta obedecerle.-

Buena respuesta jejejeje. Se va a hartar.

-Bien, ahora vamos a desayunar.

Me dirijo a la cocina seguido por las hermanas. Una vez preparan el desayuno, nos sentamos. Impido que en la taza de Flor echen leche, y vierto meados hasta llenarla. De su vaso de zumo, me bebo la mitad y relleno con más meados. Cojo a Almudena y me la siento encima. Le coloco la polla en la entrada del coño y la empujo hacia abajo. Está mojada, la muy cerda también se ha excitado viendo humillada a Flor. Se la meto hasta el fondo, reviento su cérvix. Se queja. Empezamos a desayunar.

-Vamos Flor, tómate tu café y tu zumito, están bien aderezados.

Ella, con cara de asco, se toma todo rápidamente, con la esperanza de que todo acabe ahí. Pero queda más de media jarra de pis. Mientras Almudena sigue botando sobre mi polla cada vez más fuerte, le digo a Flor.

-Acábate la jarra. Toda.-

Ella abre mucho los ojos. No se lo esperaba. La agarra con manos temblorosas y empieza a beber. Le dan arcadas. Normal, que asco.

El coño de Almudena ya está totalmente adaptado de nuevo a mi polla, y destila muchos jugos. Ya no le duele, por lo que la aparto de un empujón. No quiero que se corra. Agarro a eli, al otro lado de la mesa, y la coloco igual que su hermana. Se la meto por el coño. Eli gimotea y le saltan lágrimas al meterle la polla por el coño. Lo tiene mucho más apretado que el culo.

Entonces me fijo en la silla que ocupaba Eli, está manchada de caca. La empujo fuerte hacia abajo y le clavo toda la polla, a lo que ella contesta con un fuerte grito.

Vaya, parece que no puedes contener tus esfínteres, Eli. Has manchado la silla. No podemos ir al entierro con una putita cagándose por todas partes. Tendrás que ir con un plug.-

Le digo con malicia. Ella asiente y empieza a botar en mi polla, con claras muecas de dolor.

Flor a todo esto ha acabado con la jarra. Mira hacia abajo con ojos llorosos. Me levanto y tiendo a Eli sobre la mesa y empiezo a follarla de verdad. Ella gimotea, pero pronto empieza a darme las gracias y pedirme más. Joder con las masoquistas hermanas. Entonces en un ataque de crueldad, la saco del coño y se la meto de un empellón en el culo. Apenas me hace presión. Pero ella grita lastimera por la irritación de su culo. La bombeo unas cuantas veces y la aparto, tirándola al suelo. Ella se queda tendida dándome las gracias. Tengo la polla manchada.

-Flor, te toca. Ven y límpiamela. Con tu boca.-

Ella me mira incrédula.  Se levanta de la silla y viene hasta mí. Cuando la tengo al alcance, le agarro un pezón de esas perfectas tetas y se lo retuerzo. Se arrodilla ante mí y con mucha cara de asco, empieza a dar tímidas lametadas a mi polla. Yo, enfadado, la agarro de la garganta y al abrir ella la boca por la sorpresa, entierro mi polla en ella. Le sobrevienen arcadas. Me la follo hasta que veo salir la polla limpia. Entonces la inclino sobre la mesa como hiciera con Eli. Flor está llorando en silencio.

-

¿Quieres que te folle, Eli?¿Quieres que te reviente el culo como a tus hermanas?

-Ella asiente con energía.

–Bien, pues ahí va.

Y, sin lubricación de ningún tipo, empiezo a meterla en el oscuro ojete de la hermosa transexual. Ella, al darse cuenta de que no iba a poner lubricante y empezar a sentir un intenso dolor en su ojete, cerrado durante la noche, empieza a revolverse.

-¡¡Ahhh amo duele aghhh amo por favor aghh!!-

Berrea. Sus hermanas observan desde el suelo.

-Chupádsela mientras la enculo.-

Les ordeno-

Pero como se corra antes que yo tendréis severos castigos.

Dado que la cabezota de mi polla ya está en el culo de Flor, empujo con fuerza y empiezo una follada salvaje. Los berridos de flor inundan la habitación, música para mis oídos. Mientras, las hermanas se arrodillan bajo la mesa y empiezan a chuparle la polla a Flor, que debido al dolor, se había puesto algo blanda. Continúo mis envites brutales en el culo de Flor, al rato ya no chilla tanto. Yo estoy a punto de correrme y empiezo a darle largas penetraciones. Saco la polla lentamente hasta que sólo es capullo queda dentro y de un golpe de caderas la entierro de nuevo sacándole un grito. Hago eso tres veces, a la cuarta me corro en lo más profundo de su culo. Justo cuando el último de los estertores de mi orgasmo me sobreviene y me dejo caer sobre ella, ella empieza a convulsionarse en un orgasmo magnífico. Las hermanas pelean por beber su semen.

Una vez acabado su castigo (que al final no fue tanto, soy demasiado bueno), le doy mi polla para que la deje reluciente. Ella, esta vez sin aspavientos de asco, me la chupa hasta el último rincón. Ha aprendido la lección.

-Venga, démonos prisa. Todas a vestiros. Vamos Eli.-

Le digo cogiéndola de la mano y llevándola hasta nuestra habitación, no sin antes recoger todos nuestros juguetes y llevarlos con nosotros. No sea que venga alguna visita.

Ya en nuestra habitación, le digo a Eli que se ponga a cuatro patas. Ella tiembla, pero obedece.

-No te preocupes, no te voy a follar. Tenemos prisa. Pero tienes el culo irritado. Te voy a untar un poco de crema de aloe vera.-

Ella suspira aliviada. Realmente soy un cabrón. Le unto el aloe, y parece que le alivia. Entonces cojo el plug grande y se lo meto en el culo. Entra sin ningún problema. Lo que eli parece no percatarse, es que la crema de aloe, cuando se seca, se vuelve pegajosa. Sacarse ese plug le va a irritar muchísimo el culo.-

Tienes que llevarlo así o se te irá cayendo la mierda. ¿Estás enfadada conmigo Eli?

Ella se sorprende ante mi pregunta.-

No… nunca me enfadaría con usted, amo. Soy su esclava para lo que usted quiera disponer. Aunque debo reconocer que sentí un poco de celos de mis hermanas, aunque rápidamente los deseché, usted es el amo y yo no soy quién para estar celosa.-

Hace una pequeña pausa y traga.-

Amo, ¿se me va a quedar el culo abierto para siempre?

-Eso espero, putita, eso espero. Aunque ya no valga para follar. Espero que algún día te encule un caballo y que ni si quiera te moleste su polla.-

Eso no se lo esperaba. Me mira horrorizada.-

Pero no te preocupes. Para eso hay tiempo. Vístete y ponte unas bragas fuertes para que no se te salga el plug.

Eli se viste con ciertos problemas, mientras yo hago lo propio. Dado que ningunas de sus bragas son capaces de contener el plug, finalmente va a la habitación de su padre y vuelve con unos tirantes, que prende a sus bragas. Sonrío con satisfacción. Esa es mi putita.

Una vez bajamos las otras dos hermanas están esperándonos en el salón, ya limpio y ventilado. Así me gusta.

Las tres se habían vestido prácticamente igual, vestido negro largo. Eli llevaba una chaquetita negra, para disimular los tirantes supongo. Estaban atractivas, aunque no despampanantes. Al fin y al cabo, vamos a un entierro.

Nos montamos en un coche. No sé de cual era. Nos dirigimos al tanatorio. Yo me monté detrás, con Flor. En cuanto empezamos a movernos, eché mano a su entrepierna. Metí la mano bajo la falda y le agarré la polla. Ella me miró sorprendida. Empecé a pajearla lentamente, con la otra mano le tocaba las tetas. Ella intentó corresponderme pero se lo impedí. Entonces, cuando tenía toda su herramienta erecta, saqué de mi bolsillo unas bolas chinas, del tamaño de pelotas de pingpong. Son 5 bolas de latex unidas por latex también. La hice echar el culo hacia adelante y se las dí a chupar, para que las ensalivase bien a modo de lubricante. Le aparté el tanga y empecé a metérselas una a una. Había lefa en su culo, mi lefa. No se había limpiado. Mejor para ella, eso le vendría bien como lubricante extra. Le metí las bolas una a una hasta que las cinco estuvieron dentro, ella gemía de placer. Entonces seguí masturbándola, con cuidado de que no se corriese.

-Amo, estamos a punto de llegar. No puedo ir al velatorio así. ¿Me permite correrme?-

Me dijo sumisa.

-No, flor. Ahora vas a tener que colocarte la polla hacia atrás así de empalmada-

Sé lo que puede doler eso. Ella me miró de nuevo, pero asintió y empezó a intentar colocársela. Se notaba que le dolía. Finalmente su erección bajó un poco y fue capaz de echarla para atrás, con una mueca de dolor, pero aparentemente feliz de haber sido capaz de cumplir mi orden.

-Gracias amo.

Nos bajamos del coche y fuimos a la sala en que estaban expuestos sus padres. Allí, pese a todo lo sufrido por ellas en sus años jóvenes, las emociones ganaron y las tres lloraron. Decidí que no era momento de sexo, y me retiré prudentemente al bar.

Mucha gente pasó por allí a darles el pésame, al fin y al cabo es un pueblo pequeño y todos se conocen. Tras estar largas horas allí, tremendamente aburrido, volví al bar. Almudena me siguió.

-Jaime-

Me dijo, había mucha gente delante. Tenía los ojos enrojecidos de llorar.-

¿Me acompañas? –

Y sin más me agarró la mano y tiró de mí hacia el final de las salas, en donde no había ningún entierro. Había servicios cada sala, por lo que entramos en la última, vacía. Me hacía gracia, yo preocupado por su duelo y Almudena llevándome de la mano para follar, seguramente.

Al entrar, echó el pestillo de la sala y se echó en mis brazos, empezando a llorar desconsolada. Cuando se calmó un poco, me dijo:

-Perdón, perdón amo por haberle traído aquí sin su consentimiento. Pero necesito que me folle. Por favor amo. Fólleme. Necesito un orgasmo.-

Me apiadé de ella. Que cojones, no me apiadé de ella, estaba cachondo y no me vendría mal descargar. Le agarré los dos pezones por encima del vestido, la muy zorra no llevaba sujetador al entierro de sus padres. Entonces le di la vuelta y la doblé dejándola sobre el respaldo de uno de los sillones. Le levanté las faldas del vestido, la muy cerda tampoco llevaba bragas. Le di un fuerte azote en el culo al que ella respondió, tras la sorpresa inicial, con un “

Gracias amo”.

Seguí azotándole el culo hasta dejarlo rojo, la mano me dolía. Ella contestaba de igual forma a cada azote. Finalmente, me saqué la polla del pantalón y de un golpe se la endiñé en el coño hasta el fondo. Estaba completamente encharcada. Un largo gemido acompañó mi penetración.

-¡Oh gracias dios, lo necesitaba tanto!-

Dijo. Entonces empecé a follármela con fuerza, me incliné hacia delante para agarrarme a sus estupendas tetas, se las agarraba muy fuerte, clavando mis dedos en ellas, a ella le dolía pero seguía dando las gracias. La cabalgata fue de aúpa, me la follé sin contemplaciones, fuerte y rápido, buscando mi placer. Cuando estaba a punto de correrme, y sabiendo de su preocupación por no quedarse embarazada, me incliné sobre ella y le susurré al oído:

-Ahora me voy a correr dentro de ti, putita mía, y lo seguiré haciendo hasta que te quedes embarazada.-

Entonces empecé a dar empellones sin pausa para llegar al anhelado orgasmo.

-No amo por favor no embarazada no…-

Decía ella entre resoplidos. Finalmente, clavándosela hasta el fondo, en la misma puerta de su matriz, me corrí copiosamente. No entiendo cómo puedo producir tanto esperma. Mi corrida coincidió con la suya y un largo “

Nooooo”

completamente falso. Empezó a tener convulsiones, el orgasmo fue muy intenso. Según acabé de correrme, se la saqué, viendo su coño bien abierto repleto de mi semilla. Espero que germine.

-Sal en unos minutos. No te limpies. Lo que vaya cayéndote por las piernas puedes recogerlo y comértelo, pero nada más. Vas a apestar a sexo en el velatorio de tus padres.

Y, con un último azote en el culo, la dejé ahí desmadejada y me fui a tomar una cerveza. Ya era casi la hora del entierro propiamente dicho.

Acompañé a las hermanas al cementerio, y sin más novedad que muchas lágrimas, nos fuimos a casa. En el coche, decidí dejar a Flor en paz. Las tres parecían sumidas en sus pensamientos.

Según entramos en la casa, ya tarde, las tres se despojaron de sus vestidos. Flor se quitó el tanga, saltando su polla empalmada, y el sujetador, y Eli se quitó los tirantes junto con su braga y sujetador. Pero el plug se quedó en su sitio. El aloe ya estaba seco. Ahora sería un suplicio sacarse eso del culo.

Sonriente y encantado por la disposición de mis tres esclavas, me desnudé yo también, sin decirles nada. Pero este día estaba yo juguetón. Me apetecía algo distinto, estaba un poco cansado de follar y vejar a estas tres putitas. Me faltaba Paula.

-¿Qué querríais hacer ahora, esclavas? –

Dije, sentándome en el sofá desnudo.

Ellas levantaron la mirada,  y se miraron unas a otras, un poco desconcertadas, esperaban órdenes por mi parte y esto las había sacado de su lugar.

-A ver, Eli. ¿Tú que querrías hacer?

–Le pregunto a mi esclava original.

-Yo... lo que usted desee amo.-

dijo completamente sonrojada.

-Vamos, habrá algo que te apetecería hacer  si yo no estuviese aquí. Si yo no fuese tu amo.

-Bueno... Querría quitarme el plug y ponerme un enema de esos que me pone usted amo, para no manchar nada. Y...-

Duda. La animo con la mirada, levantando las cejas-

y querría meterle la mano por el culo a Flor. Y las naranjas. Que sufra lo que yo sufrí anoche.

Mi carcajada lleno la habitación, sobresaltando a las tres.

-Me encanta la idea.-

Dije ante la mirada horrorizada de flor.-

Pero no será ahora. Tal vez luego. ¿Tu Almudena?-

Dije girándome hacia la hermana mayor.

-

Pues…-

inspira profundamente.-

Yo quiero que me folle. Y quiero que me deje embarazada, como parece que es su deseo amo.-

sus hermanas la miraron, sorprendidas. Seguramente ambas sabían de su aversión al embarazo.

-Eso lo haremos, una y otra vez. Quiero verte con una buena barriga, quiero sacarte la leche de tus tetas, quiero encularte mientras das a luz. Pero para eso aún falta. –

Alomudena, cuando le digo eso, tiene un escalofrío. Casi podría jurar que ha tenido un microorgasmo. Me giro hacia la transexual-

¿Flor?

-Yo necesito correrme amo. Llevo empalmada todo el día debido a las bolas que me puso y a la paja. Me duelen los huevos. Necesito follarme a alguien o acabar la paja.-

dice. Parece realmente desesperada. Tengo que comprar un cacharrito de esos para meter la polla y evitar que se empalme, produciendo dolor cuando se excita. Y mantener a esta bella transexual con el orgasmo denegado por días.

-Eso también tiene fácil solución. Porque ahora tengo ganas de jugar con mi culo. Si consigo una buena dilatación a lo mejor te dejo metérmela. Bien, para empezar, vais a chuparme el culo y la polla. La que quede fuera que vaya a por los juguetes.-

Les digo para su sorpresa. Ninguna podría haber imaginado lo que me gusta jugar con mi culo. No me gusta reventármelo, me gusta dilatarlo bien y darme fuerte con juguetes, pero sin dolor. Aunque nunca he probado una polla de verdad.

Flor casi se abalanzó sobre mí. Levantandome las piernas, se amorró a mi culo y empezó a chupármelo como una experta. En poco rato ya me metía la puntita de la lengua. Almudena se abalanzó sobre mi polla casi con la misma celeridad y empezó a mamarla. Yo jugueteaba con sus pezones, estirándolos, pellizcándolos. Me fijé entonces que tenía marcas en las tetas. Las marcas de mis dedos.

Estas hermanas me estaban matando de gusto. Eli, que se había quedado inmóvil por unos instantes, subió a la habitación y bajó con los juguetes. Yo mientras tanto estaba comprobando la flexibilidad de los pezones de Almudena, estirándolos todo lo que daban  mis fuerzas. Si tiro más se los arranco. Tenía las tetas completamente estiradas y lloraba con mi polla en la boca. Flor seguía chupando con fruición mi culo. Que placer. Metía la lengua todo lo que daba de sí.

-Ufff muy bien putitas. Eli, Quítate el plug.-

La habitación estaba demasiado silenciosa, quería oír algún grito.

Eli asintió y se colocó en cuclillas para sacárselo. Al empezar a tirar, fue cuando se dio cuenta de la jugarreta el aloe vera. Empezó a sudar y a quejarse.-

Puf. Oh. Puf ahh.

-¿Qué ocurre, Eli? No eres capaz de algo tan sencillo como sacarte el plug del culo?

-Amo… pufff… es que no sale, aggg, está como… pegado. ¡El aloe! Se ha secado amo…-

Cuando la miré y sonreí, ella se percató de que lo había hecho a propósito. Con una crema hidratante cualquiera no habría pasado eso. Pero el Aloe,… jejeje.

-

Te estoy concediendo tu deseo, Eli. Así que hazlo.  Acércame el Popper.

Eli se levantó, lo cogió y me lo tendío. Lo abrí y vi que quedaba la mitad, tendría que comprar más a este ritmo. Me puse un poco en las fosas nasales y le puse a ella un poco también. Quiero que sufra, no que se destroce. Volvió a adoptar la posición y yo volví a estirar los doloridos pezones de Almudena, que no había parado de chupar ni un instante. Agarré su cabeza y la empujé hacia abajo, metiendo mi polla en su garganta e impidiéndole respirar. Ella empezó a manotear pero no solté mi presa. Flor me miraba desde debajo de mis huevos con cara de preocupación, pero seguía chupando como los ángeles. La garganta de Almudena se convulsionaba, dándome un placer inmenso. Los gritos de Eli empezaron a inundar la estancia, aunque ahora parecía que el Popper empezaba a hacer efecto y el plug comenzaba a salir. Tras un minuto aguantando la cabeza de Almudena, cuando noté que su resistencia menguaba, la solté y agarré rápidamente ambos pezones con mucha fuerza. Tal y como suponía, ella se echó hacia atrás a tomar aire, pero al tener yo sus pezones fuertemente cogidos, ella misma se los estiró salvajemente, sin poder evitarlo, respirar era un acto reflejo. Su cara estaba llena de babas. El dolor de sus pezones la hizo chillar y volvió a bajar tras tomar una bocanada de aire, cosa que aproveché para volver a empujar su cabeza metiéndole de nuevo la polla hasta el esófago. Lloraba mucho, pero ya apenas se resistía. Tras otro minuto, la solté y se echó hacia atrás de nuevo a tomar aire, pero ella esperaba que repitiese la jugada de los pezones, cosa que no hice, por lo que  cayó hacia atrás, desplomada sobre el suelo, boqueando como un pez fuera del agua.

-Ayuda a Eli. Flor, empieza a usar lubricante con uno de tus dedos en mi culo.-

Flor sonrió con cierta malicia. Realmente estaba disfrutando de mi culo, y dado que le había dado esperanzas de podérmelo follar, estaba excitada. Lo que no sabía es que sería una de las últimas veces que la iba a dejar correrse.

Flor cogió el lubricante, me extendió un poco en el ojete y se untó el dedo índice, y empezó a jugar con mi anillo oscuro, mientras con sus labios rodea mi polla.

Qué maravilla

. Entonces un grito me hace apartar la vista de Flor y mire a las otras dos hermanas. Almudena tira del plug que se resiste a salir, y Eli ha gritado al estar la parte ancha en ese momento justo en el esfínter. De un tirón más, sale el plug de su culo y vuelve a gritar, echándose a llorar desconsolada en el suelo.

-Ponle más aloe vera en el culo, y trae un cubo lleno de agua. Vamos a cumplir su deseo y ponerle un enema.-

Almudena me mira, muda. Se levanta y sale de la habitación. Flor sigue con sus trabajos en mis bajos, me está matando de gusto. Sin que yo le  diga nada, mete un segundo dedo bien lubricado en mi culo. Le alcanzo uno pequeño plug, y tras untarlo bien en lubricante me lo mete y vuelve a chuparme la polla. Que placer. Lo mete y lo saca despacito, haciendo que mi culo se vaya dilatando. Los efectos del Popper son evidentes, apenas me hace fricción. Noto que empieza a introducir un dedo junto al plug, me tira un poco el ojete pero apenas duele. Me está dilatando a conciencia, no es la primera vez que lo hace.

Vuelve Almudena con la crema y un cubo de agua. Aplica Aloe en el culo dolorido de su hermana, y ella suspira aliviada. Cuando acaba, Eli ya no llora y suspira excitada. ¿Cómo se puede ser tan masoquista?  Yo que creía que me había pasado…

Entonces Almudena coge la pera para aplicar enemas y la llena, unta la cánula con lubricante y se la mete en el culo. Eli gime un poquito pero la cánula le produce más placer que dolor. Almudena aprieta la pera y Eli gime. Una  vez vaciada, repite la operación.

Viendo que se divierten, me centro en mi placer, proporcionado por Flor. Ella alarga la mano y coge otro plug, más gordito. Me mira con cara interrogante, metiéndoselo en la boca. Asiento con la cabeza, con lo que empieza a untarlo con lubricante, saca el pequeño y empieza a meterme este. Gracias al lubricante y a la dilatación de mi culo, entra sin problema alguno.

-Uff que gusto. Coge uno más grande. Ese apenas lo siento.

Flor coge el segundo plug más grande. Es de dimensiones bastante importantes. Me acojona un poco, pero dado el estado de dilatación de mi culo, me agarro los cachetes y me abro. Ella lo vuelve a untar de lubricante y empieza a meterlo. Éste cuesta algo más, aunque tampoco tanto.

Los gemidos de Eli me hacen levantar la mirada. Veo que Almu está vaciando otra pera en su culo. Observo el cubo, lleva más de la mitad vaciado.

-Oh, dios mio. Para ya Almudena, no puedo más, voy a reventar.-

Gime Eli. La observo mientras un poco más del plug entra en mi culo. Su barriga se nota hinchada, casi como si estuviese embarazada. Ante la mirada inquisitiva de Almudena, asiento para que siga metiéndole más.

Entonces, el plug entra completamente en mi culo. Apenas una molestia. Agarro la cabeza de Flor y hago que se trague mi polla hasta el esófago. La aguanto unos instantes, se resiste mucho menos que Almudena, parece que no es la primera vez que lo hace.

Entonces la volteo, la recuesto sobre el sofá y empiezo a meterle la polla en el culo. La sensación es increíblemente placentera, mi culo lleno y metiéndosela a esta hermosa transexual por el suyo, agarrado a sus formidables tetas de goma. Ella gime, pero parece encantada. Empiezo a encularla fuerte. Eli nos acompaña con sus quejidos y lamentos. Su barriga está realmente hinchada, me pregunto si no será peligroso seguir.

-Ya vale, Almudena. Ponle el plug grande y que no se salga nada. –

Se lo pone.-

Cómele el coño ahora, quiero que la hagas correrse tantas veces como puedas. Pero que no se salga el plug.

Almudena se pone a ello. Las sensaciones en mi cuerpo son maravillosas. Eli no sabe si gritar, gemir, suspirar… está en una especie de éxtasis del dolor y el placer.

Se la saco a Flor del culo. Me mira con carita de pena, estaba gozándolo la muy puta.

-Tu turno. Espero que me des mucho placer. Como me hagas daño, el castigo será temible.

Un escalofrío recorre el cuerpo de Flor. Se sitúa detrás de mí al tiempo que yo me pongo inclinado sobre el sofá. Ayudándose de la lengua, saca el plug de mi culo, que sale haciendo un sonoro plop. Me chupa el ojete, mete la lengua lo máximo que puede. Me embadurna bien con lubricante, aprovechando para dilatarme un poco más con los dedos. Entonces se incorpora, se agarra la polla de 20 cms, se la unta de lubricante y me la coloca en el ojete. Poco a poco, empieza a empujarla dentro. Poco a poco va entrando. Aunque siento alguna molestia, el trabajo de dilatación ha sido muy bueno, y no siento dolor. Poco a poco va entrando hasta que, finalmente, hace tope su pubis con mi culo. Entonces suelto mis cachetes y coloco las manos en el sofá y le digo:

-Empieza poco a poco para ir subiendo de velocidad. Vamos.

Ella obediente empieza a sacarla y meterla lentamente. Me encanta. Estoy en la gloria. Miro hacia las otras dos hermanas. Parece que eli se está corriendo, otra vez. Almudena tiene la cara empapada, sin duda Eli ha tenido una corrida de esas suyas. Le sigue comiendo el coño con ansia. Entonces la llamo.

-Almu, chúpamela. Me voy a correr pronto.-

Anuncio, Flor está embistiéndome cada vez más rápido y me muero de gusto. Almudena se separa del coño de su hermana, que está semiinconsciente, y se tumba debajo de nosotros, metiéndose mi polla en la boca, que está dura como una piedra. –

No te lo tragues, quiero que luego se lo pases a Eli.

Me dejo ir. Las enculadas de Flor son maravillosas, ninguno de los juguetes que me había metido por el culo hasta entonces me había proporcionado tal placer. Me abandono al doble placer, y al sentir la corrida de Flor en mi culo que me pilla por sorpresa,  me corro abundantemente en la boca de Aludena, que como puede retiene mi corrida en su boca. Entonces se levanta y va hacia Eli, que está tumbada bocarriba con su barriga de embarazada. Le abre la boca y deja caer mi corrida en su boca. Eli no dice nada, aunque se espabila un poco y una mueca de dolor aparece en su cara, pero traga. Aparto a Flor de mí, había caído rendida sobre mi espalda aplastando sus tetas contra mí. Su polla sale de mi culo, siento un vacío enorme. Me dirijo corriendo a Eli y me coloco de cuclillas con mi dilatado ojete sobre su boca. Ella, sin tener que decirle nada, abre la boca y saca la lengua, que empieza a chupar mi anillo. Poco a poco noto como cae la lefa de Flor, Eli la va tragando, pese a que seguramente está manchada de mierda. Una vez me deja el culo bien limpio, me levanto.

-Esto ha estado fenomenal, putitas mías. Creo que deberíamos dormir ahora.-

Digo con toda la intención, a ver la reacción de todas con Eli rellena de agua. No tengo intención de dejarla así toda la noche, seguramente ocurriese un accidente.

-Amo… por favor… permítame vaciarme. Me duele,  me da miedo…-

La miré severamente, como si me contrariase su petición, aunque me la esperaba. Tras unos instantes en silencio para crear expectación, le contesté.

-

De acuerdo. Puedes ir al baño. Vamos todos. Podemos prolongar la noche un poco más.

Entonces nos dirigimos al cuarto de baño todos. Eli más que andar se bamboleaba, sujetándose su hinchada barriga.

Según entramos en el baño, Eli se sienta en la taza del wáter y me mira, pidiendo permiso. Asiento. Entonces echa la mano atrás y agarra el plug, y se lo saca y empieza a echar todo lo que tiene en sus intestinos. Un ligero olor a mierda inunda la habitación. Yo aprovecho su gemido para meterle la polla en la boca, viendo esto se me ha vuelto a poner dura.  Empiezo a follarle la boca mientras observo como su barriga se deshincha. Ella me mira, con adoración, agradecida. Finalmente, deja de salir líquido de su culo, entonces le saco la polla de la boca y la levanto. La meto en la bañera y abro el grifo de la ducha. La inclino hacia delante. Su culo permanece abierto, muy abierto. Cojo la ducha y se la meto.

-Por favor amo más no… por favor Agggg!-

Grita cuando empieza a entrar agua de nuevo en sus intestinos. Al notar que su barriga empieza a hincharse de nuevo, saco la ducha y le meto la polla de un golpe, evitando que salga nada más que un pequeño chorrito. Empiezo a bombearle.-

¡Ohh gracias amo gracias!

Sus hermanas nos miran, con caras mitad horrorizadas mitad…¿lujuriosas? Ambas se estaban masturbando viéndonos, normal dado que debía de ser un espectáculo ver como la enculaba con la barriguita que tenía ahora mismo. Flor estaba de pié con su hermosa polla de 20 cms totalmente erecta y Almu estaba despatarrada en la taza del wáter. Entonces recordé que debía preñar a Almudena, así que se la saqué a Eli, que cayó en la bañera y empezó a brotar líquido de sus entrañas, transparente totalmente. Volví a coger la ducha y a metérsela. Ya no se quejaba, sólo un casi imperceptible “

nooo”

salió de sus labios. Cuando estaba entrando el agua, le dije a Flor:

-Flor, sigue tú. Encúlala bien.-

Flor sonrió y se metió en la bañera, tomando el relevo con la ducha. Yo salí y me sequé, miré a Almudena.

Me acerqué a ella.

Ella seguía masturbándose, y sus labios decían sin sonidos:

Fólleme. Préñeme. Por favor.

Me acerqué más, colocando mi polla sobre su barriga. La cogió con sus manos mirándome. Flor empezó a encular a su hermana, con saña. Su barriga estaba más hinchada que nunca y lloraba. Flor tenía una cara de viciosa sádica que por un instante me asustó. Seguramente no es sumisa 100%, es de esas personas que les gustan ambos papeles. Acompañaba sus empellones con azotes en su culo.

Entonces cogí a Almudena y me la llevé de allí, fuimos a la cama y la tumbé. Sin decir nada, levanté sus piernas y se la metí. Estaba empapada, dios que placer. Se la metí del tirón, mis 25 cms entraron en su coño haciendo tope, ella se quejó, pero me dio igual. De hecho, me gustó su gemido. Empecé a darle fuerte. La cama retumbaba, se movía de su sitio, ya estaba a varios centímetros de la pared. Entonces empecé a azotarle las tetas. Cada vez más fuerte. Ella gemía, parecía gustarle. Sus preciosas tetas se estaban poniendo coloradas, y sus pezones estaban completamente erectos, medían casi 3 centímetros sin duda. Acerqué la boca y mordí un pezón. Un aullido, mitad dolor mitad placer, salió de su boca.

-

¡Aggg sí! ¡Préñame por favor!-

Gritó, o eso me pareció escuchar. Entonces se la saqué, ella puso cara de circunstancia.

-

¿Quieres que te preñe? Pues será a mi modo. Vete a la bolsa de los juguetes y trae el plug hinchable, el lubricante y la cuerda.

–Pienso unos instantes-

Trae todo.

Ella se levantó

ipso facto

y salió hacia el salón. Me acerqué al baño y me asomé. Eli estaba tumbada en la ducha, con Flor enculándola como si no hubiese un mañana. Eli parecía ida, si no completamente inconsciente. Como sospechaba, a Flor también le iba el rol de dominante, y estaba gozando destrozándole el culo a su hermana lleno de enema. Levantó la mirada y me vio parado en el umbral de la puerta, me sonrió y siguió dándole a su hermana con más saña.

Un ruido me hizo girarme, Almudena había vuelto y estaba con la bolsa a sus pies y lo que le había pedido en las manos. Me dirigí hacia ella y la agarré, colocándola a cuatro patas en la cama. Le lubriqué el culo, metiendo dos y hasta tres dedos en él. Ella callaba. Cuando creí que estaba suficientemente dilatada, metí el plug hinchable en su culo. Costó, pero poco. Una vez dentro, pulsé la pera un par de veces para que se hinchase un poco.

Entonces la volteé y la dejé tumbada bocarriba de nuevo. Ella creía que iba a seguir follándomela, pero no era mi intención por ahora. Agarré la cuerda, busqué el centro y se lo pasé por la nuca sentándola. Hice un primer nudo entre sus preciosas y algo rojas tetas, y pasé a rodearle cada teta con una lazada, haciendo un fuerte nudo. Me encantó como se le pusieron las tetas, como pelotas. Entonces la rodeé la espalda con ambos extremos y volví a pasarlas hacia delante, por encima de las tetas, presionándolas más. Volví a hacer un nudo en el centro, enlazándolo con el anterior. Entonces, di vueltas a sus tetas, pasando la cuerda por detrás de los cabos que iban a su espalda, hasta quedarme con la cuerda justa para hacer los últimos nudos y que las cuerdas no se soltasen.

Me aparté de ella un poco. Una obra de arte. Sus tetas estaban separadas de su cuerpo unos cuantos centímetros, las tetas eran esféricas y los pezones parecían a punto de salir despedidos de duros que estaban. Su piel estaba completamente tirante y empezaba a adquirir un tono violáceo. Se las agarré con cuidado. Estaban duras, completamente duras. Apreté un poco, ella gimió de dolor.

Entonces entró Flor con la polla morcillona goteando algo de semen.

-Amo, he acabado con Eli. ¿Qué quieres que haga con ella ahora?-

Me dijo. Entonces vió las tetas de su hermana y abrió los ojos sorprendida.-

¡Guau! Que preciosidad-

Dijo, alargando la mano para tocarlas.

Con un fuerte golpe en el dorso de la mano, la detuve.

-Nadie te ha dado permiso para tocarla, esclava.-

Dije poniendo cierto énfasis en la última palabra. Que me hubiese follado el culo no significaba ningún cambio en su estatus, y eso tenía que recordárselo.-

Ni para tutearme. Despierta a Eli, ayúdala a secarse y venid aquí. Deja su culo vacío. ¡Ah!-

Dije cuando Flor, con la mirada gacha ya se giraba hacia el baño-

Y traed las naranjas. Te has ganado un castigo por tu insolencia y Eli un premio por lo que ha aguantado hoy.

Flor puso cara de terror pero asintió, vencida. Sabía lo que se le avecinaba.

Entonces volví con mi juguete Almudena. Estaba enfadado y ella lo iba a pagar. Esas tetas amoratadas eran perfectas para desahogarme ahora. La tumbé y le metí la polla de nuevo en su coño. Empecé a follarla.

Entonces, cuando ella gemía de gusto, empecé a darle palmadas en las tetas. Nada muy fuerte, pero dado el estado en que estas se encontraban,  le producía bastante dolor. Según aumentaba mi excitación, los golpes eran más fuertes, así como sus chillidos. Las tetas estaban completamente moradas, me encantaba. Qué pena no tener unas pinzas de la ropa. Apreté la pera del plug en su culo un par de veces, noté como se hinchaba y su coño se ponía más apretado, ella sólo gimió. En ese momento, entraron Eli y Flor, Eli parecía desmejorada pero tenía una sonrisa de satisfacción en su boca que la hacía realmente atractiva.

-Bien. Flor, vete a la cocina y tráeme las pinzas de la ropa.-

Pegó un respingo al oír su nombre. Aliviada, salió de la habitación tras susurrar un “sí, amo”. Una vez oí como bajaba las escaleras, me dirigí a Eli.-

Eli, ¿Estás bien?

-Sí, amo. Me duele el culo y siento las tripas vacías, es como si tuviese mucha hambre.-

Di un azote fuerte a Almudena en sus tetas.-

Pero estoy dispuesta a lo que me ordene.

-Bien, como ves os estoy dando a todas lo que pedisteis. Tú has tenido una parte, y ahora quiero que destroces a la puta de Flor. Métele las naranjas en el culo, métele el brazo, méteselo todo junto si quieres y lo aguanta. Pero no la rompas. Usa bien de Popper y lubricante.-

Le di todas las instrucciones sin dejar de azotar las tetas de Almudena y darle empellones con mi polla al fondo de su coño. Tuvo su enésimo orgasmo, cosa que me cabreó, en ese momento no quería que disfrutase, quería que sufriese, con lo que empecé a darle pollazos lo más profundo que pude, donde le dolía.

Llegó Flor con las pinzas y me las acercó.´

-

Eli, empieza con Flor. Flor, obedece a Eli.-

Cogí una pinzay se la puse en el erecto pezón de casi 5 centímetros que lucía Almudena. Su grito fue desgarrador. Le di otro pollazo, y volvió a gritas, la pinza se había bamboleado al ritmo de la follada. Cogí otra pinza y procedí del mismo modo con el otro pezón. Volvió a gritar. Entonces empecé a follarla rápido. Las pinzas se bamboleaban produciéndole un intenso dolor. Me giré y observé los avances de las dos hermanas.

Flor temblaba. Estaba a cuatro patas respirando profusamente, inhalando Popper (supongo) mientras Eli tenía cuatro dedos bien metidos en su culo, brillantes por el lubricante. Los metía y sacaba como si fuese una polla, se la estaba follando. A cada poco echaba más lubricante. Entonces puso los dedos de la mano haciendo un cono pulgar incluido y procedió a meterle los cinco dedos. Flor gemía de gusto, el Popper ya le hacía buen efecto. Eli empujó, su  cara denotaba que estaba cachonda, muy cachonda.  Poco a poco su mano entera entró en el culo de su hermana, que gemía de gusto. Su polla colgaba fláccida.

Eli empezó entonces a follarse el culo de su hermana con saña, sin esperar a que se adaptase, metiendo y sacando la mano de su culo. Entonces sacó la mano con más problemas que las veces anteriores, observé complacido que había cerrado el puño en el interior de Flor y ahora lo sacaba cerrado, aumentando el diámetro y dilatando mucho más el culo. Sin embargo, debido a la droga y al proceso de dilatación, consiguió sacarlo y volverlo a meter, una y otra vez. Flor casi gritaba y pedía más.

Entonces Eli consideró que era suficiente, no estaba consiguiendo su objetivo, que no era otro que vengarse de su hermana transexual.  Sacó la mano y se la limpió con una toalla que no sé de donde salió. Se giró y cogió las naranjas. Mi polla dio un respingo, y me di cuenta que llevaba un rato sin follarme a Almudena, que parecía desmayada. La azoté ambas tetas haciendo botar las pinzas, el dolor la hizo abrir los ojos, pero no tenía fuerzas ni para chillar. Lentamente seguí follándomela y azotando sus tetas a cada poco. Tenía lágrimas en los ojos, pero su rostro era mitad dolor y mitad placer. Bueno, puede que fuese 95% dolor, pero ella lo disfrutaba y yo más así que…

Eli untó la primera naranja con lubricante y la empezó a meter en el culo de Flor. Entró bien, y cogió la segunda. La metió y haciendo un poco de fuerza también entró. Cogió la tercera y ésta ya le costó más, no por la dilatación si no porque las otras dos hacían tope. Empujó firmemente y la metió, Flor dejó de gemir de gusto y se quejó, esa había dolido dentro.

Cogió la cuarta naranja. Yo observaba mientras seguía con el “tratamiento de fertilidad” con Almudena. Preparando su coño para el parto y sus tetas para dar leche, jeje. Empezó a meter la cuarta naranja, esta se hacía muy difícil y flor se quejaba mucho. Eli empujaba pero se le resbalaba por el lubricante, pero finalmente, acompañada de un largo gemido de Flor, entró. Entonces, Eli siguió empujándola hacia dentro, para que desapareciese del todo. Poco a poco, había enterrado su mano en el culo de su hermana. La polla de Flor ya estaba dura como un mástil, al fin y al cabo su próstata estaba siendo bien estimulada. Entonces Eli me sorprendió y cogió… otra naranja! Empezó a metérsela, esta vez le costó menos que la cuarta, al haber procedido a empujarlas hacia dentro con su mano. La metió, Flor solo lloraba y gimoteaba “perdón, perdón”. Eli al meter la naranja, siguió empujando un poco sin llegar a meter la mano. Me miró con cara de satisfacción. Yo asentí. Entonces habló con un tono de voz que no le conocía.

-Flor, ahora te vas a poner de cuclillas y vas a cagar las naranjas. Vamos putita.-

Añadió, dándole un fuerte  palmetazo en el culo a la vez que yo palmeaba las tetas de Almudena. Le dejó la mano marcada. Flor, lloriqueante  se incorporó y adoptó la posición. Empezó a hacer fuerza, sudaba a raudales y lloraba. Su culo empezó a abrirse al cabo de un rato y la primera naranja empezó a asomar, poco a poco el orificio era más grande hasta que salió con fuerza, y sorpresivamente salieron las otras cuatro detrás. Flor cayó al suelo entre espasmos y empezó a correrse sin haberse tocado la polla ni siquiera. Eso enfureció a Eli, que la agarró y la puso de nuevo a cuatro patas. Se empezó a untar la mano de lubricante y sin esperar a que Flor se recuperase, le metió el puño cerrado por el enorme boquete que tenía por culo. Flor ni se quejó, de tan dilatado que tenía el ojete.

Entonces Eli empezó a meter el puño más profundamente. Iba entrando más y más, lo metía y lo sacaba. Cuando había metido todo el antebrazo, Flor empezó a quejarse y Eli a sonreír. Siguió empujando. Dios la escena era súper morbosa. El codo pasó, yo volví a azotar las tetas de Almudena que había vuelto a dormirse o desmayarse, abrió los ojos con un quejido. Entonces decidí que era hora de correrme, pero antes empecé a desatarle las tetas, estaban tan moradas que me parecía hasta peligroso.

Según las cuerdas se iban aflojando, un gemido de dolor brotó de sus labios, uniéndose a los gritos que empezaba a dar Flor, la miré, Eli había metido su brazo casi hasta el hombro, lo metía y lo sacaba y sonreía con una cara que daba hasta miedo. Al soltar finalmente sus tetas, empezó a llorar del dolor y a suplicar. Entonces le quité las pinzas, empezó a retorcerse como loca, el dolor tenía que ser horrible. Eso me puso más cachondo y empecé a bombear rápido, llegando al fondo en cada empujón, hasta que me corrí intensamente. No entiendo como seguía sacando semen después de las corridas que llevaba.

Sorprendentemente, Almudena pese al dolor y el agotamiento, al sentir mi corrida  empezó a convulsionarse en un orgasmo que duró varios minutos (o eso me pareció a mi).

Eli seguía atacando con saña el culo de Flor, cuando Flor se corrió de nuevo sin tocarse la polla. Entonces decidí dar por terminada la noche.

-Vale Eli. Déjala.-

Dije, incorporándome a mirar como sacaba el brazo de su interior.-

Flor, has dejado el suelo perdido. Limpia todo eso con tu lengua, trágate tu propia corrida. Espero que hayas aprendido la lección. –

Flor, algo atontada, me miró y asintió. El brazo de Eli salió finalmente de su culo. El boquete era impresionante, podría meter mi polla en el sin tocar las paredes de su ano. Me fui a la ducha, Eli vino conmigo y nos metimos en la ducha los dos mientras veíamos a Flor lamiendo sus corridas del suelo.

Eli empezó a lavarme con jabón, frotándome cada parte de mi cuerpo con sus manos.

-Gracias amo, ha sido maravillosa esta noche.-

Me dijo sorprendentemente para mí.

-

¿Incluidos los enemas? No parecían gustarte mucho, putita mía.-

Le dije dándole un beso en los labios.

-Todo lo que venga de usted, aunque duela, me pone cachonda. He tenido unos orgasmos increíbles con el culo lleno de agua, amo.-

Me dijo saliendo de la ducha y tomando una toalla, se colocó en disposición de secarme a mí. Me dejé mimar por mi esclava. Luego se secó ella, me fui a la cama. Flor ya había limpiado el suelo y estaba en el suelo de rodillas. Almudena estaba inconsciente en la cama. Las marcas de las cuerdas y las pinzas me parecían sumamente excitantes, pero había que dormir.

Me metí en la cama y caí dormido inmediatamente, sin acordarme si quiera de deshinchar el plus que tiene Almu en su culto.