La vida es bella. Al menos la mía. Capítulo 3
La relación con Eli se va asentando. Visita a una Sexshop. Nueva incorporación sorpresa a la cama. Contiene BDSM, sexo duro, anal, fisting, dominación, lésbico... buff casi de todo. Y mucho, mucho morbo.
Tras descansar unos instantes y recuperarme, veo que ella sigue inconsciente. Así se me la saco, aún está algo morcillona y al sacar la cabeza suena un sonoro ¡plop!, seguido de un reguero de mi leche. Rápidamente para que nada escape cojo el calabacín grande y se lo meto, ahora entra sin problemas. Lo incrusto bien en su dilatado y empapado coño y busco sus bragas en mi pantalón caído en el suelo. Se las pongo con algo de dificultad debido a su nula colaboración, para evitar que el calabacín salga.
Entonces recuerdo el calabacín pequeño y voy a buscarlo al salón. Lo cojo, lo llevo al baño y lo embadurno bien con gel frío. Voy a la habitación y vuelvo a levantar sus piernas, aparto un poco el tanga y le meto poco a poco el calabacín en el culo. Se queja un poco, pero no llega a despertarse. Bien. Este agujero hay que empezar a entrenarlo. Vuelvo a colocarle las bragas y se las subo bien.
Miro sus pezones. Están amoratados por las pinzas. Pienso en quitárselas, pero luego pienso en el dolor que va a sentir cuando despierte, así que decido dejárselas puestas.
Cojo el teléfono y corto la grabación. Descargo el vídeo en mi nube, no sea que mañana se arrepienta y quiera borrarlo o algo.
Me acuesto con una gran sonrisa de satisfacción en la cara. Me duermo instantáneamente.
Me despierto oyendo un largo gemido. Eli ha despertado y parece dolorida. Miro el reloj, son las 6 de la mañana aún. Pero estoy descansado y fresco.
-Ahhhhhhauauau me duele Señor.- Me dice Eli al ver que estoy despierto.- Perdón por haberle despertado. Me duele todo…- Se echa la mano a la entrepierna y pone cara de asombro al notar que tiene dentro no uno, si no dos calabacines.- Señor, necesito ir al baño…
Asiento con la cabeza. Para ser el segundo día, está bastante bien.
-Puedes quitarte los calabacines, pero cuando acabes te vuelves a poner el del culo. Lávalo antes eso sí. Sabes dónde está el gel.- Digo con malicia. Tengo que visitar una sexshop. Esta tarde puede ser un buen momento, al salir del trabajo. Para que mi tranca entre en ese culo hará falta algo más que unos calabacines… Al menos para que entre sin rajárselo.
Se levanta de la cama andando raro (normal jejeje) y se dirige al baño, al ir a cerrar la puerta me mira y niego con la cabeza. La deja abierta. Entonces veo como se sienta en el bidet y empieza a hacer fuerza, sacándose primero el del coño y después, con más dolor, el del culo. El gel se ha secado, se nota que le duele. Da suspiros de dolor, como si estuviese muy estreñida.
Luego se sienta en la taza del wáter y hace pis y caca, mirándome y poniéndose totalmente roja al ver que la observo, dirigiendo su mirada al suelo de nuevo. Goterones resecos de semen salen de su coño. Al acabar, limpia ambos calabacines cogiendo el pequeño untándolo bien en gel y metiéndoselo en el culo haciendo aspavientos. Entonces vuelve a la habitación y se queda de pie mirando al suelo.
-¿Qué pasa? ¿Quieres algo, esclava?- Le digo, recordándole su promesa de ayer.
-Sí, Amo- dice, cambiando instantáneamente mi epíteto- me gustaría… vérsela…si no le importa…ayer me pareció muy grande.
Sonrío. Claro, aún ni me ha visto la polla. Asiento la cabeza y le indico que se acerque y se siente a mi lado. Ella, tímidamente, se sienta el la cama. Noto que cada movimiento hace que las pinzas de sus pezones se tambaleen lo que hace que tenga un rictus de dolor. Dios mío, que pezones. Completamente amoratados. Quitarle las pinzas va a ser divertido.
Una vez sentada, aparto las sábanas y abre los ojos como platos.
-Es enorme- dice para sí misma, agarrándola con una mano. Y es que esos 25 cm en plena erección matutina realmente son impresionantes. Ahora que lo recuerdo, es la primera vez que despierto con una mujer a mi lado.
-¿Alguna vez has hecho una mamada?- Le pregunto retóricamente, me da igual su respuesta. Le agarro la cabeza y la empujo hacia mi polla. Ella parece reticente, pero la presión de mi mano en su nuca hizo que apoyase sus labios contra mi cabezota y poco a poco abriese los labios. Entonces entró la polla, empujé fuertemente y le metí hasta la mitad. Ella no podía respirar, apenas le cabía en la boca el capullo. Sin soltar su cabeza, con la mano libre le quité una de las pinzas de los pezones.
-¡¡¡Agggggggggggggggmmmmm!!!- Un chillido gutural me hizo vibrar toda la polla. Que gusto. Por suerte no mordió. Lágrimas caían de sus ojos. Entonces solté la mano para que pudiese sacársela de la boca y respirar. Cuando toó la primera bocanada de aire, solté la segunda pinza. El grito fue desgarrador.- ¡¡¡AGGGGGGGGGGGGGGGGGUUUUUUUUU!!!- Comenzó a llorar, le volví a agarrar la nuca y le guie la boca a mi polla de nuevo Pese a las lágrimas, abrió la boca y empezó a mamármela ella sola.
-Te dije que te daría placer y dolor. ¿Qué te han parecido ambas cosas, ESCLAVA?- Le pregunto enfatizando la palabra “esclava”, soltándole la cabeza para que pudiese contestar.- ¿Aún sigues queriendo ser mi ESCLAVA?
- Sí, AMO. Lo deseo. Aceptaré lo que sea de Usted. El dolor es horrible.- Dio un lametón a mi polla que me hizo sonreir- Pero el placer que me ha proporcionado, aunque nunca más lo sienta, ha sido increíble. -Dios, me ha tocado el gordo de la lotería con esta chica. Le vuelvo a empujar la boca hacia mi polla, y ella solita continúa con la mamada. Usa la lengua, aspira, chupa… lo hace bien. Entonces me recuesto y levanto mis piernas dejando mi ojete al aire.
-Chúpame el culo, esclava.- Le digo empujando su cabeza hacia abajo. No se resiste. Saca la lengua tímidamente y la pasa por mi ojete. Que placer. Siempre había deseado eso. Poco a poco va chupando, cada vez con más seguridad, hasta que finalmente me está chupando el culo con fruición y hasta mete la punta de la lengua. Me encanta tanto el placer que siento como el morbo. Levanto su cabeza y me incorporo. La coloco en la cama bocarriba con la cabeza colgando en el extremo de la cama.
-Ahora te voy a follar la boca hasta correrme. No quiero que dejes escapar ni una gota, pero tampoco te lo tragues. Déjalo en tu boca hasta que yo te diga.- Sin darle tiempo a contestar, le meto la polla y empiezo a follarle la boca, al principio con cuidado pero poco a poco aumento el ritmo y profundidad de mis embestidas hasta casi metérsela entera. No me estoy follando su boca, me estoy follando su garganta. Veo como se le hincha a cada embestida. Ella babea y llora, tiene mocos y le cuesta respirar. Entonces, con la polla alojada en su garganta, le agarro los pezones y los retuerzo, grita y hace que su garganta vibre, lo que me provoca un orgasmo delicioso. Aunque la primera descarga va directa a su garganta y la hace toser, retiro la polla hasta que sólo queda el capullo dentro para lanzar el resto de chorros dentro de su boca. Ella, obediente, no deja escapar una gota. Cuando se la saco, me muestra la boca llena de semen y la cierra.
-Vamos a desayunar.- Me levanto y voy hacia la cocina, pongo la cafetera y empiezo a hacer tostadas. Ella se pone a hacer zumos. Le acerco una tostada y le señalo la boca. Ecmpieza a echar leche en la tostada hasta que le hago un gesto con la mano para que pare. Extiendo la leche con un cuchillo. Sirvo dos tazas de café, uno solo y el mío con leche. Le doy su taza, ella alarga la mano para coger la leche pero se la aparto.
-La leche de tu café la tienes en la boca. Échalo.- Abre mucho los ojos, inclina la cabeza y escupe la leche (que es bastante por lo que veo dado que ya había echado algo para la tostada) dentro de su café. Remueve y sonríe. Sonríe. No deja de fascinarme esta esclava. Algún día tiene que contarme su historia. No es nueva en estos menesteres, seguro.
Le doy la tostada con la lefa untada y se la come sin dudar, para posteriormente beberse el café con “leche” y el zumo. No se niega a nada. Parece que lo de que aceptará todo lo que venga de mí era literal.
-Esclava, aún no he meado y tú has perdido muchos líquidos anoche. Ponte de rodillas y abre la boca.- Le digo poniéndome de pie. Ella me mira incrédula y duda. Pero finalmente me obedece, justo cuando iba a reprenderla. Coloco mi polla morcillona en su boca abierta y antes de empezar a mear, le digo.
-Más te vale tragártelo todo y que no caiga ni una gota o tendré que desvirgarte el culo tal cual está.- La amenaza era innecesaria, desde luego, pero me daba más morbo y así la pondría nerviosa. Empecé a soltar una larga meada mañanera y ella empezó a tragar, fui controlando para que no saliese demasiado y pudiese tragarlo. Me empecé a empalmar de nuevo viendo esa boquita amorrada a mi polla tragando mis meados. Al acabar, ella, glotona, chupó mi polla limpiando la última gotita. Me aparté de ella, teníamos que irnos a trabajar y como siguiese, me la volvería a follar.
-Vamos a la ducha y a vestirnos. Dúchate tu primero. Y vístete sin sujetador, así los pezones se notarán bien y el roce de la ropa será…mmm- Sonrío malévolamente. Ella me mira y no dice nada. Mientras ella se duchaba, cojí los calabacines, los mojé en agua y los metí al congelador. Esta noche darían mucho juego congelados.
Cuando salí de la ducha, ella ya estaba vestida con unos pantalones de corte ejecutivo y una camisa blanca. Los pezones se le marcaban muchísimo, estaban completamente inflamados y sensibles.
Nos fuimos al trabajo, el día transcurrió sin mayor novedad como el anterior. Ningún contacto físico, mucho trabajo para ella. Las miradas de Paula y sus sonrisas pícaras eran constantes, ya no se cortaba ni delante de Eli. A la hora de irnos, Paula bajó con nosotros en el ascensor. Decidí tensar la cuerda un poco. Paula estaba de espaldas a la puerta, Eli de frente a ella y yo detrás de Eli. La agarré por detrás y le desabroché un botón de la camisa para poder meter la mano, le agarré un pezón y lo retorcí con fuerza. Ella sorprendida y avergonzada por la presencia de Paula, miraba al suelo y gemía. Con la otra mano, bajé por su cintura y la metí bajo el pantalón, llegando a su clítoris y empecé a frotarlo. Paula abría los ojos y se mordía un labio. Con una mirada, le señalé el pezón libre. Ella, tras pensárselo unos instantes, metió la mano y le acarició la teta.
-Apriétale el pezón bien fuerte Paula. No te cortes. Lo está deseando, ¿Verdad, Eli?- Le pregunté a mi esclava. Ella asintió con la cabeza sin levantar la vista. La mano de Paula le retorció el pezón con saña, y Eli volvió a gritar. En ese momento llegamos a la planta baja, y rápidamente sacamos nuestras manos de ella. Paula suspiró y me guiñó un ojo. Me encanta que el ascensor tarde tanto.
Una vez en la puerta, Paula se quedó quieta unos momentos y se giró hacia mí.
-Ehh, Jaime. ¿Vamos a tu casa?- Me pregunta Paula. Se me acerca al oído y me susurra.- Y seguimos jugando. Me ha excitado mucho esta chica. Y tú siempre me has excitado.
-Buf… no sé, todavía la estoy enseñando. No puedo estar enseñando a ambas…Igual en otra ocasión.- Le digo, meneando la cabeza.- Además podría afectar a nuestro trabajo y nunca querría eso.
-Por el trabajo no te preocupes, juro que seguirá todo igual. Y puedo ser tu ayudante con ella. No tienes que tocarme si no quieres. Sólo dejármela un poco para darme placer. Vamos jefe, jamás se me hubiese ocurrido pedirte algo así y si me dices que no moriré de vergüenza.
Me quedé pensativo. Al fin y al cabo, era culpa mía. No me pude controlar en el ascensor. Yo la había provocado. Y al fin y al cabo, era lo que deseaba…
- Está bien. Pero obedecerás en todo. No quiero tonterías. ¿De acuerdo?- Le dije seriamente. Ella sonrió (Que sonrisa por dios, esta pelirroja siempre me ha gustado, y ahora me la llevo a casa a hacer quien sabe que…)- Bien, vamos a coger el autobús y a la sexshop que hay cerca de mi casa. Tenemos que coger algunas cosas.
El autobús estaba lleno, hasta los topes, lo que me impedía jugar mucho con mi esclava. Le metí la mano como pude en el pantalón y le froté un poco el clítoris. Para mi sorpresa, otra mano se unió a la mía. La de Paula, que había desabrochado el pantalón para que cupiesen las dos. Entre los dos la dejamos jadeando al borde del orgasmo. Paula entendió perfectamente que Eli no se tenía que correr.
Nos bajamos del autobús una parada antes de lo normal, pillaba más cerca de la sexshop así. Eli estaba sofocada y roja. Nos siguió y en la entrada la mandé que entrase ella sola y se pusiese a mirar consoladores, tocarlos, medirlos, los más grandes que encontrase. Sólo para hacerla pasar vergüenza.
Un minuto después entramos Paula y yo. Vi a Eli, mi esclava (me encanta... mi esclava) sujetando un gran consolador, con forma de polla de caballo, mientras el dependiente, que no perdía ripio de sus pezones, le explicaba algo. Fuimos a hacer las compras. Una serie de plugs anales, uno hinchable de buen tamaño incluido, un juego de succionadores para tetas, pezones, clítoris y vagina. No de esos manuales, conectados todos a una bomba y con enchufe. Muy profesional. También cogí un enema y una fusta, así como cuerdas y esposas. Cuando iba a acabar, vi un dildo de esos dobles de unos 50 cm de largo y un ancho bastante considerable (aun así más estrecho que mi polla), lo cogí también.
Paula cogió también un strapon, pero con dildos intercambiables de varios tamaños. Le dije que descartase los más pequeños y que cogiese alguno más grande. Finalmente, le pedí al chico que había venido a atendernos, dejando a Eli sola, lubricante especial para sexo anal. Viendo los juguetes que llevábamos, nos recomendó uno especial para hacer fist anal, esto es, meter puños en el culo de la gente. Lo compré. Entonces, el chico me dijo:
-Si piensa usar todo eso, a lo mejor necesitan de alguna ayuda más. Por un poco más de dinero, le puedo dar esto- Mirando a los lado y colocándose de forma que su cuerpo tapase la cámara, sacó de debajo del mostrador una cajita como de bálsamo labial.- Es Popper, una droga que simplemente inhalando hace que se relajen los esfínteres. Si se quiere más dilatación, se puede untar directamente en el ano. Con esto y el lubricante podrán meter lo que quieran en cualquier culo.- Dijo con una sonrisa traviesa. Acepté, aun sabiendo que era una droga “no muy legal” y pagué todo. Le hice un gesto a Eli y salimos, ella nos siguió.
Nos dirigimos a casa sin hablar. Eli parecía nerviosa, y Paula impaciente.
Al entrar en casa, cogí todas las bolsas y me las llevé al dormitorio. Dejé a las chicas solas sin darles ninguna instrucción, quería ver qué pasaba.
Esperé un par de minutos y entonces, sigilosamente, me dirigí al salón. Allí la escena me calentó. Eli estaba desnuda, mientras mi fiel secretaria le mordía un pezón y le retorcía el aro del otro, para gran dolor de Eli que gemía intentando no hacer ruido. Entonces Paula desplazó su mano hacia el culo de Eli, intentando meter un dedito, cuando topa con el calabacín.
- Vaya vayavaya, que tenemos aquí- Dice Paula, separando la boca del pezón. La gira con energía y la inclina para poderle ver bien el culo. En ese momento me ve en el quicio de la puerta.- Parece que mi jefe es un poco degenerado.- Me dice con una sonrisa de oreja a oreja.- ¿La has tenido así todo el día?
-Desde anoche lleva eso en el culo. Sácaselo.- Le digo a mi secretaria, que sonríe picarona. Ya que había sido descubierto no tenía que seguir de voyeur. Eli empieza a hacer fuerza, y Paula, para mi sorpresa, le mete un dedo en el encharcado coño para empujar el calabacín desde dentro. Parece que he dado con otra pervertida con algo de experiencia. Y aún encima le gustan las mujeres.
Poco a poco se va abriendo el ojete de Eli y el calabacín empieza a salir. Para mi sorpresa, Paula pega su boca al culo de Eli y da lengüetazos a su esfínter. Cuando el calabacín asoma lo suficiente, Paula lo agarra con los dientes y tira de él. Eli gime de dolor. Yo ya estoy desnudo, salvo por mis calzoncillos.
- Paula, si quieres jugar con nosotros te quiero desnuda. Eli, quítale la ropa a Paula.- Entonces Eli se gira, con los ojos llorosos y empieza a desnudar a Paula, ayudada por ésta. En un tris están ambas desnudas. Dios, Paula está aún más buena de lo que había imaginadoCon un gesto, les indico que me sigan y vamos a la habitación. Estoy contento de haberme gastado esa pasta en juguetes y sobretodo en el Popper, con un poco de suerte hoy me follaré el culo de Eli. Y con más suerte aún, el de Paula.
Ya en la habitación, les ordeno sentarse en la cama.
-Bien, a ver cómo nos organizamos hoy. Paula, serás mi ayudante, ¿De acuerdo? Eli, serás nuestra puta esclava. Espero que ayer gozases los orgasmos, porque no sé si hoy serás capaz de correrte.- La miro y ella asiente con la cabeza. Está totalmente entregada a mí .- Bien, empecemos. Paula, vete al congelador y trae los 3 calabacines que hay allí congelados.- Paula abre los ojos mucho, aunque ni la mitad que Eli.
Mientras Paula se va, me acerco a Eli y la beso. Ella responde ansiosa a mi beso. Entonces la aparto y la pongo a cuatro patas. Me voy al baño, lleno la pera del enema y vuelvo. Mojo la punta del enema en lubricante especial y un poco de Popper, dejando el bote delante de la cara de Eli. Entonces meto el pitorro en su culo, es gordo como el calabacín así que con el lubricante entra sin problemas, y aprieto la pera hasta vaciarla todo lo posible.
-Oh dios Señor ¿que es eso?- Pregunta confundida. Sin contestarle, cojo un plug de tamaño medio algo más ancho que el calabacín y repito la operación: lo unto en lubricante y con Popper. Quito el enema y meto rápidamente el plug. Cuesta un poco y Eli se queja, pero entra bien.
Al levantarme, veo a Paula con los calabacines en la mano. Me acerco a ella y le acaricio una teta. Son formidables. Un escalofrío le recorre el cuerpo.- Métete uno en tu coñito y usa los otros dos para follarla a ella. Tú eliges. No la rompas. -Veo que va a protestar y la corto.- Mis reglas Paula. Si no te vas.- Asiente.
Voy al baño y oigo a Paula gemir. El frío y el hielo no deben de ser muy agradables. Lleno de nuevo el enema y entro en la habitación. Eli está gimiendo bastante fuerte, veo que Paula tiene metido el calabacín más pequeño en su coño y el mediano en el de Eli, la está empezando a follar con cuidado. El grande está sobre la cama. Me dirijo al culo de Eli y antes de sacar el plug le digo: Aprieta el culo, no quiero que me manches la cama. -Entonces saco el plug, apenas hace presión ya. Parece que el Popper y el lubricante hacen su trabajo. Meto de nuevo el pitorro en su culo y empiezo a apretar la pera. Eli se queja pero no se atreve a decir nada. Le pido a Paula el plug hinchable. Sin hinchar, es más o menos como el que tenía puesto. Le indico que lo embadurne en Popper. Me mira sorprendida, claro, ella aún no sabe la polla que calzo. Lo unta bien y, mirándome traviesa, limpia lo que le queda en las manos en la nariz de Eli y... ¡en su propia nariz! Mi polla da un respingo. Paula mira mi paquete, parece que empieza a picarle la curiosidad, pero no dice nada y sigue con el calabacín.
Saco el enema del culo de Eli y meto el plug. Parece que respira aliviada, supongo que le da la impresión de que es uno más pequeño, aún no se da cuenta de que su culo está dilatando a pasos agigantados.
Empiezo a hinchar el plug. Poco a poco, Eli empieza a respirar sofocada.
-Señor que… oh… cuidado… duele… me va a reventar señor… ¡agggg! Cuando grita dejo de hincharlo. No quiero romperla. Por ahora ese es su límite. No sé qué tamaño tendrá ahora el plug, tenía que haber mirado cuanto hinchaba con cada pulsación. Pero veo que su culo se abre mostrando parte del plug, parece grande. Unto un poco más de Popper justo en el esfínter.
Me dirijo a Paula, agarro el calabacín grande y lo unto en lubricante. Acerco la mano a su coño y retiro el que tiene metido.
-Esto te pasa por haber desechado el grande.- Le digo metiendo el calabacín grande helado en su coño. Paula gime… pero parece que gime de placer. No aparenta estar sufriendo mucho que digamos, si acaso por el frío. Otra joya. Eli gime cada vez más alto. Parece que el enema la está haciendo sufrir.
-Por favor señor, no puedo más, me duele la barriga. Déjeme echarlo todo.- Yo seguía follándome a mi secretaria con el calabacín grande, y ella empezaba a destilar muchos fluidos.
-Bien, vamos al baño.- Les dije a las dos. Eli se sonrojó toda, sin duda esperaba poder expulsar el enema en soledad, pero no la iba a dejar. La llevé a la taza del wáter y allí la senté, con el tubito para hinchar y la pera por fuera. Le dije a Paula.
- Bien, Paula, ahora tiras del plug pero sin desincharlo.- La cara de Eli fue un poema.-
-¿Sin deshincharlo, señor? Pe…pe…pero… -Es la segunda vez que se queja así que me deshice de mis calzoncillos y puse mi polla totalmente dura en su boca para callarla. Se la metí de un golpe y empecé a follarme su boca.
-Cállate puta. Vamos, Paula, a qué esperas.- Paula se había quedado con los ojos abiertos como platos al ver mi herramienta. Se mordió un labio y empezó a tirar del plug. Salió con algún problema, pero muchos menos de los que cabía esperar. Un chorro de mierda y agua salió despedido del culo de Eli, inundando el baño de un olor nauseabundo. Eli lloraba, no sé si de dolor, vergüenza o por loe empellones que le metía en la boca con mi verga.
Al ver el tamaño del plug, no pude menos que quedar impresionado. Era mayor que mi puño. Realmente la droga era muy buena. Paula se acercó a nosotros pasándose la lengua por los labios, apartó a Eli y se comió mi polla. Poco a poco, se la fue metiendo en la boca hasta que entró toda. Entonces empezó un movimiento dentro fuera, se estaba follando ella misma la garganta con mi polla. Paula era otra caja de sorpresas.
-Vaya vaya, Paula. Eres una caja de sorpresas. Parece que estás habituada a pollas de este calibre.- Le digo, satisfecho. Ella saca la polla de su boca y se la mete a Eli.
Tuve un novio negro, tenía una polla casi como la tuya. Pero joder vaya polla, jefe. Por cierto, creo que habrá que acabar de limpiar ese culo.- Me dice con una mirada traviesa. Asiento, expectante a ver que maldad se le ha ocurrido. ¿Cómo pude haber sido tan tonto de no habérmela follado antes?
Se dirige a la ducha, pegada al wáter. Desenrosca la ducha y dirige el tubito al culo de Eli, que no ve nada con las lágrimas y mi abdomen frente a su cara. Le mete la puntita del tubo de la ducha y abre un poco el grifo. Eli gime y se retuerce. Entonces Paula abre el grifo a tope, Eli se retuerce como un cerdo en el matadero pero no la dejo moverse. Miro hacia abajo y veo como su barriga se está hinchando. Hago un gesto a Paula para que pare, cierra el grifo y saca la manga del antaño estrecho orificio de Eli, saliendo de nuevo un chorro de líquido, casi transparente esta vez y ya no tan apestoso. Paula repite la operación, llenando a Eli un poco más esta vez.
Me aparto para ver la barriga hincharse. Esta vez Paula está satisfecha, el agua sale como entró. Eli llora. La cojo de la mano y la llevo a la cama de nuevo tras dejar que se seque el culo. Paula nos sigue. Pongo a Eli a cuatro patas sobre la cama y le abro los cachetes con las manos. Joder. Impresionante. Está totalmente distendido. Casi me cabría el puño. Meto un dedo, no toco las paredes. Meto dos dedos, tampoco. Cojo lubricante y se lo tiendo a Paula.
-Prepárala. Quiero follarme ese culo hoy.- Paula asiente sonriente. En ese momento, se cae el calabacín que tiene en su coño.
-Ups, se me ha caído. Parece que necesito algo más grande. ¿Me follas a mí mientras la preparo, jefe?- Me dice poniéndome ojitos. No puedo resistirme. Esta pelirroja me tiene loco hace tiempo. Ella se coloca detrás de Eli con el culo en pompa y empieza a embadurnarle el ojete con lubricante, metiendo hasta 4 dedos a la vez, dos de cada mano, y haciendo palanca para abrirlo. Decido darle una lección a Paula, que no crea que puede controlarme. Sin lubricante, apoyo la cabezota de mi polla en la entrada de su coñito y empujo. Entra la cabeza y ella gime. Empujo un poquito más, entra un centímetro. Entonces empujo a fondo de un soberano golpe de caderas, y Paula aúlla, apoyando su cabeza contra el culo de Eli. Un par de lágrimas saltan. Pero parece que nada la arredra, y empieza a comerle el culo a Eli mientras le mete los dedos. Le pego varios empellones sacando la polla completa en cada uno. Tiene un coño bien profundo la hija de su madre. Al quinto empellón, empieza a convulsionarse, teniendo un magnífico orgasmo. Que velocidad, dios mío. Me ha empapado. Cae derrengada, se la saco y la aparto dirigiéndome al culo de Eli, que parece un pez fuera del agua, boqueando. Me embadurno la polla en lubricante y coloco la punta en la entrada que es casi del tamaño de mi glande.
-Amo, nunca me lo han hecho por ahí . –Creí que iba a poner alguna pega o a decirme que tuviese cuidado, pero no. Me sorprendió de nuevo.- Le regalo mi culo. Mi virgo anal es suyo. Hágame lo que quiera.- Esta tía es una auténtica sumisa masoquista.
Dudo. No sé qué hacer. ¿Empujón y que con suerte no se desgarre? ¿Meterla poco a poco? Si le desgarro el culo, se acabaría la diversión. Pero entonces miro a Paula, que se ha recuperado y mira a escasos centímetros mi polla. No se acabaría la diversión, al menos no para Paula y para mí. Decido dar una estocada.
De un fuerte golpe de cadera, hundo la polla entera en su culo. Su grito es estremecedor, tiene que haberse oído en Coria. Pero lo que dice a continuación…
-¡¡¡¡¡Agggggggggg!!!!!- Berrea.- ¡¡¡Gracias AMO!!!- Es perfecta, jodidamente perfecta. Compruebo que su esfínter no se ha roto. Hemos hecho un buen trabajo de acondicionamiento. No en balde levamos más de una hora jugando con su culo, y la droga ha hecho su efecto también. Empiezo una culeada bestial. Al principio, Eli sufre y gimotea. Pero a los cinco minutos de bombearle el culo, solo gime de placer. La muy zorra. Me vuelvo loco. Sólo quiero hacerle daño, empiezo a bombear de verdad, con saña. Ella empieza a quejarse. Supongo que tiene el culo irritado, le llego muy a fondo. Paula se pajea de nuevo con el calabacín grande.
Eli chilla, parece que le duele. Eso me enciendo. Empiezo a combinar las enculadas con azotes en el culo. Le digo a Paula que le coma el coño, pero haciéndole un gesto de morder sin que eli nos vea (no creo que vea nada ahora mismo). Paula se coloca debajo de Eli, y empieza a darle lametones y mordiscos en el clítoris, que hacen que Eli llore y chille, descompuesta. Paula se masturba con furia, y con la mano libre tironea de los piercings de los pezones de Eli. Finalmente, con un golpe final, me corro en lo más profundo de Eli. Ella, al sentirse inundada, increíblemente, tiene otro de sus orgasmos con eyaculación, empapando a Paula la boca, que traga agradecida. A Eli le fallan las fuerzas y cae sobre Paula, con la cara sobre su coño.
-¿Te gusta beber eh Paula?- Le digo a mi secretaria mientras saco la polla del culo de Eli.- Pues que no quede ni una gota. Y tú- Le digo a Eli propinándole un azote más a su rojo culo.- Cómele el coño como ella te ha hecho a ti.
Según saco la polla del culo de Eli, veo una visión maravillosa. El ojete completamente distendido, ahora cabría una polla de caballo por ahí, como la que veía en el sexshop. Mi semen empieza a caer, y Paula se lanza a degustarlo con fruición. Pero Eli quiere venganza, y empieza a morderle el clítoris a Paula, que chilla, pero no deja de beber semen del culo de Eli. Una escena maravillosa. Paula se corre con los “cuidados” de Eli.
Entonces, visto que apenas quedaba semen en el culo, agarro una mano de Paula y la dirijo al culo de Eli, y se la empujo hacia dentro. Eli gime, se queja, y muerde con más fuerza. Paula gime de dolor y placer, y empieza a empujar su mano dentro del otrora virgen culo de Eli, que está tan sumamente irritado que dudo que le proporcione ningún placer. Poco a poco Paula va introduciendo más y más mano hasta que entra toda, entonces empieza a follarle el culo con la mano. Le empujo más el brazo, ya ha sobrepasado la muñeca.
Parece una lucha, cuanto más muerde Eli, más empuja Paula en venganza, y viceversa. Están totalmente entregadas al dolor. Y yo estoy empalmado de nuevo. Pero prefiero vver como acaba esto. Ambas lloran y gimen por igual. Paula ya le mete hasta el codo por el culo a Eli, que parece que le va a arrancar el clítoris de un mordisco a Paula. Veo que, por la incómoda postura, el brazo no entra más, así que muevo a Paula y la saco de debajo de Eli. Pongo a elibocaariba y le digo a Paula que siga. Eli tiene la cara llena de lágrimas, mocos y saliva, y el cuerpo de sudor, como todos.
Paula sonríe y me dice: Gracias jefe, estoy cumpliendo algunas de mis más oscuras e inconfesables fantasías.- Entonces se arrodilla, cierra el puño y empieza a metérselo a Eli.
-¡¡Noo no más por favor!! ¡¡Basta, se lo ruego!! ¡¡No puedo más, duele muchísimo!!- Ante las quejas de Eli, agarro la fusta y empiezo a darle fustazos en los pezones. Sus gritos ya son inhumanos, pero ya no se queja. Le doy fustazos fuertes y secos. Miro a Paula, casi llega hasta el hombro, no me extraña que Eli chille. Fóllatela, le digo con los labios a Paula, y esta empieza a meter y sacar el brazo del culo de Eli, se ve perfectamente el puño de Paula en el estómago de Eli. El morbo es increíble. Aprovecho para darle un par de fustazos en el clítoris a Eli, pero apenas reacciona ya.
Entonces veo a Paula. Una sonrisa cruza mi cara. Primer fustazo en el culo. Gime Siguiente fustazo en una teta. Gime más alto. A otra teta. Vuelve a gemir, y me mira. Que mirada. Esa mirada transmite amor y devoción. Realmente creo que Paula lleva tiempo enamorada de mí, tanto que cualquier acto hacia ella por mi parte, le gusta. Sigo lacerándole las tetas. Que preciosidad. Otro día tengo que prestarles más atención. Cuanto más la azoto, con más fuerza revienta a Eli. Miro a Eli, hace tiempo que no dice nada. Vaya, está inconsciente. Le hago sacar el brazo a Paula, que pone morritos de pena como una niña a la que quitas su caramelo. Ahora el agujero es impresionante. Me siento tentado a meter mi brazo, pero prefiero dejarlo para otro día.
Entonces, cojo el dildo de 50cm de dos cabezas y se lo meto a Eli en el culo. Paula me mira asombrada. Se nota la forma del dildo en la barriga de Eli. Sigo empujando hasta que, poco a poco, va entrando todo. Finalmente empujando con el pulgar, desaparece la segunda cabeza. Paula carraspea.
- ¿No irás a…?- Asiento en silencio. Una vez esta todo el dildo dentro, cojo el plug más grande, lo unto con lubricante y se lo pongo a Eli. El plug es como mi puño en su parte más ancha, puede que algo más. Le cierro las piernas. No creo que se le salga. Su despertar va a ser glorioso. Me encantan estos desmayos.
Entonces, cojo a Paula y la tumbo en la cama. Tenía la polla en pie de guerra y Paula iba a pagarlo. La coloqué en posición de tumbada con la cabeza colgando, y empecé a pasarle la polla por la cara. Ella le lanzaba lametazos. Abría la boca intantando atrapar mi cipote. Entonces, cuando ella menos se lo esperaba, se la clavé hasta la tráquea y la dejé allí. Paula se llevó un susto, pero al ver que no la sacaba, empezó a convulsionarme y golpearme. Aguanté un poco más y empecé un rápido m,etesaca para que pudiese respirar, aunque no muy bien. Babas, mocos y lágrimas cubría su boca y mi polla. Me la seguí follando así, aprovechando para amasar esas tetas impresionantes con pequitas y preciosos pezoones rosas puntiagudos como un meñique.Se los retorcía, ella gemía haciéndome vibrar la polla alojada en su garganta. Al ahogarse, también gemía, era un círculo vicioso.
Finalmente dí tres empujones fuertes y saqué un poco la polla para correrme directamente en su boca. Diligentemente, tragó mi corrida y me miró con ojitos tiernos.
-¿Puedo quedarme a dormir, Jefe? Quiero ver como despierta la putita.- Me pregunta la pelirroja, relamiendo los restos de semen que hay en la comisura de sus labios carnosos. No puedo decirle que no. Empujo a Eli al suelo. Nos dormimos abrazados.