La vida en un soplo (Cap. II - 2ª parte)

Cap. II - La universidad, 2ª parte de 11

Todos los viernes por la tarde me subía en mi “súper coche”, chino chano me iba para casa a pasar el fin de semana, uno de ellos que ya estaba en casa deshaciendo la bolsa para lavar algunas cosas sonó el teléfono.

Sonia: Hola Luis, ¿podrías pasar por casa un rato?

Yo: Si claro, ¿cuando quieres que me pase?

Sonia: Ahora mismo.

Yo: Pues vale.

Salté por el jardín y entré en casa de los vecinos, no veía a nadie y llamé a Sonia, me respondió.

Sonia: ¿Vienes solo?

Yo: No, me he traído la banda de música conmigo, claro que estoy solo.

Sonia: Ven a la habitación por favor.

Entré en su habitación y me encuentro, a Sonia encima de la cama en pelotas con las piernas abiertas y una tía arrodillada comiéndole la “empanadilla”, me saludó como si no pasara nada y me presentó a su amiga, (no me acuerdo como se llamaba), la amiga levantó la cabeza para saludarme con toda la boca y alrededores mojados, yo me acerqué y le pegué un morreo a la amiga con sabor al coño de Sonia, después le pasé la lengua alrededor saboreándolo.

Sonia: Ves lo que te decía, es especialista en ponerme cachonda.

Amiga: No me extraña, me ha puesto a mí también.

La amiga siguió con lo suyo y volvió a desaparecer entre las piernas de Sonia, me quité la ropa y metí la cabeza debajo del culo de la amiga alcanzando la otra “empanadilla” comiéndomela con gusto, un rato después Sonia se incorporó, colocándome a mí estirado, a la amiga se le clavó la vista en mi cipote y se quedó como hipnotizada.

Sonia: Nena, despierta y fóllatela que se te van a quitar todas las tonterías.

La amiga pasó una pierna a cada lado de mi cuerpo, me agarró la picha sospesándola, levantó el culo para hacer sitio entre mi polla y su chocho, como no cabía toda la polla debajo movió los pies para apoyarlos encima de mis piernas y poder subir el cuerpo más arriba, ya con espacio apuntó y poco a poco fue bajando, al llegar el capullo a la entrada comprobó que no entraba muy suave, hizo un par de movimientos de cadera y consiguió metérsela.

Amiga: Madre de Dios, esto me va a volver loca.

Se dejó caer un poco más dejando escapar un soplido fuerte, después un poco más llegando al fondo de su chocho acompañando con un grito, subió y bajó despacio pero sin pausas soplando fuerte de nuevo, se quedó quieta con la polla hasta el fondo e inició un vaivén adelante y atrás, rozándose, penetrándose, elevando el volumen de sus respiraciones y gemidos, Sonia pasó la pierna por delante de mi cara colocándome el chichi en la boca, moviéndose para colocarlo donde a ella le venía bien, de cara a su amiga la morreó mientras le acariciaba las tetas, yo aprovechaba para meterle un dedo en el coño, notando como dejaba ir un gemido típico de ella cuando se ponía a cien, la amiga empezaba a gritar cada vez más fuerte dando señales que se iba a correr en cualquier momento, le metí un segundo dedo, pasando la otra mano por detrás conseguí meterle un dedo en el culo acelerando la follada a Sonia por delante y por detrás, para conseguir que se corrieran las dos juntas, no tardó mucho la amiga en pegar un grito fuerte de llegada a meta, empezó a correrse a la vez que mis dedos y los movimientos de cadera de Sonia consiguieron el objetivo, se pusieron a competir a ver quién de las dos gritaba más, acabaron y se tumbaron una a cada lado.

Se miraron entre ellas, las dos a la vez coordinadas bajaron a buscar mi polla colocando la boca una por cada lado, empezaron con sus lenguas desde abajo subiendo hasta arriba besándose entre ellas cada vez que llegaban a la punta, después la amiga jugó un poco con la punta y el agujero, se la metió bastante dentro mientras Sonia se ocupaba de mis huevos chupándolos y succionándolos suavemente, la amiga conseguía bajar y subir a buen ritmo, dejando escapar saliva que bajaba por el tronco de mi polla hasta los huevos que luego recogía Sonia, me miró haciéndome una señal como que ya estaba bien de aguantar y me corriera cuando quisiera, en un momento ya estaba preparado y avisé sobre todo por la amiga que la tenía metida hasta la garganta, pero ella apretó los labios y succionó con más fuerza consiguiendo que me corriera a grito pelado, mientras ella se lo tragaba todo Sonia jugaba con uno de mis huevo metido en su boca. Después me explicaron que el marido de la amiga se la estaba pegando con alguien de la oficina, cuando llamó a Sonia para explicárselo esta no dudó un momento en invitarla un fin de semana a su casa, para “animarla”, y la verdad que parecía que funcionó porque la amiga estaba con una sonrisa de oreja a oreja de cojones.

Amiga: ¿Mañana podremos repetir?

Sonia: Mañana vamos a repetir con Luis y también incorporaremos a Gonzalo.

Amiga: Ya se me está haciendo él chichi agua, jodida Sonia.

Sonia: Luis, ¿te quedas a cenar?

Yo: No gracias, mejor ceno en casa con mis padres que les gusta hacerlo los viernes para estar juntos, mañana desaparecen hasta el lunes por la mañana y no nos veremos hasta  el viernes que viene.

Quedamos con Irene y José María para comer el sábado para explicarles como me iba por la universidad, rápidamente cambiamos la conversación para hablar de nuestra futura empresa, ellos no paraban de tener ideas de cómo gestionarla, con que empresas contactar para ofrecerles nuestros servicios y cosas así, lo discutíamos todo entre los tres y seleccionábamos las mejores ideas apuntándolas. Después de comer descansé un rato antes de ir a casa de mis vecinos, a las siete de la tarde me presenté, me encontré con Sonia y su amiga vestidas muy elegantes con unos vestidos que se habían comprado aquella misma mañana, vestidos de fiesta cortos y algo brillantes con un buen escote, medias negras y zapatos de tacón, por supuesto bien maquilladas con el pelo de peluquería, Gonzalo llevaba unos vaqueros y un polo más o menos como yo que también llevaba vaqueros y una camisa.

Gonzalo: ¿Qué te parece como van estas dos damas hoy?, las he dejado solas esta mañana y no veas la que han liado, todavía no te lo han enseñado todo.

Las chicas se levantaron el vestido y debajo llevaban liguero y bragas a conjunto con las medias, madre mía como va a acabar esto hoy pensé, nos sentamos en el sofá a tomar algo y después de un rato Gonzalo le puso la mano encima de la rodilla de la amiga, Sonia se apartó de ellos y se acercó un poco más a mí, yo me acomodé de lado y ella se colocó de espaldas a mí apoyando la cabeza en mi pecho, pasé el brazo por encima de su hombro y ella cogió mi mano con la suya y las dejamos descansar sobre una de sus tetas, mirábamos la escena de Gonzalo sentado en el sofá de lado apoyando una mano en el respaldo y otra en la pierna de la amiga, se iba acercando lentamente a la boca a la vez que ella le correspondía acercando la suya.

Se empezaron a morrear abriendo mucho la boca mientras la mano de Gonzalo subía por el muslo acariciando el fino tejido de las medias, ella le pasó el brazo por detrás del cuello y de un pequeño tirón puso a Gonzalo contra el sofá subiéndose muy ágilmente encima de él, seguían con los besos y él le pasó las manos por debajo de la falda hasta llegar al culo acariciándoselo por encima de las bragas, Sonia apretó nuestras manos encima de su pecho y yo empecé un masaje suave a una de sus tetas, la amiga le desabrochó los pantalones y metió la mano dentro sacándole la polla empezando a pajearlo lentamente, Sonia llevó hacia atrás la otra mano y me acarició el paquete, yo con la mano libre me solté el cinturón desabroché el botón del pantalón y me bajé la bragueta, levanté el culo del sofá y con una mano de Sonia y otra mía bajamos un poco mi pantalón, dejamos libre la polla para que ella la pudiera coger y acariciar como quisiera, o como pudiera porque lo hacía con la mano detrás de la espalda, noté como la rodeaba con sus dedos y como subía y bajaba, Gonzalo apartó con sus dedos la goma de las bragas de la amiga y le acariciaba el chichi lentamente de delante a atrás, Sonia bajó la mano junto a la mía de su teta lentamente hasta debajo de su falda, me la puso encima del chochete con la suya encima marcando las caricias.

La amiga ya gemía por las caricias de Gonzalo, se fue para atrás con el cuerpo arrodillándose en el suelo y tirando de los pantalones y ropa interior se los bajó, le agarró la polla y se la metió en la boca chupando y succionando de manera un poco escandalosa, yo notaba como me apretaban la mano contra el chocho, la subí un poco para meterla por dentro de las bragas, siempre con la mano de ella encima de la mía, marcando los movimientos de mis dedos sobre sus labios y clítoris arrancándole los primeros suspiros de placer, la amiga se levantó metió las manos por debajo del vestido y se quitó las bragas sentándose de nuevo encima de Gonzalo buscando por debajo la polla para metérsela, movió las caderas y dejó ir un gemido delatando el momento de la penetración dejándose caer hasta que el culo se apoyó en los huevos, él pasó las manos por la espalda y le bajó la cremallera del vestido sacándoselo por la cabeza para después quitarse el polo quedando desnudo con la amiga encima en medias y liguero.

Mientras ellos follaban mis dedos recorrían todo el coño de Sonia dirigidos por ella, mientras, le besaba la nuca y el cuello desde atrás, ella me pajeaba lentamente, me separó un dedo y se lo metió apretándome con más fuerza la mano para conseguir metérselo entero, la amiga cabalgaba a su marido gimiendo y gritando dando señales de que se iba a correrse pronto, este le acompañaba el ritmo moviendo las caderas arriba y abajo, no tardó mucho en tensar el cuerpo, subirle los colores a la cara, hacer un silencio, poner los ojos en blanco, y pegar un alarido de placer que Gonzalo ayudó a alargarlo todo lo que pudo dejando a la amiga respirando profundamente, yo notaba en mi mano y en mi dedo como Sonia se excitaba dejándomelo todo pringado de flujo.

Amiga: Joder, desde luego Sonia que de esta casa me voy a ir siendo otra.

Gonzalo salió de debajo de ella, me hizo una señal para que me levantara sentándose él delante de su mujer.

Gonzalo: Luis, ahora te la follas tú a cuatro patas.

La amiga miró a Sonia y Gonzalo con cara de vicio girando después la cabeza para mirarme la polla, se colocó a cuatro patas encima del sofá apoyando las manos en el respaldo mientras yo me desnudaba, me pajeaba para mantenerla bien erecta mientras me acercaba por detrás, se la puse encima del culo y fui bajándola pasando por encima del ojete llegando a su coño, la froté adelante y atrás para lubricarla con el flujo que todavía resbalaba por el coño, apoyé la punta en el orificio y la metí un poco notando como estaba muy lubricado, decidí metérsela de un golpe seco y profundo hasta no poder más, a la amiga se le escapó un grito de sorpresa y placer mirando de nuevo a Sonia y Gonzalo como no sabiendo que hacer.

Gonzalo: Fóllatela lo más fuerte que puedas hasta que se corra.

La amiga abrió los ojos y la boca como intentando pensar en lo que se le avecinaba, empecé un mete y saca rápido que hizo que ella gritara como una poseída moviendo la cabeza de lado a lado, lo que hacía que yo me pusiera más loco y la follara todavía con más fuerza, empezaron a oírse los chasquidos de su coño con mi polla, a la misma vez Sonia le estaba haciendo una paja brutal a Gonzalo y ella se tocaba. La amiga empezó a correrse, yo no bajaba el ritmo consiguiendo que enlazara un orgasmo detrás de otro hasta quedar con todo el cuerpo tembloroso.

Amiga: Hostia puta, no sabía que fuera multi-orgásmica, por el amor de Dios, no tengo fuerza para nada.

Sonia sonreía mirando a su amiga.

Sonia: Pues vas a tener que encontrar las fuerzas querida porque todavía te queda algo más por hacer.

Amiga: Sonia no me jodas, que ya estoy que no puedo ni respirar.

Sonia: No, yo no te jodo, los que lo harán serán estos dos a la vez.

Gonzalo se levantó con la polla al máximo y la amiga se estiró con las piernas abiertas, una le colgaba del sofá y la otra la puso encima del respaldo, él se estiró encima y se la metió hasta el fondo haciendo que la amiga abriera la boca ahogando un grito, lo que aproveché para meterle un poco la polla entre los labios, ella movió la cabeza hacia mí lado y se la metió todo lo que pudo cogiéndola por la base, Gonzalo se la follaba a golpes secos y a ritmo lento, mientras ella me la chupaba a buen ritmo lo que hacía que la saliva fuera cayendo al sofá.

Sonia que se había bajado las bragas se follaba a sí misma con dos dedos, tan mojada que se oían los chasquidos cada vez que se los metía, nos cambiamos las posiciones con Gonzalo, mientras yo me la follaba rápido, ella se metía toda la polla en la boca y en poco tiempo ya estaba gritando, Sonia se acabó de quitar el vestido quedándose también en medias y liguero, me tocó la espalda para que me apartara, se estiró encima de su amiga besándole los labios y la polla de su marido a la vez, él sacó el cipote de la boca de la amiga, lo metió en la de su mujer aprovechando la amiga para chuparle los huevos, yo empujé las piernas de Sonia y le abrí las rodillas para que quedara el chocho de una justo encima del de la otra, Sonia le metió a su amiga dos dedos en el chichi, yo le metí la polla todo lo que pude a Sonia sonando a coro los gemidos, aceleré el ritmo para que los gemidos pasaran a gritos, antes que se corriera la saqué y la apunté sobre el de la amiga haciendo que Sonia sacara los dedos para dejarme paso, aceleré las embestidas para poner a su amiga al límite para después volver a chocho de Sonia,  repetí la operación, fui cambiando de uno a otro cada vez en menos tiempo, manteniéndolas a las dos cada vez más cerca del orgasmo. Gonzalo que estaba en todo se dio cuenta y cuando notó que estaban a punto soltó un gruñido, empezó a correrse en la boca de una cambiando a la de la otra dejando la corrida repartida entre las dos, yo la follaba violentamente, cuando Sonia gritó dando señales de que se corría se la saqué atacando el chocho de la amiga  metiéndole tres dedos, follándome a la amiga con la polla y a ella con los dedos, se corrieron las dos a la vez juntándose los gritos de ellas con los rugidos de Gonzalo, acabando con mis gritos mientras repartía mi corrida entre los dos coños, las chicas acabaron con la boca y el chichi bien mojado por dentro y por fuera.

Cenamos después de ducharnos y limpiarlo todo, había que ver como quedó el sofá, tras una cena distendida y divertida, nos tomamos unas copas acabando la interesante velada casi a las cuatro de la mañana, me despedí de Sonia y su amiga con un abrazo y un beso en los labios, de Gonzalo con un abrazo sin beso.

Gonzalo: Me tienes un poco celoso porque no te despides de mí igual que de ellas.

Yo: Anda y que te den por culo con una polla bien grande.

Reímos todos y me fui para casa a dormir.

En la universidad pasaba más tardes y noches en el apartamento de los vecinos que en el mío si no tenía que estudiar, Pepito estaba hecho un buen artista y no paraba de estar con chicas, más de una vez al entrar me encontraba a Jon tomando algo y ruidos de follada de fondo.

Jon: El picha brava que ya está con lo suyo.

Acompañaba a Jon y esperábamos a que acabara para ver cómo era la chica de turno, y discutir los tres después de que Pepito nos explicara con pelos y señales como le había ido, un poco degenerado sí que era Pepito, pero muy buena persona que hacía lo que fuera por un amigo.

Poco tiempo después estaba sentado en un banco esperando a la siguiente clase y me vino a encontrar Pepito.

Pepito: Luis creo que tengo algo para ti que te puede interesar.

Yo: A sí, ¿Qué es?

Pepito: Una chica que me presentaron ayer y que creo que podéis hacer muy buena pareja.

Yo: A ver, una tía que te follaste ayer y que a ti te parece que podemos hacer buena pareja, no me jodas hombre.

Pepito: No coño no, salí con una chica de segundo de filosofía que fue a la que me follé y en un bar muy pijo tomando algo se encontró con una buena amiga suya que también estudia aquí y hablando los tres me contaron que la amiga esta no tiene mucha suerte con los chicos y yo mirándola no me sacaba de la cabeza que contigo haría buena pareja.

Yo: ¿Y eso?

Pepito: Mira no sé, un pálpito, escucha para este jueves quedamos con las dos amigas, a Jon yo me preocupo de buscarle pareja para salir los tres, ¿qué te parece?, es cojonudo ¿no?

Yo: Pues no sé, te tengo más miedo que la hostia, pero seguro que será divertido.

Pepito: Así me gusta Luisito, confía en mí por una puta vez.

Llegó el jueves y nos encontramos todos en el bar pijo, su amiga me presentó a Sara, una chica rubia con ojos claros muy verdes, alta y muy bien vestida de marca, a los cinco minutos de hablar con ella entendí porque el cabrón de Pepito pensó que conmigo haría buena pareja, venía de una gran ciudad y era de buena familia, de hecho un tío suyo en ese momento era una persona bastante relevante en este país y salía bastante por la televisión, la niña era pija a más no poder, el cabronazo de Pepito pensó que una pija con un pijo todo iría rodado, la chica era muy educada y agradable, no se le escapaba un taco ni de casualidad, total que pasamos una tarde tomando copas y hablando hasta que alguien sugirió de ir a cenar, Sara nos llevó a un restaurante que cuando nos trajeron la carta a Jon, Pepito y sus amigas se le heló la sonrisa de los precios que allí aparecían.

Sara: No os preocupéis por el precio, hoy os invito yo.

Los cuatro empezaron a hablar, “no mujer como vas a pagar tu sola, lo dividimos entre todos”

Sara: No, ha sido idea mía y yo me haré cargo.

Yo: Lo pagaremos entre Sara y yo, no hay más que hablar.

A mis amigos y sus parejas se les relajó la cara, Sara me miró con ojos de aprobación y algo de interés por mí que hasta ese momento no había demostrado, cenamos muy bien y después nos despedimos quedándome a solas con Sara.

Yo: Te acompaño a casa.

Sara: No hace falta no vivo muy lejos.

Yo: Por favor, mis principios no me dejarían la conciencia tranquila dejando que te vayas sola a casa, te acompaño hasta la puerta y me voy para mi apartamento que quiero repasar algunos temas antes de ir a dormir.

No sé si sería por la respuesta pero a Sara se le iluminó la mirada y aceptó que la acompañara, caminamos un rato porque no quería llevarla en la mierda de coche que me compró mi padre y quedar como un gilipollas, llegamos a la puerta de un edificio de apartamentos muy lujosos, Sara se paró, es aquí confirmó, al despedirnos yo le extendí la mano muy educadamente y ella me la estrechó a la vez que avanzó su cabeza para darme dos besos, uno en la cara y otro bastante cerca de los labios sin llegar a tocarlos.

Yo: ¿Nos volveremos a ver?

Se quedó pensando un momento dándole suspense a la respuesta.

Sara: Me gustaría mucho.

Nos intercambiamos los teléfonos y fui a buscar el coche que lo tenía aparcado a tomar por culo de lejos, cuando llegué al apartamento, solo cerrar la puerta tenía a Jon y Pepito llamando para que les explicara cómo había ido.

Jon: He apostado con este que te la has follado seguro.

Pepito: Que te he dicho que hoy seguro que no, estas niñas el primer día no hacen nada, te falta mucho mundo grandote.

Yo: Porque no os vais los dos un rato a la mierda y me dejáis tranquilo, tengo cosas que hacer antes de dormir.

Pepito: Lo ves grandullón no se la ha follado, sino estaría de mejor humor.

Jon: Joder, con lo que has puesto de pasta en la cena era lo mínimo que te merecías.

Pepito: Anda zoquete salgamos de aquí que le estamos molestando.

Yo: Lo más sensato que habéis dicho hasta ahora, venga largaos ya.

Jon (saliendo por la puerta empujado por Pepito): ¿Pero mojaste o no?, no me dejes así cabronazo.