La vida de paula xxx
Día a día 12
Fui pasando por las habitaciones de los tres ancianos de la segunda planta. Realmente tampoco eran tan ancianos, yo me imaginaba abuelitos de 80 años o más, pero ninguno llegaba a esos años. Ninguna vivía solo. Dos Vivian con las mujeres y algún hijo/a y el otro con una hija, el yerno y los churumbeles.
Las mujeres de los dos ancianos, cuando nos vieron llegar, se levantaron de la cama, cediéndome el sitio, y mirándome como las vacas al tren. Tenían bien asumido su rol de hembra sumisa y lo que dispusiera el macho bien estaba. Seguramente no follarían con ellas, y si lo hacían, a los ancianos les apetecía de vez en cuando catar carne nueva y fresca.
Uno tenía un pollón que superaba con creces al pollón de la primera noche en mi Luna de Miel. No solo era largo, sino que además gordo. Muy gordo. Y lo tenía muy cuidado. Seguramente lo usaría más de lo que le dijera a su hembra.
Los tres usaron mis tres agujeros, aunque en esta ocasión se corrieron dos en mi coño, y el último en mi boca. Los tíos que me habían llevado hasta allí, se aseguraban de que entre mayor y mayor, me hiciera un lavado vaginal. Para ello llevaban una caja con irrigadores vaginales desechables. Sin duda querían que estuviera totalmente presentable para cada anciano.
El tercero que, sin duda, al estar viudo, era el más necesitado, me entretuve un buen rato con él pese a que si le hubiera dejado se hubiera corrido a las primeras de cambio. Fue sin duda el más agradecido. No paraba de darme besos y las gracias. Hasta el punto que cuando ya me iba me dijo,
“Toma paya guapa. Puedes necesitarlo”
Me dio una bolsita con un polvo blanco cristalino. Pensé que era alguna variante de la coca, pero el que me acompañaba me lo aclaro,
“Es metoxetamina”
Lo conocía. La Metoxetamina es una arilciclohexilamina de efectos principalmente disociativos . Sus efectos más importantes eran sentir una ligera sedación, relajamiento muscular, un poco de empatía, intensificación de las experiencias sensoriales, euforia y estimulación. Eso, como todo en pequeñas dosis.
No era especialmente adictiva ni peligrosa por los efectos secundarios, salvo como en todo tomándolo en exceso.
Seguro que los gitanos de sus trapicheos con la droga, tenían mucha variedad de productos.
Bajamos a la primera planta, allí solo había un anciano que atender. Me parecía a las Asistentes sociales, yendo por el geriátrico, atendiendo a los abuelillos.
Me pasé toda la noche haciendo ancianos. No tuve problemas con ninguno del orden de que no se les levantara, o no se les mantuviera. Si es cierto que un par de ellos, no pasaron de la mamada, corriéndose en mi boca, y por supuesto sin ninguna esperanza para ellos de que se les volviera a empinar para más agujeros.
Cuando los que me acompañaban me dijeron,
“Hemos terminado con los ancianos.”
Me llevaron a una casa, y me ofrecieron una cama.
“Descansa, hasta que los jóvenes, despierten y se preparen”
No sabía si su preparación sería vestirles como para hacer la primera comunión, pero realmente estaba cansada, y agradecí la cama.
“Te vendremos a buscar cuando sea la hora, también tienes ducha por si quieres usarla”, me dijeron abandonando la casa.
Todo un lujo, pensé yo. Me duche lo primero. A ver si me relajaba un poco.
Luego me tumbe. No sé el tiempo que dormí, pero me vino genial.
Cuando me vinieron a despertar, me trajeron una especie de túnica blanca y una bandeja con desayuno. Vaya se estaban portando los gitanitos. Era un café con leche y unas magdalenas. Las comí como mucho gusto y ganas.
Cuando terminé me dijeron,
“Aséate un poco y ponte esta túnica.
Eso hice, primero hice un pis, y luego me lave, en el baño había perfume, que use, y me puse la túnica.
Salimos, por la calle, imponía más de día, menos mal que al menos llevaba la túnica, porque todos sabían lo que iba a pasar, y estaban expectantes, ya fueran gitanos o gitanas.
Llegamos a un local, era como una especie de bar antiguo, grande. Dentro había un pequeño habitáculo, donde había una cama y un pequeño aseo. A la derecha e izquierda de la habitación improvisada aquella, había una serie de bancos de madera llenas de chicos. Algunos realmente muy jóvenes.
“Muchos de estos chicos”, me dijo uno de mis acompañantes, “no han visto nunca a una mujer desnuda, y menos a una paya. Primero tienes que darles una pequeña explicación sobre lo que deben de saber en el sexo”
Joder vaya marrón pensé. Encima hacer de profesora sexual. No tenía ni idea de que les iba a decir.
“Pero que les digo”, le pregunté
“Yo que sé, Paya, la puta eres tú, ingéniatelas”, me respondieron.
Pues allí iba.
“Buenos días chicos. Voy a ser hoy vuestra “instructora sexual” Me han dicho que no conocéis muy bien el cuerpo de una mujer, y lo voy a hacer es mostrároslo, para que sepáis en cada momento lo que hay y para lo que sirve.”
Todos silbaron y aplaudieron. Era importante ganarse a la clase desde el principio. jajaja
“Bien vamos a empezar por una visión general”, les dije, mientras me quitaba la túnica.
Hubo muchos murmullos y risitas cuando me quede desnuda. Aplaudieron a rabiar.
Empecé por la cabeza.
“Bueno esto no tiene secretos para vosotros o casi no tiene. La cabeza, con los ojos, las orejas, la nariz y la boca. Digo que casi no tiene secretos, porque la boca como iréis viendo en vuestra vida sexual, la boca de una mujer es importante ya que suele ser una buena estimulación sexual para los chicos, para los hombres. Esto siempre depende de la pareja, a unos les gusta mucho a otros menos.
Bien estos son los pechos. Las tetas. Las conoceréis de distintas formas y tamaños, pero básicamente lo que tenéis que saber es que estos son los pezones, y que, al margen de servir para dar leche a los bebes, también es un punto de excitación para las mujeres. Se les puede acariciar, lamer, succionar e incluso mordisquear un poquito, cualquier cosa de ella nos gusta.
Es estómago, no tiene mucho objeto sexual, el pubis, es la parte superior al coño, aquí comienza seguramente la parte que más os interesa. Me voy a sentar, y os explico de cerca que es cada cosa os levantáis y os acercáis”
Todos obedecieron como corderitos. Yo me senté me abrí bien de piernas, y seguí con mi “instrucción”
“Mirar, todo este conjunto es lo que se conoce como coño. Realmente su nombre es vulgar. La raja que veis es la vulva, la forman los labios mayores cerrados. Cuando se abre, dije abriéndomelos, encontrareis muchas cosas. En primer lugar, estos dos pliegues, son los labios menores.”
La cara de los chicos, era un poema. La mayoría se echaban mano a la polla como queriendo decirme, vamos puta déjate de charla y vamos a follarte ya. Seguí
Abriendo estos labios nos encontramos este agujero. Es la entrada de la vagina. La vagina va desde su entrada aquí, hasta donde empieza el útero, un poco más arriba. Este agujerito que veis aquí. Es por donde hacemos pis. En principio no tiene uso sexual. He dejado un punto importante para lo último. Esto de aquí, lo que está encima de la entrada de la vagina. Es el clítoris.
Es el único órgano que posee la mujer dedicado exclusivamente a proporcionarle placer. Para conseguirlo está formado por miles de vasos sanguíneos, glándulas y terminaciones nerviosas que ejecutan la misma función que el pene. Vuestra polla, vamos.
A algunos se les caía hasta la baba.
“Bien, volver a vuestros sitios”, jaja ahora sí que parecía de verdad la profe. “veamos ahora que haremos cuando pasemos a la habitación. Empezaremos con el juego sexual, besos, toqueteos, ahí conoceréis lo que es una felación comeréis coño, etc. Luego vendrá la penetración, que consistirá en meter vuestra polla por mi coño. Haréis una serie de movimientos que os iré diciendo, hasta que os corráis. Supongo que todos os habréis corrido alguna vez, y sabréis lo que es.”
Estaba tan enfrascada en mis explicaciones cuando uno me interrumpió. Casi me muero de la risa,
“¿Seño, y el culo?”, casi me meo de la risa. Me llamaba señor como en el cole.
“Bueno del culo no os he hablado porque en principio el nuestro, es igual que el vuestro. Sirve para hacer caca. Aunque también es cierto, que esta lo que es la penetración anal, que es muy apreciada por algunos hombres, porque el ano, es más estrecho que la vagina, y, por lo tanto, les da más gusto. Igual que tampoco os he dicho que en el pubis encontrareis mujeres que tengan pelos y otras que no. Hay mujeres que les gusta tener pelos y a otras que no, igual que a los hombres les gusta que tengan pelos y a otros que no. ¿A vosotros que os gusta? ¿Con o sin?”, les pregunté.
Sin,sin sin, con, sin, con, sin con mucho, sin nada….
Había contestaciones para todos los gustos, pero predominaba el sin.
“Pues como veis yo no tengo así es que para los que les gusta sin, seguro que les gusta el mío”
Una cosa más. La seguridad en el sexo. Si no queréis coger alguna enfermedad de transmisión sexual es recomendable el uso de preservativo, condones, vamos, en nuestro caso no los usaremos, porque vosotros seguro que estáis limpios, y yo me hago controles de ETS cada poco por lo que también estoy limpia. Además, vuestra primera vez no va a ser con goma”
“¿Alguna pregunta?, les dije
“Si, seño podremos usar también el culo”, si claro podréis usar lo que queráis.
Otro
“Cuando empezamos?”
“Jaja, creo que ya, si tenéis dudas me las preguntáis cuando estéis conmigo e intentare contestaros a todas.”
“Quiero que guardéis el orden que os han puesto, y sobre todo mantengáis silencio, que vuestro amigo y yo nos podamos concentrar en lo que estamos haciendo”
Yo misma me sorprendí de lo bien que me había desenvuelto en la situación. SE me acercó el que me acompañaba.
“Has estado muy bien. Hasta yo he aprendido cosas”, me dijo
“Me alegro,” le conteste “vamos a empezar”.
“Muy bien, me dijo. Haremos un descanso a la hora de la comida. Si quieres agua o lo que sea se lo pides a los chicos”
“Bien gracias”, le contesté mientras entraba en la habitación y me ponía la túnica. Al estar los chicos vestidos, no quería forzar la situación al verme allí desnuda, así es que pretendí que los juegos empezaran los dos vestidos. Se me daba bien aquello. Podía dedicarme a instructora sexual de los gitanos, jaja.
“QUE PASE EL PRIMERO “, grité
Jaja parecía el médico de familia llamando a los pacientes.
Entró el primero. Un chaval morenote majete.
“Buenos días señora, soy el primero”, me dijo cortado no, lo siguiente.
“jaja, si ya vero. Cómo te llamas”
“Manue, señora”
“Encantada Manue, y que edad tienes”, le pregunté.
“18 señora”, me contestó.
Vaya, bueno al menos superaba la mayoría de edad sexual. Pero intuí que no iba a ser el único de esa edad que viniera a follarme.
“Bueno Manue, pues siéntate aquí en la cama a mi lado. No me llames señora, llámame, fena, es más agradable.
El chico se sentó casi sin apoyar el culo. Traté de calmarle.
“A ver Manue, tú quieres estar aquí, y pasar un ratito agradable conmigo”, le pregunté.
“Si, señora. Digo, si fena”, me contestó.
“Bueno pues para eso lo primero que tienes que hacer es relajarte. Como ves estamos los dos solos. Nadie va a ver lo que hagas aquí o dejes de hacer, así es que déjate llevar.”
Noté que dejaba caer el peso de su cuerpo sobre su culo. Señal de que se sentaba más cómodamente.
“Vamos a empezar por los juegos sexuales”, le dirigiéndole la cara hacia mí, y acercándole mis labios a los suyos. Se quedó mirándome como hipnotizado dejándose hacer.
Al sentir mis labios sobre los suyos, pegó un respingo.
“Tranquilo, no pasa nada”, dije abriéndole sus labios con los míos, y profundizando en el beso. A la vez, empecé a soltarle los botones de la camisa. En cuanto pude le metí la mano por la camisa y empecé a tocarle las tetillas, sin dejar de besarle. Mantenía las manos juntas, como si las tuviera atadas. Con la mano libre le cogí una mano y me l apuse en una de mis tetas. Empezó a palparla por encima de la túnica.
“¿Quieres que me la quite, Manue?”, le pregunté
“si, porfa, “me contesto.
Me quité de una la túnica y le volví a colocar su mano en mi teta.
“Explórala cielo”, le dije
Sí, si ya sé que quedó un poco cursi, pero ¿qué se le dice a un chico de 18 años, primerizo para que se anime?
Le solté el botón de pantalón, y le bajé la cremallera. Pensaba que en cualquier momento se me desmayaba. Le metí la mano buscándole la polla por encima del calzón.
“Que tienes aquí, Manue”, le dije ya palpándole la polla firmemente.
Estaba que se deshacía.
Le llevé la otra mano a mi entrepierna y separé las piernas.
“Juega un poco con mi chichi”, le dije
Me lo miraba y lo tocaba como quien toca una obra de arte con miedo a romperla.
“Vamos Manue, recuerda lo que os he enseñado, vete descubriéndome cosas”, dije
Le debió de pasar por la mente toda la charla, y empezó a estirarme de los labios primero mayores, luego menores, a jugar con el clítoris y por ultimo llego a la vagina.
“Está mojada. Te has meado”, me preguntó
“Jajaja, no, Manuel, eso es flujo. Es un lubricante natural que genera la vagina para favorecer la penetración.” Le dije
“Ah, ¿entonces ya tengo que penetrar?”, me dijo
“A ver “, le dije sacándole la polla del calzón. “Pues oye, si, ya está grandecita, pero si quieres antes, ¿te la chupo un poco?
“Si, si, profi”, me dijo
Le terminé de quitar los pantalones y el calzón, y me puse de rodillas delante de el
Empezando a comerle la polla. Este y me imagino que todos, se habían duchado a fondo para la ocasión. La polla la tenía inmaculada. En cuanto le dí un par de chupadas intensas, note que aquello se hinchaba más de la cuenta.
“Para, para, o te correrás, y supongo que querrás metérmela, ¿no?, le pregunte apartándome de su polla.
“Si, si, me dijo el ya acelerado.
Me tumbé, y me lo eché encima.
Con una mano le cogí la polla y me la llevé a la vagina.
“Empuja”, le dije al oído en voz baja.
Y lo hizo.
El movimiento lo tenía debía ser instintivo.
Me la estuvo metiendo un rato hasta que empezó a jadear con fuerza y se corrió.
Aún se avergonzó más cuando se corrió, como si hubiera hecho algo que no debía.
“Tranquilo, Manue, has estado bien”, le dije tranquilizándolo.
SE vistió a toda velocidad y salió de la habitación.
Yo pase al baño me lavé un poco, me puse la túnica, me senté en la cama,,,,
“SIGUIENTE”, Grité de nuevo.
CONTINUARA.