La vida de paula VI
LUNA DE MIEL VI La historia de una mujer casada, dominada por varios hombres en diferentes situaciones [ Opciones ]
Como ya habían hecho antes, mientras que ellos descansaban y se reponían después de la corrida, idearon otro juego para entretenerse, en el que, aunque parezca mentira, la protagonista era yo.
“Vete a cuatro patas a la salita de al lado, y sobre una estantería veras un plumero. Te incorporas, lo coges, te vuelves a poner a cuatro patas, y vuelves”, me dijo el del pollón.
No sabía qué hora era, pero suponía que cerca de las 3 de la mañana. No eran horas de ponerse a limpiar.
Fui a la habitación, a cuatro patas, vi el plumero, me puse de pie, lo cogí, supuse que debía llevarlo en la boca, me puse a cuatro patas, y volví donde estaban ellos.
“El servicio de esta casa”, me dijo el pollón, “es un poco despistado, deja polvo por muchas esquinas y rincones, pero son buena gente, y hemos pensado en echarles una mano. Bueno, mejor dicho, que la eches tú.”
Mira, no sabía porque, pero me lo había imaginado.
“Vas a pasar el plumero, pero a fondo, buscando bien suciedades que pueda haber pasado desapercibidas. Como pistas, te diremos que hemos colocado una serie de cosas que deberás encontrar, sacar del rincón donde estén, y traerlas al centro de la sala para posteriormente tirarlas a la basura. No podrás utilizar las manos, y tienes 30 minutos como tiempo máximo”, me dijo el tio
No tuve más remido que hablar.
“Perdonen señores, pero si no puedo utilizar las manos ¿cómo paso el plumero?”
Vino hacia mí, me levantó la cara y me dio un bofetón.
“Nunca hables sin que te den permiso” me dijo. “Pero si, olvidé decirte que el plumero lo vas a manejar con tu culo. Te vamos a meter el mango por el culo y así tendrás que buscar sacar y transportar las cosas” “¿Te preguntaras, y que pasa si no cumplo? Tu marido nos dijo que el castigo tuyo ante nuestro descontento sería el que nosotros impusiéramos. En ese caso nosotros estaremos descontentos y te impondremos el castigo, que consistirá en pasar el resto de tu luna de miel en este caserón, como chica Todo servicio. Tu uniforme, será tacones, medias negras medio muslo y tanga negro, y tendrás que satisfacer cualquier petición que te hagan, ya sean del propio servicio del hotel, o de clientes.”
O sea que me follaría todo dios, pensé yo. Levanté la mano pidiendo permiso para hablar sin levantar la cabeza para no mirarle.
“Habla Perra”, me contestó.
“¿Perdone, pero, he de buscar solo en esta sala? ¿O en toda la suite?”
“Bueno eso ya te cuenta como pista que te podemos dar 3 pistas, asi es que solo te quedaran dos. Solo en esta sala”, me contestó.
“Si señor”, le dije
Nunca me habían gustado las cosas contra reloj. Soy más bien metódica, y me gusta tener un tiempo para cada cosa. No sabía cómo me iba a apañar. En estas reflexiones noté como me metían el mango del plumero por el culo, además todo lo dentro posible para que no se me fuera cayendo. Una palmada en el culo y …
“Comienza la prueba. Tienes 30 minutos”
Me dijo el tipejo.
Moví el culo para ver cómo funcionaba el tema del plumero. Rápido comprobé que no iba a ser nada fácil.
Además no tenía ni idea de que estaba buscando. Pero empecé a buscar.
Mire hacia los rincones, más sencillos de ver, y lógicamente no había nada. Empecé a mirar debajo de los muebles y sí, allí encontré lo que podía ser una de las cosas. No sabía que era, estaba debajo de una pequeña cómoda pero veía su bulto. El tema ahora era como sacarlo de allí.
Me puse de culo a la cómoda, e intente bajar mis caderas para poder meter el plumero debajo de la cómoda. Lo hice, pero lo más que conseguí, fue que el objeto se metiera aún más adentro.
Probé ahora a tumbarme de espalas y así tener el plumero más cerca del suelo. Tuve, prácticamente, que pegar mi culo a la cómoda, para que el plumero llegara a la pared. Para eso tenia las piernas levantadas apoyadas en la cómoda, y así intenté mover mi cuerpo para empujar el objeto hacia un lado.
Cada vez que daba con la pared, notaba como el mango del plumero se metía más en mí, con lo que me quedaba menos plumero fuera al margen de que topaba con algo dentro, supongo que los intestinos, y me daba cierta cosa por si me hacía daño.
Conseguí después de varios intentos sacar el objeto de debajo de la cómoda. Era una figurita de las que había en las estanterías de adorno. Se produjo un gran alborozo entre los tres hombres.
“25 minutos. Ahora tienes que llevarlo al centro de la habitación”, me dijo el pollón.
Realmente no me habían dicho como tenía que llevarlo, por lo que supuse que cogerlo con la boca, estaría permitido. Y así lo hice. No recibí ninguna protesta por lo que ya sabía cómo llevarlo.
Lo dejé en el centro de la sala y volví a buscar, ahora debajo de un sillón.
Nada.
Otro sillón, algo había.
No paraba de oír las risas de los hombres, jaleándome. La verdad es que tenía que estar de lo más patética, recorriendo la habitación a cuatro patas con el plumero metido en el culo.
Ya había aprendido más o menos la técnica para sacarlo, por lo que no me costó en exceso hacerlo. Eran las pinzas de la cubitera, con la boca las lleve al centro de la habitación igual que la figurita.
“Genial, se te da muy bien ya te quedan menos. 20 minutos”, me dijo el pollón.
Ya te queda menos, pero cuantos quedaban? Me preguntaba yo.
Seguí mirando.
De pie, detrás dela mesita baja al lado de los sillones había camuflado un encendedor. Estaba cogido con la pata de la mesita a la pared, o sea que no me iba a ser fácil sacarlo. Intenté hacer palanca con el plumero entre la pata y pared, pero la mesa pesaba demasiado y a mí el palo del plumero se me clavaba por dentro vete a saber dónde, produciéndome bastante dolor.
No me habían dicho nada de no poder mover la mesita, así es que empuje un poco con el culo lo suficiente para que el mechero se cayera y poder cogerlo con la boca.
“Jajaja, muy astuta. Te lo daremos por bueno. 15 minutos, y te doy la segunda pista, te queda dos”, me dijo el pollón.
Tenía siete minutos para encontrar cada una, pero la verdad es que no me quedaban demasiados sitos donde mirar. Me habían dado 6 minutos para encontrar cada cosa, debería sobrarme algo de tiempo.
Eche una mirada rápida a todo el suelo. Nada
Debía de parecer una cabra loca corriendo a cuatro patas por todo el salón de un lado a otro con el plumerito metido en el culo.
“Vamos perra, empieza a quedarte poco tiempo. 10 minutos”, me “animó” el pollon
En una de las ida y venidas, pase por encima de la alfombra y algo me hizo daño en la rodilla. Miré y no había nada, por lo que lo que fuera, tenía que estar debajo.
Con la boca levante el extremo de la alfombra lo suficiente, para ver que efectivamente era una moneda de 2 euros, que habían metido allí. La cogí como pude con la boca, al ser plana tuve que usar la lengua para que se pegara la moneda y así, prácticamente al vuelo, cogerla con la boca y la lleve al centro.
Bien ya solo me quedaba una y debían de quedar algo más de 8 minutos.
Miré nuevamente y reparé en el mueble del radiador, no había mirado dentro. Miré y si, vi el ultimo objeto. No sabía que era así es que metí el plumero para sacarlo por uno de los laterales. Me costó un poco porque el plumero daba con los elementos del radiador, pero al final salió. Era un blíster de pastillas de viagra, pero joder, no había salido solo, le acompaño una cucaracha muerta.
“Coño, si tenemos sorpresa, has encontrado una pieza extra, bueno pues llévala tambien al centro, date prisa que te quedan solo 4 minutos”, dijo el pollon
Joder cogí el blíster con la boca, y lo llevé al centro.
Volvía a por la asquerosa cucaracha, esa no pensaba llevarla con la boca, así es que me tocaba usar bien el plumero a modo de escoba.
“2 minutos”, se oyó
Bufff, empecé a mover el culo queriendo mover el cadáver hacia el centro.
Joder, no atinaba. Era pequeña y pasaba el plumero por todos lados menos por la puta cucaracha. En uno los intentos, algo la moví, pero lo que hice, fue alejarla más del centro.
“1 minuto”, se oyó
Dios, no tenía tiempo. Solo me quedaba la opción de cogerla con la boca, pero no podría hacer eso, vomitaría hasta la primera papilla. Intenté soplarla, pero nada, no conseguía aproximarla.
“30 segundos”, se oyó
Agache mi cara coge aquel puto bicho con los dientes, y slí disparada hacia el centro, soltándola con ls oras cosas y dando unas arcadas de muertes.
“TIEMPO”
Todos me aplaudieron y ensalzaron mi destreza con los dientes.
“Solo ha faltado que te la hubieras comido,” dijo el pollón
Fue tal la cara de pavor que debí de poner que añadió.
“jajaj, pero no, no tendrás que hacerlo. Lo has hecho tan bien, que en cuanto te limpies la boca, te vamos a pegar unas enculadas, que no olvidaras”, rieron todos.
Pues vaya premio que me esperaba, pero bueno al menos no se les había ocurrido la idea a los dementes aquellos de que me comiera a la cucaracha.
Me dirigí al baño y me lavé concienzudamente la boca y los dientes.
Al volver, el tío del pollón me quito el plumero. Me lo dio ver y a oler.
“Ves, hay caca y huele mal. Como eres novata no vas a tener que limpiarlo con la boca, pero seguro que como no pongas los medios tendrás que hacerlo más de una vez. Debes de limpiarte el recto cada vez que sepas que van o pueden usar tu culo, con una lavativa. Hazme caso. Lo agradecerás. Y ahora vuelve al baño y lávate el ano. Se ha quedado manchado.”
Hice lo que me había pedido. Ya no sentía las rodillas. Seguro que estaban super inflamadas.
Volví una vez el ano bien limpio.
El pollón me levanto de cuatro patas, me tiró sobre la cama boca abajo.
“Voy a darme el gustazo de romperte yo el culo, puta de mierda.”
Caí como un saco roto sobre la cama. La verdad es que agradecía el poder estar tumbada, aunque me fueran a romper el culo, como decía el tipejo aquel.
“A ver zorra, ya te lo ha abierto un poco la escobilla y el mango del plumero, aunque sean finos, pero sobre todo con el plumero has tenido movimiento, y eso siempre ayuda a dilatar. Voy a poner la punta sobre tu ano. Y cuando tu digas empujo, ahora si puedes hablar” me dijo el tío, tirando un poco de mis caderas hacia el borde de la cama, supongo que para que mi ano estuviera más accesible.
Ahora tenía que ser yo la que le dijera cuando tenía que encularme. Odiaba los jueguecitos de aquel tipejo, aunque también tengo que reconocer que sexualmente no tenía que ser nada aburrido, aunque tb supongo que no todas las noches será igual, y si, llegaba a excitarme con esos jueguecitos.
Intenté relajarme todo lo que pude. Había leído que, para aceptar una polla por primera vez por el ano, lo mejor era relajarse y cuando notaras que empujaba en tu ano, en vez de tensar y cerrarlo, hacer fuerzas como si fueras a hacer caca. No estaba muy segura, sino sería esto último lo que ocurriría al final, pero merecía la pena probarlo, ya que si o si me iban a encular.
“Adelante”, le dije con voz semi temblorosa
ES como si hubiera abierto los toriles de una plaza y el toro hubiera salido arrasando todo. No tuve tiempo de hacer nada de lo que había pensado. Cuando me quise dar cuenta, tenía un fuerte dolor con ardor incluido en mi ano, y notaba como la polla se abría camino por dentro.
Emití un fuerte grito que yo creo que tuvieron que oír en toda la mansión, aunque el tío se apresuró a ponerme la mano en el aboca.
“No escandalices, me dijo. Nadie se ha muerto de una enculada”, me dijo
Mientras, empezaba a mover la polla dentro de mi culo con cierta facilidad. La verdad es que solo las primeras veces me dolió, luego fue cambiando a una molestia, para al final entrar y salir como si lo hubiera hecho toda la vida.
Ya jugaba y todo a sacármela completamente y decirme
“Venga, cierra el culito, que quiero abrírtelo otra vez”
No quería ni pensar como tendría el ano, para que el mismo me dijera que lo cerrara. Por otra parte, yo era incapaz de activar ningún músculo de cuerpo que abriera o cerrara el ano, solo sentía calor en la zona.
Los envites del tío duraron unos cuantos minutos. Realmente a día de hoy no so y capaz de decir si para ser mi primera vez fue tan desagradable como se presuponía que era, sin que ello quiera decir que me gustara.
Oí bufar al tío,
“Joder, llevo cuatro corridas. Esta hija de puta me va a deshidratar”, bramó
Encima, ahora tenía la culpa yo. Pero entendía que se había corrido. Y así había sido me la sacó dicendo..
“el siguiente”
He de reconocer que con los otros dos, apenas me entere de que me estaban metiendo nada por ningún lado. Tardaron relativamente poco en correrse los dos.
Cuando se hubieron corrido los tres, otro jueguecito.
A ver zorra, ven aquí, me dijo el pollon
Había preparado una copa de champagne y me dijo que colocara el culo sobre la copa.
“Bien ahora ábrete las nalgas con las dos manos y vacía toda la leche de tu culo, en la copa. Que no se caiga fuera nada”
Este lo veía todo muy fácil. Yo no tenía ojos en el culo y no era nada fácil dirigir lo que pudiera salir del ano.
Hice lo que me ordeno, separando mis nalgas, y procurando apuntar lo más posible mi ano hacia la copa. Apreté un poco y noté como empezaba a salir la leche. Me incline para asegurarme de que fuera cayendo en la copa.
Estuvo un buen rato saliendo leche de mi culo. Se notaba que el pollon era mucho más lechero de lo que se podía esperar.
Cuando terminaron de salir las ultimas gotas, me dijo..
“Bien puta, ahora vamos a brindar. Coge tu copa, y vamos a brindar una noche inolvidable. Como ves somos ya mayores y esto nos tiene muy agotados, y vamos a tener que terminar ya. Además, son las 5 de la madrugada y mañana hay que trabajar”
Se sirvieron ellos sus copas con champagne y yo cogí mi copa con la leche de ellos que por cierto había salido con un cierto color marrón clarito. Chocamos las copas y comenzamos a beber.
El sabor del semen ya lo tenía controlado y la verdad es que no noté ningún sabor raro.
Cuando terminamos nuestras copas, me dijo el pollón
“Vamos al baño”
Yo ya iba de pie.
Al entrar en el baño me dijo
“Metete en la bañera y túmbate boca arriba.
Me lo temía. Me parecía raro que no hubieran querido mearme. Sabía que era una práctica habitual en la dominación.
Me metí y me tuve boca arriba
El pollon, puso el tapón al baño.
“Abre la boca y mantenla abierta. Vamos a regarte con nuestra lluvia dorada. Quiero que saborees y tragues todo lo que puedas. Se buena perra”
Qué remedio me quedaba.
Casi de inmediato tres chorros, apuntaban a mi boca. Era imposible tragar aquello. Pero algo trague. El resto callo en la bañera. Meraron lo suficiente, para llenar el fondo de la bañera.
“Ahora puta nada. Mójate bien con nuestra lluvia dorada. Haznos los honores.”
Cuando terminaron, dijeron ahora vamos a dormir. Tu sigue nadando. Y solo cuando oigas que nosotros estamos acostados.
Sales y te acuestas en la alfombra del salón.
Y nada de secarse, ni de ducharse. Hasta otra”
Joder, que putos guarros, pensé.
Pero bueno esperé un rato, salí de la bañera, y como me habían dicho me tumbe en la alfombra
No creo que tardara un minuto en quedarme dormida.
Sonó un ruido que me hizo despertar sobresaltada.
Era el puto teléfono. Conteste
“Si?”
“Buenos día doña Paula, su coche vendrá a recogerla en 30 minutos.”
“Ah, muy bien muchas gracias”
Tenía que buscar mi vestido. Esperaba que aquellos tios no se lo hubiera llevado para hacer el último juego.
No, en los sillones lo habían dejado.
Pero había más cosas
Vi dinero
Lo conté 900 euros y una nota al lado
“Gracias puta por esta noche. Si perseveras, llegaras a ser muy buena. Sigue asi. Te damos este dinero como muestra de reconocimiento de tus servicios. Par que te compres chuches”
Flipante ahora era una puta con todas las palabras.
Pero había otro sobre.
Lo abrí.
¡¡ Era de mi marido!!
La leí
“Me han contado que has obedecido todas las ordenes que te han dado sin rechistar. Eso está muy bien.
Ahora vuelve al hotel. Ya te llamare. Llévate el collar y la correa. Haz tu vida normal. Si alguien se te acerca y te dice Hay que calentarse, pronto llegara el frío Directamente te desnudas te pones el collar y la correa y te pones a sus órdenes.”
Y ya está. Esto no podía seguir así
Si no me daba pronto una explicación me cogería un avión y volvería a casa, y del aeropuerto al abogado a pedir el divorcio.
Me arreglé como pude el pelo y me puse el vestido.
Ya me ducharía a fondo en el hotel.
Esperé al coche, y volví al hotel.
CONTINUARA