La vida de paula 41
Dia a dia 23
No sé si me estaba convirtiendo en un monstruo, pero entre antes jugando a la estrategia para ganarla y ahora disfrutando con los latigazos que la estaban dando….. hizo que me corriera como una cerda.
Aunque sin duda, también influyeron la cantidad de manos que me tocaban sin parar, me pellizcaban los pezones, me metían dedos por coño y culo, me machacaban el clítoris, …. Eran como una máquina para obtener multi-orgasmos, ya que les daba igual que te corrieras o no, ellos tocaban y tocaban.
Habían grabado el juego, y lo pasaban para los que se lo habían perdido, pudieran verlo, y si no, recordarlo. También emitían en directo tanto los latigazos a hole, como mi masturbación.
Así seguimos hasta que terminaron los 50 latigazos a hole. Dom Carlos, hizo repetir varios. Yo creo que más que nada por placer personal, ya que habían sonado como los otros, pero seguro que así era una buena excusa para dar 10 más. Yo me corrí tres veces más, aunque realmente estuve en un estado total de máxima excitación todo el tiempo.
Hole, se había quedado tendida en el suelo del stand, con las manos en el coño. Sin duda los cincuenta latigazos con propina se lo habían dejado muy dolorido.
Hubo un cerrado aplauso tanto al castigo a hole, como a mi premio. Al público le gustaba que fuéramos usadas de la forma que fuera y más cuando ellos intervenían directamente en ellos.
El Dom Carlos, ironizó,
“Señores yo creo que la esclava hole, tiene ahora el coño suficientemente caliente para follarme, ¿no creen?”
Todos gritaron que si, que le follara.
Él se sacó la polla y se sentó en uno de los sillones. Hole se levantó, y se dirigió hacia él, no sin antes echarme una mirada como diciéndome …. La próxima, te vas a enterar. Llegó hasta el Dom, le cogió la polla y se sentó sobre ella mirando hacia el público. Tenía que dolerla el coño porque desde lejos se veía que lo tenía muy hinchado.
“Vamos cabalga, perra”, le decía Dom Carlos, mientras la estiraba de los pezones indicándole el recorrido que tenía que hacer. Se me seguía haciendo raro ver a mi madre follar con mi hermano. Apenas había empezado a cabalgarle, el Dom Carlos, paró.
La levantó, la cogió del pelo, y la llevó hasta el público.
“Separa las piernas, esclava”, la ordenó. Hole lo hizo.
“Mirar su coño, después de recibir más de cincuenta latigazos en él, está chorreando como una puta en celo. No me digáis que no se merece otros cincuenta latigazos más a ver si se deshidrata del todo.”
Gritos, de SI, SI, SI, OTROS CINCUENTA, SI, SI, SI REVENTEMOSLA EL COÑO.
La verdad es que desde abajo me fije en su coño, y era increíble la cantidad de flujo que salía de él.
“Bien, bien, ya lo ves hole, por Serán las mujeres las que impartan los latigazos. A ver todas las que quieran participar, que formen una fila”
La verdad, es que allí la gente era muy participativa. Se montó una fila de mujeres de todas las edades, que les apetecía azotar el coño de hole.
No obstante, no eran más de 20 las mujeres.
“Bueno no tenemos muchas voluntarias, así es que participarán también las otras esclavas, y cuando hagan todas unas ronda, volverán a empezar por la primera. Las esclavas también a la fila. Rigen las mismas condiciones que con los chicos. Latigazo mal dado, se repite. Que sean ahora dos chicos voluntarios los que la abran y sujeten las piernas”, dijo Dom Carlos.
Entregó a la primera el látigo, y los dos chicos subieron al escenario a abrirla de piernas y sujetarselas bien abiertas.
Eché un vistazo a las voluntarias. Había de todas las edades, desde chicas veinteañeras, hasta ya mujeres muy maduras. Algunas ataviadas con atuendos bdsm, otras vestidas de calle, pero todas dispuestas a reventarle el coño a hole.
En cuanto estuvo preparada hole, el show empezó. A alguna se le atragantaba aquello de manejar el látigo, y tenían que probar varias veces hasta que atinaban con el coño de hole. Otras lo usaban con gran destreza, propinando un latigazo duro y seco justo en la vulva.
Hole, si cabe, gritaba más que antes, no en vano, tenía el coño resentido de la anterior tanda de latigazos. Cuando nos íbamos acercando pude comprobar como de algunos de los latigazos que eran certeros con su raja, salía salpicado el flujo. Lo que enervaba aún más tanto a las chicas que azotaban como a los chicos que miraban.
Mi turno se acercaba. No había cogido un látigo en mi vida, aunque si lo había sufrido ya en demasiadas ocasiones. Me fijé en como lo hacían las que parecían más experimentadas. Parecía que el truco estaba en ponerse a na determinada distancia para que el brazo pudiera hacer su recorrido completo y así mandar la máxima fuerza y la dirección correcta.
También me fui fijando en las enmascaradas, intentado encontrar en ellas algún rasgo en el cuerpo ya que no se les veía la cara, que me confirmaran o desmintieran mis temores con respecto a Eva. La verdad es que no conocía el cuerpo de mi hermana hasta el último detalle, cualquiera de las tres podía ser o no ser. Dos iban delante de mí. Manejaron el látigo con cierta destreza. Después de 22 latigazos el coño de hole, estaba prácticamente en carne viva.
Tenía claro que tenía que darla con fuerza, y certero, si no quería que se repitiera el latigazo. Y así lo hice. Levante mi brazo hacia atrás, dejando que el látigo reposara totalmente sin moverse, y lo lance hacia delante con todas mis fuerzas dirigiéndolo al coño de hole. Impactó de lleno. Hole, ya solo emitía especie de gruñidos a cada impacto. El coño que lo pude apreciar, tenía incluso algún corte del que sangraba.
Las primeras repitieron hasta completar la tanda de los nuevos latigazos en el coño a hole.
Cuando terminaron, Dom Carlos conocedor de que ella no iba a poder ponerse en pie, mandó a los dos chicos que la levantaran y se la llevaran donde estaba el y continuó con la follada que había iniciado antes de esta segunda tanda. Ella hacía por cabalgarlo, pero poniendo unas caras de dolor tremendas, ante lo que su ponía ese golpeo en su coño maltrecho.
El Dom Carlos, la follo hasta que se corrió. Luego literalmente la levantó y la pegó un empujón, que fue a dar con Hole en el suelo del stand. El se levantó, se fue hacia ella, la puso un pie en la cabeza, y le dijo,
“Esclava, dile al público que relación te une con tu Dom”
Hole, con la voz entrecortada dijo,
“Soy su esclava y más fiel servidora”
El Dom Carlos, la pisco con más fuerza la cabeza, diciéndola,
“Dile al público que relación te une con tu Dom, si no quieres que esparza tus sesos por el suelo”
“Soy su madre”, dijo hole con voz apagada casi imperceptible.
“Más fuerte, zorra, que te oigan desde el fondo del salón”, le espetó Dom Carlos.
“SOY SU MADRE”, gritó hole todo lo que pudo.
El público rompió en un OHHHH, casi al unísono, y a continuación en aplausos, se ve que por la machada de haber esclavizado a la madre.
DEJANOSLA Y TERMINAMOS DE REMATARLA A POLLAZOS
DANOS SU CULO PARA QUE SE LO REVENTEMOS,
Esas eran las lindezas que se oían.
El Dom Carlos, les dijo,
“Tranquilos, al final de la mañana tendrán la oportunidad de disfrutar de sus agujeros y de los del resto delas esclavas. Tengan paciencia.”
Volvieron a salir las de la organización a hablar con el público y dar información. El público estaba embravecido y más receptivo a la información del club.
Al rato se oyó, de nuevo, la megafonía.
“Estimado público, a continuación, Nuestros dominantes, harán una demostración de la dominación a una de las esclavas. Tamar, sube al escenario, y ponte en posición de espera.”
Una de las chicas, aún enmascarada, se abrió paso entre el público y subió al escenario.
Se sentó sobre sus talones con la cabeza agachada y las manos sobre sus muslos con las palmas hacia arriba.
Apareció primero Master Melvin. Con el, dos ayudantes que traína una camilla de ginecólogo más cutre que en la que había estado yo hacía dos días, pero igualmente efectiva. Cumplía su cometido que era que tamar permaneciera con las piernas abiertas. La colocaron de cara al público. Ligeramente en ángulo, para que pudiera verse desde el público como entraban las manos.
“Esclava, súbete a la camilla”, retumbó la voz de Master Melvin.
Como no podía ser de otra forma, tamar obedeció y se subió a la camilla. Los dos ayudantes, la sujetaron las piernas a los soportes de la camilla, así como las manos que también se las sujetaron a unos anclajes que tenían. Le quitaron la cadena del body.
Mientras tanto Master Melvin, como Dom Carlos, se habían enfundado en sus manos guantes de látex, que lubricaban con vaselina.
Master Melvin, habló mientras uno de los ayudantes le sujetaba el micro.
“Bien, ahora vamos a intentar un fisting cuádruple con la esclava. Esto no lo hemos hecho hasta ahora, y no garantizamos que lo logremos, pero les aseguro que pondremos nuestro máximo empeño en ello”
Ovaciones.
El coño y el culo de tamar, también fue lubricado a conciencia por los ayudantes. Era curioso verlos lubricar sus agujeros tanto por fuera como por dentro. Sabían lo que se hacían.
Master Melvin, empezó a sobarla bien el coño metiéndola de entrada tres dedos en su vagina. Era un sobo intensivo y cada vez los dedos entraban más, luego fueron cuatro, abriéndola la vagina en vertical, la mano iba entrando casi hasta los nudillos sin ninguna dificultad. Cuatro dedos. Aquel coño, ya estaba dominado. El quinto fue detrás y con él, el resto de la mano. La follo con la mano metida casi hasta el codo un buen rato, moviéndosela haciendo círculos para ensancharla.
Mientras Dom Carlos, había empezado a trabajar su ano. Su mano hacía el mismo trabajo que la de Master Melvin, iba introduciendo dedos y ensanchando el esfínter. Pronto tres dedos entraron sin problemas, los otros dos fueron después y con ellos el puño entero. Igual que hacía Master Melvin, Don Carlos la follaba con la mano el culo, agrandándoselo. Los padres, suelen enseñar a los hijos a montar en bici, a leer, a jugar al futbol, pero no, este había enseñado a su hijo a fistear culos y coños.
Los ayudantes, echaban periódicamente vaselina liquida sobre las manos que follaban a tamar. Las otras manos de los amos, empezaron a actuar, se trataba de meterle cada uno las dos manos en el agujero que estaban trabajando. Master Melvin, no tuvo problemas en meterle la otra mano en el coño, prácticamente ladeando solo la que ya tenía metida. A Don Carlos, le costó bastante más meterle los cuatro dedos en el culo, tuvo que meterle hasta la muñeca para que fuera más pequeño
Lo que le habría su culo y pudiera dilatar más. Y vaya si lo hizo, resbalando su mano por la otra, fue metiéndola como si abrazara la que ya tenía metida, tuvo que dar unos cuantos empujones fuertes, pero al final el ano cedió y abrió dejando entrar a la otra mano también dentro.
Ambos iniciaron una frenética follada de culo y coño. Tamar medio se quejaba, medio gemía, pero de cualquier forma aquello gustaba al púbico, que vitoreaba y gritaban HASTA EL CODO, HASTA EL CODO.
Pero los amos sabían lo que hacían, y el reto era meterle las dos manos en culo y coño, y lo habían hecho.
Con todo esto y habíamos llegado a medio día.
Bien estimado público ahora las esclavas pasaran a estar a su disposicionpara que puedan usarlas a su antojo, durante una hora.
Liberaron a Tamar, y bajo con nosotras, que ya estábamos siendo pasto de las manos, bocas y pollas, de la gente que abarrotaba el stand.
CONTINUARA