La vida de paula 37

Dia a dia 19

No podía ser. ¿Que posibilidades había de que con lo grande que es España, coincidiéramos las dos ahí?

Pero claro eso no eran unos grandes almacenes de los que hay muchos por toda España, aquello era un Salón Erótico. ¿Qué hacía mi madre en un salón erótico?

Estaba aún a casi 60 metros de donde yo me encontraba, podía ser alguien que se pareciera mucho a ella. Dicen que cada uno tenemos un doble, al menos, y que posiblemente en nuestra vida nos crucemos con alguno, pero si aquella mujer era el doble de mi madre, coño, lo habían bordado.

Yo, intentando que ella no me viese a mí, estaba parapetada por publico e intenté ponerme en una posición de ver sin ser vista. Aunque con el revuelo de gente que había creado aquello no era tan sencillo.

Cuando avanzó unos metros mas….. Joder, aquello no podía ser. No podía ser ella, definitivamente.

Aquella mujer, llevaba un body como el mío, y una marca en el hombre igual que la mía. Pero realmente se parecía un montón.

Mi padre, pese a sus 50 años se ha conservado siempre esbelta, tiene un buen pecho, más que yo, muy poco caído, es alta, Morena, ojos marrones y muy proporcionada de caderas.

Estaba tan centrada en escudriñar a aquella mujer, para descartar definitivamente que fuera mi madre, un algo, un rasgo en su cuerpo, que me dijera que no que aquella señora no era mi madre, que aún no había visto quien la acompañaba.

Trágame tierra, pensé. El que venía portando la correa de su collar, era mi marido, y a un lado un poco más atrás, mi padre, llevando de la correa a otra joven. No tendría muchos más años que yo, mediría sobre 1,66 y pesaría como unos 57 kilos. Tenía el pelo corto, color castaño, buen pecho, calculé una 95.

Mas tardé me enteré que se llamaba Encarni, aunque su nombre de esclava, era cyka, como en mi caso puta en ruso.

Fueron avanzando cuando ya estaban muy cerca mía, comprobé que efectivamente era lo que en un principio había pensado que eran. Las dos iban vestidas como yo, y con el sello del club, por lo que las dos eran esclavas igual que yo, y aparentemente mi madre de mi marido y cyka de mi padre.

Mi padre, tenía 54 años, Toda su vida había sido un atleta, y aún hoy cuando su trabajo se lo permitía hacia todo el ejercicio que podía. Bueno su trabajo ya aparentemente su doble vida. En una ocasión, no hacia relativamente mucho, entre en el baño pensando que no había nadie y se estaba duchando, por lo que le vi desnudo, y la verdad es que me impresiono el aparato que totalmente relajado, le colgaba. Lógicamente intenté apartar aquella imagen de mi cabeza casi al instante de verla. Al fin y al cabo, era mi padre.

Al igual que mi marido lucían un impecable traje negro, mocasines que casi servían de espejo, pajarita con el logo del club, y guantes en ambas manos supuse que de cuero negros.

Los cuatro subieron los seis escalones que les llevaban al escenario del stand. El público, viendo que se avecinaba y show, fijaron su mirada en ellos. Según subía mi marido me buscó con la mirada, me vio, y siguió subiendo tan tranquillo llevando tras de sí a mi madre.

En el escenario habían puesto dos sofás, y una mesa.

Los dos hombres se sentaron en los sillones, mientras cyka y hole, que ese era el hombre de mi madre, se dirigieron a una barra que había allí prepararon dos bebidas para sus amos, y poniéndolas en sendas bandejas, se los sirvieron arrodillándose al llegar.

Yo no podía aún creer que mi madre estuviera ahí casi en cueros, sirviéndole una copa a mi marido y arrodillada delante de él, aunque supongo que ella tampoco se habría creído las cosas que yo había llegado a hacer, si no fuera porque según todos los indicios, estaba metida en el mismo lio que yo.

Cuando los hombres cogieron sus vasos, ellas dejaron las bandejas en la mesa y se pusieron delante de ellos atravesadas para que descansaran sus pies sobre sus espaldas. Cyka estaba con la cara casi pegada al culo de hole.

Vi que salían dos mujeres de la organización, ninguna la que me había atendido a mí, y se dirigieron al público. Pidieron dos voluntarios, mientras la que me había atendido a mí salió también con un gran consolador doble, le dijo cyka que se girase de forma que quedaran culo con culo. Metió la mitad del consolador que traía en el culo de mi madre, hole, y la otra mitad en el culo de cyka.

Del publico salieron dos chicos relativamente jóvenes, que se dirigieron directamente a las dos esclavas. Uno al menos, estaba con la mujer, que no le hizo ninguna gracia el altruismo de su marido para ofrecerse voluntario para que se la comieran. Aparentemente cuando algo así ocurría la pareja, mujer novia, o lo que fuera del voluntario, era foco de todos los acosos posibles por parte de los salidorros presentes. No paraban de meterla mano, y ella, se dejaba.

Los dos voluntarios se sacaron las pollas, y se las dieron a mamar a las dos que abrieron sumisamente la boca y empezaron a mamárselas. Me costaba asimilar ver a mi madre mamando la polla a un desconocido, y delante de mi padre. Ellos movían las piernas sobre sus espaldas para ayudarlas en sus movimientos de follada de boca, y en el enculamiento mutuo con el consolador.

Las dos esclavas mamaban con destreza las pollas de los chicos. Estos no aguantaron tanta destreza, y se corrieron muy rápido, en las bocas de las dos. Ambas volvieron la cabeza hacia el público, enseñaron el semen en sus bocas y como lo tragaban. En ese momento, y al estar menos protegida por el público, mi mirada se cruzó con la de mi madre. Ella cambió en seguida la mirada, pero siguió en su puesto como antes.

MI padre y mi marido hicieron una señal a las respectivas esclavas, para que se pusieran mirando hacia ellos. Así quedaban con el culo hacia el público.  Las hicieron apoyar la cabeza en sus entrepiernas, y que ellas con las manos se abrieran bien las nalgas para que se las apreciara bien sus agujeros. Los móviles no paraban de hacer fotos y videos incluso alguno subía al escenario para cogerlos más de cerca. Era curioso pero el coño de mi madre, gustaba tanto o más como el de encarni

Cuando ya las habían hecho mostrar bien sus encantos, les hicieron una señal de sus pollas. Ellas las sacaron de sus pantalones y ropa interior, y empezaron a mamárselas.

Mi madre se la estaba mamando a mi marido. Joder, ¿y desde cuando pasaría eso? Bueno realmente es algo que no debería importarme. Él podía follar con quien quisiera, y de hecho ya le había visto follar con otras, igual que el a mí con otros.

Las dos mamaban con ganas. De todas formas, era una sensación extraña ver a tu madre comérsela a tu marido y a una chica que no conoces comérsela a tu padre, pero bueno, yo ya había visto muchas cosas extrañas.

Después de un rato de mamársela, las hicieron otra señal y ambas cabalgaron las pollas. Ahora podía confirmar que mi padre tenía un pollón. Y aquella chica lo estaba montando como si nada, señal de que estaba acostumbrada a hacerlo. Mi padre, acompañaba cada subida y bajada con un azote en las nalgas de cyka.

Por su parte, mi madre botaba encima de la polla de mi marido. Que puta, pensé un instante. La verdad es que el show, tenía atónitos a los espectadores. Noté incluso alguna polla restregarse con mi culo. Mi marido, mientras follaba a hole, se entretenía en morderla los pezones.

Estuvieron cabalgando las pollas, hasta que ambos se corrieron. Cuando lo hicieron, mandaron a las esclavas ponerse a cuatro patas, y así, avanzar hacia el público. Allí las dos casi al unísono se giraron y se abrieron el coño para que vieran como la leche salía de ellos. A mí me daba más vergüenza que a mi madre viendo que todos lo grababan, y escuchando los comentarios, Desde “puta madura, te reventaba entera, o anda que como tu marido supiera lo que haces, o Os la metería a las dos una tras otra, y estaría así toda la vida…..

MI padre, se levantó con la polla aun fuera, y vino hacia mí.

“Tú, esclava fena, limpia el coño a tus dos compañeras”, me dijo.

Hasta ahora yo solía saludar a mis padres dándoseles dos besos, ¿ahora que tenía que comerle el coño a mi madre?

Me acerqué donde estaban ellas, y efectivamente me puse a comerlas el coño para limpiárselo

Primero a cyka, y luego a hole. Me estaba tragando el semen de mi marido y el de mi padre. El comerme el coño de cyka, no me causo, gran impresión. No era el primer coño que me comía, pero cuando me tocó el turno a mi madre…. Eso fue muy fuerte. Son cosas que nunca se te pasan por la cabeza tener que hacer, pero en aquella situación, es evidente que todo valía.

Pero cumplí con mi trabajo y le metí bien metida la lengua a mi madre. Ella sabía que era yo, y me sorprendió enormemente cuando la oí empezar a jadear. Joder, solo faltaba que hiciera correrse a mi madre. Me tenía que olvidar que era ella, y hacer lo ordenado. Mientras el público me jaleaba queriendo que hiciéramos un trio las tres. Así es que mi padre, nos mandó ponernos las tres en el suelo haciendo un triángulo, y comiéndonos los coños la una a la otra. El nos colocó, yo comiendo a cyka, cyka a mi madre, y mi madre a mí.

Mientras nosotros hacíamos tan noble misión por megafonía anunciaron que todos los interesados en recibir información más detallada del club, subieran al escenario para darles la información. Me moría de ganas de hablar con mi madre, y preguntarla cuando llevaba con esto y como había llegado… pero no era el momento. Ahora me estaba comiendo el coño, y además con bastante arte.

Mi marido cogió un látigo de esos de varias cintas, de los más lights y se entretuvo e irnos azotando el culo y pidiéndonos que comiéramos los coños con más ganas. Realmente no quería hacernos daño, simplemente era por el postureo ante la gente que estaba subiendo al escenario, para que vieran su dominio sobre nosotras.

Pero al final, mi madre estaba haciendo que me pusiera muy pero que muy excitada. No sé por qué, pero la situación me estaba haciendo estar a punto de correrme. Sabía que no debía, que debía centrarme en comerle el coño a cyka, pero fue superior a mis fuerzas, y me corrí como una cerda. Aun así, mi madre siguió lamiéndome, era lo que la habían ordenado y hasta que no la dijeran lo contrario no pararía, así es que yo me afane por comerle el coño con más ganas a cyka, para intentar que ella también se corriera.

La gente que subía al escenario, nos miraba y felicitaba a los Amos por la calidad de las esclavas. Al final conseguí que cyka se corriera, y mi madre también lo hizo casi a la par que cyka. No creo que, a los Amos, les gustara mucho eso, pero de cara al público el habernos visto a las tres comernos, y habernos oído gemir y jadear hasta corrernos como perras, sin duda les había gustado.

Otra vez mi padre nos habló,

“A cuatro patas las tres con el culo hacia el público.”

Nos pusimos las tres pegadas con el culo hacia el público como nos había pedido. Aunque de refilón tuve la ocasión de cruzar una mirada sostenida con mi madre. Con ella nos emplazamos a hablar cuando pudiéramos.

Mientras nuestros encantos, estaban expuestos de nuevo para las fotos, los videos, etc

CONTINUARA